miércoles, 30 de noviembre de 2016

GERMINAL

La historia se desarrolla en Francia, en un pueblo donde la vida gira en torno a las minas de carbón, lugar de donde la mayor parte de las familias obtienen sustento, ya que tanto padres como hijos son virtualmente esclavos de la mina, obteniendo salarios de miseria, desgastándose y corriendo el riesgo de no volver a casa en cada momento del día.
Hartos de esta situación de hambre y enfermedades, se organizan para iniciar una huelga, pidiendo un aumento que les permitiera por lo menos salir un poco del estado de hambre en el que vivían.
Con la nueva esperanza, de mejorar su estilo de vida y hacer algo por sus familias, los mineros empiezan la huelga. La familia Maheu, con Toussaint (Gérard Depardieu) y su esposa Maheude (Miou-Miou), junto con Etienne Lantier (Renaud Séchan), son los líderes, e intentan hacer un arreglo con los patrones, pero al ver negado este aumento emprenden otro tipo de acciones y van a las minas de las poblaciones cercanas, para evitar que se trabaje en ellas, y lo logran, aunque como efecto colateral, ahora la policía y el ejército, vigilan las minas, que comienzan a ser trabajadas por extranjeros, principalmente de Bélgica.
Al querer nuevamente intervenir en la mina, se encuentran con que los soldados les cierran el paso. Los obreros comienzan a tirarles piedras, a lo que responden con disparos y un tiro mata a Toussaint Maheu, líder moral de la causa huelguista.
Viendo la pérdida del que había sido su líder, la huelga se debilita y muchos piensan volver a trabajar, sumando el hecho de que tampoco tenían dinero para resistir más tiempo, y habían perdido a miembros de la familia por enfermedades.


El film es una adaptación bastante fiel de la novela del mismo nombre del autor francés Émile Zola, publicada en 1.883, que ya había sido llevada al cine por el director francés Yves Allegret en el año 1.963 y anteriormente, en la época del cine mudo, por Albert Capellani, en 1.913.


El título responde al nombre del séptimo mes del calendario republicano francés, el primero de la primavera, y alude también a la esperanza manifestada por Étienne, de que la semilla sembrada con la huelga fracasada, germine en un modo de vida mejor para el futuro.


La película narra los conflictos entre los mineros del norte de Francia y la burguesía capitalista dueña de las minas, a finales del siglo XIX. Los mineros, a cambio de un salario de miseria, soportaban jornadas de hasta 15 horas, recibiendo el jornal en función de las carretillas que llenaban de carbón, por lo que apenas perdían tiempo en entibar de forma consistente las galerías, ya que ese trabajo no era remunerado, por lo que se producían incontables accidentes con las consecuencias de muertes o heridas graves que, en ocasiones, les incapacitaban para el trabajo y no volvían a ser contratados.
A esto se unen las condiciones lamentables en las que viven, dado que los escasos jornales, apenas les llegan para comer. El film retrata muy bien todo este ambiente de miseria por un lado y opresión por otro, sobre todo cuando, en secuencias consecutivas, lo contrapone a la vida que llevan los burgueses, preocupados porque sus hijos aprendan a tocar el piano o cultiven su cultura, mientras los hijos de los mineros, al cumplir los 8 años, acompañan a sus padres al fondo de los pozos. Las suntuosas comidas de los ricos, en tanto los otros toman café de recuelo mezclado con agua y están entrampados con el tendero local que no les fía ya ni para una barra de pan.
El film nos transmite bastante bien la angustiosa y dura situación que se vive durante la huelga, en que los obreros se ven derrotados por el mero transcurso del tiempo, que les deja sin nada, ni siquiera comida, mientras ven que sus hijos mueren de hambre y no consiguen que los patrones les concedan ni una sola de sus reivindicaciones, al tiempo que logran enfrentarles entre ellos, muchas veces a vida o muerte.


El gran despliegue técnico con el que pudo hacerse el film, la abundancia de medios, con decorados espectaculares, la cantidad de figurantes, etc., es tan apabullante que casi oculta el trabajo de los actores, incluso del corpulento Depardieu, sin embargo no quiero dejar de mencionar el estupendo trabajo de Miou-Miou, dando vida a una mujer llena de coraje y valentía, sin perder el halo belleza y ternura que la envuelve.
Una estupenda película, quizá un poco larga (pero es que cuenta muchas cosas), en la que además de lo dicho, asistimos al nacimiento de las ideologías que predominarán entre la clase obrera durante la primera mitad del siglo XX, sobre todo anarquistas y socialistas y las diferencias entre los partidarios de la confrontación que podíamos llamar civilizada y quienes abogan por la acción directa.




martes, 29 de noviembre de 2016

BIENVENIDO MISTER CAGADA (MEMORIAS CAÓTICAS DE LUIS GARCÍA BERLANGA)

Jesús Franco (Jess Franco), amigo y colaborador en alguna de sus películas, de Luis García Berlanga, recopila y da forma a algunas conversaciones que mantuvo con el genial realizador valenciano, verdadero autor del libro, una especie de memorias caóticas, tal como reza el subtítulo, en que recuerda episodios de su vida y reflexiona sobre lo que fueron sus películas, los intentos frustrados de otras que no se hicieron nunca y lo que pudieron haber sido algunas de no mediar la terrible y absurda censura franquista de por medio.
Con ese cáustico sentido del humor que le caracterizaba, Berlanga rememora sus relaciones de amor/odio con Juan Antonio Bardem, o la manía que le tenían personajes como Buñuel o Pilar Miró y que nunca llegó a entender de dónde provenía.
Berlanga se ve como un ser independiente que, salvo en par de ocasiones en que sucumbió al cine comercial y le fue fatal, siempre procuró hacer lo que quiso, sin renunciar a sus principios y sin más limitaciones que las presupuestarias y la mencionada censura a que estaba sometido el cine español.
El libro resulta muy entretenido, divertido por momentos y nos acerca a un personaje que junto a Bardem, hicieron que, desde dentro del país y con las cortapisas mencionadas, el cine nacional diera un paso adelante, manteniéndolo vivo en la escena internacional, hasta que la nueva generación de los Almodovar, Garci, Trueba, etc., vino a tomar el relevo ya en unos tiempos en que las ataduras habían desaparecido.
Desde su, en cierto modo, hilarante paso por la División Azul, hasta sus primeros pasos en en cine y el despegue que supuso para su carrera ¡Bienvenido, mister marshall!, pasando por el resto de su filmografía, hasta llegar a los últimos títulos, descubrimos a este hombre que acababa cada plano de la película mencionada con un expresivo ¡vaya cagada! (de ahí el título del libro) y que recuerda con cariño a los técnicos, a los actores que trabajaron con él, a quienes considera los verdaderos artífices de sus films y, sobre todo, al gran Rafael Azcona, guionista de tantas de sus mejores películas.



