viernes, 30 de septiembre de 2011

JUEGO DE TRONOS (1ª TEMPORADA)

A pesar de que solamente se llevó uno de los Emmys (mejor actor secundario, para Peter Dinklage), de los cuatro a los que estaba nominada, Juego de Tronos ha sido una de las series del año, al menos lo ha sido en EE.UU. que es como decir que lo ha sido en el mundo como tal.
Basada en el primer volumen de los que componen la obra de George R.R. Martin titulada Canción de Hielo y Fuego, por ahora serie inconclusa que, según el proyecto del autor constará de siete entregas de la que falta la última.
Así que, de seguir adelante, el proyecto constará de siete temporadas a razón de unos diez capítulos por cada una de ellas, salvo que Martin decida que en el último volumen no le cabe de una tirada todo lo que tiene metido en la cabeza.

De momento, en alguna entrevista ya ha dejado caer que quizá divida éste en dos partes, así que ya estamos en las mismas que la inefable J.K. Rowling, alargando la vida más allá de la muerte. Sólo que en el caso de la obra de Martin, es tal el desmadre de personajes (dicho en el mejor sentido del término) que muy bien pudiera permitirse continuar la saga sine die. Se ha revelado como un maestro en dar vida a innumerables subtramas, en darle la vuelta a historias para llevarlas por veredas contrarias a las que parecían encaminadas y, sobre todo, ningún reparo a la hora de deshacerse de personajes a los que hemos tomado cierto cariño o que parece van a tener relevancia hasta el final y, por contra, elevar a la categoría de principales a otros que en entregas anteriores simplemente pasaban por allí.


Pero bueno, me estoy adelantando. Yo ya leí los libros en su día y he visto que la seríe se adecúa con bastante fidelidad a los textos. No en vano, ya en su momento me pareció que por la forma, eran casi como un guión, estaban pidiendo a gritos su traslado a la pantalla, incluso cada volumen de la obra de Martin, acaba en un momento de esos llamados álgidos, que hacen que el lector (el espectador, en este caso) esté esperando con impaciencia la continuación.

Cualquier aficionado a la cinematografía sabe que no se debe hacer una comparación mimética entre literatura y cine (o televisión), cuando la obra está basada en una novela previa, cada cosa tiene su propio espacio. Pero hay aspectos que no pueden evitarse, uno de ellos el de los personajes y todos nos imaginamos a D. Quijote, por ejemplo, de una determinada manera.
Algo así sucede con los personajes de Juego de Tronos, tenemos una idea preconcebida de algunos de ellos, incluso porque Martin nos deja su descripción física, aunque es cierto que en otros queda más a la imaginación de cada cual y ahí, en el casting, los productores han tenido, en líneas generales, uno de sus mayores aciertos.

No es el único, claro, pues la ambientación está maravillosamente conseguida, recreado con verismo ese mundo fantástico que se sitúa aproximadamente en la edad media y algunos de los lugares y regiones que conforman el escenario global. Muy conseguido el muro de hielo que separa Invernalia y el resto de los Siete Reinos, del mundo de "Los Otros" y que es uno de los lugares emblemáticos de la obra de Martin y más queridos por los fans acérrimos de sus novelas, porque allí desarrolla su cometido La Guardia de la Noche, los hombres de negro que preservan la integridad del reino frente a los ataques de lo desconocido.

No sé cómo habrán visto la serie los espectadores que no han tenido la suerte, la paciencia o las ganas de leer las novelas, si les habrán quedado claras todas y cada una de las acciones de los personajes o si para alguna de ellas les faltan explicaciones. Sí sé, como digo, que los telefilmes se adaptan con bastante fidelidad a los libros y, para mí que, en general, se puede seguir la historia perfectamente. Es cierto que se pierden algunos detalles, pero esto es algo lógico cuando se adapta literatura a la pantalla.
En la serie no hay buenos y malos como tales, todos son malos con cosas buenas o al contrario. Un mundo de intrigas, de luchas por el poder a pequeña o a gran escala, hay quien lucha por un reino y quien lo hace por algo que llevarse a la boca o por conservar la vida.

