jueves, 18 de marzo de 2021

RIFKIN'S FESTIVAL

 


Sue (Gina Gershon) y Mort Rifkin (Wallace Shawn), son un matrimonio estadounidense que acude al Festival de Cine de San Sebastián. La pareja queda prendada de la ciudad, así como de la belleza y encanto de España y la fantasía del mundo del cine. 
Sue es la jefa de prensa encargada de llevar el estreno de la nueva película de Philippe (Louis Garrel). El matrimonio de ambos se verá en peligro, cuando Mort se va dando cuenta de que Sue siente algo especial por Philippe, y el sentimiento es mutuo. Por otro lado Mort conocerá a la cardióloga Jo Rojas (Elena Anaya) y se quedará totalmente ensimismado, junto a ella volverá a sentir cosas que hace mucho había olvidado.


Trámite cumplido, eso parece la última película de Woody Allen. Supongo que a los cinéfilos les gustará reconocer esos sueños del protagonista que rememoran películas icónicas de realizadores admirados por el neoyorkino (Ciudadano Kane, Ocho y medio, Jules et Jim, El ángel exterminador, Al final de la escapada, Persona o El séptimo sello), pero hasta eso, de lo más celebrado por los críticos, no deja de ser algo que, como he leído en alguna reseña, ya hace José Mota en su especial de fin de año, quizá con menos estilo, pero puede que más divertido. 
Allen nos acerca algunos de sus temas recurrentes, haciendo énfasis, en esta ocasión, sobre lo lejano que se siente a este mundo del glamour festivalero y haciendo ver que no le agradan demasiado algunos de los realizadores actuales que entran en la ruleta de las promociones y se preocupan más de las ruedas de prensa y el marketing, que de la película que tienen entre manos. Ni siquiera los chistes están a la altura de anteriores trabajos, apenas hacen gracia. Rescato uno, quizá el único con algo de ingenio (no es textual): Confía en que su nueva película contribuya a la reconciliación entre israelíes y palestinos, le dice su esposa al protagonista, a lo que este responde: Me alegra saber que se ha pasado a la ciencia ficción
Y, por si fuera poco, está la escena en que aparece Sergi López que, a partir de ahora, tendrá el dudoso honor de haber protagonizado la peor escena que yo recuerdo de toda la filmografía del maestro de Brooklyn.


Desde su senectud, parece que ya asumida, Woody Allen muestra su desencanto con el cine actual y evoca con nostalgia a algunos de los grandes maestros, sobre todo del cine europeo, como si entregara su testamento en el que descubrimos que está de vuelta de todo. 
Si así es, ¿por qué no hace como su alter ego en la película que rompe la página que escribe porque no le satisface y lo que quiere es escribir una gran novela o si no, mejor nada? ¿Por qué no rompe el celuloide virtual de este film para no tener que ofrecernos una película mediocre en lugar de una película digna? Muy sencillo, porque aunque a Woody ya no le guste lo que se hace ahora, ni siquiera lo que hace él mismo, ama tanto al cine, que no puede vivir sin él. 
Bueno, al menos, San Sebatián podrá presumir de tener, como Barcelona con aquella mediocre Vicky Cristina Barcelona, de tener un álbum de preciosas postales turísticas filmadas por uno de los grandes maestros del cine contemporáneo.




10 comentarios:

  1. Parece que no me pierdo nada con esa película "de trámite", como dices.
    "Vicki, Cristina..." se rodó en parte en mi barrio, el Born. Curioso, no conozco a ninguno de mis amigos de Barcelona que la haya visto. Recuerdo, eso sí, encontrarme por la calle a Soon Yi saliendo de un bar de tapas del Paseo Picasso.
    Saludos!
    Borgo.

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    1. "Vicky...", es un bodrio y, sin embargo, fue utilizada como promoción de la ciudad. Claro que era antes de que el prestigio de Woody cayera por los suelos por las acusaciones que todos conocemos.
      Gracias por la visita. Saludos.

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  2. Aunque resulta una película personal y hasta cierto punto testamentaria, lo cierto es que es bastante floja. Se salva algún chiste y la fotografía de Storaro.

    Saludos.

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  3. No sé si "Vicky..." era realmente un bodrio. En todo caso, lo que está fuera de duda, tal y como dejas entrever en tu comentario a Borgo, es que en los últimos años se ha puesto de moda hablar mal de Woody Allen.

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    1. Yo creo que si no fuera de Allen, nadie se acordaría de esa película.

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  4. He visto todos los largos de Woody Allen, uno de mis directores favoritos, excepto este último. Las malas críticas, pero, sobre todo, la deriva de su cine en lo que llevamos de siglo XXI hace que no me incline por verla de momento. Match Point fue su última gran obra, aunque Si la cosa funciona y Wonder Wheel también me gustan, pero su cine ha decaído muchísimo, quizás porque le exigimos más que a otros. Lo de Vicky Cristina Barcelona fue de juzgado de guardia.

    Woody nunca fue muy cuidadoso con sus películas, pero las historias, la crítica mordaz a todo lo que se mueve, los chistes y los castings eran una delicia. De repente, se vino a Europa y sus guiones empezaron a volverse inanes cuando no estúpidos. La fotografía que me fascinó en Café Society de repente no pegaba ni con cola en Día de lluvia en Nueva York. Es una pena, porque sus defensores nos salimos ya a decepción por año, y cada vez tenemos más complicado defender su cine.

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  5. Hola Trecce!
    La sigo teniendo pendiente de ver, ya solo por lo que me gusta San Sebastián supongo que no la puedo dejar escapar. Desde luego la acogida en general no ha sido buena.
    Saludos!

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    1. Tiene una bonita colección de postales de lugares emblemáticos de la ciudad.

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