lunes, 28 de noviembre de 2016

EL CABO DEL MIEDO

Max Cady (Robert de Niro), sale libre de la cárcel tras cumplir una condena de 14 años por haber violado a una joven.
Su obsesión durante todo este tiempo es vengarse de Sam Bowden (Nick Nolte), que fue su abogado de oficio durante el juicio y que ocultó al fiscal un informe en el que se relataba que la chica era promiscua, algo que hubiera podido disminuir la condena de Cady notablemente, pero que Bowden decidió no hacer público impresionado por la brutalidad con que la muchacha había sido agredida. Esta forma de actuar, va contra el código deontológico de la abogacía que indica que el defensor debe utilizar todos los medios legales a su alcance para favorecer la defensa de su cliente.
Cady localiza a su antiguo abogado y comienza a acosarle, apareciendo en lugares públicos donde el otro pueda verle y rondando su casa familiar, incluso envenena al perro de la esposa del abogado, teniendo cuidado de que no puedan incriminarle y dando un paso más cuando tiene una entrevista con la hija de Bowden haciéndose pasar por su profesor de arte dramático.
A instancias del detective que el abogado ha contratado para vigilar a Cady, Bowden accede a que un grupo de matones le propine una paliza para amedrentarle, pero esto no hará más que empeorar la situación.


Basada en una novela de John Dann MacDonald titulada "Los verdugos", la película es un remake de otra anterior que llevó por título "El cabo del terror", que protagonizaron Gregory Peck y Robert Mitchum y en la que también intervenía Martin Balsam, los tres tienen pequeños papeles en esta otra.
La música de Elmer Bernstein, está compuesta a base de arreglos sobre la que compuso para "El cabo del terror" Bernard Herrmann y también tiene un arreglo sobre una melodía de Cortina rasgada, película de Hitchcock cuya partitura compuso también Herrmann.
Los maravillosos títulos de crédito y sus imágenes de fondo se deben al genio de Saul Bass y su esposa Elaine.


La película mantiene la intensidad por saber en qué va a acabar todo, aunque es cierto que a partir de la mitad del film, se va enredando y perdiendo algo de brillantez.
Tiene unos cuantos detalles que resultan poco creíbles, por ejemplo la escena del teatro del instituto, en que se entrevistan Cady y Danielle (Juliette Lewis), la adolescente hija del abogado, escena esta que fue casi improvisada por la joven actriz y De Niro. Por cierto, Juliette Lewis tuvo nominaciones a varios premios (entre ellos el Oscar), como mejor actriz de reparto.
Una película hecha con corrección y, sobre todo, entretenida a pesar de los muchos detalles que dejan que desear en el guión, pero que se ve con cierto agrado y alguno de cuyos pasajes se han hecho casi míticos, sobre todo entre los aficionados al cine.




viernes, 25 de noviembre de 2016

PARQUE JURÁSICO

Tras invertir tiempo, dinero y esfuerzo en su proyecto, John Hammond (Richard Attenborough), hace realidad su sueño de clonar dinosaurios reales para convertirlos en la principal atracción de lo que se llamará "Jurassic Park", situado en la Isla Nublar, al oeste de Costa Rica.
Previamente a la inauguración y apertura al público, organiza una visita de fin de semana con el paleontólogo Alan Grant (Sam Neill), la paleobotánica Ellie Sattler (Laura Dern), un estudioso de la teoría del caos, el Dr. Ian Malcolm (Jeff Goldblum) y el representante de los inversores que han puesto dinero para el proyecto, Donald Gennaro (Martin Ferrero), para que comprueben con sus propios ojos que todos los sistemas funcionan perfectamente y que los animales están sometidos a control absoluto.
Pero de pronto comienzan a surgir los problemas imprevistos, por un lado fallos en los sistemas de seguridad y por otro, un imponderable con el que nadie había contado: los animales evolucionan.
Hammond, en su pasado, se ha dedicado a vender humo en los varios proyectos que ha emprendido, sin embargo con este quiere demostrar que es capaz de crear algo real que, al tiempo, satisfaga sus ansias de ganar dinero, aunque tendrá que acabar reconociendo que la isla no es segura y que los dinosaurios podrían escapar de ella.


Basada en la novela del mismo nombre de Michael Crichton, éste y David Koepp, son los autores del guión que aligera toda la parte inicial de la novela que dedica muchas páginas a explicarnos la importancia de la biotecnología a finales del siglo XX y prácticamente lo sustituye por el documental de dibujos animados que explica que los genetistas han usado la sangre de los mosquitos atrapados en ámbar para crear dinosaurios hembras. Con esta y otras pequeñas alteraciones, consigue una trama más fluída, ligera y entretenida, más acorde con el enfoque familiar que se le dio al film.
John Williams fue el encargado de la banda sonora, una de las más reconocibles de la historia del cine y el reparto, a mí se me antoja de lo más adecuado.