Los secundarios no son del todo tales, sino que tienen su peso específico en la trama (muy buenos los duelos verbales de Meñique y Varys) y conforman ese mundo mítico lleno de personajes que también lo son y que constituyen uno de los principales encantos del relato.
El cuadro de actores, opino que está bien, en general, que representan bien sus papeles. Los efectos especiales, muy conseguidos, en una obra en la que buena parte de su impacto y atractivo, depende de esas cosas que son tan deseadas por los amantes del género, en este caso, el Muro, al que hemos hecho referencia, pero también los cuervos mensajeros, los dragones de Daenerys Targaryen, etc.

No sé si HBO es sinónimo de éxito, supongo que no, porque algún que otro fiasco llevan ya a sus espaldas, pero es innegable el cuidado con el acometen cada nuevo proyecto. El éxito aislado puede llegar sin que nadie se explique muy bien por qué, pero cuando serie tras serie, salvo algún patinazo que otro, se han ido ganando el respeto de crítica y público, el secreto es el trabajo bien hecho.

El traslado a la pantalla era esperado con cierta impaciencia por los devotos de Martin desde que se conoció la compra de derechos por parte de la productora. Creo que la espera mereció la pena.
Y espero que este tiempo que transcurra entre temporada y temporada, también esté bien empleado, comprendan los impacientes que para hacer las cosas bien, hay que tomarse un tiempo.
Coged fuerzas, se acerca el invierno y promete ser duro, al menos eso esperamos.

Y para acabar, voy a darme el pequeño capricho de reproducir el juramento de la Guardia de la Noche:

Escuchad mis palabras, sed testigos de mi juramento ... La noche se avecina, ahora empieza mi guardia. No terminará hasta el día de mi muerte. No tomaré esposa, no poseeré tierras, no engendraré hijos. No llevaré corona, no alcanzaré la gloria. Viviré y moriré en mi puesto. Soy la espada en la oscuridad. Soy el vigilante del Muro. Soy el fuego que arde contra el frío, la luz que trae el amanecer, el cuerno que despierta a los durmientes, el escudo que defiende los reinos de los hombres. Entrego mi vida y mi honor a la Guardia de la Noche, durante esta noche y todas las que estén por venir.



miércoles, 28 de septiembre de 2011

"CHUS" PEREDA (EL HOMBRE DISCRETO)

Jesús Mª Pereda, burgalés de Medina de Pomar, un hombre discreto y un gran jugador del fútbol, internacional por España, destacó sobre todo en su etapa como jugador del Barça, aunque en la única temporada en la que militó en el Real Madrid (1957-58), consiguió su único título de Liga y una Copa de Europa.
El de Chus Pereda es uno de esos casos en los que aquello que has hecho pasa desapercibido, cuando en realidad tiene tanta o más importancia que lo que lograron quienes pasaron a la historia.
España conquistó la Copa de Europa de Selecciones nacionales en 1964 y durante mucho tiempo ese fue el único título de cierta relevancia que tuvo el fútbol español a nivel de selección. Muchos de nosotros hemos visto el famosísimo gol de Marcelino repetido en la tele hasta la saciedad y que supuso algo más que un gol, se derrotaba, nada menos que a la URSS, eso, en pleno Régimen de Franco, tenía doble importancia.
A mí, sin embargo, siempre hubo algo que me llamó la atención poderosamente, Marcelino marcó el gol del triunfo y pasó a la historia, pero hubo otro hombre que tuvo, quizá mayor importancia y a quién las crónicas obviaban.

Pereda dio el pase de ese gol y ya sabemos que quien marca es quien se lleva la gloria, pero es que hubo más, el burgalés fue quien marcó el primer tanto y siempre me pareció un poco injusto lo del gol de Marcelino, cuando la victoria fue por 2-1. Si Pereda no hubiera marcado ese primer gol al mítico portero ruso Lev Yashin, la historia pudo haber sido otra.
A pesar de todo, Pereda, un tipo alegre y jovial, nunca dijo nada fuera de tono para reivindicar su papel y cuando relataba las jugadas de aquel partido, lo hacía con el tono de simpatía que empleaba siempre.
Hoy ha muerto, a los 73 años y me pareció oportuno hablar de esta anécdota de un tipo simpático que supo apreciar lo que le dio la vida y no amargarse por aquello que le escatimaron, sin duda una actitud positiva y toda una lección. Como les ocurre a quienes han alcanzado cierta relevancia en vida, la muerte no es sino el paso necesario para que el mito comience su andadura.


