lunes, 30 de septiembre de 2013

CROMWELL

Carlos I Estuardo (Alec Guinness), rey de Inglaterra, con un ejército desplegado en Irlanda tratando de sofocar los levantamientos en la isla, se entera de que los escoceses amenazan con avanzar hacia el sur, por lo que necesita de nuevas tropas. Para conseguir dinero, reúne al parlamento tras diez años sin hacerlo, pero los parlamentarios se niegan a conceder al rey lo que pide, están molestos con él por lo que consideran permisividad con los católicos y por su manera de gobernar despótica al margen del parlamento y aprovechan la ocasión para solicitar del monarca que renuncie a algunos de sus privilegios en favor de los representantes de los ciudadanos.
Carlos manda detener a los cabecillas de la cámara, esto deriva en una guerra civil entre los partidarios del rey y los que desean un papel más levante del parlamento.
 

 
Lo primero que hay que advertir es que el guión contiene una serie de inexactitudes históricas, pero bueno, de eso ya hemos hablado otras veces, sobre la legitimidad o no de cambiar los hechos en beneficio del mensaje que se desea transmitir y cada cual que opine lo que le parezca, lo único es dejar claro que las cosas no ocurrieron exactamente como nos las cuentan aquí.

 
La ambientación está muy cuidada (ganó un Oscar al mejor vestuario) y tanto los decorados, como los exteriores resultan de lo más espléndido y retratados con gran calidad, con una buena recreación de las escenas bélicas y unos diálogos elaborados y, por momentos, de cierto nivel.

 
Sin duda la mejor baza del film son los dos grandes protagonistas, Richard Harris y Alec Guinness. El primero, en su papel de Cromwel, quizá algo sobreactuado en determinados momentos, pero dotando al personaje de una gran fuerza y vigor y un genial Alec Guinness, dando vida a un rey Carlos, por momentos despótico, pero siempre elegante y refinado, incluso en el momento de su muerte.

 
Film entretenido, que en algunos instantes pierde un poco el ritmo, pero en general resulta bastante fluído. Una buena puesta en escena y, como digo, magníficas interpretaciones, incluídos secundarios, algunos bastante conocidos, como el caso de Timothy Dalton, Patrick Magee, Robert Morley y alguno más, que complementan a la perfección el trabajo de los protagonistas.

 
 
 

sábado, 28 de septiembre de 2013

LA LEYENDA DE CIERTAS ROPAS ANTIGUAS

Viola y Perdita Willoughby viven en Massachusetts con su madre. Las dos se disputan, de manera leal, el amor de Arthur Lloyd, un joven inglés, de acomodada posición, que ha acompañado al hermano de las dos cuando este ha regresado de Oxford, donde ambos coincidieron como alumnos.
Arthur se encuentra bien en compañía de las hermanas, pero sabe que, tarde o temprano, habrá de elegir y, al final, pide matrimonio a Perdita. Viola no podrá resignarse ante el desplante y siempre guardará en su seno un irreconciliable rencor hacia su hermana, un odio enfermizo que acabará en tragedia aún después de que consiga contraer matrimonio con Arthur tras el fallecimiento de Perdita.
Me ha recordado mucho alguna de las Leyendas de nuestro Gustavo Adolfo Becker, por la forma y el fondo de la historia. La mano de lo sobrenatural se hace presente al impartir una especie de justicia divina.
 
 
 

viernes, 27 de septiembre de 2013

PASEO POR EL AMOR Y LA MUERTE

Cuando Heron de Foix (Assaf Dayan) y Lady Claudia (Anjelica Huston) nacen, la llamada Guerra de los Cien años, asolaba ya las tierras de Francia, cuando ellos mueren, el conflicto aún seguía.
Heron es un joven estudiante que abandona París, quiere ver el mar, para él símbolo de libertad y belleza. Para ello debe atravesar territorios peligrosos, llenos de cadáveres por los continuos enfrentamientos que en ellos se viven. Al final de una de sus jornadas, llega a un castillo en el que le dan cobijo por una noche, allí conocerá a la hija del señor de la fortaleza, Lady Claudia y entre ambos sellan una especie de pacto, ella será su dama a la manera de los libros de caballería, mientras él prosigue su viaje.
Cuando está a punto de llegar al mar, escucha la noticia de que los campesinos se han levantado en armas y han tomado varios castillos, entre ellos el de Claudia, matando a sus ocupantes. Heron vuelve sobre sus pasos en busca de su amada que ha encontrado refugio en una abadía tras la muerte de su padre.



