miércoles, 31 de marzo de 2021

ASAMBLEA

 


Es la última asamblea antes del verano y Josep (Francesc Garrido) quiere que se apruebe el borrador del concierto a toda costa. Los afectados tratan de alcanzar un acuerdo para no demorar más los plazos. Todos a una, respetando tanto la pluralidad ideológica como el turno de palabra... si es que eso es posible.


Juli Disla y Jaume Pérez adaptan la obra teatral La Gente, escrita por los propios autores del guión y estrenada en 2013. Precisamente la estructura teatral está presente durante toda la película rodada prácticamente en un único escenario.
Primer largometraje dirigido por Álex Montoya, después de una carrera de casi 20 años dirigiendo cortometrajes premiados en diferentes festivales. 
Asistimos a la reunión de un grupo de personas que no sabemos a qué sector o colectivo pertenecen, algo que importa poco, podría ser igual una reunión de vecinos o una asociación de cualquier tipo, aunque parece desprenderse de los diálogos que trabajan en la misma empresa y discuten una especie de convenio que, también por lo que se deduce, les van poco menos que a imponer. Están allí para elegir a sus representantes conforme a un correo electrónico que les ha enviado Josep y la reunión no es sino una disculpa para plantear el verdadero asunto que le interesa al film: las rencillas y discrepancias entre unos y otros. Casi todo descansa en el guión, los diálogos de los intérpretes y unas subtramas sencillas.


La película cuestiona con humor el concepto mismo de participación, ahondando en lo ininteligible del lenguaje burocrático, la dificultad que tenemos para ponernos de acuerdo, las artimañas que permiten vencer en una discusión y reflexiona sobre una cuestión: diálogo no es sinónimo de democracia. 
La obra teatral y, por ende la película, nace a la sombra del movimiento 15-M y aborda con cierto escepticismo y mucha ironía este tipo de manifestaciones asamblearias, llamando la atención sobre la capacidad que tienen quienes dominan el debate dialéctico a la hora de conducir la opinión de los grupos. La casi esperpéntica escena en que descubren el malentendido de uno de los asistentes, así viene a subrayarlo. 
Interpretada correctamente, la película se ve con gusto y el tono de humor viene dado de que casi todos reconocemos las escenas que en ella reproducen situaciones reales.




martes, 30 de marzo de 2021

CASI TODAS LAS MUJERES

 

Néstor Rejón vive por y para el oro, metal en el que reproduce los diseños de joyas en los que trabaja sin descanso. Su pasión por el dorado metal le ha llevado a conocerlo todo sobre él, incluso en su afán de saber más, estuvo una larga temporada viviendo junto a los buscadores en las minas de Colombia.
La otra pasión de Néstor son las mujeres, a través de las que han ocupado su corazón, se pueden recorrer los recuerdos de toda su vida y ahora que está a un paso de entrar en la vejez, ha encontrado, de manera inopinada, la verdadera mina de oro que estuvo buscando toda su vida. Ella se llama Sarah D'Allara y podría ser su hija.
Para satisfacer su propia devoción por ella, ha rehabilitado un palazzo en la isla de Sicilia, cerca de Palermo, con vistas privilegiadas sobre el Jónico, a fin de que Sarah pueda trabajar sobre el terreno en la tarea que ahora la ocupa: Escribir un trabajo sobre Giuseppe Tomasi di Lampedusa y su obra El Gatopardo.
La historia de amor y pasión de la joven y el artista, no es sino la trama superficial del verdadero asunto del libro: Un recorrido detallado y emotivo por la isla italiana y un homenaje al legado de Lampedusa.
El escritor canario recorre a través de sus protagonistas Palermo, Taormina, Santa Margherita di Belice, Agrigento,  Modica... Pero también otros lugares del planeta: París, Madrid, Barcelona, Nueva York o la zona aurífera de Colombia.
El homenaje emocionado a Sicilia va más allá y se une a los naturales de la isla en lo decepcionante que es para ellos que el cine hollywoodense haya convertido la isla en una nido de mafiosos y en un lugar peligroso del que solo conocen las poblaciones de Corleone o Prizzi por las connotaciones que estos nombres tienen en series o películas norteamericanas y se olviden, por ejemplo, de que en la isla nacieron Luigi Pirandello o Salvatore Quasimodo, premios Nobel de literatura.
El homenaje al autor de El Gatopardo y a su novela, va salpicando también esta novela, cargada de referencias cinéfilas, entre ellas, una entrevista que la protagonista, Sarah D'Allara, le hace a Burt Lancaster sobre la película homónima de Visconti en el madrileño Hotel Palace. La entrevista es inventada, pero la mayor parte, si no todo, lo que en ella se cuenta, es totalmente histórico, desde el hecho de que Lancaster no era ni la primera, ni la segunda, ni siquiera la tercera opción para protagonizar el film o que los productores tenían pensado hacer un musical en el que el momento cumbre fuera la famosa escena del baile, que se mantiene en la versión definitiva, pero que Visconti, después de un tiempo, despidió al asesor musical y decidió reescribir totalmente el guión.
Cuenta Antonio Astorga que cuando Armas estaba terminando la novela, en agosto de 2003, el escritor desayunaba junto a su mujer en el restaurante Viena de la localidad madrileña de Alpedrete y de repente sonó su teléfono. Eran las diez menos cuarto de la mañana. Armas no reconoce una voz, que le dice: «Juancho, estoy en un crucero por el Mediterráneo llegando a Palermo y querría que me recordaras, por favor, los lugares en donde el viejo Lampedusa se recluía a tomar dulces y a leer (leía en las cafeterías)». 
Exactamente ese día Armas estaba mirando esa geografía cotidiana del viejo Lampedusa que salía de su Palazzo, atravesaba la Via Roma y llegaba, después del Máximo, al Mazzara y allí se encerraba. «Yo recorrí todo eso para comprobar qué podía sentir el viejo Lampedusa». 
Quien llamaba a Armas era Mario Vargas Llosa. La novela estaba condenada a tener suerte. 