martes, 27 de septiembre de 2011

AMOR A QUEMARROPA

Es muy raro que un trabajo artístico, del tipo que sea (pintura, música, literatura, cine...), surja por generación expontánea. Eso de que un tipo en su primer contacto con un medio sorprenda con una obra de arte, no se suele dar, aunque a veces se emplee lo de que es su primer trabajo, cuando uno hurga un poco aparecen otras cosas, lo que ocurre es que esas "otras cosas", tenían un carácter menor, pasaron desapercibidas o no contaban con lo medios adecuados para que trascendieran a las masas, pero casi siempre hay un camino previo, a veces tortuoso y otras muchas plagado de sinsabores y falta de reconocimiento, hasta que llega el momento del gran salto y, tras el, alguien vuelve al pasado y tras rastrear la pista, saca a la luz antiguas obras de aquel o aquellos a quienes ahora se reconoce como genios. Aquella persona que hoy aparece en la cima del éxito, tiene una trayectoria, un camino de aprendizaje que le lleva a ese instante en el que, por fin, encuentra el reconocimiento.

Un desconocido, entonces, Quentin Tarantino, vendió este guión por el precio mínimo que pagan las productoras. La peli fue dirigida por Tony Scott (sí, el hermano de Ridley) y aunque Tarantino siempre dijo que le había destrozado el guión, esa opinión yo no la comparto, creo que lo hizo bastante bien, porque si bien es cierto que el guión es una maravilla, hay otros apartados del film que no desmerecen lo más mínimo. Una preciosa banda sonora, un buen trabajo de cámara, una fotografía muy correcta y una trabajo de actores logradísimo.

Cada cual tiene su momento, algunos rayando a gran altura y otros que apenas aparecen, entre otras cosas, porque estaban empezando. Hay aquí nombres de gente que entonces era muy joven y casi nadie conocía (Brad Pitt, Samuel L. Jackson o James Gandolfini), junto a otros ya consagrados, como Dennis Hopper y Christopher Walken, que tienen una escena antológica, la del interrogatorio, con diálogos que recuerdan lo mejor de Samuel L. Jackson o Bruce Willis en Pulp Fiction.
Y, sobre todo, la pareja protagonista, Patricia Arquette y Christian Slater, mucha química y una historia de amor con romanticismo, sexo y violencia. Emoción y diversión que dotan a la relación de la pareja de frescura y originalidad, en la que ternura y acción, pasión y sexo, romanticismo y humor, tienen su momento, con una Patricia Arquette, en el papel de Alabama Worley, seductora y explosiva, pero también tierna e infantil.

Una peli con mucha acción, con toques de road movie, cine negro, humor más negro todavía y una pareja tipo Bonnie & Clyde.
El mejor Tarantino que nos deja en su guión todo lo que después descubriríamos en Reservoir Dogs o Pulp Fiction.




lunes, 19 de septiembre de 2011

SIR FRANCIS BACON

La curiosidad es algo común a todas las especies animales, ya sabéis aquello de que la curiosidad mató al gato, pero en la especie humana ha contribuído a que esta avanzara de manera considerable, precisamente porque esa curiosidad ha llevado a algunos de nuestros congéneres a dar pasos que hubieran tardado mucho tiempo en darse por cauces normales.
Sin embargo, como en el dicho del gato, en ocasiones esta curiosidad ha llevado a más de uno a correr graves riesgos para su integridad física e incluso para su propia existencia.
Uno de estos casos fue el del filósofo y político británico Francis Bacon, quien un día de marzo de 1626, presenció cómo caía sobre Londres una copiosa tormenta de nieve. Empeñado en demostrar que la acción del frío podía contribuír al retraso en la descomposición de los alimentos, como lo hacía la sal, fue a comprar un pollo que, presumiblemente, destripó, enterrando el cadáver el la nieve y esperando a que, por su efecto se congelase.
Sin embargo, al pobre Bacon, que contaba a la sazón 65 años, el frío intenso le provocó un buen resfriado que se complicó con una neumonía. Unos días más tarde, el 9 de abril, moría víctima de la neumonía, sí, pero también de su curiosidad científica.


