lunes, 29 de febrero de 2016

ACORRALADO (RAMBO)

John J. Rambo (Sylvester Stallone) es un ex soldado de las fuerzas especiales de Estados Unidos que luchó en Vietnam y ganó la Medalla de Honor del Congreso, a pesar de haber regresado a su país, el recuerdo de Vietnam le persigue.
Al llegar a la pequeña localidad de Esperanza, Washington, para visitar a un amigo, es invitado a salir fuera de la ciudad por el sheriff Will Teasle (Brian Dennehy), que le cree un vagabundo, como Rambo se niega, le detiene por vagabundeo y resistencia a la autoridad. Lo que Teasle no sabe es que Rambo se toma todo aquello como un insulto, pues está muy dolido, en realidad él ha ido hasta allí para visitar a un antiguo compañero de armas y ha descubierto que murió de cáncer por culpa del Agente Naranja. Llega un punto en que Rambo se pone violento y es golpeado por varios agentes. A la mente de Rambo vienen imágenes muy vívidas de su época en Vietnam y de las torturas que hubo de sufrir cuando fue capturado, todo aquello para lo que había sido entrenado regresa a él, se enfrenta a los policías y acaba huyendo con una motocicleta robada a través del bosque.
El antiguo oficial al mando de Rambo, el coronel Samuel Trautman (Richard Crenna), advierte a las autoridades del riesgo de intentar capturar a Rambo, ya que dada su experiencia en combate puede matarlos a todos y aconseja calmar los ánimos, pero Teasle le ignora, porque en realidad persigue la muerte de Rambo llevado por sus prejuicios y el afán de venganza.


El guión se basa en la novela del mismo título del canadiense David Morrell. La adaptación recoge bastante bien los momentos de acción, pero no así otras reflexiones que se hacen en la novela de Morrell, como por ejemplo el motivo de la aversión del sheriff hacia el ex-boina verde. El sheriif Teasle tenía problemas con la figura paterna, en el film se ve cómo una de sus principales preocupaciones con respecto a Rambo, a quien ve como un muchacho, es su aspecto, le insiste en que se corte el pelo, un claro elemento psicológico sobre la autoridad paterna.
Además, Tease muestra su repulsión por estas nuevas figuras creadas para la guerra de Vietnam, máquinas de matar que se convierten en inadaptados sociales cuando regresan a la vida civil, la película no explica que Tease es un veterano de Corea con una personalidad forjada a partir de viejas tácticas de confrontación, con fácil integración a la sociedad una vez terminada la guerra. Solamente los muy iniciados se darán cuenta de que en el despacho del sheriff y apenas durante unos segundos, se ve una panoplia con las tres medallas que consiguió en Corea (la Estrella de Plata, el Corazón Púrpura y la Cruz de Servicios Distinguidos al Ejército).



Rambo I, como se conoce vulgarmente esta película, es un icono del cine de acción y su personaje protagonista, uno de los más reconocidos junto a nombres tan sonoros como Supermán, Tarzan, James Bond o Harry Potter.
Denostada por una parte de la crítica, su éxito popular fue y es innegable y aunque haya disparidad a la hora de interpretar su mensaje, ahí queda la crítica a una sociedad que es capaz de crear este tipo de personas. Rambo es para algunos una máquina de matar, pero en realidad es sencillamente el resultado de lo que una institución de una sociedad desarrollada puede llegar a hacerle a un ser humano. Y un ser humano que se resiste a toda la porquería que quieren hacerle tragar no es simplemente un sucio asesino.




sábado, 27 de febrero de 2016

LA BARRACA

La serie de nueve capítulos, fue estrenada por TVE en 1979. Dirigida por el argentino León Klimovsky, el guión, escrito por el cineasta Manuel Mur Oti, se basa en la novela del mismo título escrita en 1898 por Vicente Blasco Ibáñez.
Ambientada en la huerta valenciana, nos cuenta cómo el tío Barret (Eduardo Fajardo), al hacerse viejo, ya no puede labrar toda la extensión de tierra que tiene arrendada a D. Joaquín (Gabriel Llopart), al que le debe el dinero que le ha ido prestando, los intereses y la renta del año anterior, ante lo que éste toma la vía judicial para que se proceda al desahucio de Barret que suplica a D. Joaquín que no le eche de un lugar que él y sus mayores han regado con su sudor. Ante los oídos sordos de éste, Barret mata a D. Joaquín y es enviado al presidio de Ceuta, donde muere.
Al cabo del tiempo, a la barraca que fue del tío Barret, llega la familia Borrull, Batiste (Álvaro de Luna), oriundo de Sagunto, su esposa Teresa (Marisa de Leza), que nació en Aielo de Malferit y sus hijos. Sin embargo, La Huerta se ha juramentado para que nadie ocupe aquella barraca, antes han echado a otros y ahora pretenden hacer la vida imposible a los Borrull. Capitaneados por Pimentó (Luis Suárez), un chulo vividor sin oficio ni beneficio, vago y bebedor, casado con Pepeta (Lola Herrera) que le mantiene, los huertanos se enfrentan a los recién llegados que habrán de soportar todo tipo de desprecios hasta que la tragedia toma cuerpo.
La serie recoge muy bien, a través de las imágenes de La Huerta y de los tipos que la pueblan, el espíritu naturalista que Blasco, influenciado por Zola, cuya obra admiraba, imprimió a su obra.


Se nos presenta una sociedad cerrada sobre sí misma, que desconfía del mundo exterior y que tiene sus propias leyes que cumplen por encima de todo, sin mirar si hay injusticia en sus decisiones. La Huerta es La Huerta, repiten una y otra vez, para lo bueno y para lo malo, para la solidaridad, pero también para hacer el vacío a quienes consideran intrusos. No debe verse en la novela de Blasco Ibáñez un ataque a los modos de vida de La Huerta, sino a la incultura que es la que lleva a aquellos hombres a obrar como lo hacen. Por boca de los personajes que representan el mundo ilustrado (maestro, médico y veterinario), Blasco va exponiendo algunas de sus ideas sobre la incultura del pueblo, el odio entre las personas, el maltrato animal... Al final, la rabia por la injusticia que se ha cometido con el tío Barret, lleva a que los pobres se enfrenten unos con otros, mientras los ricos permanecen como espectadores dejando pasar el tiempo, sin que la falta de producción de una tierra que no trabajan pero de la que obtienen beneficios en forma de rentas, les afecte más de la cuenta, pues tienen otros medios de vida, además de capital ahorrado y bienes de otro tipo que les permiten seguir con su ritmo de vida.
Con unos actores que, salvo algún caso muy concreto, logran que nos rindamos a sus interpretaciones, dando el perfil que requiere cada uno de sus personajes. El elenco, sin grandes estrellas (salvo Victoria Abril, que aún no lo era y Lola Herrera que está magnífica), pero plagado de nombres muy conocidos de la escena española, grandes actores y magníficos intérpretes todos ellos que, por el metraje de la obra, rodada sin prisas y sin necesidad de meter la tijera para reducir el tiempo, tienen oportunidad de lucir lo mejor de sí y creo que lo consiguen.
Muy bien ambientada, la música es de Alfonso Santiestaban e incluye una canción del valenciano Jesús Glück (sí, el de Black Is Black y otros grandes éxitos) que suena durante los títulos de crédito y que interpreta (de aquella manera) Victoria Abril, cuyo personaje de Roseta, pone la nota romántica y discordante con la tragedia que les rodea a ella y a Tonet (Juan Carlos Naya), mientras viven su historia de amor que viene a representar la superación de los desencuentros entre los viejos y nuevos vecinos de la huerta.
El mensaje de desesperanza impregna el final, no sólo del conjunto, sino de cada uno de los capítulos de la serie que compone una magnífica traslación a la pantalla de la pesimista obra de Blasco Ibáñez.