lunes, 29 de marzo de 2021

VIOLETA NO COGE EL ASCENSOR

 


La joven millenial Violeta (Violeta Rodríguez), llena de talento y gracia, no sabe muy bien cómo emplearlos. Se pasa el verano en Madrid, de becaria en una editorial, delante del ventilador con su compañera de piso y esquivando el calor entre affaires que, lejos de aclarar dudas, las multiplican.


Vida y desventuras de una joven prometedora que quiere encontrar trabajo en el mundo del diseño editorial y que está empeñada en encontrar pareja, yendo de flor en flor, sin encontrar al hombre que busca. 
Eso y poco más podría ser la historia de esta película que quizá quiere ser algo más, pero se queda en casi nada.


Y es que durante todo el film, da la sensación de que un grupo de amiguetes se han juntado para hacer una peli con no demasiado argumento, dejando un buen tramo a la improvisación. Al carácter de pandilla que se junta para hacer un trabajo de instituto (a veces parece eso), contribuye no poco el abuso de mostrarnos lo que ocurre tras la cámara (eso que se llama making-of), que quiere ser un tributo de la realizadora a su equipo, lo se, pero que cuando se repite una y otra vez da la impresión de que estás haciendo eso de: ponte ahí y saluda, para que tus papis o tu abuela vean que sales en la peli. 
Supongo que tendrá otros valores (la película), pero yo no se los veo y los chistes o situaciones pretendidamente cómicas, pues tampoco es que lo sean, al menos no demasiado.




domingo, 28 de marzo de 2021

LA REINA DE LOS LAGARTOS

 


Berta (Bruna Cusí) es una madre soltera, joven y decidida. Vive un amor de verano con Javi (Javier Botet), un hombre peculiar que está de paso por su vida y la de Margot (Margot Sánchez), su hija. Javi es un extraterrestre y está esperando la nave que viene a recogerle. Pero todo se tuerce cuando dicha nave no aparece. Berta tendrá que enfrentarse ahora a lo que más temía: una relación “estable” que, por si fuese poco, parece haber sembrado un germen en su interior.


Rodada en super 8, a tomas únicas, dirigida y guionizada por Burnin' Percebes, nombre por el que se conoce al dúo integrado por Nando Martínez y Juan González.
Los realizadores presumen de que buena parte de las interpretaciones están improvisadas, además, el film se acompaña de un fondo musical con aires semanasanteros o algo así, que resuena de fondo durante prácticamente todo el film y digo resuena, porque el tono es más bien alto. En algunas escenas el protagonista se comunica con animales o con Berta por telepatía y los diálogos se siguen a través de subtítulos.


