lunes, 30 de junio de 2025

LOS MÚSICOS DE GION

 


La joven y bella Eiko (Ayako Wakao) ha ido a refugiarse al barrio de Gion, en Kioto, a casa de Miyoharu (Michiyo Kogure), una geisha con muy buena reputación de la que Eiko quiere aprender. Eiko explica que su madre, que era geisha y amiga de Miyoharu, acaba de morir, su padre Sawamoto (Eitarô Shindô) ha fracasado en los negocios y su tío la está acosando. Ambas se hacen inseparables, pero una noche Eiko muerde a un cliente y las dos deben abandonar el barrio.


Con su habitual maestría. un montaje sencillo y una delicada puesta en escena, Kenji Mizoguchi nos acerca al mundo de las geishas, esa especie de muñecas envueltas en una carcasa de lujo y maquillaje que esconde una dura vida de aprendizaje y sumisión para entretenimiento y placer de los hombres. 
Sin duda marcado por una infancia en la que presenció los sacrificios de su madre y de su hermana (vendida a una casa de geishas para aliviar la situación de pobreza familiar), el maestro japonés refleja en su película la auténtica situación de estas mujeres en la que los oropeles son únicamente fachada y lo hace casi con veneración. Solamente la solidaridad y el cariño entre ambas protagonistas, servirán de sustento para seguir adelante en la dura lucha diaria por la supervivencia.


El film, como otras obras de Mizoguchi, retrata también la lenta transformación de una sociedad en la que se atisban rasgos de modernidad entre las rígidas costumbres del pasado. Los cambios no van a llegar de la noche a la mañana (al fin y al cabo como ha ocurrido en otros lugares del orbe), pero los pequeños gestos, aunque de momento parezca que no sirven de nada, van abriendo una senda que no tiene vuelta atrás y estas dos mujeres que, aunque han tenido que retornar al redil de la sumisión para poder seguir trabajando y no verse aisladas socialmente, pudieron decir NO en un momento determinado y lo hicieron, aunque su gesto durase poco en el tiempo, pero así avanzan las sociedades hacia sistemas más igualitarios, en definitiva, más humanos y menos injustos.




viernes, 27 de junio de 2025

LA MUJER CRUCIFICADA

 


Yukiko Mabuchi (Yoshiko Kuga) es una estudiante de música que regresa de Tokio a Kioto tras un intento de suicidio, después de que su amante descubriera la profesión de su madre, Hatsuko (Kinuyo Tanaka), una viuda que regenta una casa de geishas. El joven doctor Kenji Matoba (Tomoemon Otani), que mantiene un affaire con Hatsuko, se siente atraído por Yukiko. Ella, al principio, lo rechaza, a él y a todo lo relacionado con la casa de geishas, pero sus sentimientos van cambiando y llega incluso a enfrentarse a su madre.


El film ofrece un contraste de actitudes y costumbres frente al amor y las relaciones y la manera de ver el negocio familiar de las dos mujeres ahora enfrentadas al verse atraídas por el mismo hombre.


Kenji Mizoguchi ofrece una sutil visión del mundo de la prostitución, quizá junto a las guerras, el hambre y la falta de libertades, una de las mayores vergüenzas de la humanidad. Por medio del triángulo amoroso que sustenta la trama del film, nos muestra también el enfrentamiento entre la cultura tradicional y la modernidad que comienza a impregnar algunas capas de la sociedad japonesa tras la guerra, siempre poniendo al hombre en el centro de la diana de la situación de postergamiento que sufren las mujeres.




jueves, 26 de junio de 2025

SANJURO

 


En el Japón de la era Tokugawa, un grupo de nueve jóvenes samuráis está decidido a acabar con la corrupción reinante y a acabar con todos los que están relacionados con ella. Consiguen el apoyo del inspector de policía Kikui (Masao Shimizu) y se preparan para llevar a cabo su plan. Poco después, aparece Sanjuro Tsubaki (Toshiro Mifune), un personaje salido de entre las sombras, que empezará a actuar y a poner orden en medio del caos.


Basado en el cuento Nichinichi hei-an ("Días de paz") del japonés Shūgorō Yamamoto, Akira Kurosawa escribió el guion de "Sanjuro" antes de hacer Yojimbo, pero lo reescribió después de que ésta se convirtiera en un éxito, dotando de nuevos matices al personaje principal, ya que el estudio decidió que fuera una especie de secuela de Yojimbo.