viernes, 26 de febrero de 2016

MAGICAL GIRL

Luis (Luis Bermejo), un profesor de literatura en paro que vende sus libros a peso para ayudarse en su complicada economía, vive con su hija, Alicia (Lucía Pollán) a la que han diagnosticado leucemia y una breve esperanza de vida.
Alicia tiene un deseo, el vestido de Yukiko, una heroína de dibujos manga. El problema principal es que el vestido que ella quiere es uno en concreto, un diseño especial que vale una fortuna.
Luis está dispuesto a lo que sea con tal de conseguir el sueño de la niña, incluso a intentar el atraco a una joyería, pero cuando está a punto de estrellar una piedra para romper el cristal de una de ellas, alguien vomita sobre su hombro, poniéndole perdido. Esa persona, que no es otra que Bárbara (Bárbara Lennie), baja a la calle y le ofrece limpiarle la ropa, le invita a subir a su casa y acaba en la cama con Luis.
Al día siguiente, Bárbara recibe una llamada, es Luis quien le amenaza con contarle todo a su marido, pues lo ha grabado con su teléfono móvil, y a cambio de su silencio le exige 7.000 euros, el precio del vestido que quiere para Alicia.
Cuando el vestido llega, se da cuenta de que falta uno de los accesorios, el más importante, una especie de varita mágica acabada en un corazón que vale incluso más que el propio vestido. Aunque ha prometido dejar en paz a Bárbara, la llama para pedirle más dinero. Aquello va a tener consecuencias trágicas e irreparables.


Aclamado segundo largometraje de Carlos Vermut que arrasó en el Festival de San Sebastián, donde obtuvo la Concha de Oro a la mejor película y la de Plata al mejor director.


Estéticamente es una película muy bien rodada, con un exquisito cuidado en detalles, planos, enfoques, iluminación... Composiciones geométricas, como si se buscara el equilibrio perfecto, con interiores más que desnudos, sobriamente decorados y exteriores que buscan esa prolongación de líneas escuetas y definidas.


Ese equilibrio acentúa aún más el desorden que se desata en la vida de los protagonistas, vidas llevadas al extremo, a pesar de lo cual, porque todo se hace sin estridencias, nos llegan a resultar creíbles, por más absurdos que lleguen a ser los recursos del guión para llegar a lo que el realizador quiere contar.
Un guión plagado de vacíos que ha hecho que algunos lo entiendan como falto de ideas, por cuanto hay unas cuantas cosas que quedan sin explicación, simplemente ocurren. Pero eso es algo buscado, Vermut lo refleja muy bien con la pieza del puzzle que Damián (José Sacristán) no encuentra, esos vacíos forman parte del devenir de la historia.


Película diferente, incluso difícil a pesar de la apariencia de sencillez, precisamente por esas cosas que no se cuentan y que quedan un poco al albur de la interpretación del espectador.
En cualquier caso un buen intento de un joven realizador que ha buscado contarnos su visión de la sociedad, al menos de cierta sociedad actual, mezclando horror y belleza transitando un camino diferente que perturba al espectador.




jueves, 25 de febrero de 2016

NO QUISIERA ESTAR EN SUS ZAPATOS

"I wouldn't be in your shoes", es el título original de esta novela escrita por Cornell George Hopley-Woolrich, más conocido por sus seudónimos William Irish o George Hopley, que quizá a muchos no les diga nada, pero si les hablo del autor de La ventana indiscreta, el relato en el que Hitchcock se inspiró para hacer una de sus más famosas películas, quizá ya les vaya sonando este maestro que renovó el género con un golpe de genialidad que no encontraremos de nuevo hasta Dashiell Hammett. Irish fue un hombre retraído, que apenas se movía de su casa y alrededores, de aspecto enfermizo, que vivía dependiente de una madre dominadora y cuya vida acabó tristemente, enfermo de ictericia, alcohólico y tullido, después de haber estado marcado por su condición sexual (era un homosexual muy promiscuo), que hizo que su matrimonio con Gloria Blackton, durara tan solo una semana.
Un par de zapatos arrojados por una ventana en una calurosa noche de verano convertirán la vida de su dueño en una verdadera pesadilla, un asunto totalmente kafkiano del que valiéndose de un truco de escritor, cual es hacernos creer que ni él, ni su esposa recuerdan ese detalle tan importante como es el lanzar los zapatos fuera de casa, crea un relato de suspense que podemos enmarcar entre lo mejor del género negro.



miércoles, 24 de febrero de 2016

LOREAK

El matrimonio de Ane (Nagore Aranburu) y Ander (Egoitz Lasa), no pasa por sus mejores momentos, ella, que trabaja en una empresa de construcción acaba de entrar en la menopausia, aunque aún es joven, un caso prematuro. El caso es que el diálogo entre ambos apenas existe, ella se reconcentra en si misma y él, enchufa la tele en cuanto llega a casa.
Ane recibe un precioso ramo de flores y cuando le da las gracias a Ander por el detalle, él le contesta que no sabe nada de aquello. El caso es que, de forma regular, cada semana llega un nuevo ramo de flores, como en la canción, viene sin tarjeta. Ander está mosqueado y ambos investigan en las floristerías quién puede ser el autor de los envíos, sin lograr aclarar demasiado del asunto. Como Ane ve que aquello está afectando negativamente a Ander, que no se muestra demasiado comprensivo, a partir de ese momento decide ocultarle las flores a su marido y se las lleva a escondidas a la obra donde trabaja.
Un accidente de tráfico que sufre un compañero de trabajo y que le acaba costando la vida, le irá dando a Ane las claves de quién le enviaba las flores, al tiempo que conoce a dos mujeres que estaban vinculadas al fallecido: su esposa y su madre.


