jueves, 30 de noviembre de 2023

LA NOCHE CAE SOBRE MANHATTAN

 


El fiscal del distrito de Nueva York asigna a Sean Casey (Andy García), un abogado novato, su primer caso: hacerse cargo de la acusación en el juicio más polémico y de mayor impacto mediático de la ciudad, en el que un traficante de drogas es acusado de asesinato, pero el asunto tiene implicaciones de corrupción policial. De la investigación del caso en cuestión se ocuparon su padre, que resultó herido, y otro policía, su compañero.


El guion adapta la novela "Tainted Evidence", del escritor, periodista y antiguo oficial del Departamento de Policía de Nueva York, Robert Daley, que, como en alguna otra de sus novelas, aprovecha su experiencia en el Departamento para fraguar la historias que relata.
De hecho, el libro se basa libremente en el caso real de Larry Davis, un traficante de drogas que disparó a seis policías, pero fue absuelto, tras acusar a la policía de intentar matarlo porque ellos estaban involucrados en el caso.


Al principio parece que estamos ante un film policiaco y judicial, pero no tardamos en darnos cuenta de que el verdadero asunto que desarrolla el guion es bien otro, enfrentando la ley y la justicia con los principios morales, incluso con los sentimientos. 
Casey se desempeña como uno más de los varios ayudantes del fiscal de Nueva York, llevando varios casos a la vez, casi siempre con el tiempo justo para preparar sus alegatos y sin apenas poder profundizar en detalles. Por una serie de casualidades, tras pocos meses en su puesto se ve impulsado a un meteórico ascenso, siendo promocionado para el cargo de fiscal general del estado. Al tiempo, irá cayendo en la cuenta de que los asuntos en que le toca intervenir no siempre se resuelven con la claridad de blanco o negro, sino que, como casi todo en la vida, aparecen los puntos intermedios y que ni todos los delincuentes son tan malos, ni los policías unos angelitos, descubriendo que le espera un mundo lleno de transacciones no siempre moralmente aceptables, sobre todo si los sentimientos personales entran en juego. 
Una película muy entretenida de seguir por el ritmo que Sidney Lumet logra imprimirle y con unas actuaciones de nivel. Nos presenta un mundo que se nos antoja muy cercano a la realidad, con arreglos judiciales y situaciones en que el mal menor se impone a la consecución de la verdadera justicia.




miércoles, 29 de noviembre de 2023

EL PRESTAMISTA

 


En el neoyorkino barrio de Harlem, tiene su negocio el amargado y solitario prestamista judío Sol Nazerman (Rod Steiger), un superviviente de Auschwitz carente de emociones y sentimientos. Sol perdió a sus familiares y amigos más queridos en la guerra y, con ellos, su fe en Dios y en la humanidad. Ahora sólo le importa el dinero y lo persiguen ensoñaciones, en realidad recuerdos de la época del campo de concentración. El asistente de Sol es el ambicioso y algo ingenuo Jesús Ortiz (Jaime Sánchez), que trata de separarse de la malas compañías y aprender con Sol a administrar su propio negocio. Cuando Sol se da cuenta de que el dinero que ayuda a blanquear al poderoso gángster Rodríguez (Brock Peters) también provienen de burdeles, recuerda el destino de su amada esposa en el campo de concentración y algo comienza a cambiar en él.


El guion adapta la novela del mismo título del escritor norteamericano Edward Lewis Wallant
Este film supuso el debut cinematográfico de Morgan Freeman, interviniendo fugazmente como extra.


Tremendo estudio sobre lo que hoy conocemos como estrés postraumático (en aquel lejano 1964, ni de lejos era contemplado como una enfermedad), el que nos acerca Sidney Lumet en este film tan interesante como olvidado. Con espléndida fotografía en blanco y negro de Boris Kaufman y una partitura de Quincy Jones que, según los entendidos, está entre lo mejor que hizo para el cine, la película se desarrolla en su mayor parte en la tienda de empeños del protagonista, prácticamente enjaulado, toda una metáfora de los peores momentos de su vida con los que sigue conviviendo. El negocio, a su vez, ubicado en un barrio pobre, peligroso y sucio, por el que Nazerman deambula como si lo que le rodea no fuera con él, sin duda, después de lo pasado, ni la miseria, ni el miedo por el entorno amenazador, hacen mella en él. 
Sol es un tipo descreído que lleva sobre sí la losa de su terrible pasado, ver desaparecer entre humillaciones y castigos a quienes más apreciaba, sin poder hacer nada, le ha dejado sin vida, sin sentimientos, vacío y, por si fuera poco, con un cierto sentido de culpabilidad por el simple hecho de haber sobrevivido. 
Enorme la interpretación de Rod Steiger, en este film que transmite como pocos han logrado la pesadumbre del ser humano hundido por las circunstancias de su vida. El film está repleto de flashes que reviven episodios del pasado de Sol, por un lado momentos alegres con su esposa, sus hijos y sus padres en un idílico paisaje fluvial y, por otro, las atroces secuencias del campo de exterminio, de la humillación que sufrieron, de los vagones cargados de seres tratados peor que ganado, de la desesperación. Quizá en estos tiempos, además de lo terrible del Holocausto, sirva para acercarnos y ayudarnos a comprender (si es que ello es posible), lo que puede ocurrir en el interior de algunas personas sometidas a la dura prueba de vivir una guerra, una catástrofe natural, un asalto, una violación, una emigración forzosa o cualquiera de las desgracias a que el ser humano puede verse sometido. Una película digna de ver.