Como alguien dijo, Toshirô Mifune se interpreta a sí mismo, logrando, en ocasiones, una caricatura de su propio personaje y es que la historia es una deliciosa parodia del género samurái, en la que Kurosawa, en algunos momentos, parece más interesado en burlarse de algún modo del género que de la propia narración. 
Aquí, por primera vez aparecen algunos de los estereotipos, como el desmesurado derramamiento de sangre, que más parece un surtidor rojo, que luego serían usados incluso en films modernos y que, al parecer, se debió a un fallo en la manipulación del mecanismo pero que a Kurosawa le pareció que quedaba bien.
Un film con momentos muy divertidos y con algunas secuencias, diálogos y situaciones, realmente memorables. Una magnífica comedia.




miércoles, 25 de junio de 2025

DEMONS (SHURA)

 


Gengobe Satsuma (Katsuo Nakamura), un samurái exiliado, expulsado como vasallo del clan Asano, recibe una segunda oportunidad para unirse a sus hermanos de armas. Su fiel sirviente reúne los 100 ryos necesarios para su aceptación. Gengobe también está enamorado de una codiciosa geisha llamada Koman (Yasuko Sanjo). A punto de ser vendida a otro hombre, Gengobe descubre que para conservarla debe pagar exactamente 100 ryos.


Dirigida por Toshio Matsumoto, el guion, del mismo realizador, adapta una obra del japonés Nanboku Tsuruya (1755-1829), el más célebre dramaturgo del género kabuki-terror.


Con una sugestiva fotografía en blanco y negro, es una historia de engaños, traiciones y venganza, con unos personajes que viven atormentados y en la que algunos quieren ver, pienso que de manera algo forzada, leves toques de cine experimental.




martes, 24 de junio de 2025

ADULTERIO

 

Linda está casada con un hombre rico, tienen dos hijos y la familia vive en una hermosa casa en Ginebra, Suiza. Trabaja en el periódico más importante del país, es guapa, viste bien y tiene todo lo que se pueda desear. A ojos de todos, su vida es perfecta. Sin embargo, no es feliz; una gran insatisfacción la corroe y se siente culpable por no ser capaz de disfrutar de lo que tiene. Por eso no habla con nadie de lo que sucede. Ama a su marido pero la relación con él se ha vuelto rutinaria, apática. Un día, el periódico la envía a entrevistar a Jacob König, un antiguo novio del instituto que ahora es un político de cierta relevancia. Este encuentro es suficiente para que ella se sienta capaz de hacer algo con lo que soñaba desde muchacha, y empieza a dar rienda suelta a sus fantasías. Vuelve a sentir pasión por la vida. Hará todo lo que sea para conquistar ese amor imposible y descenderá hasta el fondo del pozo de las emociones humanas para, por fin, encontrar su redención.
Yo no digo que una persona joven (la protagonista tiene 31 años), felizmente casada, con un cierto éxito en su trabajo y una desahogada posición económica, no pueda sentir insatisfacción o síntomas depresivos, eso ya sabemos que ocurre, a veces sin saber muy bien por qué, sencillamente es una enfermedad o, como mínimo, un estado de ánimo que se nos escapa. Pero no deja de resultar un poco raro que para salir de esa especie de pozo, busque una aventura extraconyugal en la que da rienda suelta a sus más ocultas fantasías, incluída la sumisión. 
Quizá Paulo Coelho quiso buscar alguna especie de simbología con las sociedades avanzadas actuales. No lo sé. 
En el libro se reproducen unos cuantos relatos bíblicos o de la mitología clásica (la historia de David y Betsabé o la de Eros y Psique, por ejemplo), que tienen que ver con la relación amorosa desde distintos ángulos. El relato trata de transmitirnos el mensaje del amor, de hecho cita textualmente las palabras de Pablo en su Carta a los Corintios: "Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; soy como una campana desafinada... El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo". 
Quizá en esta última parte, esté otra de las claves del libro, según el cual, por amor somos capaces de perdonarlo todo y ese es el otro mensaje que la novela traslada, un mensaje de tolerancia hacia el otro, de saber perdonar sus posibles errores, para juntos emprender un camino de superación.
Otra cosa es el camino que sigue el autor portugués para tratar de hacernos llegar sus reflexiones y la opinión que a cada cual pueda merecerle.



lunes, 23 de junio de 2025

LOS AMANTES CRUCIFICADOS

 


Para salvar a su hermano,  que ha contraído una deuda y no puede pagar el plazo de la hipoteca, algo que compromete el honor de la familia, Osan (Kyôko Kagawa), la noble esposa del tacaño pero reputado fabricante de calendarios Ishun (Eitarô Shindô), recurre a Mohei (Kazuo Hasegawa), el bondadoso empleado de su esposo. Un intento de falsificación y la acusación falsa de que mantiene un romance con el empleado de su esposo, obligarán a Osan y Mohei a huir de la ciudad. Ishun, por su parte, ordena a sus hombres que los encuentren y los separen para evitar el escándalo.


