Carlos I Estuardo (Alec Guinness), rey de Inglaterra, con un ejército desplegado en Irlanda tratando de sofocar los levantamientos en la isla, se entera de que los escoceses amenazan con avanzar hacia el sur, por lo que necesita de nuevas tropas. Para conseguir dinero, reúne al parlamento tras diez años sin hacerlo, pero los parlamentarios se niegan a conceder al rey lo que pide, están molestos con él por lo que consideran permisividad con los católicos y por su manera de gobernar despótica al margen del parlamento y aprovechan la ocasión para solicitar del monarca que renuncie a algunos de sus privilegios en favor de los representantes de los ciudadanos.
Carlos manda detener a los cabecillas de la cámara, esto deriva en una guerra civil entre los partidarios del rey y los que desean un papel más levante del parlamento.
Lo primero que hay que advertir es que el guión contiene una serie de inexactitudes históricas, pero bueno, de eso ya hemos hablado otras veces, sobre la legitimidad o no de cambiar los hechos en beneficio del mensaje que se desea transmitir y cada cual que opine lo que le parezca, lo único es dejar claro que las cosas no ocurrieron exactamente como nos las cuentan aquí.
La ambientación está muy cuidada (ganó un Oscar al mejor vestuario) y tanto los decorados, como los exteriores resultan de lo más espléndido y retratados con gran calidad, con una buena recreación de las escenas bélicas y unos diálogos elaborados y, por momentos, de cierto nivel.
Sin duda la mejor baza del film son los dos grandes protagonistas, Richard Harris y Alec Guinness. El primero, en su papel de Cromwel, quizá algo sobreactuado en determinados momentos, pero dotando al personaje de una gran fuerza y vigor y un genial Alec Guinness, dando vida a un rey Carlos, por momentos despótico, pero siempre elegante y refinado, incluso en el momento de su muerte.
Film entretenido, que en algunos instantes pierde un poco el ritmo, pero en general resulta bastante fluído. Una buena puesta en escena y, como digo, magníficas interpretaciones, incluídos secundarios, algunos bastante conocidos, como el caso de Timothy Dalton, Patrick Magee, Robert Morley y alguno más, que complementan a la perfección el trabajo de los protagonistas.