martes, 31 de agosto de 2021

EL GENIO DEL IDIOMA

 

Los filólogos acuden a menudo a la expresión «el genio de la lengua», pero su perfil o sus reacciones no se han llegado a definir con detenimiento. «El genio del idioma» es, pues, un lugar común que sirve para explicarnos su ser interno, su personalidad, cuando algo no se aviene a los criterios generales de una lengua, y por tanto lo hemos visto definido más por cuanto no le gusta que por aquello que prefiere; más por todo lo que rechaza que por todo lo que asume. 
Como un vigía curioso, Álex Grijelmo se ha dedicado a observar y estudiar esos criterios, esas reglas, a veces aún sin desentrañar, que el castellano ha seguido hasta conformarse como la lengua que ha llegado a nuestros días. Desde las culturas ancestrales de la Península, pasando por griegos, romanos, godos y árabes, hasta la adopción de extranjerísmos a los que el genio ha ido dando forma para adaptarlos a sus gustos, nos guía por este largo camino que aún estamos recorriendo.
Siempre fue lento, este genio. No perezoso, sino lento. Se toma su tiempo para todo. Se lo piensa, lo mira, le da la vuelta a cada término. Y se extiende poco a poco; confía en su capacidad de fascinación y no necesita de guerras. Las ha habido, claro. Y los guerreros llevaron allende los mares sus vocablos, los verbos y las preposiciones que con tanto mimo había lanzado al mundo. Eso inclinó a algunos a culparle de tropelías y crueldades, del cercenamiento de los fueros, de la dictadura de Franco y de la extensión del español en América. Pero con sus palabras se hizo la guerra como se hizo la paz.
El calmo caminar del genio de la lengua nos lo presenta como perdedor en esa carrera que se le obliga a disputar contra los ordenadores, los nuevos aparatos, los descubrimientos científicos o las naves espaciales. Siempre parece llegar tarde, pero ése es su carácter.
Nuestro genio parece un perdedor, pero al cabo se demostrará que su carrera tenía la meta más lejos. Y aún no sabemos hasta dónde piensa llegar. Su empuje crece y su territorio se agranda. Algunos le interponen cortafuegos (el «espanglish», el «portuñol») para que no avance, y le arrojan palabras contaminadas que le inoculen un virus destructivo, un pulgón depredador que provoque no sólo el desuso de la vieja cultura del español sino, sobre todo, el complejo de sentirse inferior por haberla ideado. Nuestro genio sabrá defenderse, y hará valer por sí mismo la riqueza de todo el pensamiento que anida en el diccionario. Sólo necesita tiempo. Porque se trata, no lo olvidemos, de un genio eterno.
Por eso aún decimos «coche» o «carro» aunque no se inventaran con motores; por eso «colgamos» el teléfono, que ya no está en la pared sino sólo en la palma de la mano; por eso «tiramos» o «jalamos» de la cadena al pulsar el botón que la cisterna nos ofrece; por eso «embarcamos» en un avión y «navegamos» en la Red para buscar una «página»; por eso «corremos» en nuestro auto aunque estemos sentados en él. Las palabras perduran por los siglos de los siglos, aunque nuestra vida sea ya tan distinta.
Y en cuanto a los nuevos términos que los tiempos nos traen, muchos auguran que el idioma cambiará, sin embargo el autor mantiene que no es la primera vez que el idioma se ve enfrentado a cambios de este tipo, ya los sufrió cuando llegó el telégrafo y para ahorrar costes, el remitente prescindía de artículos o preposiciones; o cuando llegó la imprenta y se suprimían las tildes en las mayúsculas (esto ha ocurrido hasta hace bien poco en los titulares periodísticos). Pero el tiempo demostró que artículos y tildes se seguían utilizando, seguramente lo mismo que ocurrirá en ámbitos distintos al lenguaje de los móviles, plagados de emoticonos y de palabras abreviadas que, seguramente, quedarán circunscritas a él.
De cualquier modo, ocurra lo que ocurra , un libro muy interesante para seguir la evolución del idioma a través de tiempos, avatares y distancia y para imaginar en función de lo que ya ha ocurrido, lo que está por venir.



lunes, 30 de agosto de 2021

LOS MITCHELL CONTRA LAS MÁQUINAS

 


La relación entre Katie y su padre, Rick, es de lo más tensa. Aunque estaban muy unidos cuando ella era pequeña, el paso del tiempo y la sobreprotección paterna han ido separándolos hasta dejarlos al borde de la incomunicación. Rick, dispuesto a solucionar la situación, anula el viaje en avión de su hija que debe incorporarse a la universidad y decide que la llevarán ellos por carretera, aprovechando la ocasión para hacer un viaje en familia. Katie está que trina, se perderá los días de adaptación y la fiesta de bienvenida, pero una inesperada revolución de las máquinas, les ofrecerá la ocasión de trabajar en equipo para estrechar lazos, entenderse mejor y, ya de paso, salvar el mundo.


Michael Rianda y Jeff Rowe, directores del film, han optado por combinar diferentes modalidades de animación y junto al predominio del 3D, incorpora elementos en animación digital que imita el dibujo tradicional o, directamente, se añaden imágenes reales.