martes, 28 de noviembre de 2023

PUNTO LÍMITE

 


Durante la visita del senador Raskob (Sorrell Booke) a una de las bases del Mando Aéreo Estratégico en Omaha, una serie de errores humanos e informáticos desencadenan una alarma que obliga a enviar una escuadrilla de aviones norteamericanos "Vindicator" a bombardear Moscú con armas nucleares. El presidente, para convencer a los soviéticos de que se trata de un error, ordena al Comando Aéreo Estratégico que ayude a los soviéticos a detenerlos.


El guion se basa en el best seller escrito por Eugene Burdick y Harvey Wheeler, publicado originalmente por entregas en el Saturday Evening Post, los días 13, 20 y 27 de octubre de 1962, durante la crisis de los misiles cubanos.


Política ficción pero que nos lleva a situaciones que resultan del todo creíbles para el espectador. Una historia de errores en cadena en la que los propios protocolos de seguridad son los que llevan a que la operación emprendida por los bombarderos norteamericanos sea imposible de abortar traspasado cierto límite, para impedir que los encargados de llevarla a cabo acaten ninguna orden que se les pueda transmitir con engaños procedente del enemigo que podría imitar la voz de propio Presidente o de otras personas para hacer creer a los aviadores que provienen del mando propio.


Filmada en la misma época que la película de Kubrick Dr. Strangelove, en este film, dirigido por Sidney Lumet, desaparece todo atisbo de sátira, para plantearnos una realidad que, por más que se nos olvide o que hayamos aprendido a convivir con ella, está bien presente y que los dirigentes de las grandes potencias, de cuando en cuando, nos traen a la actualidad en toda su crudeza. El peligro de la guerra nuclear, de la desaparición del planeta, pende sobre nosotros como una espada de Damocles, con arsenales de armas capaces de destruír varias veces el mundo conocido a nada que a uno de estos tipos se le crucen los cables en un momento determinado. A pesar de que el film parte de un error de los norteamericanos, que estos asumen y del que se hacen responsables, hacia el final de la película, en la conversación que el presidente mantiene con el primer ministro soviético, parece como si estuviera empeñado en repartir culpas, pero a pesar de estos deslices un tanto maniqueos, el film consigue mantener la tensión y, como digo, presentar una situación que resulta absolutamente posible.




lunes, 27 de noviembre de 2023

LA OFENSA

 


Alterado psicológicamente por los atroces hechos que ha visto a lo largo de sus 20 años de carrera y alejado moralmente de su esposa, el sargento detective Johnson (Sean Connery), deja salir toda su ira contenida golpeando brutalmente y causando la muerte a un sospechoso de haber violado a varias niñas mientras lo interroga, poniendo en evidencia su propio estado mental, probablemente no mucho mejor que el de algunos de los delincuentes que han cometido los crímenes que tanto le perturban.


El guion adapta la obra teatral "This Story of Yours", del guionista británico John Hopkins.
Al principio nos parece estar ante un film de investigación al uso pero, tras un giro que ya se nos ha anunciado al principio, el film se centra en el verdadero motivo de la película: Un retrato psicológico del protagonista y, en menor medida, del sospechoso.


El personaje de Connery se nos revela como un ser amargado, podríamos decir que decepcionado por la vida, por su trabajo y lo que le ha tocado ver en él y por un matrimonio que le ha dejado insatisfecho. Siempre buscando culpables, los encuentra en los demás, incluída su propia esposa, a la que humilla y maltrata con sus sarcasmos, culpabilizándola de su frustración conyugal. Eso mismo hará con el sospechoso, él está convencido de que es culpable, pero le da igual lo sea o no, ya ha dictado su propia sentencia y decide ir más allá cuando siente que el hombre le ha desnudado y ha penetrado en lo más profundo de su esencia, ya que en un determinado momento, se produce una especie de intercambio de roles y los papeles de interrogado e interrogador, de detective y sospechoso, de culpable e inocente, parecen trastocarse. 
Dirigida por Sidney Lumet, imagino un tremendo trabajo de montaje, porque la narración rompe de cuando en cuando en cuando la línea temporal y porque las tres escenas más importantes del film: el interrogatorio, el diálogo entre los esposos en el domicilio de ambos y la entrevista del detective con el superintendente, están trufados de flashback que se insertan inesperadamente en la narración. Igualmente llamativas son las interpretaciones, sobre todo de Connery, del sospechoso interpretado por Ian Bannen y del gran Trevor Howard
Intenso estudio sobre los aspectos recónditos de la mente humana y del pasado que cuando va ligado a miedos, angustias, frustraciones y desesperación, puede llevar a una situación de desamparo y vulnerabilidad tal que, dependiendo de la propia forma de ser del individuo, le puede llevar a reacciones incluso peligrosas para quienes le rodean.