Ocurre que utilizar formatos poco habituales o recurrir a propuestas arriesgadas, no siempre es sinónimo de calidad. Hay quien rueda en blanco y negro o hace películas carentes de diálogos, en fin, hay muchas variantes en el mundo audiovisual, pero, repito, eso no quiere decir que con esas cosas se asegure la calidad del producto.
En esta ocasión se juega con el absurdo, se introducen planos de larga duración con imágenes prácticamente fijas, a veces se coloca la cámara en lugares poco menos que inverosímiles, vemos fotogramas provocadores y se pretende dotar al film de un sentido del humor muy particular al que, seguramente, algunos no le verán la gracia por ningún lado.
Yo no he estudiado audiovisuales, ni entiendo nada de aspectos técnicos, soy un simple espectador y se cuando una película me gusta o cuando no y ésta, la verdad, no me ha dicho demasiado, aunque eso no quiere decir nada.




sábado, 27 de marzo de 2021

AKELARRE

 


País Vasco, 1609. Los hombres de la región se han ido a la mar. Ana (Amaia Aberasturi) participa en una fiesta en el bosque con otras chicas de la aldea: Olaia (Irati Saez de Urabain), María (Yune Nogueiras), Maider (Jone Laspiur) y la todavía adolescente Katalin (Garazi Urkola). El juez Rostegui (Alex Brendemühl), encomendado por el Rey, para purificar la región, las hace arrestar y las acusa de brujería. Decide hacer lo necesario para que confiesen lo que saben sobre el sabat, ceremonia mágica durante la cual supuestamente el Diablo inicia a sus servidoras y se aparea con ellas. Sin conocer el motivo del arresto, las cinco jóvenes son sometidas a un duro interrogatorio con torturas incluídas para obtener su confesión de que son brujas y conocer el ritual que practican durante el akelarre.


La película está vagamente inspirada en Pierre de Lancre, un juez que en 1609 viajó al País Vasco Francés, a la zona de San Juan de Luz, enviado por el rey Enrique IV de Francia, para depurarlo, interrogando a varios cientos de personas y quemando a decenas de mujeres acusadas de brujería. Fue recopilado en el libro "Tratado de Brujería Vasca: Descripción de la Inconstancia de los Malos Ángeles o Demonios".


La película presenta a unas jóvenes, poco más que adolescentes, detenidas aprovechando la ausencia de los hombres por un grupo de sádicos intransigentes, misóginos y abusadores, empeñados en que son brujas. Las chicas, al poco, son conscientes de que hagan lo que hagan, su sentencia está dictada, pero que no se van a librar de la tortura, pues el comisionado del rey, está empeñado en que le rebelen unos secretos que ellas ni conocen, ni han oído en su vida hablar de ellos, así que, la más despierta, trata de ganar tiempo hasta que se produzca el regreso de los hombres, en la seguridad de que sus padres, hermanos y novios, las van a rescatar, para lo cual, comienza a relatar detalles inventados de lo que supuestamente hacen, como brujas, en sus reuniones en el claro del bosque. 
El film pretende tener un aire feminista, presentando a unos hombres depravados y a unas mujeres que hacen gala de un cierto nivel de inteligencia para tratar de escapar de las garras de sus malvados torturadores. Otra cosa es cómo está contada la historia y si consigue hacer llegar al espectador el mensaje que encierra.




viernes, 26 de marzo de 2021

UNO PARA TODOS

 


Un profesor interino asume la tarea de ser tutor de una clase de sexto de primaria en un pueblo completamente desconocido para él. Cuando se da cuenta de que falta un alumno, pide información y ante sí se abre un abismo porque le informan que está en casa porque padece una grave enfermedad. Pero hace otro descubrimiento: nadie quiere que vuelva porque este chico maltrataba a sus compañeros. El chaval enfermo, después de recibir la visita del maestro, vuelve a asistir a la escuela y comienzan a aflorar los conflictos.


Aleix es un joven maestro interino que viaja a Caspe para incorporarse en una escuela de primaria. Cuando llega, en plena noche, se detiene ante la escuela y duerme dentro del coche. Al día siguiente se reúne con la directora. No se trata de un primer encuentro muy preparado, apenas cinco minutos de conversación para recibir una carpeta con los horarios, la lista de alumnos y las normas -que no nos falten nunca las normas- de la escuela. No hay un maestro de acogida ni nada que se le parezca. El film pretende mostrarnos otras cosas, no el funcionamiento de una clase o un maestro en su elemento, como ocurre en buena parte del cine que tiene a la escuela y las aulas como protagonistas. De entrada, el maestro protagonista, no está cortado por el patrón del docente modélico, es mas bien un tipo sombrío, solitario, triste y hasta se diría que amargado, desganado hasta el aburrimiento, y que no parece sentirse a gusto con su oficio del que se muestra en ocasiones algo escéptico, aunque lo practica con dignidad y al que David Verdaguer, un actor en plenitud, da vida en una buena interpretación.