Film enteramente hablado en vascuence (ahora llamado euskera), dirigido por José María Goenaga y Jon Garaño, autores también de un guión en el que participa Aitor Arregui, que se basa en una idea del propio José Mª Goenaga.
La película tiene dos temas principales, por así decirlo, la soledad (o más bien la incomunicación) y el olvido (o el recuerdo, según se mire).
Alrededor de un mundo de mujeres se va reflexionando sobre estos dos asuntos, casi más a través de imágenes que de diálogos, aunque estos no están ausentes en la cinta. Imágenes que, en ocasiones nos recuerdan otras películas, otros realizadores, recuerdo, así a bote pronto, el voyeurismo tan hitchcokdiano de Beñat (Josean Bengoetxea), mirando con sus prismáticos desde su puesto en la grúa de la obra.
A mí me daba la impresión de estar viendo, en algunos tramos del film, un corto pasado de metraje, por esa calidad que tienen las historias breves que algunas veces se nos muestran en los cortometrajes y que aquí han sido alargadas en el tiempo a través de añadir imágenes que no aportan nada a la trama en sí, aunque sí suponen un magnífico ejercicio de estilo visual y compositivo.


Loreak es una película dramáticamente tierna, que crea algo de desasosiego por ese poso de misterio, casi de cine negro que envuelve la historia.
Con una fotografía que, aunque aprovecha la esplendidez del paisaje guipuzcoano, huyendo de las imágenes de postal, tampoco es que éste predomine, pues hay muchas tomas de interiores y de paisajes urbanos y del mundo que podríamos llamar actual, disociado de la naturaleza.
La banda sonora, notable también, es del experimentado Pascal Gaigne, que lleva unas cuantas músicas de películas a sus espaldas.
La película no busca efectismo, ni hurga en la herida del sentimentalismo fácil, cuenta historias sencillas que parecen totalmente creíbles en buena parte gracias al magnífico trabajo de las tres actrices principales, con interpretaciones en las que los realizadores han trabajado de firme la contención, y con algunos planos realmente bellos y llamativos.
Aunque hay algunas cosas que no están a la altura (quizá lo relativo al cadáver de Beñat), en general estamos ante un film bien trabajado, no exento de cierto preciosismo, muy agradable de ver y del que creo que, en general, se disfruta y queda uno más que satisfecho.




martes, 23 de febrero de 2016

LA VERDAD SOBRE EL CASO HARRY QUEBERT

Marcus Goldman, un joven escritor, visita a su mentor —Harry Quebert, autor de una aclamada novela— y descubre que éste tuvo una relación secreta con Nola Kellergan, una jovencita que desapareció, posiblemente asesina, treinta años atrás, cuando tenía 15 años y él más del doble. Poco después, Harry es arrestado y acusado de asesinato al encontrarse el cadáver de Nola enterrado en su jardín. Marcus comienza a investigar y a escribir un libro sobre el caso. Mientras busca demostrar la inocencia de Harry, una trama de secretos sale a la luz.
Voy a expresar someramente mi opinión sobre el libro, aunque ya adelanto que podéis encontrar críticas de todo tipo, desde quien la encuentra como una novela casi gloriosa, hasta quien la tacha de plagada de defecto, pasando por todos los estados intermedios.
Antes de nada, señalar que el libro, aún con una estructura claramente de suspense alrededor del caso de la desaparición de una niña y el posterior hallazgo de su cadáver con treinta años de diferencia, se acompaña de una serie de reflexiones sobre la amistad y también sobre las dificultades de escribir literatura en general y literatura de éxito en particular. Es muy interesante el retrato que hace de los métodos de las grandes editoriales, es cierto que en algunos pasajes está caricaturizado, pero no deja de aproximarse a la realidad.
Uno de los principales activos del libro es su lenguaje, sencillo y asequible para cualquier tipo de lector que invita a seguir leyendo porque la comprensión resulta fácil.
Probablemente la principal controversia a la hora de enjuiciar la novela es el uso que hace de las sorpresas y giros que va tomando la narración para mantener el suspense de la historia, pues en algún momento llegas a pensar que se está pasando un poco, añadiendo un nuevo giro que hace cambiar el curso de la investigación y cuando vas por el tercero de ello y se anuncia un cuarto, aunque es cierto que están bien construidos, no puedes evitar que una sonrisa de "se está pasando un poco", aflore en tus labios. Pero por otro lado no dejas de admirar la manera sencilla de resolver lo complejo y saber comunicártelo sin que te pierdas.
Otro de los asuntos que enfrenta opiniones es lo que yo llamo el casamiento de las pistas. Cosas que se van soltando a lo largo de la narración, en ocasiones parecen incluso intrascendentes y más adelante, cuando es otro personaje quien narra aquel momento, encuentras la explicación en aquello que páginas atrás se te contó como si fuera algo sin importancia. Hay a quien no le satisface que estas cosas aparezcan, porque le da la sensación que son repeticiones de lo mismo, por contra a mí me encanta que todo vaya casando.
Otro aspecto que puede considerarse un poco "tramposo" de la trama es que, cuando está investigando, Marcus Goldman lo tiene todo a su favor de forma que casi no encuentra restricciones a la hora de acceder a la información. La policía no sólo comparte los aspectos confidenciales de la investigación sin ningún pudor con alguien que no tiene nada que ver con el cuerpo y simplemente investiga de forma privada, si no que todos los habitantes del pueblo están dispuestos a hablar, contar sus intimidades o airear sus trapos sucios.
Por último, me ha gustado bastante el contrapunto humorístico, sobre todo centrado en el matrimonio formado por Robert (Bobbo) Quinn y su esposa Tamara, algunas situaciones entre ellos, son muy divertidas por lo irónico.
En definitiva, una novela larga, bien construida, que se lee con avidez por llegar al final y conocer la verdad sobre un caso que desde su aparente sencillez, ha ido alcanzando un alto grado de complejidad en el que nada, ni nadie, resulta ser lo que parecía; una lectura que engancha y que gracias a esos giros de los que hablábamos, no resulta predecible.






lunes, 22 de febrero de 2016

EL RESPLANDOR

El escritor Jack Torrance (Jack Nicholson) realiza una entrevista de trabajo para el puesto de cuidador de invierno del aislado, viejo, enorme y hermoso hotel Overlook. En la entrevista, el gerente del Overlook, le cuenta unos hechos trágicos que ocurrieron tiempo atrás, en los que el hombre que ocupaba el puesto que va desempeñar Torrance, mató a su familia y posteriormente se suicidó con una escopeta. Haciendo caso omiso de la historia, Jack lleva a su esposa, Wendy (Shelley Duvall) y a su hijo Danny (Danny Lloyd) a vivir con él durante el tiempo que va a estar en el hotel. Sucede que Danny, tiene un poder misterioso conocido como "El resplandor" que le muestra cosas del pasado y el futuro. Algunas de las visiones vienen de Tony, "el niño que vive en la boca de Danny", según dice él, una especie de amigo invisible. Danny se reúne con Dick Hallorann, el cocinero del hotel, en su primer día de estancia allí, Hallorann también tiene "El resplandor" y le advierte sobre la siniestra habitación 237, diciéndole que no entre nunca en ella. Conforme pasan los días, Danny tiene visiones de los clientes y empleados anteriores que ya han fallecido, por su parte Jack empieza a conducirse de una manera que no es normal, volviéndose más y más agresivo, hasta el punto en que Danny y Wendy están convencidos de que Jack podría tratar de hacer lo mismo que hizo el antiguo cuidador.