viernes, 24 de noviembre de 2023

VIVIR PARA GOZAR

 


Johnny Case (Cary Grant), un hombre poco convencional, está prometido con Julia Seton (Doris Nolan), una chica de buena familia; así que debe adaptarse a la alta sociedad neoyorquina. Además, su novia quiere que trabaje en el banco de su padre, actividad incompatible con su carácter. Sólo Linda (Katharine Hepburn), la animada hermana de Julia, es capaz de comprender que Case desee vivir una vida diferente.


El guion adapta la obra teatral "Holiday", del dramaturgo norteamericano Philip Barry, autor, entre otras numerosas obras teatrales, de Historias de Filadelfia, llevada al cine, como esta, por George Cukor
Hay una adaptación ocho años anterior, dirigida por Edward H. Griffith


No voy a descubrir la habilidad de George Cukor a la hora de sacar partido incluso a asuntos con menos enjundia que este; ni a esos dos grandes intérpretes que fueron Grant y Hepburn, en este caso acompañados por unos secundarios, alguno de los cuales logra magníficas actuaciones; ni tampoco que la obra de Philip Barry, rompía algunas veces los cánones de Broadway y que sus obras más conocidas siguen la estela del teatro moderno de O'Neil, Ibsen o Pirandello, salvando las distancias, pero no nos engañemos, aunque el film es una sátira sobre la clase alta neoyorkina, eso tampoco convierte la película en un film revolucionario, siendo cierto que, repito, pone en solfa el llamado sueño americano y la idolatría por el dinero. No en vano, el autor de la obra teatral era una persona de espíritu más bien conservador, aunque por algunas de sus obras pueda parecer lo contrario, con una hermana monja y autor de algunas obras de carácter didáctico y moralizante y, si miramos con atención lo que vemos en pantalla, observamos a un tipo que no está dispuesto a dejarse seducir por las riquezas que le ofrece Wall Street y prefiere vivir la vida, pero ¡caramba!, se embarca en un crucero hacia Francia, es decir, que tampoco es que vaya con los bolsillos llenos de telarañas, me recuerda al propio Barry, que se pasó un año viviendo lujosamente en la Riviera francesa integrado en un círculo de amistades en el que estaban Scott y Zelda Fitzgerald, Gerald y Sara Murphy, Cole Porter o Archibald MacLeish
No obstante, cierto es que el film no es sencillamente una comedia romántica, sino algo más, con algunos diálogos ácidos e ingeniosos, con momentos divertidos, con esa crítica que hemos señalado y que está presente en todo el film y, quizá, con algún giro un poco interesado y nada explicado, como el cambio de actitud repentino de la prometida del protagonista que pasa de estar dispuesta a todo por amor a no querer ni oír hablar de llevar la contraria a su querido papá. En cualquier caso, es una comedia con cierto nivel y con todos los ingredientes para resultar un producto de lo más entretenido.
 



jueves, 23 de noviembre de 2023

EL REPORTERO

 


David Locke (Jack Nicholson) es un desilusionado periodista que emprende una peligrosa investigación sobre las intrigas políticas internacionales que facilitan la implantación de regímenes dictatoriales en algunos países africanos. En el hotel en que se hospeda, en África, se encuentra con un traficante de armas que muere repentinamente. Cuando el periodista es consciente de que tienen una apariencia similar, asume la identidad del recién fallecido, algo que le llevará a vivir situaciones muy arriesgadas.


El film desarrolla una historia de Mark Peploe (El último emperador), que también participa en el guion. 
Con una impresionante fotografía de Luciano Tovoli, además de en Argelia, Munich y Londres, la película se rodó en exteriores de Barcelona y en la provincia de Almería (además de en la capital, en Aguadulce, Rioja, Retamar, Cabo de Gata, Tabernas y Vera, en esta localidad se filmó el mítico plano secuencia final).