A pesar de las buenas intenciones, es innegable que recurre a ciertos clichés del género, supongo que es complicado escapar a ello, pero se aprecia un interés del realizador por tratar de escapar de ese corsé, rehuyendo presentar un entorno de padres conflictivos o de un entorno hostil, se centra en la problemática de estas dos cuestiones principales: la enfermedad del alumno y el acoso escolar, dejando de lado el victimismo sobre la situación del estamento docente y presentándolos como gente normal que hace su trabajo lo mejor que puede y sabe.
Un film entretenido, que no abusa del metraje y que se ve con facilidad.
Como curiosidad, el pequeño papel que tiene Miguel Ángel Tirado, al que algunos recordarán por su personaje humorístico de Marianico el Corto.




jueves, 25 de marzo de 2021

A SUN

 


Narra la historia de una complicada familia. A-Ho (Chien-Ho Wu), el hijo más joven, siempre ha sido un chico problemático, y por ello su padre, A-Wen (Yi-wen Chen), ha puesto todas sus esperanzas y expectativas en su introvertido hijo mayor, A-Hao (Greg Han Hsu). Mientras A-Hao intenta ingresar en la escuela de medicina, A-Ho afronta su detención por un crimen cometido con su mejor amigo, aunque él desconocía hasta qué punto iba a llevar su amigo la acción. A-Wen abandona a A-Ho, negándose a ayudarlo e incluso solicitando al juez que sentencie a su hijo con la mayor dureza posible. No mucho después de que A-Ho sea enviado a prisión, para empeorar las cosas, su novia aparece ante Qin (Samantha Shu-Chin Ko), la madre del muchacho. La adolescente está embarazada y decidida a tener el hijo de A-Ho, a pesar de que está encarcelado y no tiene idea de que está embarazada.


Con una estupenda fotografía y unas cuantas tomas de gran calidad artística y visual, que acompañan a magníficas interpretaciones de todo el elenco, la película camina entre la crueldad y la poesía para narrarnos el dolor de unos padres que ven como su hijo menor es fuente constante de problemas y asistir a una tragedia que conmociona a la familia haciendo que se replanteen sus problemáticas relaciones que hasta entonces el padre ha afrontado con su ausente indiferencia y la madre con una abnegación y sacrificio que pretenden compensarlo de algún modo.


Tras una impactante secuencia inicial, digna de la mejor tradición del cine oriental, de las que hacen volver la cabeza a los más sensibles, el film se va sosegando, que no perdiendo vitalidad, pues la película está llena de giros bien dosificados que hacen que la narración no pierda fuerza en ningún momento. Claro que lo mejor queda para el final en que se despejan dudas y se aclaran ciertos detalles que durante el transcurso de las dos horas y medias que dura la película, pudieron parecer superfluos o con poco sentido. Desde el drama familiar, hasta las organizaciones criminales, pasando por los problemas de los adolescentes o la dureza de la vida en un reformatorio, todo tiene cabida en una película que, a pesar de su larga duración, en ningún momento se hace pesada y cuya historia está muy bien desarrollada, con momentos de cierta crudeza, otros muy emotivos y unos cuantos no tanto, sino todo lo contrario.




miércoles, 24 de marzo de 2021

HOPE

 


La relación entre una pareja de artistas es puesta a prueba cuando a ella le descubren que tiene una enfermedad que amenaza con robarle la vida. Anja (Andrea Bræin Hovig), de 43 años y Tomas (Stellan Skarsgård) de 59, viven en familia junto a sus dos hijos pequeños, una hija adolescente y tres hijos mayores de un matrimonio anterior de Tomas, pero durante los últimos años la pareja se ha distanciado. Cuando Anja recibe el diagnóstico de cáncer cerebral terminal el día antes de Navidad, su vida se rompe y pone a prueba el amor desatendido.


La acción se desarrolla durante 16 días coincidiendo con las navidades, y está inspirada en la historia personal de la directora, la noruega Maria Sødahl.