Película llena de símbolos que, sin serlo, ni mucho menos, tiene algunos pasajes que se acercan al surrealismo. Quizá esta mezcla de estos y otros estilos, sin llegar a definirse en ninguno de ellos, es lo que hace un tanto enrevesado su visionado.


Si nos situamos en la época del estreno (1969), resulta clara su relación con la realidad sociocultural del momento. John Huston sitúa en un periodo convulso de la Edad Media, una situación actual, con el movimiento hippie, el Mayo del 68, la lucha por los derechos civiles o la oposición a la Guerra de Vietnam, en plena efervescencia.


Huston, un hombre ya entrado en años en esos momentos, se posiciona del lado de los jóvenes y de los contestatarios. El amor por la naturelaza, la búsqueda de la paz, el sueño de la libertad, están cláramente presentes en el pensamiento y los actos del protagonsita: Esta no es mi guerra, dice, cuando Claudia le insta a tomar partido contra los campesinos asesinos de su padre.


Sin embargo, yo creo que el intento, las buenas intenciones del realizador, son fallidas, el argumento resulta inverosímil por momentos; él lirismo que desea transmitir no nos acaba de llegar, se hace incluso insulso y no logra trasladar esos sentimientos actuales de los que hablaba, al momento en el que desarrolla la historia, de manera que nos da la impresión de estar viendo a unos hippies metidos con calzador en la época medieval. Algo no acaba de funcionar.


Sin embargo, es de reconocer su belleza estética y la grandeza de los valores que trata de hacernos llegar.
Llena de romanticismo, quizá lo mejor sea, por un lado el carácter de reivindicación social, reflejado sobre todo en las palabras del tío de Lady Claudia, Sir Robert (John Huston), cuando expresa su comprensión por los campesinos que se han levantado contra una nobleza que en lugar de cuidarles les saquea y por otro el canto al ideal juvenil de pureza y libertad encarnado por la joven pareja que se siente ajena al mundo de odio y muerte que les rodea.





jueves, 26 de septiembre de 2013

LA LECCIÓN DEL MAESTRO

Paul Overt es un joven y promedor escritor que ha publicado su primera y exitosa obra, siente gran admiración por otro escritor ya consagrado, Henry St. George, que parece que ha ido perdiendo fuelle con el tiempo, pues sus últimos libros no han podido igualar a los primeros que escribió.
En el centro de ambos se situa Marian Fancourt, de la que ambos están prendados, aún cuando St. George es casado.
El maestro brinda su lección al discípulo: El arte requiere entrega, no permite distracciones, ni de hijos, ni de esposa, la literatura es una amante absorvente y sólo dispensa los beneficios de la obra sublime a quien le entrega su tiempo en exclusiva y, si no, ahí tiene mi ejemplo, soy casado, tengo hijos y es cierto que mi esposa me ha reportado una vida tan regalada y placentera que no hubiera conseguido de permanecer libre, pero nunca volveré a escribir una gran obra.
Conforme se desarrollan los posteriores acontecimientos, Overt se verá incapaz de discernir si lo que guía al maestro es una generosidad extrema o el colmo del egoísmo.




miércoles, 25 de septiembre de 2013

EL LEÓN EN INVIERNO

El rey Enrique II Plantagenet (Peter O'Toole), tras una vida de luchas continuas, ha logrado construír un reino considerado como uno de los más poderosos de Europa. Como él mismo dice en uno de los diálogos, no quiere ser como el rey Lear y repartir el reino entre sus hijos, él desea que pase íntegro a uno de ellos, considera que el reparto traería la debilidad ante sus potenciales enemigos.
Con el objetivo de resolver la cuestión de la sucesión, traslada la corte temporalmente al castillo de Chinon, en Arles (Francia), allí convoca a su esposa, Leonor de Aquitania (Katharine Hepburn), a quien mantiene prisionera desde hace 10 años en el castillo de Salisbury, a sus tres hijos varones, Ricardo (Anthony Hopkins), que pasará a la historia con el sobrenombre de "Corazón de León", John (Nigel Terry), el futuro Juan Sin Tierra y Geoffrey (John Castle), además del rey de Francia, Felipe II Capeto (Timothy Dalton) y su hermana Alais (Jane Merrow), que es también amante de Enrique.