Parque Jurásico se ha convertido en una película mítica, tenía que ser Spielberg y su especial genio el que se encargara de su realización, el caso es que desde el principio se convirtió en un gran éxito, no sólo en taquilla, sino todos los ingresos que generó eso que ahora se llama el merchandising, con cientos de productos para consumo.
Hay que reconocer que el film, con sus pequeñas trampas (legítimas) tan típicas en los films de suspense, misterio o terror, está muy bien llevado, con un ritmo perfectamente planificado, en el que el espectador se encuentra todo lo que espera: Aventura, acción, suspense y sus dosis de ciencia ficción.
Como anécdota, comentar que el logotipo de la película fue diseñado por Chip Kidd para ilustrar la portada de la novela, aunque al final se decidió que encajaba mejor con la carátula del film.




jueves, 24 de noviembre de 2016

LA FORJA DE UN REBELDE

El caso de Arturo Barea (1897-1957) es singular y raro. Hasta la Guerra Civil fue un perfecto desconocido. Un hombre de origen popular -extremeño que, desde muy niño, vivió en Madrid-. Barea nació en un hogar muy humilde. Las circunstancias biográficas tienen una gran importancia en su obra, de carácter autobiográfico en buena parte. Por sus orígenes y por la dureza de su iniciación en la vida, tendía a ser hombre de izquierdas; pero sus aspiraciones tenían mucho de las del burgués. El propio Barea reconoce que su individualismo encajaba mal en el socialismo, y, de hecho, nunca fue un socialista típico a pesar de tener carnet de la UGT desde muy joven, y siempre se negó, incluso en plena Guerra Civil, a dar el paso hacia el comunismo, como le reclaman una y otra vez, aquello no iba con sus ideas, ni con su forma de ser. 
En 1920 fue llamado a filas y participó en la guerra de Marruecos -la última guerra colonial española-. Dejó el ejército en 1924, como oficial en la reserva. Tras el alzamiento militar de julio del 36, Barea entró a trabajar, en agosto de 1936, en la Oficina de Censura de Prensa Extranjera, situada en el edificio de la Telefónica. Allí conocería a la que sería su segunda mujer y en verdad, la mujer de su vida: Ilse Kulcsar, una socialista austríaca, bajita, inteligente, judía, gran activista política y con una gran facilidad para las lenguas... Presa de desengaños y crisis nerviosas, los Barea (fieles siempre a la República que ya veían perdida) se marcharon de España, casados, a mediados de 1938. Arturo se había hecho un famoso locutor (a instancias del general Miaja) como La voz incógnita de Madrid en charlas en las que mezclaba literatura y propaganda.
Tras pasar por París, Arturo Barea y su mujer llegan a Inglaterra (donde vivirán ya siempre) en marzo de 1939. Barea (que vivió en diferentes pueblos ingleses, algo protegido por lord Faringdon, al que conoció durante la guerra de España) se adaptó perfectamente bien a la vida británica y, a pesar de su regular inglés, frecuentaba los pubs y charlaba con la gente más popular. (Esa otra Inglaterra, tan poco conocida en el Continente.) Desde 1940 hasta su muerte, Barea trabajó para los servicios de la BBC en español, singularmente con destino a América Latina, donde la voz de Barea (sus charlas escritas hablando de Inglaterra, de libros, de vida y, sólo indirectamente, de política) llegó a ser muy famosa. Aunque escribió artículos, cuentos y otra novela posterior, La raíz rota, la gran obra de Arturo Barea son las tres novelas que redactó en Inglaterra entre 1940 y 1945, y que al publicarse juntas se titularon La forja de un rebelde. Totalmente desconocido en España, y tenido por las autoridades franquistas (que conocían su trabajo en la BBC) como el inglés Arturo Beria, en alusión al secretario de Stalin, La forja de un rebelde (The Forging of a Rebel) se publicó -como casi toda la obra de Barea- primero en inglés, magníficamente traducida por Ilsa, su mujer. La forja -la primera de las tres novelas- se editó en 1941.
Las otras fueron La ruta (1943) y La llama (1946). Las tres formaron La forja de un rebelde que, en castellano, se publicó por primera vez en Buenos Aires, por la editorial Losada, en 1951. El éxito de la obra en inglés fue enorme, hasta el punto de que se pensó en Barea -a fines de los cuarenta- para el premio Nobel.
Con La forja de un rebelde en inglés, Arturo Barea se hizo célebre en Inglaterra, en los Estados Unidos o en Dinamarca, donde le homenajearon. Más tarde -y ya con la edición en español- también en la Argentina, adonde viajó, con gran éxito y con pasaporte británico, en 1956. Pues desde 1948 los Barea (Arturo e Ilsa) habían adquirido esa nacionalidad.
La forja de un rebelde (autobiografía, pero que según el propio Barea retrata más lo colectivo que lo individual) narra en el primer tomo la niñez y adolescencia de un chico del pueblo, cuya madre es lavandera en el Manzanares y nos habla de Madrid y alrededores (Brunete, Méntrida y Navalcarnero), tal como Arturo los conoció de pequeño y en su primera juventud. El segundo tomo habla de la guerra en Marruecos, donde Arturo sirvió como sargento de ingenieros, refiriéndose entre otros episodios, al cerco de Melilla o a la corrupción generalizada en el Ejército; y el tercero se dedica a la Guerra Civil, donde cobran protagonismo los corresponsales extranjeros, el día a día del Madrid sitiado, con la población hambrienta y temerosa o las intrigas entre las diversas facciones del Frente Popular.
La trilogía, sin querer establecer comparaciones, tiene algo de Baroja, Galdós o Sender, por las maravillosas y cercanas descripciones que hace de los lugares por los que transita la novela y por el retrato de las gentes que lo pueblan. La narración es lúcida y el lenguaje cercano y cargado de melancolía. Es la obra excepcional de alguien que luchó por un mundo mejor, en cierto modo, un romántico, un soñador.