El guión se basa en un relato de Stephen King y aunque mantiene el espíritu del mismo, Kubrick y Diane Johnson, autores del mismo, en cierto modo crean un relato nuevo, ya que alteran bastantes cosas del mismo, algunas de ellas sustanciales.
Aunque una parte de la crítica se centra mucho en la labor del realizador, no podemos olvidarnos de las buenas interpretaciones que logran sus protagonistas, con un Nicholson que saben ir graduando de maravilla la trasformación de su personaje hasta ser uno de los paradigmas del desequilibrado.


Un film que forma ya parte de la historia del cine y que es todo un referente del género de misterio y terror, con todos esos detalles que lo hacen único, desde la iluminación hasta la cuidada ambientación o los detalles técnicos de los que tanto se ha hablado.
La película atrapa desde el principio, con esas espectaculares imágenes aéreas al compás del Dies Irae, consiguiendo de forma paulatina que el miedo, la agonía de los personajes y la inquietud, se vayan apoderando de ti de una forma única.
Jamás un simple triciclo conducido por un niño, creó tanto desasosiego.




sábado, 20 de febrero de 2016

VERDÚN

A las siete de la mañana del 21 de febrero de 1916, la tierra comenzó a temblar en un amplio territorio del norte de Francia. Mil doscientos cañones alemanes habían empezado a disparar al unísono contra las posiciones francesas de Verdún y sus alrededores, tras una serie de descargas aisladas realizadas a lo largo de la noche.
Habían transcurrido dieciocho meses desde el inicio de la Primera Guerra Mundial y en un antiguo bastión junto al río Mosa, en el este de Francia, había comenzado el símbolo bélico de toda la guerra de 1914-1918. La batalla de posiciones de diez meses de duración, que llegó a ser conocida como “la batalla de Verdún”, confirió grandeza al lugar y, aun antes de que hubiera concluido, la ciudad en ruinas y sus alrededores ya dejaban adivinar su fama póstuma.
Paul Jankowski, profesor en la Universidad de Brandeis, Estados Unidos, es uno de los estudiosos de la historia de Francia más prestigiosos del mundo y en este libro trata de ahondar en los motivos de esta famosa página de la Historia, su desarrollo y las consecuencias sobre el devenir de la Guerra y sobre las personas que participaron en ella. Para ello ha consultado multitud de archivos, publicaciones y otras fuentes de ambos bandos, aunando los documentos oficiales o académicos con los testimonios de personas sencillas (soldados, oficiales de todo rango, periodistas, civiles, etc.) que fueron testigos del sangriento enfrentamiento, para lo cual ha repasado cartas enviadas a sus casas, artículos de prensa, discursos en conmemoraciones o simples declaraciones de esos protagonistas.
Una de la preguntas que más controversia ha ocasionado, dando lugar a tesis muchas veces contradictorias, es la de los motivos alemanes para atacar Verdún, un enclave con escaso valor estratégico. Se sabe que una vez establecido allí el frente, tras la contraofesiva francesa que logró frenar lo que se preveía como un devastador ataque alemán, el principal motivo de unos y otros para continuar enzarzados en el lugar sin apenas avances visibles, fue el prestigio y la convicción de que una retirada estratégica minaría la moral de las tropas, porque los estrategas militares que han estudiado a posteriori la batalla, prácticamente coinciden en que los franceses podrían perfectamente haber cedido unos kilómetros rearmando su frente algo más atrás, sin que ello hubiera supuesto ninguna ventaja al enemigo y, por el contrario, los alemanes se pudieron decidir por abandonar el frente de Verdún tras perder el factor sorpresa, porque sabían que aunque ganaran la ciudad, ello no les supondría ningún paso decisivo en su objetivo de avanzar hacia París.
Jankowski tampoco tiene respuesta para esclarecer los motivos que tuvo Erich von Falkenhayn, jefe del Estado Mayor alemán para decidir el ataque en aquel punto concreto. Falkenhayn se las arregló para dejar en la oscuridad cuáles eran sus intenciones con la batalla de Verdún; no solo a sus enemigos, sino también a sus compatriotas, a sus contemporáneos y a toda la posteridad.
De cualquier modo, el trabajo de Jankowski va más allá y en las páginas del libro va desgranando las consecuencias que esta, como otras batallas de la Gran Guerra, tuvieron sobre el nuevo concepto de enfrentamiento bélico con la aparición del armamento pesado, empleado por primera vez a gran escala que deshumanizó de una vez por todas, lo que de humano pudiera haber en cualquier guerra, haciendo desaparecer de forma definitiva los conceptos de caballerosidad que venían de la época medieval y que aún se habían mantenido hasta las guerras napoleónicas y las inmediatamente posteriores.
Quizá el principal valor del libro sea ver insertados todos esos pequeños testimonios de protagonistas anónimos, entre los obtenidos de la documentación oficial o académica, que nos ayudan a comprender el sufrimiento que la tropa soportó en esta guerra de desgaste en que los nervios del más templado eran puestos a prueba por las duras condiciones físicas y psicológicas que los constantes bombardeos de un enemigo invisible, por un lado y el barro, la lluvia, el frío o el calor por otro, imponían cada nueva jornada sin solución de continuidad. Pero no sólo eso, el autor analiza también los nuevos desafíos que el transporte de todo ese material, grandes cantidades de tropa y suministros, suponían para el alto mando de cada ejército y también lo que la guerra de posiciones incidía en los combatientes y en su moral, así como los problemas derivados de los errores o el despotismo de algunos de los jefes y sus órdenes incongruentes o las dificultades de convivencia ocasionadas por las características del frente que, en ocasiones, en lugar de fomentar la camaradería, hacían que valores como este, se desplomasen.
Un libro quizá algo árido por la cantidad de datos que maneja, pero que el autor trata de hacer ameno al lector con todos estos pequeños detalles y anécdotas que quedan señalados, aunque no siempre lo consigue.
Para el estudioso queda la magnífica aportación que suponen el apéndice sobre las fuentes y la copiosa bibliografía que se añade al final del libro.

Esta reseña fue publicada en su día en HISLIBRIS





viernes, 19 de febrero de 2016

EL BUSCÓN

Pablos (Paco Algora), tiene un tío que es verdugo en Sevilla, un hombre respetado en su profesión y que obtiene sus buenos ingresos traficando con los cadáveres de los ajusticiados, vendiéndolos enteros o por partes para las prácticas de los estudiantes de medicina.
Este hombre escribe a su sobrino para relatarle el triste final de sus padres, uno ahorcado por ladrón y la otra en manos de la Inquisición acusada de brujería, que va a ser quemada en un Auto de Fé.
Sin nadie que cuide de él, Pablos entra al servicio de un hidalgo que le envía como criado de su hijo, D. Diego Coronel (Juan Diego), primero a una especie de internado regido por un clérigo y, más adelante, a Alcalá de Henares, donde D. Diego va a estudiar.
Sin embargo, la vida de Pablos va por otros derroteros, él quiere andar por su cuenta, sin tener que ser criado de nadie y comienza a moverse entre hampones y buscavidas.
La película traslada a la pantalla las andanzas del protagonista de la famosa novela de Francisco de Quevedo que narra las aventuras del pícaro Don Pablos, llamado El Buscón. El guión adapta libremente el libro de manera un tanto confusa, en algunos momentos se pierde el hilo de lo que está ocurriendo y quien no haya leído la obra de Quevedo, puede tener ciertas dificultades para seguir cada uno de los episodios, que no están demasiado bien hilados.