sábado, 17 de septiembre de 2011

KATYN

...el propio Bahlul fue quien, entrando un día en la tienda de campaña de Harú Al-Raschid, que regresaba de una expedición guerrera, le encontró sediento y pidiendo a grandes gritos un vaso de agua. Y Bahlul echó a correr para llevarle un vaso de agua fresca, y presentándoselo, le dijo: "¡Oh Emir de los Creyentes! ¡te ruego que antes de beber me digas a qué precio habrías pagado este vaso de agua si, por casualidad, hubiese sido imposible de encontrar o difícil de procurártelo!" Y dijo Al-Raschid: "¡Sin duda habría dado, por tenerlo, la mitad de mi imperio!".
Y dijo Bahlul: "¡Bébetelo ahora, y Alá lo vuelva lleno de delicias para tu corazón!". Y cuando el califa hubo acabado de beber, Bahlul le dijo: "¡Oh Emir de los Creyentes! y si, ahora que te lo has bebido, ese vaso de agua no pudiera salir de tu cuerpo por culpa de alguna retención de orina en tu vejiga honorable, ¿a qué precio pagarías la manera de hacerlo salir?" Y Harún Al-Raschid contestó: "¡Por Alá, que en ese caso daría todo mi imperio de ancho y de largo!".
Y Bahlul, poniéndose muy triste de pronto, dijo: "¡Oh mi señor! ¡un imperio que no pesa en la balanza más que un vaso de agua o un chorro de orines no debería producir todas las preocupaciones que te proporciona y las guerras sangrientas que nos ocasiona!".
Al oír aquello, Harún se echó a llorar. (Las mil y una noches)

¿Por qué esa introducción para hablar de esta película?
Porque las guerras son todas crueles, sangrientas, muchas veces inútiles y siempre dolorosas.
Y a pesar de la muerte y la tragedia, dentro de la misma guerra surgen, de vez en cuando, episodios en los que la crueldad alcanza la hipérbole, porque todas las lineas rojas son traspasadas y porque el respeto por la persona, por el enemigo inerme, desaparece para dejar paso al sadismo.
Katyn es uno de esos episodios vergonzosos en los que la inteligencia y la humanidad de quienes los llevan a cabo quedan en total entredicho y ninguna justificación hace comprensible, al menos desde la óptica de una persona normal, cómo un hombre puede llegar a tal extremo de desprecio por un semejante.

Entre el 3 y el 19 de abril de 1940, 22.000 prisioneros polacos fueron asesinados en el bosque de Katyn, en el campo de Ostashkov, en el campo de Starobielsk y en campos de concentración y cárceles situados en Ucrania occidental y Bielorrusia occidental (Para mayor sarcasmo, sólo se descansó un día, el 1 de mayo, Día del Trabajador).
Los polacos asesinados en el genocidio de Katyn fueron la elite del ejército polaco, pero, también profesionales liberales, empresarios agrícolas, intelectuales y clérigos. Los soviéticos segaban con su hoz a la intelligentsia polaca, en un intento de destruir el liderazgo presente y futuro de la nación.
La orden de la masacre fue firmada por Stalin, Beria, Voroshílov, Mólotov y Mikoyán; Kaganóvich y Kalinin dieron su visto bueno por teléfono.
El arma elegida para asesinar a los prisioneros fue la pistola ligera Walther 7,65 mm. de fabricación alemana, en concreto de la fábrica Genschow de Karlsruhe-Durlach. Alemania después de la firma del Tratado de Rapallo en 1922, exportó la pistola Walther 7,65 mm. a las repúblicas bálticas para armar a sus policías. Cuando la URSS invadió las repúblicas bálticas en 1939 la NKVD confiscó dichas pistolas y sus municiones. Al hacer uso de una pistola de fabricación alemana la URSS podría culpar a Alemania del genocidio de Katyn como así hizo en 1943.