miércoles, 23 de noviembre de 2016

LO QUE QUEDA DEL DÍA

Mister Jack Lewis (Christopher Reeve) se dispone a viajar a su país, los Estados Unidos, y le sugiere a su mayordomo, James Stevens (Anthony Hopkins), que, durante su ausencia, podría coger su automóvil y pasar unos días fuera, en lugar de quedarse encerrado en la mansión de Darlington Hall, que mister Lewis adquirió tras la muerte de lord Darlington (James Fox), anterior patrón de Stevens.
Ahora, tras la transacción, la servidumbre la componen cuatro personas, muy pocas para tanto trabajo. Ante la posibilidad de contratar a una persona más, Stevens decide hacer el viaje y visitar a miss Kenton (Emma Thompson), a la cual cree, debido a una carta, deseosa de volver a la mansión, en la cual trabajó como ama de llaves antes de casarse, y que ahora vive separada de su marido.
Emprende, pues, el viaje, admirando el paisaje inglés, al tiempo que expone consideraciones sobre su profesión, recuerda a su padre, también mayordomo, y rememora el tiempo en que miss Kenton trabajaba en Darlington Hall. Por aquel entonces, se celebró en esta mansión una reunión extraoficial de personalidades influyentes con el fin de intentar que se mitigasen algunos aspectos del Tratado de Versalles, que, tras la Gran Guerra, oprimía en exceso a la derrotada Alemania, según la opinión de lord Darlington. Durante esta reunión, fue cuando murió el padre de Stevens, que debido a su avanzada edad, trabajaba en la mansión como ayudante de su hijo.
Tras varias jornadas de viaje y varias peripecias, Stevens llega finalmente a la ciudad donde vive miss Kenton, ahora mistress Benn. Allí se reúne con ella y tras un par de horas de conversación se entera que ha vuelto junto a su marido, y se da cuenta de que en realidad ella no tenía intención de volver a trabajar como ama de llaves en la mansión de Darlington Hall, que esto había sido solamente una deducción errónea por su parte. También descubre que se casó con mister Benn más para fastidiarle a él que por verdadero amor, pues ella había estado secretamente enamorada de él. Pero con el paso del tiempo sí ha llegado a amar a su marido, y ahora la hija de ambos está a punto de ser madre. Con la despedida, termina el viaje de ida de Stevens.


De nuevo el trío mágico Ismail Merchant, James Ivory y Ruth Prawer Jhabvala (productor, realizador y guionista respectivamente), toman una novela para trasladarla a la gran pantalla. En esta ocasión se trata de "Los restos del día" de Kazuo Ishiguro, escritor británico de origen japonés, que a partir de los seis años de edad vivió en Inglaterra, donde recibió una formación académica absolutamente occidental, desde la educación primaria hasta los estudios superiores, que cursó en la Universidad de Kent.
El film es a la vez una terrible historia de amor y una sobrecogedora visión de la impotencia que siente un ser humano cuando alcanza a comprender que ha renunciado a su vida a cambio de haber cumplido con lo que creía que era su deber.
Un retrato del estereotipo del mayordomo inglés, que sugiere que estamos tratando con una persona profundamente mutilada, con alguien que hace de una simple profesión, una represión de todo lo que tenemos de humano. Stevens se convierte en un ser anodino, seco y reprimido que deja de ser persona para convertirse en una triste sombra que deja pasar la vida por su lado, con sus posibilidades y sus desgracias, sin que lleguen a romper su cáscara. Todo ello, además queda subrayado por la contraposición a algunas de las personas que desfilan por su lado, capaces de llorar, de equivocarse, de tomar decisiones propias y de sentir impulsos, seres sencillos cruzándose en su camino, chicas que se enamoran y dejan el trabajo, amas de llaves que huyen buscando la felicidad, incluso nobles traidores que se arrepienten de su estupidez.


Estupendamente fotografiada y con una buena banda sonora, la película tiene una ambientación cuidada, típica de los trabajos de Ivory, con suntuosos interiores y unos exteriores que se benefician de la belleza de la campiña inglesa, con un verde casi insultante y algunas escenas estupendas y bien planificadas (recuerdo ahora el inicio de la jornada de caza).
Todos los actores están a la altura, con algunos secundarios que lo hacen realmente bien (James Fox, Peter Vaughan, Hugh Grant...), pero todo queda eclipsado por las brillantes actuaciones de Emma Thompson y, sobre todo, de Anthony Hopkins, realmente espléndido.
Un magnífico mosaico del modo de ser humano.




martes, 22 de noviembre de 2016

HASHIMA. LA ISLA FANTASMA

La isla de Hashima, apodada “Gunkanjima” o “barco de guerra” en japonés por la silueta que ofrece al espectador, no dejaría de ser uno más de los más de 500 islotes deshabitados que se encuentran dentro de la prefectura de Nagasaki, al sur del país Nipón, a no ser porque a comienzos del siglo XIX se encontró una gran veta de carbón en sus entrañas.
En aquella época el carbón era un bien preciado y escaso en aquel país y no se escatimaron medios para convertir el pequeño arrecife en un complejo industrial con ciudad incorporada. Durante más de 70 años el trabajo fue incesante. El hormigón hizo que la isla le ganara más de un kilómetro al mar. Un alto muro se construyó alrededor de toda la isla para protegerla de los tifones y de las inclemencias del tiempo y en el interior del perímetro, una enorme ciudad emergió para dar cabida a los casi 6000 trabajadores que llegó a albergar sobre el año 1959. La densidad de población llegó a alcanzar los 3460 habitantes por kilómetro cuadrado.
La explotación minera fue comprada por la compañía Mitsubishi en el año 1890, lo que la convirtió en el mayor proveedor de carbón de Japón a principios del siglo XIX.
Para abastecer la gran demanda del mineral, dentro de la isla se construyó una ciudad de arquitectura gris con 10 plantas unidas entre sí por un laberinto de estrechos pasillos, corredores y escaleras que conectaban los seis pisos de hormigón con pequeños balcones de madera que en su interior alojaban a presos, esclavos coreanos y familias japonesas completas.
Debido a la importancia de este mineral durante las guerras en las que participó Japón, Mitsubishi no escatimó en medios para mantener activa la producción día y noche, así que convirtió al pequeño arrecife en un complejo industrial con ciudad incorporada. Dentro de Hashima se construyeron todo tipo edificaciones: cines, teatros, escuelas, decenas de tiendas, restaurantes, peluquerías, salones de té, gimnasios y templos para las oraciones, todos conectados por escaleras que hacían de su interior una de las ciudades más funcionales, en la que los espacios verdes brillaban por su ausencia.
Así, en 1941, mientras el Japón imperial atacaba Pearl Harbor y entraba en conflicto con Estados Unidos, en la mina de la isla se extraían 400 mil toneladas de carbón al año y se producían los episodios más oscuros del lugar. Alrededor de mil 300 trabajadores murieron en accidentes laborales, otros de enfermedades, cansancio o malnutrición. Algunos más optaban por saltar al mar e intentar llegar en vano a la costa de Japón.
La prosperidad de la isla no duró mucho y a finales de los 60, cuando Japón empezó a utilizar el petróleo como fuente de energía, Mitsubishi detuvo paulatinamente su producción y colocó a algunos de sus trabajadores en otros lugares. Fue en 1974, en el gimnasio de isla, donde se ofició la ceremonia en la que se anunciaba el cierre definitivo de la mina.
Actualmente es una de las ciudades abandonadas más famosas del mundo y sus terrenos son propiedad del gobierno, siendo preciso un permiso especial para poder visitarla.
La foto de cabecera corresponde a una vista actual de la isla y las dos que cierran esta entrada, se remontan a principios de los 70 del pasado siglo, cuando aún estaba habitada.