James Goldman adapta para el cine la que es su obra de teatro más conocida, que había sido estrenada en Broadway un año antes con gran éxito.


Goldman era un apasionado de la historia y, con personajes históricos, crea una obra de ficción imaginando, en primer lugar, cómo sería el lenguaje de los personajes de la época y, a partir de ahí, todo lo demás.


A pesar de desarrollarse en un contexto histórico y, como hemos dicho, con personajes que existieron en la realidad, no es una película histórica en el genuino sentido de la expresión, en realidad se trata de un estudio de personajes y sentimientos que podría desarrollarse en cualquier otro momento cronológico, pues el drama que se representa es intemporal, un juego de ambiciones, disimulos, envidias, odios, codicia y maldad; un torrente incontenible de sentimientos heridos, deseos insatisfechos, confesiones humillantes y traiciones manifiestas. El juego por excelencia es la esgrima verbal, con un brillante despliegue de estrategias en busca de la derrota del adversario, dialéctica o real.


La obra implica un constante desafío para los intérpretes, todos ellos muy bien en sus papeles, con un joven Anthony Hopkins y un debutante Timothy Dalton como nombres más conocidos entre los secundarios y una pareja protagonista que alcanza un nivel de interpretación excelso, O'Toole estuvo nominado al Oscar, aunque al final no lo consiguió, algo que sí logró su compañera de reparto, una Katharine Hepburn a quien no vamos a descubrir, maravillosa, mostrándose como la gran dama de la escena que fue, una señora en el más noble sentido del término.


Película de estructura teatral, con infinidad de diálogos, prácticamente todo el film son diálogos, de gran nivel, sí, pero que en algunos momentos pueden hacer lento el desarrollo de la trama, quizá hasta un tanto tedioso, si no fuera porque ver a estos dos monstruos de la pantalla, hace que nos olvidemos de todo lo demás.
Me pareció muy interesante la ambientación, no porque esté más o menos lograda, que lo está y sin necesidad de recurrir a mucha parafernalia, sino porque refleja con bastante realismo lo que podía ser la vida en una corte europea del siglo XII, con pobres construcciones de madera y paja en el interior de las fortalezas adosadas a los fuertes muros de piedra; el suelo de las zonas abiertas embarrado; gallinas y perros deambulando a su albedrío y los personajes, incluído el rey, sin grandes oropeles y ostentaciones, alejada de los estereotipos que nos han sido transmitidos por el cine y la literatura modernos.




martes, 24 de septiembre de 2013

LA HUMILLACIÓN DE LOS NORTHMORE

Al enterarse del fallecimiento de Lord Northmore, Warren Hope se considera obligado a asistir a su funeral, aún en contra del parecer de su esposa que le desaconseja que salga a la calle pues está muy enfermo. Hope acude al funeral del que consideraba, a pesar de todos los pesares, su amigo, algo que al final le costará la vida, pues acaba cogiendo un enfriamiento que deriva en neumonía.
La viuda de Hope piensa que la vida, en general, y el difunto Lord Northmore en particular, han cometido una gran injusticia con su marido, pues cree que debería haber alcanzado, como mínimo, el mismo reconocimiento que han logrado Lord Northmore y su obra.
Mientras la familia Northmore comienza a recopilar las dispersas cartas de su pariente, con objeto de publicar un volumen con las mismas a mayor gloria del difunto, la señor Hope va tejiendo de manera callada lo que será su perversa venganza y el intento de reivindicar ante quienes le volvieron la espalda, la auténtica valía intelectual de su difunto marido.



lunes, 23 de septiembre de 2013

ANA DE LOS MIL DÍAS

Enrique VIII (Richard Burton), rey de Inglaterra, está casado con Catalina de Aragón (Irene Papas), pero el monarca se ha encaprichado de una joven llamada Ana Bolena (Geneviève Bujold) a la que requiere para que sea su amante.
Ana no se lo pondrá fácil, su hermana Mary también ha sido amante del monarca y le recomienda que se ponga en guardia y no ceda a los caprichos del rey, pues cuando obtenga lo que desea, la dejará, como ha hecho con ella. Así que Ana se muestra firme y rechaza al monarca. A cambio de abrirle la puerta de su alcoba, le exige matrimonio, pero Enrique es casado y se encuentra con la dificultad de que la Santa Sede, rechaza la disolución de su anterior vínculo. La situación dará lugar al cisma de la Iglesia de Inglaterra y, más adelante, a la muerte de centenares de personas, cuando se exija el juramento que reconoce al monarca como Jefe de la Iglesia y, por ende, se de por legal su matrimonio con Ana.