La película, además de la evidente y algo esterotipada reflexión sobre las relaciones familiares, gira en torno a la influencia de las nuevas tecnologías en nuestra vidas, la dependencia que ya tenemos de ellas y los peligros y beneficios que nos ofrecen, además de las distintas maneras de enfrentarnos a los nuevos desafíos que suponen, representados sobre todo por el padre, casi un analfabeto digital y Katie, que se maneja de maravilla y sabe sacar partido a todo lo que ofrecen sobre todo en materia audiovisual. 
Algunos han llegado a comentar que el film es de lo mejor que ofrece el catálogo de Netflix. No diría yo tanto, pero es cierto que tiene sus cosas interesantes, sobre todo el afán de hacer algo diferente en el mundo de la animación, aunque no es menos cierto que recurre a algunos tópicos y que, a pesar de su frenética narración, que la hace muy dinámica, resulta algo larga.




viernes, 27 de agosto de 2021

AMERICAN POP

 


Zalmie es un hombre de origen ruso que emigra a los Estados Unidos y trata de triunfar como cómico y músico en el mundo del vodevil. Su carrera se trunca cuando sufre una herida durante la Primera Guerra Mundial que le provoca una lesión de por vida. Su hijo, Benny, hereda el amor por la música de su padre, y cuando crece llega incluso a unirse a una prometedora banda de Jazz. Por desgracia, su corta vida se ve interrumpida cuando muere en combate durante la Segunda Guerra Mundial. Su hijo, Tony, también hereda el gusto musical familiar, y pronto se ve envuelto en el mundo de la música psicodélica y la poesía beat de la comunidad musical de San Francisco. Durante su viaje hacia California, Tony tiene un hijo sin saberlo, Pete, que como el resto de la familia ama la música, y aunque se ve envuelto en el más que peligroso mundo de las drogas, sueña con convertirse algún día en una estrella del rock.


La historia relata la vida de cuatro generaciones de una misma familia judía de origen ruso con un gran talento musical y, a través de ella, se muestra el auge y crecimiento de la música popular americana a lo largo del siglo XX. Una crónica que abarca desde la era anterior al jazz a través del rhythm and blues, el rock 'n' roll de los años 50, la psicodelia cargada de drogas y el punk rock, y finalmente termina con la aparición de la New Wave a principios de los 80.


Prácticamente todo el film se ha hecho utilizando imágenes rotoscópicas, algunas de ellas homenajes a situaciones y personas reales (cantantes, actores, etc.). Estos dibujos se mezclan con unas pocas imágenes de archivo para construír, junto a la conseguida parte musical, una crónica rápida de los acontecimientos más relevantes del pasado siglo para los EE.UU., recurriendo a tópicos de manera premeditada, por cuanto únicamente se pretende enmarcar en su época cada uno de los momentos musicales que realmente son el verdadero asunto del film.
Muy entretenida y amena, de esas películas que incluso si no eres amante del cine musical, se ven con gusto.




jueves, 26 de agosto de 2021

LA LEY DE HERODES

 

En 1949, durante el sexenio del presidente Miguel Alemán, el corrupto alcalde de San Pedro de los Saguaros, un pueblo del interior mexicano de apenas cien familias, es linchado y decapitado por los indígenas que habitan el lugar, cuando intentaba huír con el dinero del presupuesto municipal y lo recaudado con las corruptelas. 
Corren tiempos electorales y el gobernador no está dispuesto a ver peligrar su posición por un escándalo político, por lo que ordena a su secretario particular, el licenciado López (Pedro Armendáriz Jr.), que nombre un nuevo alcalde para San Pedro. López decide que el más indicado es Juan Vargas (Damián Alcázar), el encargado de un vertedero, un inofensivo, antiguo y fiel miembro del partido, al que tienen por medio pendejo y que seguramente no será tan corrupto como su antecesor. 
Aunque intenta llevar el lema del partido gobernante a la ciudad (modernidad y justicia social), pronto Vargas se da cuenta de que no hay nada que hacer contra la corrupción, excepto volverse corrupto. Paso a paso, apoyándose en su pistola, va dictando sus propias leyes hasta convertirse en el peor regidor de la historia del pueblo, descubriendo los beneficios de la impunidad y la plenitud del "pinche" poder.


Aunque los lugares, nombres y situaciones del guion eran ficticios, Luis Estrada, realizador, co-guionista y co-autor de la historia, se inspiró en la trágica situación política del país para construirla.
El Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) puso trabas para su estreno, argumentando que perturbaba la tranquilidad de la población y desarrollaba una temática de tipo subversivo. Los asistentes al Festival de Cine Francés, organizado por Unifrance en el balneario del Estado de Guerrero, en Acapulco, en noviembre de 1999, acusaron de censura al gobierno de México. A regañadientes, el Instituto permitió su exhibición un día después del previsto inicialmente, ante una sala completamente llena. Al final de la función hubo una ovación con el público puesto en pie, que se prolongó por varios minutos. La actriz española Victoria Abril puso fin a la gala con una contundente declaración: “Censurar el cine es censurar los sueños y también es lo más estúpido que puede pasar”. 
Convertida en la máxima crítica a los gobiernos priístas (la primera película que se atrevió a nombrar al poder por su nombre: el PRI) y con la publicidad gratuíta adquirida por por el intento de censura por parte del Estado, La ley de Herodes  finalmente se estrenó en salas mexicanas el 18 de febrero de 2000, tres meses después del último intento de censura del PRI en el poder. El slogan adoptado por la campaña publicitaria resultó perfecto: “¿Por qué no quieren que la veas?”