lunes, 21 de noviembre de 2016

LA LOLA SE VA A LOS PUERTOS

Lola (Rocío Jurado), célebre cantaora de flamenco que enamora a todos los hombres que la conocen, y Heredia (José Sancho), su guitarrista que se resigna a quererla en silencio, acuden a un cortijo para actuar en la fiesta de petición de mano de Rosario (Beatriz Santana), que va a casarse con José Luis (Jesús Cisneros), hijo de Don Diego (Francisco Rabal), un rico hacendado. Padre e hijo se enamoran de Lola y el choque entre ambos es inevitable. José Luis rompe con Rosario, su prometida de la infancia, y con su padre y se marcha con Lola que, aunque nunca pierde la cabeza, queda turbada ante la presencia del apuesto señorito. Ambos se sienten atraídos y, sin querer, viven un apasionado idilio que despertará los celos de Rosario y la envidia de Don Diego que, dolido y aprovechando sus influencias, intentará que nadie vuelva a contratar a la artista. Lola comprende que su relación con José Luis no tiene futuro y logra que coincidan en una fiesta Don Diego, José Luis y Rosario para arreglar las cosas.
Josefina Molina adapta para el cine la obra teatral en verso de los hermanos Manuel y Antonio Machado, estrenada el 8 de noviembre 1929 en el teatro Fontalva de Madrid, protagonizada por Lola Membrives, con la que obtuvieron su éxito más sonado como autores dramáticos.
Por cierto, pocos días después del estreno (el 27 de noviembre), se rindió a los autores un homenaje, en el madrileño Hotel Ritz, promovido por José Antonio Primo de Rivera y presidido por su padre, el dictador Miguel Primo de Rivera.
Juan de Orduña, había hecho ya otra versión en 1947, protagonizada por Juanita Reina.


Los Machado, en su momento, pretendieron hacer una obra andaluza, pero sin andalucismos, alejada del estereotipo que tanto abusaba, por ejemplo, de los usos dialectales y de lo más rancio del folclore.
Josefina Molina pretende hacer una revisión de la adaptación de Orduña, en este sentido, volviendo al origen que le dieron los autores de la obra teatral, pero yo creo que no lo consigue, mete allí a Federico García Lorca como figura decorativa y se inventa un acto de exaltación andaluza con Blas Infante (Juan Valdés), en el que Lola interpreta el himno de Andalucía.
Pobres interpretaciones, con un Heredia que en la obra de los Machado tiene algo de filósofo y que aquí se convierte en un tipo chulo y con aire de amargado. Se salvan la interpretación de Paco Rabal, que tiene muchas tablas como para hacer el ridídulo y la voz portentosa de Rocío Jurado, alrededor de la cual y al rebufo de su fama por aquel entonces, se construye el film que se remata con una cursi escena final. Tiene también un par de planos, durante la fiesta en el cortijo, que a mí me recordaron los cuadros de Romero de Torres y algunas tomas aéreas de Sevilla e Itálica. En general, la fotografía es bastante buena, no en vano es Teo Escamilla el encargado de este apartado.
Molina pretende rescatar la crítica social que se hacía en el original a los señoritos terratenientes y su coro de acólitos, pero pienso que la pretensión queda sepultada por la historia romántica, bastante mal tejida, por cierto.
Para admiradores de la Chipionera, a cuya mayor gloria parece estar concebida la película.




viernes, 18 de noviembre de 2016

LA EDAD DE LA INOCENCIA

Al amable mundo de convenciones sociales estrictas en el que se mueve, aparentemente sin roces ni contrariedades, la alta sociedad de Nueva York de finales del siglo XIX, regresa de Europa la inquietante condesa Ellen Olenska (Michelle Pfeiffer). Independiente, osada, "diferente", Ellen involucrará muy pronto en su misterio a su joven primo Newland Archer (Daniel Day-Lewis) y perturbará sin poder evitarlo el encanto de una vida social que ignora de manera voluntaria su inminente fin.
Archer está prometido con May Welland (Winona Ryder), una joven de su misma clase social. Pero sus sentimientos cambian cuando conoce a la poco convencional prima de May. La condesa Olenska representa de alguna manera,un peligro para todos, tras huir del lado de su esposo, un hombre autoritario del que se ha separado y con su fuga hay rumores poco halagadores. Ella trata de encajar, pero hace muchas cosas al revés, sin darse cuenta o, sencillamente, no queriendo dársela. Sin saberlo rompe algunas reglas básicas de la alta sociedad a la que vuelve, y eso hace que cada vez haya más rumores. Sin hablar de las personas con las que le gusta estar.
Newland es el único que logra entenderla a veces y se convierte en su principal defensor.