Luciano Berriatúa es tenido por un director maldito en el panorama cinematográfico español, de hecho esta es su única película, la otra en realidad es una reconstrucción del Fausto de Murnau. El fracaso en taquilla de El Buscón, supuso su alejamiento definitivo (hasta hoy, al menos) del cine comercial.
La película incorpora composiciones de música de época y de forma recurrente incluye una versión musicalizada del poema de Quevedo "Poderoso caballero es don dinero".
Con un reparto de figuras conocidas (aparte de los ya mencionados, Ana Belén, Antonio Iranzo, Kiti Mánver, Francisco Rabal, Josele Román o Laly Soldevila, entre otros), no puede sustraerse a la moda del momento de que algunas de las actrices aparezcan más que ligeras de ropa.
Con un montaje un tanto irregular, la película en general es un poco caótica.




jueves, 18 de febrero de 2016

EL PERRO CANELO

La acción se desarrolla en Concarneau, una ciudad amurallada que se destaca por sus estrechas calles y el clima brumoso típico de la costa.
Algunos de los clientes del Hotel Admiral, que se reúnen allí principalmente para jugar o para charlar, son los supuestos objetivos de una serie de atentados que ponen en peligro su vida, incluso alguno de ellos acaba muerto. Llama la atención que en el lugar en que se produce cada hecho criminal, aparece un perro de color amarillento, aparentemente sin dueño.
El alcalde urge al inspector Maigret, que ha sido encargado del caso, al hallarse destinado de manera provisional en la Brigada Móvil de Rennes, para que detenga a alguien, a quien sea, según sus propias palabras, apuntando directamente a un personaje que ha aparecido últimamente en la ciudad, un vagabundo de talla gigantesca, con aspecto de marinero.
Sin embargo, Maigret no se deja llevar por estas urgencias, ha analizado los hechos y llega a hacerse cargo de la situación, estableciendo, junto al joven inspector Leroy, que hace las veces de ayudante, algunos planes para atrapar al asesino.
Es la sexta novela de la serie.




miércoles, 17 de febrero de 2016

TESS

Estamos en la Inglaterra Victoriana en una aldea del condado de Wessex, una familia pobre y numerosa, los Durbeyfield, se entera por medio del pastor de la iglesia local, que además es historiador aficionado, que en realidad proceden de una familia de rancio abolengo, los d'Urberville, que llegaron a ser poderosos, pero que perdieron todo lo que tenían.
Ante estas revelaciones, deciden enviar a la hija mayor, Tess (Nastassja Kinski) a una mansión relativamente cercana, donde saben que reside una vieja dama que se hace llamar d'Urberville, para ver si pueden sacar algo en forma de socorro que remedie su pobreza, invocando unos lazos familiares de los que ni siquiera están seguros.
Tess descubre que tanto la señora, como su hijo Alec (Leigh Lawson), tienen poco de d'Urberville, pues en realidad compraron el título para dar cierto lustre a su saga que viene de la burguesía enriquecida.
No obstante, Alec ofrece a Tess todo lo que ella desee a cambio de favores sexuales a los que esta no va tener más remedio que acceder, pues la situación de su familia no mejora y además de manera implícita, esperan de ella que les saque de la pobreza en que viven.
Las consecuencias de sus relaciones con Alec d'Urberville, cambiarán la vida de Tess y tendrán consecuencias irreparables en el futuro.


El guión se basa en la novela Tess, la de los d'Urberville, también traducida al español como Tess d'Urberville y Tess de los d'Urberville (título original en inglés, Tess of the d'Urbervilles: A Pure Woman Faithfully Presented, literalmente "Tess de los d'Urberville: una mujer pura fielmente presentada"), de Thomas Hardy, aparecida por primera vez en 1891 y de la que se han hecho multitud de versiones cinematográficas, ya desde los tiempos del cine mudo.
Obtuvo tres Oscar (Mejor fotografía, dirección artística y vestuario), de los 6 a los que estaba nominada.
Nastassja Kinski logra una interpretación cargada de delicadeza, pocas veces la encontraremos tan bella y magnífica como en este papel.


Un prodigio visual, un auténtico goce para los sentidos, con una fotografía de corte naturalista que se recrea en los maravillosos paisajes en los que se desarrolla la acción, todo ello acompañado de una ambientación que cuida el detalle y de una partitura que no desmerece en absoluto del resto del film.
Polanski abandona lo que para algunos son sus señas de identidad, para ofrecernos este drama romántico, en el que la hipocresía y el poder de las convenciones sociales, se ponen de manifiesto.
Tess no ama al hombre que la seduce, pero sí quiere con toda el alma al que la desprecia tras conocer su pasado y será la falta de comprensión de Angel Clare (Peter Firth), la que tenga efectos demoledores sobre ella, que hasta el momento, juzgaba su desliz con benevolencia, para comenzar a considerar que su falta debe ser castigada, puesto que el hombre al que ama la condena.
Película muy triste que retrata el papel de la mujer en aquella sociedad para la que cuenta su honra por encima de su valía, que se enfrenta con valentía y orgullo a los sinsabores de la vida, aunque al final acaba vencida. Polanski nos trae un film en el que llama la atención su "normalidad" con un registro que se ajusta al canon, rodada sin prisas, incluso con lentitud, pero sabiendo hacer de ello, una pequeña obra de arte.




martes, 16 de febrero de 2016

FIRMADO: PICPUS

Mañana, minutos después de las cinco de la tarde, mataré a la vidente.
Este escueto y enigmático mensaje es el que se recibe en el 36, Quai des Orfèvres, sede la policía judicial, Maigret ordena que se vigile a todas las videntes conocidas y, por una vez en su vida, confía en que el crimen se produzca, de lo contrario será el hazmerreír de sus colegas y superiores.
Al final, efectivamente, una tal Mademoiselle Jeanne, al parecer una cartomántica, aparece muerta en su domicilio con dos cuchilladas en la espalda. La policía inspecciona el lugar y cuál no será su sorpresa cuando en la cocina, encerrado bajo llave, encuentran a un hombre llamado Le Cloaguen, parco en palabras y aparentemente algo corto de entendederas. Cuando le devuelven a su domicilio, Maigret nota un cierto terror en el sujeto, algo que a primera vista está provocado por su esposa y su hija.
El juez de instrucción comienza a ponerse nervioso porque el asunto tarda en resolverse y cree haber encontrado la solución al enigma, pero el Comisario continúa la investigación por su cuenta.
Lleno de misterio y con falsas pistas que se multiplican, la novela mantiene el suspense hasta el epílogo.
Es la novela número 23 de la serie.