Ana no puede dar al rey el hijo varón que le prometió y además, el insaciable monarca, anda tras los pasos de otra mujer (Jane Seymour) y sigue con su obsesión de tener un hijo varón. Para llevar a cabo sus planes, hace ver al canciller del reino, Lord Cromwell (John Cólicos), la necesidad de librarse de la reina. Éste urde toda una trama para conseguir acusarla de adulterio y enviarla al cadalso.


Pocos personajes de la Historia habrán sido tan atractivos para el arte en general como Enrique VIII, el cine no es una excepción y la figura de este hombre controvertido ha sido revivida en la pantalla desde diversos ángulos. Desde luego, da para mucho, pero en esta ocasión, la trama se centra en el periodo de su vida en el que estuvo unido a Ana Bolena, junto con el propio rey, protagonista de los hechos narrados. Ana supuso un punto de inflexión en la azarosa vida del monarca y puede decirse que, por una mujer, todo un reino cambió el curso de su historia, de modo que las consecuencias de aquella deriva están muy presentes quinientos años después: Se enfrentó al Papa y su autoridad, creando la Iglesia Anglicana y acabó con la vida de cientos de personas por el capricho de una mujer que deseaba perpetuar su estirpe en la figura de su hija Isabel. Como dice el aforismo francés: Cherchez la femme.


Con un elenco de actores de primera fila, donde destacan las interpretaciones protagonistas de Burton, ya consagrado entonces y Geneviève Bujold, que venía avalada por haber interpretado con éxito a Juana de Arco junto a Alec Guinness para la televisión. 
Del resto, Irene Papas apenas tiene intervención y dos grandes secundarios como son John Cólicos y Anthony Quayle, cumplen bien en sus interpretaciones respectivas de Cromwell y el arzobispo Wolsey.


La película se desarrolla, en su mayor parte, en interiores, con unos decorados sobrios pero cuidados y un vestuario espléndido; precisamente en este apartado se llevó el único Oscar de las diez nominaciones que tenía, pero en este caso, aparte de merecido, hay que llamar la atención sobre el mimo con el que fueron cuidados los ropajes, no sólo en su apariencia, sino en sus colores, en todas las escenas, los cromatismos de los vestidos que aparecerán en los planos, dan toda la impresión de haber sido estudiados y colocados de determinada manera para realzar el resultado final.
Igualmente espléndida me pareció la banda sonora, atendiendo a la música de época que acompaña, sobre todo, a los bailes, pero también a alguna escena cotidiana, como cuando la reina Catalina está cosiendo con sus camareras. Las escenas de danza tienen particular trascendencia en el film, en una fiesta es donde Enrique se encapricha de Ana y en otra donde lo hace de Juana Seymour.


Me parece que el film respeta bastante los hechos históricos, sabiendo, no obstante, dotarles de la fuerza dramática requerida en cada caso. La película transcurre a buen ritmo y, a pesar de sus más de horas de metraje, no se hace pesada; creo que el debutante Charles Jarrott supera con nota la prueba para una excelente versión de los hechos narrados.




viernes, 20 de septiembre de 2013

HISTORIA DE UN AÑO

La novela está ambientada durante la Guerra de Secesión Norteamericana. La señorita Elizabeth Crowe y el joven oficial del ejército yankee John Ford, pasean por los alrededores de la ciudad en la que viven, ambos quedan comprometidos en matrimonio, pero a instancias de Ford, lo mantendrán en secreto, él ha de partir hacia el frente y no desea que su joven amada se vea impedida, por esta promesa, para rehacer su futuro si algo irreparable le ocurriera a su prometido en el campo de batalla. La madre de Ford y, a su vez, tutora de Lizzie, será la única persona en conocer el secreto, pues su hijo se lo revela bajo promesa de no hablar con nadie, ni siquiera con Lizzie, del asunto. La señor Ford, no ve con buenos ojos esa relación, considera que Lizzie es una persona superficial.
Ford es herido de gravedad, mientras Elizabeth, que pasa una temporada en Leatherborough, en casa de unos amigos, conoce a un apuesto joven, el señor Bruce, que se enamora de ella. Lizzie se encontrará desbordada por los acontecimientos y deberá tomar una decisión.