Basada en la novela del mismo nombre de Edith Wharton, que le valió el Pulitzer en 1921, es un retrato prolijo de la alta sociedad neoyorkina de 1870, pero también nos habla del despertar de un hombre que se replantea toda su existencia, sólo para comprender que todo su universo no es más que un decorado donde se representa una farsa que imita a la vida, mientras, la verdadera vida transcurre por otros lugares, entre otras gentes.
La cuestión femenina también se presenta en el film, a través de la visión que Newland Archer tiene de las protagonistas. May Welland es el arquetipo de las virtudes que una joven patricia debe poseer: candor, un barniz de cultura, elegancia y, sobre todo, sumisión a los dictados sociales y a la voluntad del cabeza de familia. Por el contrario, Ellen Olenska representa a la mujer emancipada, que trata de conseguir, si no la felicidad, si al menos cierta tranquilidad de espíritu, aun a costa de sacrificar su posición social.
Cinéfilo empedernido, Scorsese vuelve a solicitar en este film la colaboración del mítico Saul Bass (ya habían trabajado juntos en "El cabo del miedo") y son él y su esposa Elaine, quienes se encargaron de los títulos de crédito.


Nunca ocultó Scorsese su fascinación por El Gatopardo, la película de Visconti basada en la novela de Giuseppe Tomasi de Lampedusa y en este film hay unas cuantas escenas que podrían haber sido filmadas perfectamente por el maestro italiano, con unos cuantos travellings casi sorpresivos repartidos a lo largo del film, excepcionales. La película está rodada con una exquisited que te hace perfectamente llevadera la larga duración de la misma y esos momentos en los que parece que la narración no avanza. Por otro lado, la novela es así, el film hace un traslado fidedigno a la pantalla, de tal suerte que parece que Scorsese no hubiera redactado un guión y se hubiera limitado a poner en imágenes lo que escribió Edith Wharton, porque la novela, como ocurre en el film, es de esas en las que parece que no nada ocurre, cuando realmente están ocurriendo muchas cosas.
Scorsese hace un ejercicio de estilo que roza lo sublime, con una ambientación esmerada (recibió un Oscar al mejor vestuario), una delicada planificación con decorados exteriores e interiores maravillosos y un trabajo de fotografía espléndido. No se pierdan el retrato que hace de los personajes a través de los detalles, de las joyas y adornos y de la comida, con fotografías de los platos servidos en los almuerzos y cenas sociales que son verdaderas obras de arte.
Magnífico retrato de una sociedad decadente, por trasnochada e intransigente, que condena a una suerte de muerte civil a quien osa salirse de los parámetros establecidos, con un final sublime que desvela el verdadero ser de una de las integrantes del triángulo amoroso que protagoniza el film, manipuladora hasta el extremo y perfecto representante de esa sociedad que retrata y critica.




jueves, 17 de noviembre de 2016

EL HOMBRE PERFECTO

A sus 25 años, Mathieu Vasseur (Pierre Niney), sigue soñando con ser un escritor de prestigio, pero a pesar de todos sus esfuerzos, no consigue publicar nada. Mientras tanto, se gana la vida en la empresa de mudanzas de su tío. Su destino dará un vuelco el día en que, por casualidad, se tope con el manuscrito de un anciano solitario que acaba de morir, titulado "Diario de un soldado en Argelia". Al principio tendrá escrúpulos, pero acabará por publicarlo con su nombre. Una vez convertido en la nueva promesa de la literatura francesa, se espera con impaciencia que escriba su segunda novela. La vida de Mathieu se convertirá entonces en una maraña de mentiras cuyo único fin es preservar a toda costa su secreto.
Conoce a Alice Fursac (Ana Girardot), una apasionada de la literatura, a la que ama y con la que entabla una relación estable. Tres años más tarde, su secreto cobra actualidad, Stanislas Richer (Thibault Vinçon) le interrogará por su pasado, pues descubre que su libro es una farsa y amenaza con dejarla al descubierto, en tanto Mathieu está desesperado y dispuesto a cualquier cosa por mantener su secreto, tomando iniciativas que no habríamos esperado de un hombre de su carácter.


Es el segundo largometraje de Yann Gozlan, seis años después de su debut con otro thriller, "Captifs".


Bastante bien interpretada, con una de las estrellas emergentes del cine francés a la cabeza (Pierre Niney) y una más que correcta Ana Girardot, el film cuenta con una sugestiva banda sonora, buena ambientanción, un guión bastante interesante, aunque con algún tramo cogido por los pelos y una espléndida fotografía de Antoine Roch.


Buen arranque, que atrapa al espectador, con un primer tramo del film bastante bien planteado, para entrar después en una serie de secuencias en las que pierde bastante, algunas de ellas un tanto alambicadas, todo ello en pro de mantener la intriga y un cierto nivel de suspense que bebe de los clásicos (sobre todo del maestro Hitchcock), pero sin llegar nunca a su altura.
En algún lugar he leído unas frases que suscribo y que dicen, más o menos, que las costuras con que están cosidas las diversas partes del film, son tan endebles, que si tiras del hilo, se deshace por completo. Y es que ciertos giros que da a la trama en pro de mantener el interés por la historia, se sostienen mal por poco creíbles, algo que el realizador, no obstante, disimula bastante bien a base de mantener el dinamismo de la narración.
Hablando de otra cosa, hay una escena, bastante bien construída en la que se ve una situación que a mí me dolió en el alma, cuando el protagonista quema el diario del difunto en la bañera de su casa, para no dejar rastros del plagio. ¡Quemar una joya, por el valor histórico del testimonio de primera mano de alguien que estuvo allí, y encima bien escrito, y con dibujos del autor! Y además aquello supone destruír la memoria de un hombre que ya ha muerto. Es de esas escenas bien hechas, que parecen reales, que te hacen olvidar por un momento que estás presenciando una ficción.
A pesar de todo lo dicho, me ha parecido una buena película que no dudo en recomendar, entretenida y con una buena reflexión sobre las falsas apariencias (título que llevará la que será segunda novela del protagonista) y las consecuencias que pueden tener sobre una persona y su entorno, cuando el castillo de naipes se derrumba, todo ello rematado con un final que le da un toque de originalidad.