Hay dos cosas que destacan en este film, un sólido guión, escrito por la propia realizadora y unas soberbias interpretaciones de la pareja protagonista que soporta gran parte de la acción, aunque en determinados momentos, los secundarios cobran cierta importancia. El trabajo de Andrea Bræin Hovig, es realmente brillante, con algunos instantes en que el personaje pierde el control y ella lo interpreta de manera impresionante; otro tanto ocurre con su partenaire masculino, Stellan Skarsgård, con un papel en el que sabe trasladar perfectamente al espectador la contención con la que se desenvuelve su personaje.


El film no rehuye en ningún momento la dureza del tema y de la situación que viven, no solo sus protagonistas, sino todo el entorno que se ve afectado por la cruel noticia y ante la que el ser humano, habitualmente no está preparado para reaccionar. Sin embargo lo hace en un tono que se aleja de esa especie de deleite en el sufrimiento en que caen muchas películas que abordan temas similares. Dentro de lo impactante de la situación, todo se desarrolla de una manera muy normal, absolutamente creíble para el espectador, sin triquiñuelas sensibleras y con el contrapeso de algunas gotas de humor muy bien distribuídas, que liberan de dramatismo a la narración. 
Además, la película conduce la historia hacia donde realmente le interesa que es la reconstrucción de la pareja más que la enfermedad de la protagonista que no es sino uno más de los asuntos que tienen que arreglar. Magnífica secuencia final que resume en un solo plano ese mensaje de esperanza que da título a un film que me atrevo a recomendar.




martes, 23 de marzo de 2021

UN MILLÓN DE GOTAS

 

Igual que en sus anteriores novelas, Víctor del Árbol construye un escenario complejo plagado de personajes y con una narración que se mueve en dos época distintas, la primera arranca en 1933 y la segunda se desarrolla en 2002. Parece que el autor catalán ha encontrado su propio estilo de novelar con estas tramas que van convergiendo y con este maremagnum de personajes que puede hacer que, en ocasiones, el lector se pierda un poco con tantos nombres, historias paralelas y situaciones que, aunque al final van casando bastante bien, en algunos instantes pueden resultar un tanto dificultosas de seguir. 
Aunque no es una novela histórica, la ambientación toma muchas cosas de realidades que sí lo fueron: la Unión Soviética de entreguerras, España a lo largo de varias décadas que van desde los años treinta hasta prácticamente la actualidad, etc. 
Está bien escrita, el autor domina el medio, aunque algunas de sus metáforas me siguen resultando chocantes, continúa con ese especial gusto por la violencia explícita (mucha tortura descrita con pormenores desagradables) y sí que me ha parecido un poco larga y es que cuando estás deseando acabar un libro, en el sentido de quitártelo de encima, es porque el autor, aunque la lectura te haya resultado interesante, se ha explayado más de la cuenta.
Misterio, secretos de familia, pasiones amorosas, mafias internacionales, venganzas que traspasan generaciones diferentes y mucha maldad, esos son algunos de los ingredientes que el lector encontrará en la novela que está muy bien ambientada y en la que hay que reconocer el gran trabajo de documentación realizado por el autor.



lunes, 22 de marzo de 2021

BETTER DAYS

 


La acción transcurre en Chongqing alrededor de 2011, en el período previo al gaokao, en el que las clases de la escuela secundaria se dedican a sesiones intensivas para preparar este examen de acceso al programa nacional de estudios que determinará la vida de diez millones de estudiantes. 
Chen Nian (Zhou Dongyu) está tan concentrada en lograr la mejor puntuación posible, que se ha aislado en gran medida del mundo que la rodea; el suicidio de una compañera de aula, hace que cambie su actitud y además se verá sometida a bullying, aumentando paulatinamente el nivel de crueldad del acoso desde la humillación en el aula hasta el asalto directo. 
Tras un encuentro nocturno fortuito, obtiene la protección de un joven delincuente de poca monta, Xiao Bei (Jackson Yee). Chen Nian se muda a su destartalada chabola que, sin embargo, le ofrece seguridad y se prepara para el examen decisivo mientras vive una fantasía romántica.


El film adapta una novela titulada en su versión en inglés "In His Youth, In Her Beauty", pero tras el éxito de la película, ya se comercializa con el mismo nombre que el largometraje. 
Better Days comenzó a interesar a la crítica y al público que sigue el cine oriental, antes de su estreno, cuando las autoridades chinas la retiraron del Festival de Cine de Berlín en febrero de 2019. Algunos argumentaron que no estaba acabada, pero viniendo de China, aunque no se quiera, las sospechas iban por otro lado. El interés por la película de Derek Tsang llegó a un punto álgido cuando su estreno en cines nacionales se canceló abruptamente en junio. Al parecer, estos obstáculos con la censura fueron el resultado de la brutal descripción que hizo Tsang del acoso escolar; un elemento presente en otras películas para adolescentes, pero que, evidentemente, se considera lesivo para la propia imagen de China. Otro factor fue el énfasis en la presión que supone para los jóvenes el 'gaokao', el exigente examen nacional de ingreso a la universidad de China, que coincidió con la fecha de lanzamiento prevista. Sin embargo, aunque la película aborda de manera encomiable temas espinosos relacionados con el sistema educativo de China y la disfunción social, no deja de ser, también, un melodrama con recorrido comercial.