jueves, 19 de septiembre de 2013

EL DORADO



Cole Thornton (John Wayne), un veterano pistolero profesional, llega a la localidad de El Dorado para entrevistarse con Bart Jason(Edward Asner), que le ha mandado llamar para contratarle. En el pueblo se encuentra con el sheriff, Jean Paul Harrah (Robert Mitchum), un viejo conocido y compañero de andanzas, que le pone al día de las verdaderas ambiciones del señor Jason, que en realidad lo que desea es echar a la familia MacDonald de sus tierras para poder disponer del agua que estos tienen en abundancia.
Harrah, Tornthon, un nuevo compañero de éste, llamado Alan Bourdillon Traherne y apodado Mississippi (James Caan) y el ayudante del sheriff, un vejete llamado Bull (Arthur Hunnicutt), tratarán de hacer cumplir la ley y se enfrentarán a Bart Jason y sus matones.


Me hace cierta "gracia" (entre comillas, claro), que más de uno "descubre" (entre comillas también) algo que ya resulta redundante y manido con esta película y revelan al mundo, como si hubieran encontrado la piedra filosofal, que el film es una variante de "Río Bravo", que Hawks había filmado siete años atrás. Pues no descubren nada, el propio Howard Hawks, declaraba en una entrevista que publicó Cahiers du Cinéma, que "El Dorado" es "Río Bravo" de nuevo, con un poco de "Río Rojo".
Haws quería descargar la historia dramática que nos relata y lo hace a base de llevar al guión su peculiar sentido del humor, situaciones de las que está trufada la película, algunas veces humor un tanto grueso, todo hay que decirlo.
Porque realmente, el panorama que nos plantea es bastante desolador, el de los dos viejos pistoleros, viviendo en un mundo en el que ya comienzan a no tener sitio: Uno borracho perdido y el otro con una bala alojada junto a la espina dorsal que le incapacita parcialmente (y encima, para más ridículo, el disparo se lo hizo una mujer).
Así que el realizador, a base de ir encadenando con absoluta maestría situaciones totalmente cómicas, incluso esperpénticas, con otras de pura acción, de las de película del oeste de toda la vida, nos ofrece esta comedia cargada de amargura, en la que los malos, son malos y los buenos, buenos, sin que el espectador tenga que romperse la cabeza.


Con una bellísima canción, que lleva el mismo título que el film y que nos acompaña durante los títulos de crédito que aparecen sobre pinturas de maravillosa belleza sobre temas del Oeste (especialmente caballos) realizados por el pintor sueco Olaf Wieghorst, indiscutiblemente inspirados en Frederic Remington (por cierto, Wieghorst interpreta en el film a un armero que vende a Mississippi un fusil de cañones recortados).
Película entretenida, con más lecturas de las que a simple vista puede parecer, aunque a veces nos distraiga el aire de comedia que tiene.
Y después, el placer de ver a Mitchum y Wayne en un film del oeste cara a cara (o lado a lado). Por cierto, hay una escena al principio, cuando Wayne va a la hacienda de Bart Jason y está rodeado por los matones de éste, en la que sale con el caballo andando hacia atrás, a fin de no darles la espalda, que es una maravilla.




martes, 17 de septiembre de 2013

LA FONTANA SAGRADA

Una serie de variopintos personajes se reunen en la mansión Newmarch, una casa situada en un lugar indeterminado de la campiña inglesa y donde las pesonas parecen comportarse de una manera peculiar, no sólo eso, sino que algunos de ellos muestran síntomas de aparentar una cosa diferente a lo que son, por ejemplo, ser más viejos o más jóvenes de lo que parecen.
El protagonista se entrega a una suerte de investigación detectivesca para ver quién es la persona que influye en tal o cual personaje, si son amantes, o simplemente están allí, como los demás para pasar una jornada apartados de su rutina diaria.
Es una novela un tanto difícil, complicada de leer, de seguir su argumento, de no perderse en sus diálogos a veces un tanto surrealistas.
A mí me ha resultado un tanto pesada de acabar.