miércoles, 16 de noviembre de 2016

LA CASA DE LOS ESPÍRITUS

La casa de los espíritus es básicamente la historia de la familia Trueba.
Comienza describiendo a la familia Del Valle, especialmente a la extremadamente bella Rosa (Teri Polo) y su hermanita Clara (Grace Gummer) (que tiene poderes de clarividencia). Rosa está comprometida con Esteban Trueba (Jeremy Irons), pero no logra casarse con él pues muere al ser envenenada por equivocación. Esteban, frustrado por la pérdida de Rosa y el haber pasado dos años trabajando en una mina para conseguir dinero destinado a su futuro matrimonio, decide partir a Las Tres Marías, una hacienda abandonada que pertenecía a su padre. Allá se encarga de devolver el esplendor que Las Tres Marías alguna vez tuvo, convirtiéndose en el más rico terrateniente de la zona. Regresa a la ciudad nueve años después a ver a su madre (quien está ya agonizando) y a su hermana Férula (Glenn Close). Allí se encuentra con los Del Valle otra vez, hallando a una ya joven y hermosa Clara (Meryl Streep), a la cual pide matrimonio y con la cual tiene una hija, Blanca (Winona Ryder). Al crecer, Blanca se enamora del hijo de uno de los empleados de su padre, el joven Pedro (Antonio Banderas), con quien engendra una hija, Alba (Sasha Hanau). Este embarazo causa la separación entre Esteban Trueba y Clara. Su padre, pretende que Blanca se case con Jean de Satigny (Jan Niklas), aunque  Blanca consigue imponer su opinión y rechaza este matrimonio de conveniencia. Al estallar el golpe de estado de los militares, Blanca es detenida y torturada por el hijo bastardo de Esteban, quien busca venganza por no haber sido criado de la misma manera que Blanca aún cuando tiene la sangre Trueba. Una ex prostituta amiga de Esteban logra rescatar a Blanca.


El guión se basa en la novela del mismo nombre de la chilena Isabel Allende, tenida por una de las más representativas de la literatura iberoamericana en general y del realismo mágico en particular. Desde su publicación en 1982, el libro se convirtió en un éxito de ventas.


Sin embargo la película fue un fracaso absoluto en todos los aspectos (público y crítica). La pregunta surge casi espontáneamente ¿cuál es la razón de que una película basada en una brillante novela, con un director galardonado (Bille August, dos veces ganador de la Palma de Oro y ganador del Oscar de 1988 a la mejor película extranjera) y un reparto realmente impresionante (cinco estrellas principales han ganado 4 Oscars y han tenido 28 nominaciones), no funcione?
No hay una respuesta, tal vez varias. Para empezar no todos los grandes libros se pueden convertir en grandes películas. De hecho, quizá sea más fácil hacer una gran película de un libro mediocre, o incluso malo, que de un gran libro. Pero el realismo mágico es especialmente difícil de trasladar correctamente a la pantalla. Ha habido varias películas basadas en las obras de García Márquez, por ejemplo, y ninguna de ellas ha sido medianamente buena. Se me ocurre que tal vez directores como Buñuel, mas que por su genio (que también) por su peculiar manera de entender el cine, hubieran podido dar con el secreto para llevar el realismo mágico al cine.
Se le han achacado al film fallos en el casting, aunque yo creo que, en general, los actores lo hacen bastante bien.


La banda sonora, bastante buena, por cierto, lleva el sello de Hans Zimmer e incluye algún fragmento de melodías muy populares (La paloma o La Cumparsita, por ejemplo) y, al frente del diseño de vestuario estuvo nada menos que Barbara Baum.
Es cierto que la adaptación tiene algunos aspectos criticables y que deja qué desear con respeto al libro, la película intenta un acercamiento realista al concepto de realismo mágico y falla. De cualquier modo, se deja ver.




martes, 15 de noviembre de 2016

DE LOS AMIGOS ME GUARDE DIOS, QUE DE LOS ENEMIGOS ME GUARDO YO

Un caso de tropelía que no tiene parangón, tuvo lugar en España durante la Guerra de la Independencia, cuando las tropas británicas, a través de Portugal, penetraron en España, en teoría para ayudar a los españoles a expulsar a Napoleón de nuestro suelo, en la práctica, ya sabemos que por motivos geopolíticos, en los que poco o nada tenía que ver el pueblo español.
De hecho las barbaridades sin cuento que cometieron los ingleses, en teoría aliados, tienen poca o ninguna explicación. Después de las cometidas en Ciudad Rodrigo, tras expulsar a los franceses de esta localidad fronteriza, en que se dedicaron durante tres jornadas al robo, al estupro y al asesinato, llegaron a Badajoz, donde arrasaron con todo, dedicándose a la rapiña y el pillaje. Cuenta un oficial británico en sus memorias, cómo unas mujeres, para que vieran las indignidades que habían tenido que soportar, les enseñaron la sangre que aún les goteaba por el cuello, por haberles arrancando los pendientes desgarrando las orejas, aquellos peores que salvajes que ni se molestaban en descolgárselos.
Otro oficial refería: Las atrocidades cometidas por nuestros soldados contra los pobres habitantes inocentes e indefensos de la ciudad, no hay palabras que basten para pintarlas. El hombre civilizado, si se deja ir y se suelta las trabas de la moralidad, es una fiera mucho peor que el salvaje, más refinado en su crueldad, más diabólico en sus actos; y ¡oh qué verdad es que nuestros soldados, hasta entonces nobles, se deshonraron, aunque los oficiales hicieron todo lo que estaba en su poder para reprimirlos, tanto que muchos que habían salido ilesos del enemigo, salieron heridos de su labor de misericordia!
No tengo muy claro que esos oficiales hicieran todo lo que estuviera en su mano y no mirasen más bien para otro lado por puro miedo, pues la tropa que le había sido enviada a Wellington, estaba reclutada entre lo peorcito del país, para muestra esta anécdota cierta: Un día Wellington pasó revista a los nuevos reclutas que le habían enviado desde Inglaterra para la guerra de España, y al verlos y mirarlos bien, exclamó: "No sé qué efecto harán en el enemigo, pero a mí me aterran".