Ambientada en el Japón del siglo XVII e inspirada en la obra de teatro de marionetas japonés (el Bunraku) "Chikamatsu monogatari", de Monzaemon Chikamatsu, cuenta la historia del amor imposible entre los dos protagonistas en una época en que el adulterio en Japón, era castigado con la crucifixión. En la huída, la pareja se ve atraída por llevar a efecto el "crimen" romántico del que falsamente se les acusó, uniendo cada vez más sus destinos, atrapados en un mundo en que el amor verdadero y la obligación social, se hallan enfrentados. 
La representación del dilema de los amantes en esta película de Kenji Mizoguchi de 1954, llevó al afamado director Akira Kurosawa a describir la película como "una gran obra maestra que solo Mizoguchi podría haber hecho".


Magnífica fotografía y una buena planificación que nos lleva a contemplar maravillosos planos, con magistrales movimientos de cámara, el film explora las luchas de poder y la explotación de los débiles por quienes lo ostentan, al tiempo que muestra la condición de la mujer, sometida a los varones y a las hipócritas convenciones sociales. 
Un melodrama tan bello como triste sobre la injusticia y el amor. Una historia conmovedora.




viernes, 20 de junio de 2025

LA ESPADA DEL MAL

 


El samurái Tsukue Ryonosuke (Tatsuya Nakadai) siente una insana fascinación por el poder mortal de su katana y va por la vida acumulando cadáveres, con o sin motivo. Eventualmente lo contratan como mercenario, pero hasta cuando está sin trabajo, no tiene inconveniente alguno en matar por puro placer.


El guion adapta la novela Dai-bosatsu Tōge, del japonés Kaizan Nakazato, que fue publicada por entregas durante tres décadas y recogidas posteriormente en una extensísima obra que consta de cuarenta y un volúmenes. El film fue concebido como la primera parte de una trilogía que nunca llegó a tener continuación tras esta primera entrega.


El protagonista es un psicópata magistralmente interpretado por Tatsuya Nakadai, con esos momentos de absoluto hieratismo y la mirada perdida en un punto indeterminado, capaz de helar la sangre del espectador con ese aspecto de ser absolutamente amoral. 
Sin duda los amantes del cine de samuráis disfrutarán las coreografías de los duelos y esos combates que son pura exageración con mandobles a diestro y siniestro y montañas de muertos, hasta llegar a ese final abrupto fruto de esa idea de continuar el film, algo que no llegó a materializarse jamás, por lo que tampoco vemos el duelo que esperamos durante buena parte de la segunda mitad del film y que centra el interés de la narración.




jueves, 19 de junio de 2025

EL GATO NEGRO (KURONEKO)

 


Una mujer y su nuera son atacadas y violadas por un grupo de soldados y mueren posteriormente cuando estos incendian la cabaña en que vivían. Pero regresan de entre los muertos como espíritus felinos vampíricos con la intención de vengarse. Mientras los fantasmas atraen a soldados solitarios a los bosques de bambú para acabar bebiendo su sangre, un intrépido samurái, Gintoki (Kichiemon Nakamura), es enviado para detener su reino de terror.


Excéntrica y jugando con lo sobrenatural, el japonés Kaneto Shindô retoma temas similares a algunos otros trabajos suyos, para revelar una meditación inquietante sobre el deber, la conformidad y el amor, con un romanticismo que tiene algo de perturbador y sensual y lo que hoy sería visto como un claro enfoque feminista.


Pocas veces he visto en el cine una escena que refleje de manera tan estremecedora, realista y cruel el peligro que acecha a las mujeres ante cualquier conflicto armado. Una larga secuencia, sin palabras en la que se ve todo su desamparo ante la violencia y la lujuria descontrolada de una turba de malnacidos. No vemos la violación, pero los primeros planos de los rostros de los soldados, devorando más que comiendo la comida que les han robado a las mujeres, riéndose mientras estas son abusadas, valen más que la contemplación directa del horror
El realizador consigue impregnar al film de una atmósfera tan escalofriante como cautivadora, en un ambiente que a veces es elegantemente teatral en que el amor, la indulgencia, la lealtad, la violencia, la desprotección de los humildes y, sobre todo, la situación de la mujer, son introducidos de manera sutil en la trama para llevarnos a reflexionar sobre ellos.




miércoles, 18 de junio de 2025

LA VIDA DE OHARU, MUJER GALANTE

 


Oharu (Kinuyo Tanaka), hija de un samurai, es expulsada de la ciudad de Kioto junto a sus padres y condenada al exilio por enamorarse de un criado. Tras la ejecución de su amante, Oharu es obligada por su padre, como una especie de castigo por haber avergonzado a la familia, a convertirse en la concubina de un gran señor, al que su esposa no ha podido dar un heredero. Para mayor desdicha, después de dar a luz la arrebatan a su hijo y es expulsada de la casa.