Con lo que no contaban los soviéticos es con que, una vez roto el pacto de no agresión con la Alemania nazi, las tropas de la Wehrmacht, en su avance por territorio ruso, descubrieron las fosas: El 13 de abril de 1943 la Agencia Alemana de Noticias anunció a través de Radio Berlín el descubrimiento de las fosas de Katyn.
La URSS negó su responsabilidad y culpó a Alemania.
La Cruz Roja Internacional desenterró 4.143 cadáveres de militares, civiles y religiosos polacos en las fosas del bosque de Katyn. La Cruz Roja Internacional determinó que todos los cadáveres eran de prisioneros polacos procedentes de campos de concentración soviéticos y que después las autoridades soviéticas les declararon "desaparecidos". La Cruz Roja Internacional afirmó en su informe final de mayo de 1943 que "está probada la responsabilidad soviética en la matanza (de Katyn)". La Cruz Roja Internacional presentó como pruebas las autopsias a los cadáveres más los diarios personales, fotografías y periódicos de las víctimas, ninguno con fecha posterior a 19 de mayo de 1940, día en el que terminaron los asesinatos en masa en el bosque de Katyn. Sin embargo, la URSS, EE. UU. y Reino Unido acusaron de falsedad a la Cruz Roja Internacional.

Durante décadas, este fue tema tabú y esa fue una de las cosas que evitó que Andrzej Wajda, pudiera llevar su proyecto a la pantalla mucho antes del año 2007 en que fue estrenada. No encontraba apoyos suficientes y su idea se iba posponiendo, al punto de que llegó a pensar que se moriría antes de verla hecha realidad.
Uno de los muertos de Katyn era el padre del propio Andrzej Wajda, a pesar de lo cual, el director no carga las tintas, no hace una película revanchista, sino que, sin renunciar a contar lo que pasó, se centra también en otros aspectos no menos importantes, sobre todo para su pueblo, a quien va dirigida.
He leído por ahí muchas críticas sobre el film que hablan de que la peli no tiene esa calidad que hace pasar a los films a la posteridad. Sin embargo lo que yo pienso es que en el resto del mundo no entendemos lo que la película cuenta del mismo modo que lo entienden en Polonia, porque no conocemos tan de cerca las repercusiones que tuvo y tiene aquello.

La película nos habla, sobre todo, de la angustia, la soledad y la desesperación de las familias, que no sabían lo que había ocurrido, ni siquiera tenían la certeza de que sus familiares estuviesen muertos o vivos.
A esto se une la complicidad, que hemos mencionado, de las potencias occidentales, que tenían miedo a ofender a la URSS y dieron por buena su versión, ordenando ocultar los datos que tenían en su poder y que demostraban de forma fehaciente quiénes habían sido los ejecutores del genocidio.
El propio Wajda nos cuenta que su madre murió con la esperanza de que su marido regresase.

Habla también de la colaboración de amplios sectores de la sociedad polaca en la ocultación de la verdad de aquel hecho vergonzoso y en la represión feroz contra los ciudadanos que se atrevían a hablar de la responsobilidad soviética en el mismo.
Wajda ha querido saldar una deuda que tenía pendiente y que consideraba de obligado cumplimiento, pero sobre todo, ha deseado dejar memoria de ello en la generaciones futuras. Muchos jóvenes, por increíble que parezca, no saben quién fue Stalin y el director polaco tenía miedo de que sus conciudadanos, con el tiempo, olvidasen también lo que ocurrió en Katyn.

El film tiene dos momentos culminantes, uno es la imagen del principio, un puente sobre un río, ciudadanos polacos se entremezclan corriendo, unos hacía un lado y otros hacia el contrario. En la madrugada del 1 de septiembre de 1939 la Wehrmacht alemana invadió Polonia por el Oeste. Fue el inició de la Segunda Guerra Mundial. El 16 de septiembre de 1939 el Ejército Rojo soviético invadió Polonia por el Este. Vayan a donde vayan, caeran en manos del invasor, pues la invasión de Polonia por alemanes y soviéticos supuso la extinción de Polonia como Estado independiente y soberano.
El otro momento, son las imágenes del final de la película, en las que se nos desvela lo que ocurrió a aquellos prisioneros polacos a los que nunca se les informó de qué se les acusaba ni por qué fueron condenados a muerte.