lunes, 16 de septiembre de 2013

UN HOMBRE PARA LA ETERNIDAD

A la muerte de cardenal Wolsey (Orson Welles), el rey Enrique VIII (Robert Shaw), nombra canciller del reino a Thomas More (castellanizado Moro) (Paul Scofield), consejero del reino y prestigioso jurista, al que Enrique considera amigo y que tiene reputación de hombre incorruptible y de profundas convicciones religiosas.
En realidad, el rey está empeñado en conseguir el divorcio de su actual esposa, para casarse con Ana Bolena (Vanessa Redgrave), alega que no le ha dado un heredero y teme confrontaciones civiles para hacerse con el derecho al trono, desea que se promulgue una ley que invalide su matrimonio y le ponga a la cabeza de la Iglesia de Inglaterra. Thomas tiene prejuicios morales para apoyar tales propuestas, cree que toda acción en este sentido debe contar con la aprobación papal y ante el descontento del rey con su actitud, dimite de su cargo en la creencia de que esto le permitirá vivir tranquilamente como un ciudadano más. Pero el rey no se conformará.
 

 
Más de cinco minutos sin diálogos, con la música de fondo y que se extiende más allá del final de los títulos de crédito, con unas bellísimas imágenes de aves volando, cielos de ensueño con nubes que cobran vida, y el agua, elemento que se repetirá a lo largo del film, el Támesis, su fluír y la barca navegando sobre él , trayendo y llevando personas, es todo un símbolo, una metáfora de la vida y de su placidez engañosa, pues conduce hacia la muerte. Imágenes de una belleza exquisita que nos hacen presentir que vamos a ver algo estéticamente llamativo.

 
Así es, sin duda, la película es de una perfección técnica de lo más académico, todo está medido para que nada quede fuera de control, diálogos sembrados de frases de esas que dan pie a citas literarias, actuaciones sobrias, decorados y vestuario cuidados al detalle. La película puede parecer lenta (a mi no me lo pareció), porque buena parte de su fuerza está en los diálogos, poderosos, profundos, cargados de intención, sin una frase de más. De cualquier modo, es una gran película.

 
El guión se basa en la pieza teatral de Robert Bolt A Man for All Seasons, nos introduce en las circunstancias vitales del personaje de Tomás Moro, sin narrar su proceso de ascenso social, sino presentándolo ya en su puesto de juez benévolo e imparcial; su resistencia al soborno revelará no sólo su actitud ante la vida, sino la de los pequeños individuos arribistas de su entorno, que delatan la corrupción general del momento y, de modo más universal, la de la naturaleza humana.
La connivencia con el sistema de personajes insignificantes o poderosos, ambiguos o mezquinos no logrará amargar la vida del protagonista, pero sí la de sus familiares, menos íntegros que él. Zinnemann narra de manera sencilla e impecable el proceso, lleno de trampas, que le lleva a ser canciller de Inglaterra y que desembocará en su calvario y en su rechazo de Enrique VIII como cabeza de la Iglesia de Inglaterra.

 
Magnífica actuación de un hombre desconocido para el cine, pero todo un clásico de la escena inglesa, Paul Scofield, está sobrado, es un placer verle. Los demás están muy bien, con más o menos intervención en la película, pero todos espléndidos. Presencia casi testimonial de Orson Welles, al principio del film y aparición fugaz de una joven Vanessa Redgrave.

 
Seis Oscar: mejor película, mejor director, guión, vestuario y fotografía, además del premio al protagonista por su interpretación, son, en esta ocasión, garantía de una película más actual de lo que pueda parecer. La historia de un hombre cuya lucha y cuyo deseo de mitigar los males de la sociedad, no tendrá por respuesta sino el silencio, la cerrazón y la muerte, como aún ocurre en nuestros días.