lunes, 15 de febrero de 2016

LA MUCHACHA DE LAS BRAGAS DE ORO

Luys Forest (Lautaro Murúa), es un falangista que en su día se dedicó a glosar las glorias del franquismo desde el Servicio de Prensa y Propaganda del Régimen, pero llegados los años 70 nadie se acuerda de él. En ese momento, ya sexagenario, se marcha a Calafell, el pueblo de Tarragona donde está situada una vieja casita familiar, un pueblo pequeño donde conviven los primeros turistas y los últimos pescadores. En él pretende escribir sus memorias.
Hasta allí llega su sobrina Mariana (Victoria Abril), con la disculpa de que va a hacer un reportaje sobre él, pero en realidad, su madre la ha enviado para ver si ayudando a su tío, sienta un poco la cabeza.
El caso es que la muchacha, con su osadía, su forma desinhibida de comportarse y su lenguaje y gestos provocativos, altera la vida de Forest que siente el desasosiego que le provoca la presencia de la sobrina en todos los aspectos, no sólo en el sexual, sino también como elemento que pone en duda que lo que está escribiendo como sus memorias, sucediera realmente tal y como él lo cuenta.
El film se basa en la novela homónima de Juan Marsé, Premio Planeta 1978.
La voz del chileno Lautaro Murúa, fue doblada (bastante bien por cierto) por Arsenio Corsellas, para borrar el rastro del acento sudamericano del protagonista.


Si en 1978 dos cosas impactaban en España, eran la política y el sexo y primero la novela y después la película, se sirven de este reclamo ante el público. Digo se sirven, porque aunque se pueden sacar consecuencias, tanto del texto de Marsé, como del film de Vicente Aranda sobre ese afán de Luys Forest para borrar su pasado, la verdad es que yo no acabo de captar la profundidad del film, quizá no le saco todo el jugo a las parábolas, si las hay o es que estoy poco cultivado y no acabo de entender qué prentendió Juan Marsé con esta novela.
De lo mejor, el sorprendente final y Victoria Abril que lo hace muy bien (lo de desnudarse quiero decir).




sábado, 13 de febrero de 2016

VICTUS

Ambientada en la época de Guerra de Sucesión española, Victus narra la historia de Martí Zubiria, hijo de un comerciante barcelonés que le envía a estudiar a Francia, donde tras ser expulsado de un colegio religioso, ingresa en una suerte de academia donde será el único discípulo de mariscal Sébastien Vauban, ingeniero militar que innovó el arte de las fortificaciones y especialmente la poliorcética. Tras servir a las órdenes de Felipe V, Martí acabará en el bando austriacista y tendrá una destacada intervención en la defensa de Barcelona hasta su caída el 11 de septiembre de 1714.
La novela de Sánchez Piñol, ha supuesto todo un éxito editorial y una fuente de polémicas, en parte derivadas de que se presenta como una novela histórica y en algunas partes de la misma, no todos aprecian ese rigor que se presume a una novela que se se presenta con ese adjetivo.
Tal vez los mejores momentos del texto, son precisamente los que se alejan de los personajes históricos para echarse en manos de la ficción, pues algunos de los personajes que han salido del imaginario del autor, están bastante bien conseguidos. En otros momentos, se adentra en territorios en los que hay demasiadas heridas abiertas o mal cicatrizadas que se prestan a que quien lea el libro, dependiendo de sus propias convicciones, se encuentre molesto con algunas cosas que se dicen o se sugieren en el texto. No voy a ahondar en ello, porque no me considero preparado para entrar en polémicas de este tipo, tal vez pretender trasladar situaciones actuales a otros tiempos o ver el reflejo de unas en otras, sea una apuesta demasiado arriesgada y con ello ha de apechar el autor. ¿Qué quiero decir con esto? ¿A qué me refiero en concreto? Pondré un ejemplo, la Guerra de Sucesión fue además de un conflicto dinástico, una especie de guerra mundial de la época, en el que las potencias del momento intervinieron en mayor o menor medida y junto a ellas, también en distinta medida, sus aliados, históricos o coyunturales. Las regiones del levante español, optaron por el pretendiente austriaco y el resto (a grandes rasgos), por el francés, pretender decir que esto fue un conflicto entre Castilla y Cataluña, da pie a una de esas controversias en que deriva la novela. Que Felipe V y sus más cercanos abolieran las antiguas leyes del Reino Aragonés y más concretamente las del principado catalán y hacerlo pasar como un ejemplo de que la nueva corona traía la tiranía, también tiene sus riegos a la hora de interpretarlo, otros territorios de España (Vascongadas o Navarra) estuvieron al lado del Borbón y mantuvieron sus privilegios, luego otros pueden interpretar, sencillamente, que Cataluña apostó y perdió, sin que por ello se pueda deducir que había especial encono apriorístico contra esos territorios. También es cierto que reparte un poco para todos, porque tampoco salen muy bien parados personajes tan representativos como el propio Rafael Casanova y no digamos el Diputado Militar catalán Antoni Berenguer; eso por no hablar de lo que ha escocido en ciertos sectores vinculados al independentismo que el autor haya optado en esta ocasión, por escribir directamente en castellano. Pero como digo, tampoco voy a entrar en ese terreno más de lo que lo he hecho, porque no tengo ni ganas, ni conocimientos para sostener un debate serio y documentado al respecto.
Independientemente de eso, la novela es dinámica, quizá un poquito larga, pero está bien escrita y capta la atención del lector, sabiendo explotar los recursos de los que echa mano, con algunos personajes que resultan atractivos, cierto sentido del humor y mucha acción como corresponde a una novela que se desarrolla en momentos convulsos y, en su parte final, en plena batalla.
Como dice el propio autor, las lagunas de la Historia son una bendición para el novelista y Sánchez Piñol aprovecha esas lagunas para construir un relato ágil e imaginativo.





viernes, 12 de febrero de 2016

KRAMER CONTRA KRAMER

Ted Kramer (Dustin Hoffman) trabaja como publicista y está muy bien considerado en su empresa, donde gana un salario más que digno. El día en que consigue el sueño de que su jefe le adjudique la mejor cuenta de publicidad con que cuenta la empresa, regresa a casa y se encuentra con que su esposa ha decidido abandonar el hogar sin darle más alternativa, simplemente siente que la casa asfixia sus posibilidades como mujer y no aguanta más la situación.
Ted se encuentra de pronto con que tiene que hacerse cargo de su pequeño hijo al tiempo que ha de atender a un trabajo que va a demandar su dedicación exclusiva. No está preparado y aquello supone una pequeña ruina en su vida, apenas se desenvuelve en la cocina, su hijo, a pesar de su corta edad, sabe más que él de cómo hacer la compra en el supermercado y para colmo, toda esta situación complica su vida laboral.
Sin embargo, a medida que se va asentado, afronta la nueva situación y va cogiendo cierto dominio de las tareas domésticas y de las responsabilidades paternales, además de descubrir que no todo es negativo, su nueva vida le permite disfrutar más de su hijo en una relación hasta entonces inexistente, charla y juega con él, acude como padre a algunos de los eventos del colegio, le lleva al parque, comparte sus alegrías, sus preocupaciones y cuida del niño cuando está enfermo. En el trabajo, por contra, se le achaca que no dedica el tiempo suficiente a sus nuevas responsabilidades profesionales y acaba siendo despedido, lo que no impide que Ted encuentre empleo rápidamente aunque sea a costa de una rebaja en su sueldo.
Pero lo peor está por llegar, cuando más está empezando a disfrutar de sus tareas como padre, su exmujer reaparece y demanda para sí la custodia del niño, comienza un proceso judicial que supondrá una dura prueba para todos ellos, incluido el pequeño Billy (Justin Henry).