lunes, 14 de noviembre de 2016

EL INFORME PELÍCANO

El juez del Tribunal Supremo Abe Rosenberg (Hume Cronyn) es asesinado de un disparo mientras duerme. Pocas horas más tarde, aparece estrangulado otro juez del Tribunal, Glenn Jensen (Ralph Cosham), sin que el FBI tenga pistas de ninguno de los dos crímenes, por lo que sus asesinatos continúan sin resolver. Darby Shaw (Julia Roberts), una brillante y bella estudiante de derecho en Nueva Orleans, decide investigar estos misteriosos sucesos por su cuenta, redactando un informe donde especula sobre el porqué de los asesinatos y descubre una conspiración sorprendente que lleva sus tentáculos hasta la mismísima Casa Blanca.
Su informe, en principio descabellado, parece que toca material "sensible", pues pronto será objeto de una implacable persecución. Cuando su novio es asesinado por una bomba en su coche, se hace evidente que intentan silenciar a Darby para siempre. 
Asustada y desesperada, se pone en contacto con el periodista Gray Grantham (Denzel Washington), quien la convence de estar ante un escándalo similar al del caso Watergate. Entre ambos tratarán descubrir quién está detrás de esos asesinatos, alguien que es evidente no se detendrá ante nada para preservar los secretos del Informe Pelícano...


El guión adapta la novela homónima del escritor norteamericano John Grisham, un modesto abogado de Memphis, que se hizo de oro escribiendo libros sustentados en complejas tramas judiciales y carismáticos personajes. Historias, todas ellas, que se convirtieron en un corto espacio de tiempo en best sellers.
Fue también la primera colaboración de James Horner con Pakula, quien al no poder contar con John Williams, ni con Michael Small, su fiel colaborador de toda la vida, se dejó aconsejar por los estudios y apostar por Horner. La partitura del californiano para este film es uno de los trabajos más duros, intensos y complejos de toda su carrera. Un score que toma al personaje de Julia Roberts como punto de referencia. La música se adapta a su estado de ánimo. Dolor, tensión y posterior liberación. Estas son las tres fases que sufre Darby en el film. Las tres fases que refleja la música. Ya con los insinuantes acordes de los títulos de crédito, Horner sienta las líneas generales del score: atmósfera musical opresiva, sustentada en el uso de las cuerdas, y muy especialmente, del piano.


Con una buena interpretación de Julia Roberts y un Denzel Washington, como siempre, elegante, la película, quizá debido a la naturaleza del género, en nada desmerece de la novela, sino al contrario, ya que la acción y la intriga son constantes a lo largo del film, consiguiendo captar un nivel de atención del espectador mayor que en el libro, del que, por otra parte, obvia la relación sentimental de los dos protagonistas, una historia de amor interracial que aquí queda postergada para centrarse en la intriga del caso.
A pesar de algunas cosas que están cogidas por los pelos o, sencillamente mal resueltas, la película es puro entretenimiento, muy adecuada para quien quiera ver un trabajo digno y busque cine de evasión.




viernes, 11 de noviembre de 2016

ADIÓS A MI CONCUBINA

Dos niños, Douzi y Shitou, que con el tiempo se convertirán en Cheng Dieyi (Leslie Cheung) y Duan Xiaolou (Fengyi Zhang), viven en una escuela de actores, tras haber sido comprados a sus padres por el maestro Guan (Qi Lü), que los somete a los peores castigos y vejámenes presuntamente necesarios para que aprendan las acrobacias requeridas para el arte operístico; así como el entrenamiento en interpretación y canto para formarlos como cantantes de la Opera de Pekín. El maestro Guan consigue así un enorme control sobre ellos y los somete a una presión y exigencia tremendos, para conseguir una disciplina y entrega total a este arte.
En la Ópera de Pekín, todos los papeles, incluso los femeninos, son representados por hombres y a los niños se les entrena, desde el inicio, para que representen un determinado papel. A Cheng Dieyi le escogen para el papel de dan, la heroina, lo que le obliga a reconocer que es mujer, a lo que se niega inicialmente, pese a ser sometido a los más crueles castigos; sin embargo, por puro instinto de supervivencia, decide asumir el papel e interiorizarlo y alcanza gran maestría en la interpretación del papel de la concubina del emperador, en una ópera muy popular que lleva ese mismo nombre. Esta extrema especialización –es decir, que lo único que ambos saben y pueden hacer en la vida es ser cantantes de la opera china– subordina su vida personal. Y, en este caso, lo lleva hasta a cambiar su preferencia sexual; y, dentro de ésta, incluso a asumir un rol específico: el femenino.


La película se basa en la novela del mismo título de Lilian Lee, seudónimo de la escritora hongkonesa Li Pi-Hua, también coautora del guión.
Una de las cosas más llamativas del film, es el soberbio trabajo de iluminación, con luces sobreexpuestas e iluminación contrastada, clave esta última para mostrar la ambivalencia emocional de las relaciones entre los tres personajes principales y junto a ello, un magnífico trabajo de ambientación y vestuario, no sólo para las llamativas y coloristas escenas de ópera, sino para las más oscuras que narran el entrenamiento de los niños en la escuela. A pesar de todo ello, la película huye del esteticismo, ya que su objetivo no es hacer un canto de las tradiciones, en este caso la Ópera de Pekín, sino contar un drama que se desarrolla dentro de otra historia más amplia, la de China durante buena parte del pasado siglo, cuyos cambios políticos inciden de manera determinante en los actores de esa historia.


Con respecto al libro, el film se centra mucho en el trabajo de los artistas y, aunque relata también de manera extensa el drama que viven en sus vidas personales, sobre todo en el caso de Dieyi, no aparecen, sino de manera breve, los duros episodios que han de pasar cuando son depurados y desterrados y las burlas y palizas a que son sometidos tampoco quedan reflejadas en toda la magnitud que se aprecia en la novela.
Es un film largo, de casi tres horas, hecho con esa calma tan típica del cine oriental que a quien únicamente vaya buscando puro entretenimiento, puede hacérsele algo tediosa.