La película es una sátira política sobre la corrupción del poder, pero también reparte a otros estamentos en las figuras del cura y el médico, este último, miembro del PAN (Partido de Acción Nacional), principal partido de la oposición que, a la postre, sería el que consiguió desalojar al PRI en 2000, tras más de setenta años en el poder.
Humor negro de gran nivel, el que hay que tener para tratar desde esa perspectiva una tragedia como la que narra la película, que no es, por desgracia, sino la realidad de un país donde la corrupción forma parte del engranaje de las instituciones. Todo esto tomado a broma, como hace el pueblo de méxico, porque de no ser así, se hubieran muerto todos de vergüenza hace mucho y que, en algunos aspectos es extrapolable a muchos otros lugares del planeta, cada cual con sus características.
Con muchas escenas muy divertidas (es genial como trata el asunto de las relaciones con sus vecinos del norte, los gringos) y unas actuaciones que están a la altura, Estrada nos acerca su pesimista visión de un país que, como dice uno de los personajes, no tiene solución, pero en buena parte porque quienes pueden intentar cambiar las cosas, parece que no están demasiado interesados por el momento.
Por cierto, ¿saben en qué consiste la Ley de Herodes?


miércoles, 25 de agosto de 2021

MEMORIAS, JUAN DE ESCÓIQUIZ

 

Preceptor del futuro Fernando VII por expreso deseo de Godoy, Juan de Escóiquiz, político, escritor y sacerdote, acabo enfrentado al Príncipe de la Paz y víctima del carácter voluble de su discípulo, concordando todos los autores en que siempre fue leal a Fernando, pero ello no le exceptuó de las veleidades que le caracterizaron.
Escóiquiz fue uno de los que acompañaron a Fernando VII en su viaje a Bayona para entrevistarse con Napoleón y resulta muy interesante leer los acontecimientos ocurridos en la ciudad vasco-francesa, de capital importancia para el devenir futuro de España. 
En sus "Memorias", se relatan, sin duda con parcialidad, ente otras cosas, los hechos acaecidos entre el 13 de abril y el 5 de mayo de 1808, o sea en días en que simultáneamente, a raíz del alzamiento de Madrid, empezaba la llamada guerra de la Independencia.
Además de sus propias obras, el canónigo tradujo algunas de autores extranjeros (Milton o Young, entre otros).
Fue ministro en un par de ocasiones y el mismo Fernando VII, lo destituyó en ambas, la primera para recluírlo en una fortaleza murciana y la segunda y definitiva, para desterrarlo en Ronda, donde le llegó la muerte el 17 de noviembre de 1820.



martes, 24 de agosto de 2021

SWALLOW

 

Hunter (Halley Bennet) es la flamante esposa de Richie (Austin Stowell), un joven que acaba de ser nombrado por su padre director ejecutivo de la empresa de su acomodada e influyente familia. Los orígenes de Hunter son más humildes. Antes de conocer a su esposo era vendedora en una tienda de productos cosméticos y concurría infructuosamente a reiteradas entrevistas laborales para intentar introducirse en el mundo de la ilustración publicitaria. Casarse con Richie supuso para ella alcanzar el sueño de vivir una vida feliz y despreocupada. 
La joven pasa sus días sola, cuidando de la casa y el jardín y aguardando por las noches a su esposo con la cena preparada. El ambiente hogareño es de tal armonía y asepsia que resulta asfixiante y perturbador. Hunter, sintiendo que ella es la que ha llegado desde fuera a ese mundo, realiza todos sus esfuerzos por encajar en ese ambiente, por ser la bella esposa y la eficiente anfitriona de reuniones sociales, orientada a hacer feliz a su marido.
Tras descubrir que está embarazada, por alguna razón que desconoce, se siente tentada a ingerir objetos peligrosos para su salud y la del bebé que está esperando, una obsesión que no pasa desapercibida ante los ojos de su marido y del resto de su familia.


Toda la película es una parábola sobre el maltrato psicológico, la manipulación a que se ve sometida la protagonista que, cuando se casa, no lo hace con otra persona de igual a igual, pasa a ser un elemento más de su propiedad, un mueble más de la casa, una especie de mascota de la que se espera sumisión y que se adecúe a la forma de ser y a los deseos de su nuevo dueño. Cuando Hunter siente que bajo la capa de amor y protección de su marido, está ese mundo en el que solo el hombre es lo importante, y ella, como individuo, es anulada, su mente reacciona de manera inconsciente y comienza a maltratar su cuerpo con la ingesta de objetos peligroso, una manera de mostrar su rebeldía y de afirmar su independencia, es el único gesto que hace por sí misma, el resto de sus actos está mediatizado por su posesivo esposo y la familia de este que le hace llegar el mensaje, alto y claro, de que ha de plegarse a las exigencias del marido sino quiere verse desamparada. Un tipo de violencia de género que puede llegar a ser más denigrante e intimidatorio que el maltrato físico explícito, por cuanto quienes lo vean desde fuera dirán aquello de: No sé de qué te quejas, si no te falta de nada.


