Rosario (Malena Alterio) y Milagros (Esperanza Pedreño) son amigas desde niñas, aunque no se habían vuelto a ver desde el instituto. Cuando ambas se quedan sin empleo, encuentran trabajo como barrenderas. También son jóvenes y no tienen ni novio, ni coche, ni amigos, ni futuro, a pesar de lo cual luchan, se pelean, se divierten, se quejan e incluso ligan. Sueñan con un futuro interesante pero no saben muy bien cómo alcanzarlo. Lo que tienen claro es que quieren escapar del presente.
Sus vidas, son dos vidas corrientes que tras años de tropiezos, ilusión, miedo y realidades, han dado forma al temor de no merecer ser felices. En compañía de Morsa (Antonio de la Torre), un compañero de trabajo que conduce una máquina barredora, las dos amigas recorren dos trayectorias vitales: una hacia la nada más cruel, desde una actitud alegre y vitalista, y la otra hacia un futuro expectante desde una vida redimida; y en medio el perdón.
El humor, el amor, la muerte y un encuentro inesperado darán un vuelco a su vida del modo más sorprendente.
El guión se basa en una novela del mismo título de la escritora gaditana afincada en Madrid Elvira Lindo, que fue galardonada con el premio Biblioteca Breve en 2005.
La película tiene localizaciones en Madrid y en Castilla-La Mancha, en la pequeña pedanía de Huerta Pelayo, en Zahorejas (Guadalajara), cerca del nacimiento del río Tajo y en La Guardia (Toledo). El film, consiguió el premio "Julio Verne", principal galardón del Festival de Cine Español de Nantes (Francia).
Quizá la película no acierta a plasmar todo el potencial que ofrecía la novela de Elvira Lindo, algo que hay que señalar que no es sencillo.
El film transita de la comedia al drama, pero sin cargar las tintas, ni en uno, ni en otro aspecto, tratando en todo momento de presentarnos personajes cercanos, reconocibles y bastante bien interpretados en general, incluídos los secundarios (ahí están María Alfonsa Rosso y Chiqui Fernández, dando vida a la madre y la hermana de Rosario).
Es probable que el guión flojeé en algunos momentos, pero al final creo que logra transmitirnos sus mensajes, por un lado la amistad entre las dos mujeres que discuten y piensan de distinta manera, pero se apoyan en los momentos en que otros no entienden qué les ocurre y, por otra parte, ese mensaje de esperanza ("el pasado no podemos cambiarlo, pero quizá el futuro..."), de una Rosario que rompe con su trauma de infancia arrojando sus zapatitos rojos a la papelera y apuesta por un futuro que le pueda ofrecer alguna ilusión aunque sea aferrándose a lo que hay y no a lo que le gustaría que hubiera.