El protagonista es un hombre reflexivo, amargado, errático, que en lugar de verse varado en medio de ninguna parte por su deber de transmitir una crónica que nadie leerá sobre una guerra que a nadie le importa, parece estar refugiándose de algo, como si su trabajo en aquel lugar remoto y ardiente no fuera una maldición, sino una bocanada de libertad, de aire fresco, para una vida en la que se siente oprimido, prisionero. 
Antonioni nos ofrece su particular y pesimista reflexión sobre la vida, de la que hace una metáfora, con el polvo, el calor asfixiante y algunos de los diálogos, como el cuento/parábola del ciego que le cuenta David a la chica, sobre un hombre que recobró la vista siendo ya adulto y cuando vio lo sucio que era el mundo quedó tan aterrado que decidió suicidarse. 
Resulta recomendable verla en versión original, entre otras razones, para poder oír a Nicholson diciendo alguna frase en su peculiar castellano. Además, para nosotros, la película resulta muy curiosa, rodada en los estertores de la dictadura, ver a toda una figura de Hollywood, porque ya lo era entonces, mezclarse con los uniformes de la entonces Policía Armada o la Guardia Civil, interactuar con José María Caffarel, o la aparición de Joan Gaspart como recepcionista de hotel, igual que verlo deambulando por un paisaje poblado de logotipos comerciales españoles (Kas, El águila...), taxis y autobuses o modelos de vehículos que en aquellos años circulaban por nuestras carreteras. 
Es un cine sugerente cien por cien Antonioni, de lento desarrollo, con secuencias bien planificadas, plagado de silencios, miradas y sugestivos planos. Deudor del cine de autor, la cinta no tuvo el éxito esperado, pero en los últimos tiempos se ha recuperado como uno de los mejores trabajos del cineasta. Y además están Nicholson, muy contenido en este film, contra lo que suele ser habitual en él y la malograda Maria Schneider que jamás conseguiría quitarse el sambenito de mito erótico de los setenta.




miércoles, 22 de noviembre de 2023

GOOD MORNING, VIETNAM (BUENOS DÍAS, VIETNAM)

 


Un militar, locutor de radio, Adrian Cronauer (Robin Williams), es trasladado desde Creta a Saigón para trabajar en la emisora del ejército norteamericano. En contraste con sus aburridos antecesores, Cronauer es pura dinamita: sus comentarios irreverentes, tacos, improperios y sus críticas al vicepresidente le hacen ganarse el aprecio de las tropas. Sin embargo, su superior, el teniente Hauk (Bruno Kirby), no es de la misma opinión. 
En sus horas libres intenta conocer a los nativos del país, especialmente chicas, y comienza a ver cosas de la guerra real, esa que nunca aparece en la radio.


El guion desarrolla una idea del propio Adrian Cronauer, primero concebida como serie televisiva y, más adelante, al no ser aceptada por los estudios, como película para la televisión, aunque, según confesó él mismo, lo que se relata en el film y la forma en que se hace, no responde a su experiencia personal durante el tiempo que estuvo trabajando en la emisora del ejército en Vietnam y que únicamente toma algunos detalles de la misma.


Centrada en la figura del protagonista y sus monólogos, el resto de asuntos está tratado de forma somera, así en sus relaciones con los vietnamitas, los vemos divididos o bien en terroristas o en gente que asiste a las clases de inglés, donde aprenden, al tiempo, algo de la cultura norteamericana. En cuanto a esa crítica al ejército y sus métodos, tampoco es que sea nada del otro mundo ¿Qué se espera de una emisora que está dirigida por el propio ejército?: Censura, lógicamente, eso ha ocurrido, ocurre y ocurrirá en todas las guerras modernas donde la propaganda y la información cobran tanto valor como los propios combates. Además se nos presenta a los militares, el protagonista incluído, como seguros de que están allí para ayudar al pueblo vietnamita y las mofas al enemigo y, por extensión, al resto de la población, son constantes, es cierto que también se ataca a los dirigentes propios, pero, repito, creo que tampoco es para tanto. 
La parte cómica pierde bastante, tanto pon el transcurso de los años, como pon la dificultad de pillar algunas de las gracias desde una cultura que no sea la norteamericana, pues recurre mucho a la imitación y la parodia, tanto de personajes, como de acentos y formas de vida estereotipadas propias de EE.UU., así que no es únicamente cuestión de ver en V.O. o doblada, sino de que, salvo que estés muy sumergido en aquella cultura, apenas se pueden apreciar los chistes sobre el argot de Brooklyn, o el acento de este o aquel estado de la Unión. 
En definitiva, el film es Robin Williams y su personaje y lo demás queda un tanto marginado y, aunque la idea resultara original, no desarrolla con ninguna profundidad otros asuntos y, si encima, la parte cómica, excepto un par de chistes que sí nos arrancan una sonrisa, tampoco es que resulte demasiado graciosa (estoy hablando de mí, claro), pues eso, un film entretenido, pero que tampoco es nada del otro mundo.