 
 
 

sábado, 14 de septiembre de 2013

LA FIGURA EN EL TAPIZ

Escrita en 1896, es un inspirado relato corto de James, en el que un joven crítico literario, se obsesiona por conocer el secreto que un escritor, llamado Hugh Vereker, dice que esconden sus obras, una especie de piedra filosofal literaria, cuyo poseedor tiene las claves para conseguir escribir con calidad.
El protagonista ha escrito una reseña sobre la última novela del autor, titulada "El tesoro enterrado", pero para Vereker, las reseñas, las críticas y los panegíricos, no son sino "...las tonterías de costumbre." Cuando se entera de que nuestro narrador es el autor de la elogiosa reseña publicada en el último número de The Middle, le revela la existencia de ese "algo" en sus novelas, pero no le dice lo que es y le invita a que lo descubra, como si de la figura que esconde un tapiz persa entre sus complicados dibujos, se tratara.
 
 
 

viernes, 13 de septiembre de 2013

KARTUM

Mohammed Ahmed , llamado "El Mahdi" ("El Esperado") (Laurence Olivier), ha logrado poner en pie a muchas de las tribus del desierto sudanés, su sueño es unir a todo el Islam, desde La Meca hasta Estambul, bajo su mando y aplastar a los infieles.
Un ejército egipcio, al mando de oficiales británicos parte hacia Sudán para aplastar la revuelta, El Mahdi les deja adentrarse en el inmenso país, los hombres van desfalleciendo y al final sufren una derrota aplastante, mientras los rebeldes sudaneses se apoderan de un abundante arsenal de fusiles, cañones y cinco millones de cartuchos.
El primer ministro inglés, William Ewart Gladstone (Ralph Richardson), decidido antiimperialista, se resiste a enviar soldados británicos a Sudán, aunque se ve obligado a tener algún gesto cuando se entera de que El Mahdi avanza sobre Kartum, donde reside una importante colonia egipcia y algunos europeos, para llevar a cabo la evacuación de la ciudad envía al general Charles Gordon (Gordon Pachá para los sudaneses y egipcios) (Charlton Heston), confiando en que con su prestigio logre llevar a buen fin su cometido. Gordon es nombrado Gobernador general de Sudán por las autoridades egipcias, pero se verá metido en una ratonera, sin posibilidades de escapar y abocado a una resistencia inutil. En tanto, en Inglaterra, se producen manifestaciones públicas e intervenciones parlamentarias, en favor de una actuación militar.


Película histórico-épica que narra la intervención a la que se vio poco menos que obligada Inglaterra, allá a finales del siglo XIX, cuando era la potencia predominante en el contexto internacional.
Se centra en la figura del general Charles Gordon, un hombre carismático y de fuertes convicciones religiosas y sus esfuerzos por evacuar Kartum ante la amenaza de las tropas sudanesas de El Mahdi. Esfuerzos valdíos, pues los refuerzos llegaron dos días después de la caída de la ciudad.


La película va alternando muchas escenas de interior en las que nos cuenta, tanto las entrevistas entre ambos líderes enfrentados, las luchas políticas en Inglaterra entre intervencionistas y antiimperialistas o los preparativos para la defensa que va planificando Gordon Pachá; con otras de acción, escaramuzas y batallas en toda regla, muy bien rodadas y con toda la épica de este tipo de secuencias.


Charlton Heston da vida al protagonista del film en uno de esos papeles para los que estaba especialmente dotado, mientras la réplica corre a cargo de otro grande de la escena, Laurence Olivier, bastante bien caracterizado para su papel, encarnando a un iluminado fanático que se cree tocado por la mano de Dios y enviado para dominar el mundo. Muy interesantes las escenas en las que asistimos a las dos entrevistas entre ambos monstruos de la pantalla.


Muy bien ambientada, con decorados y escenarios reales magníficamente retratados, beneficiándose de ese cierto embrujo que tienen tanto el paisaje del desierto como el Nilo y sus alrededores, donde contemplamos algunas de las escenas más vibrantes, cuando los europeos tratan de escapar de la ciudad sitiada a través del río y se enfrentan con los rebeldes que les acosan desde la orilla.


Película muy entretenida, en la que además de los elementos típicos de este tipo de films, podemos asistir a algunas interesantes reflexiones sobre el colonialismos occidental y un tema que no pierde actualidad como es el de la amenaza islamista encarna por fanáticos religiosos.