viernes, 16 de septiembre de 2011

UNA DEMOCRACIA

La democracia que tenemos es "una democracia", no la única, quizá la mejor, quizá no, no lo sé, pero es una entre varias posibilidades, no es esa sacrosanta democracia que se nos quiere pintar, repito, aunque parezca pesado, es una de tantas, es, básicamente, la democracia de los partidos y la que más les conviene a ellos.
En esta tierra mía se ha dado un caso en estos días que, por desgracia (creo yo), se repite periódicamente: El PSOE provincial debía elegir los candidatos al Congreso para las elecciones del 20N y desde Ferraz han colado el nombre de Antonio Camacho, ministro del interior, natural y vecino de Madrid y sin vinculación con esta provincia.
El análisis parece claro, le saltan a uno las palabras consabidas y que no voy a repetir, yo no soy miembro del partido y con su pan se lo coman.
Sin embargo no todo es tan claro como a primera vista parece, quiero decir que una vez que se analizan todos los parámetros, lo que rodea este caso da para mucho debate y para mucha reflexión.
En primer lugar, el partido de enfrente (el PP), calla. ¿Es por respeto a lo que haga en su casa su contrincante? Nooooo, es que ellos presentan foráneos una elección sí y otra también, actualmente, uno de los dos diputados que tiene el PP por Zamora es Gustavo de Arístegui, que no sé de dónde es, ni me importa, ni lo sabe la gran mayoría de mis paisanos.
En segundo lugar, y volviendo al asunto del PSOE, es presumible que ese partido sólo saque un diputado por esta provincia. El contrincante que tenía el Sr. ministro para encabezar la lista electoral es D. Jesús Cuadrado, actual diputado y militante histórico del partido. Bien, las agrupaciones locales han votado esta semana y, ¡oh sorpresa!, si a nivel provincial Jesús Cuadrado se impone, agrupaciones tan importantes como Zamora capital o Puebla de Sanabria, se decantan por Antonio Camacho.

Desde fuera, uno se pregunta cómo se puede preferir a quien no tiene vinculación ninguna con el partido provincial sobre el candidato de casa ¿Han sacado las navajas y se las clavan por la espalda? ¿Tanto puede la envidia u otras consideraciones que no parecen de recibo?
Tercero: En el fondo, me da igual y, a los del PSOE debería darles lo mismo (de hecho parece que les da igual), en esta democracia partitocrática que tenemos, nadie va a defender los intereses de sus electores, sino los del partido que les presenta, lo sabemos de sobra, diputado que rompe la disciplina de voto, diputado que se jugó las habichuelas, ejemplos tenemos de sobra, así que a la hora de la verdad, lo mismo da.
La otra consecuencia que saco yo de todo esto es la chulería y arrogancia de las grandes corporaciones (en las que incluyo a los partidos políticos, al menos a los grandes) con la gente que no da problemas y esta santa provincia no los da, aquí no hay nacionalismos pujantes, ni terroristas sanguinarios, ni grandes familias de la oligarquía, así que te endiñan lo que quieren. En este caso, todo un ministro, en aquel del PP, todo un reputado político como D. Gustavo, que digo yo que si tan buenos son, ¿porque no los colocan en sus lugares de origen o residencia? Por supuesto la pregunta es retórica.
Con D. Antonio, el Faisán llega a Zamora y mientras, los dirigentes y compromisarios, agachan la cabeza y callan, no vaya a ser que pierdan su prebenda particular. El partido manda, esta es la democracia que tenemos.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

EL LABERINTO DEL FAUNO

Un innominado lugar del norte de España; un grupo de soldados que, por el uniforme se diría más bien que es un grupo de policías nacionales que trata de someter a una partida del maquis; una niña que se ve arrastrada por su madre embarazada y enferma al encuentro con su padrastro y que, puede suponerse que como refugio a la dura realidad, echa mano de su fantasía como forma de guarecerse.
Ese puede ser el argumento de esta película. Creo que hay más, porque cuando uno hurga un poco (no demasiado), las cosas que se le ocurriría añadir a esas escuetas líneas, irían engordando las explicaciones de tan somera introducción.
Porque alrededor de las dos historias de que se compone la cinta, hay una suerte de personajes que habitan una u otra, o las dos al tiempo, que van moldeando otras consideraciones más allá de una pura y simple historia de posguerra o de un cuento de fantasía con hadas incluídas.

Guillermo del Toro sorprende de nuevo con un film diferente, dando un enfoque totalmente nuevo a una época de nuestra historia reciente. Quizá si se hubiera limitado a una película sobre el maquis español, no hubiera logrado el eco que tuvo, y aún tiene, el film.