Su director y guionista Carlo Mirabella-Davis logra combinar hábilmente el realismo dramático con el suspense psicológico, para producir un efecto sumamente perturbador. La solidez del guion, el impecable trabajo de puesta en escena y la lograda interpretación de Haley Bennett, sobre la que recae todo el peso de la narración, se unen a una sobresaliente propuesta visual. Brillante su fotografía; estudiados cada uno de los planos a los que se dota de gran amplitud para remarcar esa sensación de soledad y frialdad. Todo para llegar a un final que es todo un alegato feminista, un canto a la libertad de la mujer para elegir su propio camino y una escena final, mientras aparecen los títulos de crédito, en la que, con sencillez y naturalidad, sin artificio de ningún tipo, aparece retratado ese mundo femenino de libertad y normalidad.
Hay un par de cosas que me han llevado a otro tipo de reflexión: Una, el sentido de poder que tienen los ricos (y algunos que no lo son, pero se lo creen en determinado momento porque están pagando por un servicio), ese afán de que les debemos vasallaje, no ya los pobres, sino aquellos que estamos trabajando para ellos, bien directamente o de forma ocasional. Los dueños del dinero son la nueva nobleza y actúan, en ocasiones, como aquellos señores feudales que encontramos en los libros de historia o vemos en las películas, hasta tal punto están convencidos de su papel que se sorprenden cuando alguien planta cara a sus abusos, a su falta de cortesía y, tras sorprenderse, amenazan y, si su influencia da para ello, son capaces de arruinarnos la vida, sencillamente porque hemos pedido que nos traten como a una persona.
La otra reflexión se toca de forma tangencial en la película, cuando Luay (Laith Nakli), el hombre que han contratado, según la familia para cuidar a Hunter, según ella, para vigilarla, un sirio que huyó del conflicto bélico que sufre su país, le dice que si estuviera en una zona de guerra, no tendría tiempo para detenerse en los problemas que la acucian, bastante tendría con sobrevivir. Y es que este tipo de problemas psicológicos, son típicos de las sociedades occidentales, del estado de bienestar. No quiero que se me malinterprete, lo que le ocurre a Hunter es grave y no le deseo a nadie que pase por esos calvarios, pero no es menos cierto que, como todo en esta vida, resulta relativo. A quien le duele un brazo, el que va en silla de ruedas le mirará como a un quejica y se cambiaría por él sin pensarlo. ¿El dolor del brazo, que tal vez le impide conciliar el sueño, es una nimiedad? Por supuesto que no, es algo grave, muy grave, te incapacita para unas cuantas cosas, pero depende ante quien te quejes, te pueden mirar mal.




lunes, 23 de agosto de 2021

LA CASA TORCIDA

 


Tras la muerte de Aristides Leonides, patriarca de una adinerada familia de origen griego, la nieta de este, la joven Sophia (Stefanie Martini), acude a Charles Hayward (Max Irons), detective privado con el que en el pasado mantuvo una breve relación, para que investigue, ya que la chica cree que ha sido asesinado. En la enorme mansión en la que vive la familia, Hayward se encontrará con tres generaciones donde las envidias, el resentimiento y los celos están presentes en todos sus miembros, un ambiente enturbiado que le llevan a la conclusión de que todos ellos tuvieron los motivos y la ocasión, y son sospechosos del crimen. Y deberá trabajar contrarreloj antes de que el asesino vuelva a matar.


Guión basado en una novela de Agatha Christie publicada en 1949, que ella misma calificó como una de sus favoritas. Tiene todos los ingredientes de las novelas de la famosa autora británica. El principal problema del film es la manera en que traslada a imágenes dicho guión, con la típica presentación de personajes a través de charlas con ellos y que resulta lenta y un poco aburrida. Es cierto que en la segunda mitad el film mejora algo, para acabar con un final acelerado y mal rematado. Hasta una actriz de innegable talento como Glenn Close, únicamente consigue brillar en contadas ocasiones.


Creo que han intentado algo nuevo con respecto a anteriores adaptaciones de novelas de la autora británica, pero no se si será para bien. Desaparecen esos toques de humor que tenía alguna de ellas, sobre todo las protagonizadas por Peter Ustinov, pero, por otro lado, se nota ese cuidado que tienen las películas británicas por la ambientación. Al final, tampoco es que el detective descubra demasiado, sino que casi el crimen se resuelve por sí solo cuando tienen acceso a una narración escrita en la que se detalla.
Como curiosidad, señalar que los exteriores se rodaron en Minley Manor, la finca de Hampshire que se utilizó durante la planificación de la Guerra de las Malvinas. 
Como alguien dijo, en esta película la víctima es Agatha Christie.




sábado, 21 de agosto de 2021

MUERTE BAJO EL SOL

 