Basada en la novela del mismo título de Avery Corman, la película tiene un argumento sencillo y de lo más cotidiano, con personajes que se nos antojan de carne y hueso y con unas situaciones que están presentes en el día a día de nuestra sociedad, incluso de algunos de nosotros, o de personas muy cercanas, por lo que todo resulta cercano y casi familiar, sin vueltas de tuerca, ni situaciones forzadas, todo muy natural. Ese es uno de los principales activos de la película.
En una sociedad (la de los años 60, primeros 70), en que la llamada liberación de la mujer pretendía dar sus pasos definitivos, se nos plantea el conflicto entre las obligaciones familiares y profesionales y entre los roles que la sociedad de manera inmemorial adjudica al hombre y la mujer.
Ted Kramer es el proveedor de la familia y lo hace bien, los suyos llevan un ritmo de vida más que cómodo, con sus necesidades cubiertas de sobra, pero su esposa es infeliz, ha tenido que abandonar cualquier aspiración profesional y Ted no quiere ni oír hablar de que trabaje fuera de casa.
Por otro lado, cuando este tipo de conflictos salen a la superficie y se plantea el problema de los hijos, los tribunales, sin detenerse en mayores consideraciones, suelen optar por el papel preponderante de la madre en detrimento de la figura paterna.
Este es básicamente el planteamiento de este melodrama que rompió moldes en su momento y que se me antoja que sigue bastante vigente, invitando a la reflexión sobre lo arriesgado que es generalizar en estos asuntos.


Hoffman interpreta con la solvencia que le es característica su papel, consiguiendo, una vez más, una de esas actuaciones inolvidables, bien arropado por el resto del elenco, con una casi debutante Meryl Streep que presenta las credenciales para futuros trabajos.
Un film que nos atrapa desde el inicio, con la historia muy bien desarrollada y que procura dejar claras las posiciones y motivos de unos y otros, sin señalar culpables.
Un par de curiosidades para terminar. Justin Henry es la persona más joven en ser nominada para un Oscar y, creo que sigue ostentado ese record a día de hoy. La fotografía estuvo a cargo del gran Néstor Almendros que, aparte de su magnífico trabajo, hizo una sugerencia curiosa y creo que acertada: La habitación del niño estaba decorada con personajes de Disney, pero Almendros dijo que mejor una decoración más neutra para no quitar protagonismo a la trama del film, al final, lo que muestra el film son paredes decoradas con nubes.




jueves, 11 de febrero de 2016

EL INSPECTOR CADÁVER

El joven Albert Retailleau aparece muerto en las vías del tren, aparentemente un convoy le ha pasado por encima dejándole destrozado. El juez Brejon, pide a Maigret, como favor personal, que se desplace hasta el pueblo de Saint-Aubin, en la zona pantanosa de la Vendée, para investigar discretamente y de manera oficiosa qué es lo que ha ocurrido, ya que en el pueblo empiezan a correr rumores de que aquello no ha sido un simple accidente y señalan a Etienne Naud, casado con la hermana del juez, como culpable de la muerte del joven. La gorra del difunto ha aparecido a mitad del trayecto que va desde la mansión de los Naud y el lugar en que fue hallado el cadáver de Albert.
En el tren en que viaja Maigret a Saint-Aubin, va también un pasajero al que conoce de sobra nuestro protagonista, Justin Cavre, que tiempo atrás trabajó en la policía de París para acabar abandonando el cuerpo en no muy claras circunstancias y abriendo una agencia de detectives privados. En la policía le conocían con el apelativo de El inspector Cadáver y nunca le cayó bien a Maigret que ahora desconoce quién ha contratado sus servicios para ocuparse del caso de Albert Retailleau.
Maigret se encuentra con la actitud hostil de cierta parte de la población que sospecha que está de parte de los Naud, pues se hospeda en su casa. El comisario se entera por la propia interesada que Genevieve Naud, espera un hijo del difunto Albert, del que era amante y al que recibía con asiduidad en su habitación sin que sus padres supieran nada.
Es la novela número 25 de la serie.



miércoles, 10 de febrero de 2016

EL TAMBOR DE HOJALATA

Mucho antes de que el protagonista, que es quien narra la historia, naciera, su abuela se encontraba en el extremo de un campo de patatas, en la región de Casubia, al norte de Polonia. Un hombre que huye de la justicia, le pide que le ayude a esconderse y ella le cobija bajo las cuatro faldas que lleva puestas. Ese hombre se convertirá en el abuelo de Oskar y vive tiempos más o menos felices hasta que la policía encuentra de nuevo su rastro y él se tira al agua, unos dicen que se ahogó y otros que se fue a América y llegó a ser rico, el caso es que nunca más regresó.
Oskar Matzerath (David Bennent) viene al mundo en Danzig en 1924. Es un niño llamativamente precoz que acoge con un lúcido escepticismo los comentarios de quienes le rodean. El día de su tercer cumpleaños -en un gesto de absoluto rechazo- Oskar pone fin brutalmente a su crecimiento físico. Ese día le regalan, como le habían prometido cuando nació, el primero de los tambores rojiblancos a los que permanecerá fiel hasta la muerte de Alfred (Mario Adorf), quien es oficialmente su padre. Pasan los años y conserva su estatura de niño. Tocando su tambor puntea rítmicamente todos los acontecimientos, grandes y pequeños, que rodean su existencia. Oskar pone el mundo patas arriba y se desprende alegremente de cualquier responsabilidad, sin poder escapar a las terribles cuestiones del sexo y la muerte.


El guión se basa en la que, seguramente, es la novela más conocida del Premio Nobel Günter Grass, "El tambor de hojalata", que forma parte de la trilogía que este autor dedicó a la ciudad de Danzig (hoy Gdansk), el lugar en que nació.


El éxito de la novela de Grass se debió, en parte, a la novedad del lenguaje utilizado, era la primera vez, al menos en una novela de éxito, que se utilizaba la ironía y cierto sentido del humor para relatar los hechos que rodearon el ascenso de los nazis, todo ello sin menoscabo de la crítica a su ideología.
Es una novela, a mi juicio, difícil de llevar a imágenes y el resultado, aunque de cierta brillantez por la buena realización, me ha parecido desigual, con momentos conseguidos y otros en los que baja bastante, creo que no acaba de llegar del todo al espectador, en parte por esa dificultad que ya se aprecia en el propio texto de la novela.