Con una banda sonora de Javier Navarrete y una fotografía de Guillermo Navarro que logran remarcar esa fantasía, pero también esa desesperanza y esa especie de cercanía de la muerte con la vida que vemos en varios escalones, la muerte de la madre y la nueva vida que ha alumbrado; la muerte de la niña y la nueva vida a la que accede en un mundo imaginario; y la muerte, sobre todo la muerte, en el enfrentamiento entre la guerrilla y las llamadas fuerzas del orden.

Con un plantel de actores en el que sobresale la figura de Sergi López, que redondea una actuación impresionante, con un personaje malvado, sádico y lleno de complejos al que nos hace odiar con todas nuestras fuerzas, como sólo es capaz de hacerlo un actor que nos trasmite el verismo de su personaje.

Le acompañan la niña Ivana Baquero (que obtuvo un Goya como mejor actriz revelación); una siempre eficaz Maribel Verdú, a quien quizá le sobre ese acento entre gallego y asturiano que le va muy forzado; Ariadna Gil que en su breve papel nos hace llegar muy bien el personaje frágil que interpreta y un magnífico Álex Angulo.

Se le pueden achacar unos cuantos fallos en cuanto a la ambientación, pero esa no debía ser una de las preocupaciones del realizador que se centra en el entramado de sus historias, con personajes malvados y crueles que no tienen enfrente a otros que sean buenos, sino que se enfrentan a la inocencia de una niña que vive otro mundo diferente de ese encono de los adultos.

A la hora de recomendar o no esta película, hay que tener en cuenta que las películas de este hombre y esta en particular, o te encantan o no te gustan nada, prácticamente no deja lugar a los términos medios.
Lo mejor, la actuación de Sergi López y la originalidad de la narración.




martes, 13 de septiembre de 2011

LA MUERTE DE ESQUILO

Esquilo conforma, junto con Sófocles y Eurípides, la gran tríada de dramaturgos atenienses.
Cuenta la leyenda que Esquilo murió como consecuencia del impacto de una tortuga (más bien de su caparazón), que un águila dejó caer sobre su cabeza cuando el griego estaba meditando sentado en medio de la campiña. Se supone que el águila debió confundir la cabeza calva del dramaturgo con una roca y que lo que quería era quebrar el caparazón de la tortuga para comerse al pobre animal.
Otras versiones de la misma historia, dicen que el ave en cuestión, era un quebrantahuesos, animal muy aficionado a valerse de este método para romper el envoltorio y comerse el contenido.
Da igual águila o quebrantahuesos, porque lo curioso del relato es que que, allá por el 457 antes de Cristo, poco antes de su muerte, el oráculo le vaticinó a Esquilo que moriría aplastado por una casa. Por eso decidió irse a vivir fuera de la ciudad.


lunes, 12 de septiembre de 2011

JARHEAD

Supongo que a más gente que la haya visto, le ocurriría como a mí al comenzar a ver esta peli, que se acordó de La chaqueta metálica de Kubrick, es imposible no hacerlo para quien haya visto ambos films, el comienzo nos augura que aquello que vamos a ver va de lo mismo o de algo similar.
Sin embargo Sam Mendes sólo hace una pequeña introducción que, al tiempo, le sirve para rendir homenaje al maestro.
En realidad la historia que nos van a contar es otra, porque las guerras ya no son lo que eran, al menos esta, la llamada Guerra del Golfo, no lo fue y lo que vemos al principio, la instrucción en el campamento, el discurso avasallador del sargento instructor, las barbaridades (llamadas bromas) que le hacen al novato, las despacha con apenas unos minutos, porque únicamente son una especie de introducción en el meollo del asunto, aunque no dejen de tener su importancia dentro del mensaje global que el realizador pretende transmitir.

Quien vaya a ver una película bélica al uso, quedará decepcionado, esta no lo es, no hay acción exagerada, ni violencia, apenas disparos, y los combates quedan para mejor ocasión. Las únicas peleas que veremos, serán entre compañeros. Y el sentimiento de los soldados es el de no saber qué hacen allí, defendiendo unos pozos de petróleo. Puro egoísmo comercial, frente a aquellos sentimientos de estar luchando por la libertad o por el bien de su patria de otros conflictos que ya pasaron a la historia.