Una compañía de seguros a la que han enviado un diamante que resulta ser falso, para asegurarlo, contrata al detective Hercules Poirot (Peter Ustinov) para que siga la pista de la piedra. Descubre que el diamante fue adquirido por Sir Horace Blatt (Colin Blakely) para Arlena Marshall (Diana Rigg). Poirot se aloja en el mismo hotel de una isla del Mediterráneo en que Arlena y su marido pasan su luna de miel, junto a la hijastra de Arlena y no tarda en observar que, por razones diversas, las personas que allí se alojan, odian a Arlena. Ésta tiene una aventura con Patrick Redfern (Nicholas Clay) a la vista de todos, incluída la tímida esposa de este, aunque el esposo de Arlena se resiste a montar un escándalo. Es solo cuestión de tiempo que Arlena aparezca estrangulada y Poirot deberá averiguar quién ha sido el asesino.


El guión se basa en una novela de la prolífica y exitosa autora británica Agatha Christie y traslada el escenario desde Smuggler's Island, frente a la costa de Devonshire, hasta una isla en un lugar inconcreto del Adriático. Para dar vida a estos escenarios, el realizador inglés nacido en París, Guy Hamilton, escogió diversos lugares de la isla de Mallorca, entre otros, la Playa de Formentor o la finca de Raixa, en plena Sierra de Tramuntana, declarada bien de interés cultural en 1993. Hamilton era un enamorado de Mallorca, isla que conocía bien, pues allí tenía una propiedad y en Palma falleció el 20 de abril de 2016. El film cuenta con un reparto en el que aparecen algunos nombres muy conocidos de la escena de la época (1982) y la música son, básicamente, arreglos de composiciones de Cole Porter.


Típica estructura de este tipo de películas basadas en relatos de Agathe Christie, con desfile de personajes y esa reunión final en la que se aclara el misterio. Aunque en esta ocasión tiene menos estrellas en el elenco, no deja de haber nombres reconocibles encabezados por Peter Ustinov, repitiendo personaje como el famoso detective francés (¡uy!, perdón, quiero decir belga) y una fotografía que saca buen partido de los impresionantes paisajes mallorquines.




viernes, 20 de agosto de 2021

JUDAS Y EL MESÍAS NEGRO

 


Fred Hampton (Daniel Kaluuya), un activista joven y carismático, se convierte en presidente de la sección de Illinois del Partido Panteras Negras, lo que le coloca directamente en el punto de mira del gobierno, el FBI y la Policía de Chicago. Pero para frenar sus actividades, las autoridades van a necesitar un hombre que trabaje desde dentro. Bill O'Neal (Lakeith Stanfield), un delincuente que se dedica a robar coches y que ha sido detenido, puede ser la persona que están buscando, el FBI le propone la retirada de los cargos si coopera con ellos infiltrándose en los Panteras Negras.


Correctas interpretaciones, con un Oscar para Kaluuya y una nominación para Stanfield, en un film bien ambientado y con una destacada banda sonora.


A veces tenemos tendencia a confundir la emotividad o la contundencia del mensaje con la calidad o el atractivo de la película y creo que algo de esto sucede con este film. Es innegable que la historia tiene su atractivo, es historia reciente del más poderoso país del mundo, historia además controvertida y con algunos puntos oscuros que la hacen más interesante y, por si fuera poco, situaciones actuales la hacen mucho más vigente de lo que desearíamos, por desgracia. Algunos de los problemas que plantea siguen estando ahí. Sin embargo, creo le falta cierta garra y que el resultado es bastante plano, al punto de que, para mí, lo más interesante, atractivo y emotivo de la película, son las imágenes de archivo que se utilizan al principio y al final de la película, creo que con eso queda todo dicho. 
A pesar de todo ello y de que, para mi gusto, dura más de lo que requiere lo que cuenta, por supuesto que no deja de tener su interés y que no está de más dedicarle un tiempo para verla.




jueves, 19 de agosto de 2021

MORTAL SUGESTION

 

Carol (Ann Harding) es una chica trabajadora que lucha para llegar a fin de mes, soportando las intromisiones de su tía y compartiendo apartamento con una amiga. Un día gana la lotería y de repente se vuelve rica. El prometido de Carol, Ronny (Bruce Seton), que acaba de regresar de Sudán tras tres años trabajando allí para poder casarse, no está para nada contento de que Carol ahora tenga dinero. Había pensado que el matrimonio mejoraría su vida, pero ahora ella no necesita su apoyo económico y él no quiere que su esposa sea económicamente independiente. Tienen una discusión y él se va. 
Fingiendo estar interesado en alquilar su piso, Gerald Lovell (Basil Rathbone) conoce a Carol y descubre que ella está deseando viajar y conocer mundo. Se reencuentran a bordo de un barco rumbo a París, a donde Carol viaja para cobrar el premio de la lotería, y Gerald se muestra absolutamente encantador, corteja a Carol, prometiéndole noches salvajes y emocionantes experiencias fuera de lo común. Carol no puede evitar enamorarse de él. Ronny, aparece en París para disculparse y pedirle que regrese a Londres con él. Advierte a Carol que Gerald es un sinvergüenza y un cazador de fortunas y que no se puede confiar en él. Pero es demasiado tarde, Gerald y Carol se van a casar al día siguiente y ella desoye sus advertencias creyéndolas producto de los celos. 
Tras regresar a Inglaterra, Carol descubre que se ha casado con un estrangulador y que ella puede ser la próxima victima.