A pesar de ello, tiene escenas de gran calado, con un principio realmente prometedor, para mi recuerdo particular, quedan aquellas en que, a los sones del Danubio Azul, los camisas pardas reunidos en el Campo de Mayo de Danzig, empiezan a mover sus brazos en alto al compás y acaban trocando en vals lo que era una concentración política para reivindicar a la raza aria y denostar a los polacos.
Plagada de simbolismo, es uno de esos films que tienes que ver varias veces para captar lo que está tratando de contarte.
El recurso al niño que se niega a crecer, es una manera que tiene Grass y que acepta el film, para contarnos lo que está ocurriendo desde los ojos de un niño, y es que los recuerdos de Grass de lo que era su ciudad, son los de un crío, porque al final de la guerra, como todos los alemanes, tuvo que marcharse de allí como se ve en las escenas finales de la película, en la que la sombra del drama polaco, la Polonia sometida a través de los siglos a ese "jueguecito" de demolición y reconstrucción, predomina sobre cualquier otro motivo.




martes, 9 de febrero de 2016

LOS GOYA 2016

No voy a hablar de lo pesada que se hace la gala de estos premios; ni de las cansinas quejas (por más que alguna sea legítima) sobre los problemas de la industria del cine, sin que se dijera una sola palabra del fraude de las taquillas (ni Resines, ni ninguno de los intervinientes mentó el asunto). Ni de que no les hayan dado un Goya a ninguno de los políticos asistentes, que son los que mejor actúan, incluso mejor que algunos de los que se dicen actores.
Voy a referirme a la presencia en el evento de dos figuras reconocidas y de mucha actualidad: Juliette Binoche y Tim Robbins, que soportaron estoicamente la gala, con una sonrisa y manteniendo el tipo, supongo que sin entender nada de lo que se estaba diciendo, claro que estas figuras de Hollywood tienen muy en cuenta los contratos de promoción y les dan la misma importancia que a los de rodaje e imagino que esa sería la razón principal de su presencia.
El caso es que la Academia, o quien sea el responsable del tinglado, a mi modo de ver, ha tenido poca cintura a la hora de aprovechar que ambas figuras de relumbrón estuvieran allí. No digo yo que les fueran a rendir pleitesía, pero qué bien hubiera quedado, por ejemplo, que entregaran uno de los premios, aunque Binoche lo hiciera con su exquisito acento francés (al fin y al cabo europea que triunfa más allá del Atlántico), o Robbins lo hubiera hecho en inglés, aunque supongo que si Penélope Cruz fue capaz de entregar un Oscar con su inglés de andar por casa, Robbins hubiera sido muy capaz de leer un papelito y decir algo así como: El Goia a la mehour película (o lo que fuera), es para...
En fin, una ocasión perdida, porque el cine cuando es industria, al fin y al cabo vive un tanto de la promoción y una cosa así le hubiera dado presencia en medios internacionales. Pero ellos sabrán.




lunes, 8 de febrero de 2016

EL CRIMEN DE CUENCA

En Osa de la Vega (Cuenca), el 21 de agosto de 1910, próxima a avecinarse la noche, camino de Tresjuncos, fue visto por última vez José María Grimaldos López (Guillermo Montesinos), conocido como "El Cepa". Nada volvió a saberse del pastor, pero inmediatamente, surgió una versión chismosa que aseguraba que El Cepa había sido asesinado para robarle los pocos duros que portaba producto de la venta de unas ovejas.
El bulo fue creciendo y más a partir de que la madre de José María denunció su desaparición, asegurando que dos compañeros de su hijo, Gregorio (Daniel Dicenta) y León (José Manuel Cervino), habían asesinado a su hijo.
El primer intento de juicio, fue archivado por falta de pruebas y como tal, el expediente fue a dormir a los archivos del juzgado. Pero años después, llegó a Belmonte el juez Isasa (Héctor Alterio), un tipo con ínfulas que desempolvó el expediente y animado por el cacique y diputado de la zona, se propuso esclarecer lo que, según él, su antecesor había sido incapaz de resolver.
Los dos sospechosos fueron detenidos y llevados a las mazmorras de los juzgados de Belmonte y mediante procedimientos que el juez se negó siempre a conocer, infligidos por un sádico sargento de la Guardia Civil, los detenidos se confesaron autores de un crimen que no habían cometido. Ocurre que sus versiones no eran concordantes, para acabar con sus sufrimientos, se habían inventado de todo, desde que habían quemado el cadáver, hasta que lo habían enterrado en el cementerio, pero el cuerpo seguía sin aparecer y los métodos inquisitoriales de interrogatorio, continuaban, hasta que lograron poner de acuerdo a ambos reos.


La vinculación con la literatura de este film, sigue el camino inverso al habitual, Dolores Salvador Maldonado publicó el libro "El crimen de Cuenca", basándose en el guión de la película que ella misma, junto a la directora del film, Pilar Miró, había escrito. La obra de Salvador Maldonado, fue publicada por Argos Vergara en 1980, un año después de terminada la película que aún no había sido estrenada, porque un ministro cobarde de UCD (Ricardo de la Cierva, creo que fue), se acojonó y secuestró los negativos prohibiendo su exhibición, estábamos ante la primera obra censurada durante la democracia. Se argumentó que en ella se difamaba a la Guardia Civil y Pilar Miró hubo de afrontar un juicio ante un tribunal militar.


Pilar Miró cuenta la historia con brillantez, sin buscar el morbo en las escenas que muestran el calvario de los dos encausados, lejos de los argumentos gore, pero rodadas con tal verismo que hacen que resulten mucho más cruentas precisamente porque resultan verosímiles.
Bien ambientada, con magníficas interpretaciones y una buena partitura de Antón García Abril, la película va más allá de la aparente crítica a los métodos sanguinarios de los torturadores, es un retrato de lo más oscuro de aquella España analfabeta y doblegada al mangoneo de los poderosos, con una tetrarquía (juez, cura y cacique) que posa su bota sobre la cerviz del humilde para tenerle bien sujeto, haciendo que se vuelva contra los de su condición reclamando sangre.
La injusticia de la Justicia puede ser terrible cuando se apodera de un inocente al que quiere colgar el sambenito, pues no hay escapatoria. No es el crimen de un pastor corto de entendederas que desaparece sin dejar rastro y cuando se entera de que sus dos compañeros están en presidio no dice nada, sino de un juez que pretende juzgar lo injuzgable y de los métodos que se utilizaron para arrancar una verdad que era una mentira.
Historia basada en hechos reales, dura donde las haya en la que dos hombres que eran amigos (y que lo volverán a ser al cabo del tiempo), acaban enfrentados por culpa de la humillación y el sufrimiento de procedimientos indebidos, utilizados por quienes no ven en los humildes personas, sino seres embrutecidos e incultos, presuntos culpables.