Con una fotografía de gran nivel, contiene muchos planos llamativos y está muy bien interpretada y acertadamente acompañada musicalmente. Realmente el nivel técnico, estético y artístico es elevado. 
El film presenta el problema básico sobre el que gira el film, el acoso escolar, sin paños calientes, incluso algunos lo considerarán exagerado (les aseguro, por lo que he oído a los profesionales, que no lo es). Pero va más allá y hace un análisis de otros aspectos de la China actual, al menos de los ambientes urbanos del país, poniendo sobre la mesa las diferencias de clase (también las hay, sí); la vida de los jóvenes marginados, abocados a la delincuencia, con el peligro de ser reclutados por las mafias para trabajos de bajo nivel; los problemas familiares en las familias monoparentales que viven en una economía de subsistencia y una idea que lleva a reflexiones más profundas sobre la justicia, las leyes y si el sistema realmente protege a quien lo necesita o le deja a los pies de los caballos, un asunto que resulta universal y que vemos todos los días a nuestro alrededor, no solo referido al bullying escolar, sino a la violencia de género o a otros asuntos cualesquiera en los que parece que el débil siempre está desprotegido, porque el malo espera su oportunidad y la policía o los servicios sociales no están allí siempre que se los necesita y, sin embargo, si por una sola vez, el acosado hace frente a la situación, puede verse señalado, paradójicamente, como criminal en vez de como víctima. 
Una película muy interesante, bien narrada, entretenida a pesar de su larga duración y de las que no dejan indiferente al espectador.




domingo, 21 de marzo de 2021

CHARLATÁN

 


Cuenta la historia de Jan Mikolášek (Ivan Trojan), un herbolario cuyos servicios fueron utilizados por  el líder nazi Martin Bormann y por el primer ministro checo Antonín Zápotocký (Ladislav Kolár). Se convirtió en una celebridad en los años 30, con largas colas ante su casa de gente que acudía a buscar ayuda para sus enfermedades, lo mismo  ricos que pobres. Atendió a los alemanes durante la ocupación nazi y también a los oficiales comunistas tras la guerra. La película muestra cómo el sanador se convierte en el objetivo de las autoridades comunistas.


Mikolášek es un hombre frío pero apasionado, que todos los días examina la orina de cientos de pacientes para diagnosticar e intentar curarlos con un método natural. Ayudó a muchas personas, incluyendo el presidente Zápotocký, cuya muerte en 1957 desató una pesadilla para el curandero, pues el nuevo régimen lo calificó como un charlatán y lo persiguió por no seguir el sistema comunista al pie de la letra. 


Una especie de biopic sobre este peculiar personaje al que retrata como un hombre de cierta frialdad con el que resulta difícil simpatizar, debido a su peculiar personalidad y a su forma de desenvolverse con los demás. 
El film mezcla situaciones que son, más o menos históricas, con otras inventadas o desarrolladas imaginando cómo pudieron ser las cosas que no están realmente documentadas, por ejemplo la relación homosexual que mantiene el protagonista con su asistente. Mikolášek mantuvo generalmente la gratuidad en sus consultas, pero comercializó las hierbas que recomendaba para sus tratamientos y, aunque con la fortuna que hizo ayudó a muchas personas de extracción baja a completar sus terapias, el régimen comunista no vio con buenos ojos aquel negocio privado y comenzó la persecución que supondría la detención y posterior juicio del sanador acusado de eludir impuestos, corrupción, sobreprecio en la venta de hierbas y negocio no autorizado. 
El juicio, al menos en la película, se monta sobre pruebas fabricadas y en él, fue condenado a tres años de prisión, a los que se añadieron otros dos cuando la sentencia fue recurrida. 
La película está dirigida por la realizadora polaca Agnieszka Holland.




sábado, 20 de marzo de 2021

LA LLORONA

 


Enrique Monteverde (Julio Diaz), un anciano general, criminal de guerra y paranoico, protegido por su fiel esposa, se enfrenta a la muerte mientras es perseguido por los fantasmas de su pasado. El juicio en el que fue condenado por crímenes de lesa humanidad, es declarado nulo por supuestos errores y él resulta absuelto. Entonces, el espíritu de "La Llorona" se libera para vagar por el mundo como un alma perdida entre los vivos. Por las noches, el ex-militar comienza a escucharla llorar, y su mujer y su hija creen que está sufriendo accesos de demencia senil.