El guión se basa en un cuento de Agatha Christie titulado "Philomel Cottage", publicado por primera vez en The Grand Magazine en noviembre de 1924. Fue una de las primeras adaptaciones al cine de una obra de la autora británica.


La primera mitad del film es una especie de melodrama romántico que, sobre todo al inicio, tiene algunos toques de inteligente humor. Poco a poco, la película va tomando aires de thriller psicológico hasta llegar a un final que tampoco es que sea un dechado de ingenio, aunque es cierto que en eso, como en el desarrollo general de la historia, sigue al original literario, del que, sin embargo, cambia algunas cosas, pero ya digo que, respetando, más o menos, lo esencial de la trama. 
Correctas interpretaciones de un reparto encabezado por Basil Rathbone, cuya fama viene, sobre todo, por sus interpretaciones de Sherlock Holmes en varias películas rodadas entre 1939 y 1946 y por su intervención como villano y elegante espadachín en films como El signo del Zorro (junto a Tyrone Power) o Robin de los bosques (con Errol Flynn y Olivia de Havilland), además de otras muchas películas, sin duda un gran actor. 
Película interesante y que se ve con agrado, pero tampoco es que estemos ante ninguna joya olvidada.




miércoles, 18 de agosto de 2021

LLÁMEME SEÑORA (CALL ME MADAM)

 


Sally Adams (Ethel Merman) es una rica viuda, famosa por las fiestas que celebra en Washington. Amiga del presidente, será enviada como embajadora al Gran Ducado de Lichtenburg, el país más pequeño de Europa y del que no sabe prácticamente nada, ni siquiera es capaz de situarlo en el mapa. En Lichtenburg, el duque y la duquesa están negociando un matrimonio político para su sobrina, la princesa María (Vera-Ellen), a cambio de una dote sustancial. Sin embargo, el país está desesperado por obtener fondos y recurre a la inexperta embajadora para que su país les proporcione el préstamo que tanto necesitan. Pero Sally se niega a hablar de dinero, al menos hasta que conoce al atractivo general Cosmo Constantine (George Sanders). Mientras tanto, el agregado de prensa de Sally, Kenneth Gibson (Donald O'Connor), se enamora perdidamente de la princesa María.


El guión se basa en el musical del mismo título de Howard Lindsay y Russel Crouse, con música y canciones de Irving Berlin. Aunque Lichtenburg es un país ficticio, el personaje de Sally Adams se inspira en Perle Mesta, muy conocida en Washington, D.C. como anfitriona de fiestas y que colaboraba asiduamente con el Partido Demócrata en la recaudación de fondos, por lo que en 1949 fue nombrada embajadora en Luxemburgo por el presidente Harry S. Truman. El realizador del film es Walter Lang y el director musical es nada menos que Alfred Newman, que se llevó un Oscar por este trabajo; además, Ethel Merman, que había representado a su personaje en el teatro hasta en 644 funciones, ganando el Tony en 1951, se llevó un Globo de Oro por su papel en este film.


Con dos vertientes, como buen musical que se precie, por un lado está la historia y, por otro, la parte artística. Como fondo tenemos dos relatos románticos paralelos, el del joven periodista y la princesa y el de los maduritos, la embajadora y el general.
La historia tiene momentos muy divertidos, sobre todo de la mano del personaje de Sally Adams, una especie de sátira sobre la política exterior norteamericana, que hace burla de la inclinación de Estados Unidos en la posguerra a prestar miles de millones de dólares a los países cuya economía había quedado arruinada. También se refleja ese provincianismo infantil de muchos norteamericanos cuando vienen al viejo continente que tanta gracia nos hace a los europeos.
La parte musical propiamente dicha está bastante conseguida, no en vano venía de una obra de gran éxito en Broadway. Adams lo hace fenomenal y George Sanders es un gran actor que además, aquí hace gala de una voz poderosa, algo que yo desconocía.
En cuanto a la pareja que conforman O'Connor Vera-Ellen, están fantásticos en sus números de baile. O'Connor, en el solo en que está borracho, es un portento de técnica y físico y Vera-Ellen, se marca un baile en feria de Lichtenburg que nos muestra su formación clásica (muchas horas de barra debe haber tras su depurada técnica) y su magnífico estado de forma.
Tienen un par de números en pareja (en la bodega del palacio ducal y en los jardines del mismo), que son el centro de las coreografía del film, Vera-Hellen con sus maravillosos vestidos diseñados por la gran Irene Sharaff, con faldas de vuelo y capas y capas de tejido vaporoso. Creanme que no exagero si los pongo a la altura de cualquier pareja de baile del momento, no en vano Vera-Hellen estaba considerada como una de las mejores bailarinas de Hollywood y resulta un verdadero placer verles en sendos bailes líricos y románticos a un tiempo, en constante movimiento, deslizándose con una entrañable dulzura.
Hollywood estaba cambiando rápidamente debido al declive de los estudios y el auge de la televisión y, esta historia puede parecer añeja, pero tiene todo el encanto de los musicales de gran presupuesto de principios de los 50, posiblemente los mejores que se habían hecho y que se fueron para no volver jamás.