Entonces, ¿qué pretende Mendes con el film?
Supongo que lo que otras películas de las llamadas antibélicas han pretendido antes, demostrar el absurdo de la guerra y desmitificar ese ejército de héroes y caballeros. Si alguna vez fue así, ahora ya no es tal y quienes se alistan son, en su mayoría, muchachos que buscan allí la salida que no tuvieron en la universidad, en un trabajo que no les gustaba o sentirse alguien en una sociedad que les excluye por ser de otro color, de otra cultura o de una clase social baja.

La película está basada en la novela de Anthony Swofford que nos narra sus experiencias como soldado que estuvo destinado en aquel conflicto y, como digo, Mendes aprovecha la ocasión, no sólo para hacer una crítica, sino para mostrarnos una guerra diferente, donde la tecnología y otras consideraciones del mundo actual, hacen que nada tenga ver con aquel despliegue de divisiones de la II Guerra Mundial. Es probable que no llegues a ver al enemigo y también es probable que no llegues a disparar un tiro.

Sin embargo, todas estas posibles críticas, las hace tomando distancia. Se le ha criticado, por ejemplo que no profundiza en algunos aspectos del conflicto, en el porqué de aquella guerra en concreto.
El mismo Mendes opina que si hubiera hecho una crítica directa a la Guerra del Golfo, habría rodado un film con fecha de caducidad.

A medida que va avanzando, nos damos cuenta de que en realidad, aquello es más bien el drama de una persona, un tipo que se ha alistado en el ejército y que cada día que pasa va estando un poco más arrepentido de haberse metido allí, porque se da cuenta de lo difícil que va ser retormar su vida anterior, recuperar a sus amigos, a su novia, a su familia, reintegrarse en su entorno.
La convivencia con los otros hace que, en lo bueno y en lo malo, en la camaradería por un lado y en la cantidad de situaciones sin sentido, por otro, una nueva familia esté surgiendo a su alrededor.

La película es una maravilla de interpretaciones, pero también en el resto de apartados, realización, ambientación y, especialmente, en la magnífica fotografía de Roger Deakins, que nos ofrece una magníficas imágenes del desierto (y más, por supuesto).
La banda sonora, muy conseguida y muy cuidada, como ocurre con casi todos los detalles.

Hay algo que me gustó especialmente y es la particular ironía de Mendes, la peli está cargada de humor sutil: Los soldados jugando al fútbol americano con la equipación antigás y a 40º, para que los de la tele vean lo bien que se mueven con todo aquel atalaje; la tropa animándose para el combate con Apocalypse Now y El cazador (¡pero si son películas antibélicas!); los únicos muertos que hay, son por fuego amigo en los bombardeos, o en un ejercicio haciendo prácticas en el campo de entrenamiento; y esa escena del final en la que un soldado, al tiempo que quema el uniforme de camuflaje, dice: "No volveremos nunca aquí"

Esta es la guerra de hoy, con la tele en directo y los soldados como figurantes de un gran espectáculo.
Y, al final, como siempre... Brillante la escena final en la que el veterano del Vietnam sube al autobús para darles la bienvenida que no les darán en su entorno y ellos se dan cuenta de que un día, serán como él.




domingo, 11 de septiembre de 2011

BABIA

Mucha gente sabe que la expresión "Estar en Babia", tiene su origen en la costumbre que tenían los reyes de León de pasar temporadas en esta bella comarca leonesa, donde la caza era abundante y podían estar tranquilos debido a su relativo aislamiento.
Cuando iban allí, dejaban orden de que no se les interrumpiese con los asuntos cotidianos de la corte. En ocasiones, la ausencia del monarca ocasionaba suspicacias, incluso situaciones peligrosas por el vacío de poder. En tales casos, siempre había alguien que requería la presencia del rey y, cuando ello no era posible y preguntaban dónde estaba, indefectiblemente la respuesta era la misma: El rey está en Babia. Esa respuesta (fuera o no cierta la presencia del monarca en tal paraje), calmaba los ánimos, pues se sabía que no debía ser molestado.
Hay gente en España que no sabe dónde está Babia, que sólo conoce la expresión.
Sin embargo yo sé de varios, pero de uno en concreto que presume de leonés o de sus conexiones con esa tierra, que debe saber de sobra dónde está. Y por cierto que la ha visitado con frecuencia en estos últimos años, eso sí, siempre ha sido en espíritu, porque ha estado en Babia de forma continua. Ahora, pagaremos entre todos sus vacaciones.