El film repasa uno de los momentos más atroces y dolorosos de la historia reciente de Guatemala, ocurrido entre 1982 y 1983, durante la guerra civil de Guatemala (que duró 36 años, desde 1960 a 1996), cuando el gobierno militar llevó a cabo una serie de masacres de campesinos mayas, acusados de colaborar con la guerrilla marxista financiada por la Unión Soviética y Cuba: Decenas de miles de indígenas -hombres, mujeres y niños-, fueron asesinados de forma atroz y sus aldeas fueron arrasadas, fue el llamado Genocidio Maya o Guatemalteco. 
La protagonista es Alma (María Mercedes Coroy), una indígena víctima de las masacres, cuyos hijos fueron ahogados frente a ella por militares que amenazaron con matarla si lloraba. Para narrar este hecho histórico, recrea un famoso mito hispanoamericano, la leyenda de la mujer que ahogó a sus hijos y cuya alma, arrepentida y maldecida, los busca llorando por las noches. 
El personaje del general, puede ser considerado un trasunto del ex-presidente Efraín Ríos Montt, condenado a ochenta años de prisión por el genocidio cometido contra el pueblo Ixil. En la sentencia se consideró probado que los militares a su mando habían asesinado a 1771 ixiles, además de haber violado sistemáticamente a las mujeres y niñas, muchas de ellas convertidas en esclavas sexuales de sus soldados ―algunas de ellas murieron por esta causa―, y haber cometido todo tipo de atrocidades, como abrir el vientre a una embarazada para sacarle el feto, y de vejaciones, como obligar a un padre a ver cómo torturaban y violaban a su esposa y a sus hijos. Sin embargo, la sentencia del juicio fue anulada por la Corte de Constitucionalidad, por tres votos contra dos de los magistrados que componían la Corte, al considerar que el tribunal no resolvió en su día una recusación planteada en contra de dos de sus miembros.


La película se mueve entre el terror (tranquilos, que no da miedo) y la intriga con ese fondo histórico y de denuncia social presente en todo el film. Además del recuerdo de algo que quedó impune, pese al protagonismo de la figura del general Monteverde, es una película sobre todo de mujeres. Las tres generaciones de la familia, sufren en cierto modo, las consecuencias de unos hechos de los que no fueron ni protagonistas ni culpables, si bien es cierto que parte de su estatus social, viene del prestigio de quien hoy es su marido, padre y abuelo, también deben hoy sufrir el estigma que esto supone al caer aquel en desgracia y, además, toda su vida, cada cual en diferente medida han sufrido también la cercanía de esta especie de monstruo y lo han hecho en carne propia. Mujeres son también las otras dos habitantes de la casa y ambas representan la vida desdichada de la población indígena de Guatemala y de Iberoamérica en general, despojada de derechos y sirviente de los criollos que siguen detentando el poder.
Le mezcla entre memoria histórica y leyenda, queda muy conseguida.


Con los títulos de crédito finales, escuchamos la popular canción que lleva el mismo nombre que el film, una versión de la cantautora guatemalteca Gaby Moreno, interpretada por ella misma.




viernes, 19 de marzo de 2021

YA NO ESTOY AQUÍ

 


Ulises Samperio (Juan Daniel García) es un chico mexicano de 17 años que, tras un malentendido con miembros de un cártel local, se ve obligado a emigrar a Estados Unidos dejando atrás aquello con lo que más se identifica: su pandilla, el baile y las fiestas que tanto ama. Hace todo lo posible para adaptarse a un nuevo país, pero Ulises pronto se da cuenta de que preferiría regresar a casa, a Monterrey, con su familia y amigos, antes que afrontar la soledad en Estados Unidos.