martes, 17 de agosto de 2021

BANDERIZOS. MÁS ALLÁ DEL ODIO

 

Ambientada en el reinado de Juan II, rey de Castilla entre 1406 y 1454, la novela nos traslada a las Encartaciones, la comarca vizcaína fronteriza con Cantabria y Burgos, en la que los señores de la zona se las traen por el control del tráfico mercantil entre la Meseta y los puertos del norte que dan paso, a su vez, al resto del continente y a Inglaterra.
Su autor, el bilbaino José Manuel Aparicio, un enamorado de la historia ha hecho, sin duda, un encomiable esfuerzo de documentación para novelar los hechos reales que son parte del fundamento de la narración. Esfuerzo que, en ocasiones, sobre todo en armamento, pertrechos y ciertas peculiaridades del lenguaje militar de la época, se vuelven un poco reiterativas y de las que pienso yo, quizá abusa un poco
Lo mismo ocurre con los ejercicios de estilo que prodiga a lo largo de la novela que, en algunos momentos se torna algo lenta en los desafíos y encuentros, sobre todo verbales, entre los personajes, estirando dichos encuentros entre miradas de odio, prepotencia de algunos, situaciones forzadas que no tienen demasiada explicación lógica y algunas reacciones un tanto forzadas. 
Es cierto, no obstante, que en algunos momentos consigue elevar un poco el tono y hacer que el lector se interese por la resolución de alguno de los conflictos y logra crear cierta tensión en los combates de la parte final.
De cualquier forma, repito que se nota el trabajo del autor para conseguir retratar con acierto la época y el modo de vida de aquellas gentes, las alianzas entre familias y el difícil y frágil equilibrio que las ansias de poder de unos y otros ocasionaba. Una novela interesante, pero a la que creo que le falta algo para conseguir enganchar al lector.



lunes, 16 de agosto de 2021

PALM SPRINGS

 


Atrapado en una boda en Palm Springs, Nyles (Andy Samberg) conoce a Sarah (Cristin Milioti), la dama de honor y la oveja negra de la familia. Tras rescatarla de un desastroso brindis, Sarah se siente atraída por Nyles y su actitud nihilista y poco convencional. Pero cuando su cita improvisada se ve frustrada por una interrupción surrealista, Sarah debe unirse a Nyles para abrazar la idea de que nada realmente importa, y comienzan a causar estragos en la celebración de la boda.


La fórmula del bucle temporal a que acude la película no es ni mucho menos novedosa, seguro que habrá quien piense ¡otra película de bucle temporal! Es cierto que a veces hay argumentos que parece que no dan para más, sin embargo, en esta ocasión, creo que han sabido encontrar su punto de originalidad.


Es verdad que hay situaciones que se repiten, como no podía ser menos, esa es precisamente la base de la historia, despertarse todos los días en el mismo lugar y a la misma hora del mismo día, hay otras muchas cosas que van cambiando, el guión se toma sus libertades y no se encorseta en la repetición pura y dura, sino que va introduciendo variaciones, todo con un marcado tono humorístico que despierta sonrisas (si no eres muy exigente, incluso alguna carcajada) de principio a fin y que le queda a uno con buen sabor de boca teniendo en cuenta que sabes de sobra lo que vas a ver. Yo creo que sus objetivos quedan cumplidos: entretenimiento y diversión sin mayores expectativas, aunque con algunas situaciones bastante logradas y buenas actuaciones de la pareja protagonista muy bien rodeada de secundarios que dan el nivel requerido.




domingo, 15 de agosto de 2021

CÓMO MATAR A LA PROPIA ESPOSA

 


Stanley Ford (Jack Lemmon) lleva una idílica vida de soltero. Es un caricaturista de gran renombre a nivel nacional. Gracias al éxito y los ingresos que le proporciona su serie Bash Brannigan, puede permitirse una casa de lujo y la ayuda de Charles (Terry-Thomas), un misógino mayordomo a tiempo completo. Cuando se despierta a la mañana siguiente de haber asistido a la despedida de soltero de un amigo, descubre que está casado con la bellísima mujer que salió de la tarta típica de estas celebraciones y que no habla ni una palabra de inglés. A pesar de sus protestas iniciales, le empieza a gustar la vida de casado e incluso cambia su personaje de dibujos animados de un súper espía a un marido algo imbécil. Cuando después de varios meses, decide matar a la esposa de Bash en los cómics, su esposa interpreta sus intenciones como un reflejo de que ya no la quiere y desaparece, lo que lleva a la policía a acusarlo de asesinato.


Comedia un tanto disparatada con el reclamo de la presencia de Jack Lemmon y la explosiva actriz italiana Virna Lisi. Las reflexiones sobre la mujer que hace el mayordomo durante las primeras secuencias del film, serían suficientes en la actualidad, para que al día siguiente te encontraras a la policía a la puerta de tu casa con una orden de arresto. El planteamiento aparentemente machista y misógino del film es lo que concita la crítica acerva de muchos de los espectadores que la ven ahora. Sin embargo, hay que señalar que, entre otras cosas, el corolario final y el mensaje moral que deja en su desenlace es absolutamente opuesto a lo que se ve a lo largo de todo el film y no es otro que hasta el más recalcitrante solterón que no quiere saber nada del género femenino y que considera a las mujeres como una especie de castigo divino, acaba rindiéndose con armas y bagajes, cuando en su vida aparece su media naranja.


De cualquier modo, yo pienso que no hay que tomarse las cosas por la tremenda, el tono del film es claramente satírico y bien se encargan, tanto el guión como la realización, de subrayar que están utilizando estereotipos, clichés que rozan en lo absurdo. Hay películas que ponen a los hombres a caer de un burro, o a determinadas profesiones (médicos, abogados, actores, políticos...) y cuando se hace en tono de comedia, a nadie se le ocurre pensar que los hombres, mujeres o profesionales que nos presentan para hacer escarnio de ellos en plan jocoso, son reales, aunque tengan rasgos arrancados de la realidad. El público de los años 60 y 70 estaba educado para saber diferenciar estas cosas, para distinguir entre el chiste y la realidad. ¿Lo está la sociedad actual educada en lo políticamente correcto?




sábado, 14 de agosto de 2021

PRÉSTAME A TU MARIDO

 

Sam Bissel (Jack Lemmon) vive feliz con su esposa Minerva "Min" (Dorothy Provine) y sus dos hijas. La única parte de su vida con la que no está contento es su trabajo en el departamento de arte de la firma publicitaria Burke & Hare, en el que se siente únicamente como una pieza más del engranaje. Sin embargo, su vida profesional da un giro importante cuando le es adjudicada la cuenta Nurdlinger Dairy. Simon Nurdlinger (Edward G. Robinson) es lo que se conoce como un hombre de familia que desea que otro hombre de vida sana y familiar encabece su cuenta y Sam es el único en Burke & Hare que encaja a la perfección. La vida hogareña de Sam también sufre otro importante giro cuando la amiga de la universidad de su esposa, Janet Lagerlof (Romy Schneider), recién llegada de París, se muda a la casa de al lado. Janet puede obtener 15 millones de dólares de la herencia de su abuelo, pero el testamento tiene una cláusula que especifica que para recibir la herencia ha de estar casada. Ella está tramitando el divorcio con Howard Ebbets (Mike Connors) y afirma que volver con Howard no vale 15 millones, pero cuando Jack Bailey (Charles Lane) e Irene Krump (Anne Seymour), dos de los parientes de Janet a quienes les gustaría encontrar alguna excusa para impugnar el testamento, llegan en visita inesperada, Janet en un gesto no premeditado, presenta a Sam como si fuera su esposo. El asunto se complica cuando Sam, a su vez, se ve obligado a presentar a Janet como la Sra. Bissel tanto a Burke (Edward Andrews) como a Nurdlinger. Aunque Sam y Min están de acuerdo con la artimaña y Janet les ofrece un millón de dólares para compensar los problemas que les está trayendo, llegan nuevas complicaciones cuando Janet se da cuenta de que un investigador privado contratado por sus parientes, husmea en el vecindario y cuando Howard, su ex-marido intenta reconciliarse con ella. Además, la campaña publicitaria para Nurdlinger incluye vallas publicitarias por toda la ciudad en las que se muestra a una pareja feliz que defiende la bondad de la leche Nurdlinger y, sin que Sam lo sepa, las fotos de la pareja son las de Sam y Janet como el matrimonio Bissel.


El guión adapta la novela del mismo título que el original de la película (Good Neighbor Sam) del escritor norteamericano Jack Finney.


Quizá sea poco objetivo en mi juicio sobre el film, pero me puede la debilidad que siempre he sentido por Jack Lemmon, lo lamento, pero me parece un intérprete muy por encima de la media, hasta en películas mediocres sabe sacar partido a sus papeles y brillar con luz propia. Por lo dicho en la extensa sinopsis del film, habrán deducido, sin romperse demasiado la cabeza, que estamos ante la típica comedia de enredo y es una lástima que, por un lado, se alargaran más de la cuenta en la duración del film (más de dos horas de película) y, por otro, que la segunda parte entre en picado, con algunos gags de los que se abusa hasta hacer perder el interés por el desarrollo de la narración que se llega a hacer pesada hacia el final. Y este es el fallo principal del film, no que todo sea previsible, pues lo es casi todo él, sino esa falta de imaginación y ese querer estirar la historia, pues previsible es también en el inicio y, sin embargo te mantiene entretenido, te hace reír y tiene algunas escenas impagables, como el pique con los besos a la esposa que no es la suya entre Lemmon y Connors o el cha cha cha que se marcan Romy Schneider y Jack Lemmon.


Los actores están maravillosos, sobre todo el protagonista y las dos chicas y la historia, si bien está desarrollada conforme a estereotipos, resulta ingeniosa. No es una gran película, pero el entretenimiento y la risa están garantizados. Casi nada.