Estamos ante una película que rompe tópicos, no sólo en el mensaje, sino en la estética. Fernando Frías, su director, dice que el público europeo espera de una película mexicana que sea violenta, en buena parte porque ellos mismos han alimentado el tópico de lo que llama "pornomiseria". Pero él quería otra cosa, retratar otra realidad, la de una juventud que en México dura muy poco, porque enseguida te obligan a volverte adulto con todo lo que ello significa y también dándole la vuelta a otro de los tópicos, el del paraíso prometido. El joven Ulises, cuando tiene que marcharse a los EE.UU., nunca tiene la sensación de estar en el país de los sueños, sino que siente el profundo desarraigo que su nueva situación le trae y lo que desea con todas sus fuerzas es regresar con los suyos.


Al ritmo de la Cumbia rebajada, el ritmo que triunfó en Monterrey a partir de los 60, estamos ante un film diferente a lo que la industria nos hace llegar, con actores que no lo son, consiguiendo que en ningún momento den la sensación de estar interpretando un papel y que nos hace empatizar con ellos, incluso aunque no sepamos muy bien de qué va aquello. El film se niega a caer en descripciones etnográficas o en transmitir lo sórdido, para lanzar un mensaje de resistencia de unos adolescentes que no quieren dejarse atrapar por la pobreza, el narcotráfico o la violencia que les rodea, aunque sean conscientes de que ese mundo les va a terminar engullendo, pero no será porque no han buscado una salida, aunque sea en forma de música y baile.




jueves, 18 de marzo de 2021

RIFKIN'S FESTIVAL

 


Sue (Gina Gershon) y Mort Rifkin (Wallace Shawn), son un matrimonio estadounidense que acude al Festival de Cine de San Sebastián. La pareja queda prendada de la ciudad, así como de la belleza y encanto de España y la fantasía del mundo del cine. 
Sue es la jefa de prensa encargada de llevar el estreno de la nueva película de Philippe (Louis Garrel). El matrimonio de ambos se verá en peligro, cuando Mort se va dando cuenta de que Sue siente algo especial por Philippe, y el sentimiento es mutuo. Por otro lado Mort conocerá a la cardióloga Jo Rojas (Elena Anaya) y se quedará totalmente ensimismado, junto a ella volverá a sentir cosas que hace mucho había olvidado.


Trámite cumplido, eso parece la última película de Woody Allen. Supongo que a los cinéfilos les gustará reconocer esos sueños del protagonista que rememoran películas icónicas de realizadores admirados por el neoyorkino (Ciudadano Kane, Ocho y medio, Jules et Jim, El ángel exterminador, Al final de la escapada, Persona o El séptimo sello), pero hasta eso, de lo más celebrado por los críticos, no deja de ser algo que, como he leído en alguna reseña, ya hace José Mota en su especial de fin de año, quizá con menos estilo, pero puede que más divertido. 
Allen nos acerca algunos de sus temas recurrentes, haciendo énfasis, en esta ocasión, sobre lo lejano que se siente a este mundo del glamour festivalero y haciendo ver que no le agradan demasiado algunos de los realizadores actuales que entran en la ruleta de las promociones y se preocupan más de las ruedas de prensa y el marketing, que de la película que tienen entre manos. Ni siquiera los chistes están a la altura de anteriores trabajos, apenas hacen gracia. Rescato uno, quizá el único con algo de ingenio (no es textual): Confía en que su nueva película contribuya a la reconciliación entre israelíes y palestinos, le dice su esposa al protagonista, a lo que este responde: Me alegra saber que se ha pasado a la ciencia ficción
Y, por si fuera poco, está la escena en que aparece Sergi López que, a partir de ahora, tendrá el dudoso honor de haber protagonizado la peor escena que yo recuerdo de toda la filmografía del maestro de Brooklyn.


Desde su senectud, parece que ya asumida, Woody Allen muestra su desencanto con el cine actual y evoca con nostalgia a algunos de los grandes maestros, sobre todo del cine europeo, como si entregara su testamento en el que descubrimos que está de vuelta de todo. 
Si así es, ¿por qué no hace como su alter ego en la película que rompe la página que escribe porque no le satisface y lo que quiere es escribir una gran novela o si no, mejor nada? ¿Por qué no rompe el celuloide virtual de este film para no tener que ofrecernos una película mediocre en lugar de una película digna? Muy sencillo, porque aunque a Woody ya no le guste lo que se hace ahora, ni siquiera lo que hace él mismo, ama tanto al cine, que no puede vivir sin él. 
Bueno, al menos, San Sebatián podrá presumir de tener, como Barcelona con aquella mediocre Vicky Cristina Barcelona, de tener un álbum de preciosas postales turísticas filmadas por uno de los grandes maestros del cine contemporáneo.