Adaptación de la novela Kōshoku Ichidai Onna, del japonés Saikaku Ihara (seudónimo de Tōgo Hirayama), escrita en el siglo XVII. En algunos de sus libros, como es el caso, Saikaku escribió sobre las peripecias y amoríos de la clase mercantil y las prostitutas en los barrios licenciosos de las grandes ciudades de su tiempo: Osaka, Kioto y Edo.
En esta película, la protagonista es ya una mujer de cincuenta años convertida en prostituta e incapaz, por su edad, de atraer hombres. Mediante un largo flashback que ocupa prácticamente toda la película, rememora su triste vida. 
Para algunos fue la película con la que Kenji Mizoguchi captó la atención internacional, pasando a ser uno de los directores más valorados del cine japonés más allá de las fronteras del país nipón.


El film es el retrato de una mujer apaleada por la vida, una serie de abusos, contrariedades y mala fortuna, la convierte en un despojo social. Por extensión, su vida es la de tantas otras, que sin la suerte de pertenecer a una familia poderosa o de haber encontrado un marido que las trate con respeto, se ven en manos de padres, hermanos, familiares o víctimas de su condición humilde, tratadas como auténtica mercancía y arrojadas a una especie de círculo vicioso del que es muy difícil, si no imposible, escapar. Vendidas como concubinas, obligadas a prostituírse para obtener beneficio de ellas, la hipócrita sociedad que las ha empujado a tal degradación, las señala y las marca como seres indeseables precisamente por haberse convertido en lo que las han obligado a ser. 
Esta es la triste vida de Oharu narrada por el maestro japonés que con la intensidad de su relato convierte al espectador prácticamente en el único ser humano que se apiada de tan afligido personaje.




martes, 17 de junio de 2025

CIBERIADA

 

Estructurada como una serie de relatos cortos, una especie de cuentos que navegan entre el humor y la ciencia ficción, cuyo nexo de unión son una pareja de "constructores" (Trurl y Clapaucio), el polaco Stanislaw Lem, publicó allá por el ya lejano 1965, este libro que es una especie de fábula robótica, que se aleja del camino tradicional para adentrarse en el fértil terreno de la poesía, la ironía, el humor y una fantasía que a menudo roza el surrealismo. 
Los dos protagonistas, alejados del estereotipo, son robots humanoides con un poder inventivo y una destreza en el diseño inagotables, capaces de crear cualquier cosa que ellos o sus poderosos clientes sueñen. Trurl es impaciente y se lanza rápidamente a la acción. Clapaucio es un escéptico que acepta las propuestas con entusiasmo moderado; esto le permite abordar los problemas emergentes con calma estoica, lo que a su vez le da la oportunidad de burlarse sanamente de los inevitables fracasos de su amigo. Ambos están empeñados en resolver los problemas del universo, pero el principal obstáculo radica en las aspiraciones desmesuradas de los gobernantes. Cada vez con mayor frecuencia, se encuentran como rehenes de sátrapas caprichosos e intolerantes. Sin embargo, a pesar del invariable fracaso final de sus acciones, ambos héroes –gracias a su extraordinaria agudeza mental, multiplicada por su conocimiento de la psicología de su déspota anfitrión– siempre logran escapar de las trampas que éstos les tienden. También son capaces de encargarse de hacer cumplir el pago de la remuneración convenida que el tirano de turno intenta escamotear. 
Todo ello con un denso e inquietante trasfondo filosófico que el tono festivo y desenfadado de los relatos, no hace sino realzar. Al igual que entre nosotros, viven ingenuos que creen que una idea es suficiente para salvar a la humanidad, en los estados robot, nada de esto funciona; sería algo similar —decía el propio Lem— a lo que ocurre en nuestra realidad, porque el mal, al igual que (afortunadamente) el bien, no puede ser erradicado del mundo. Por eso siempre nos contaremos cuentos.



lunes, 16 de junio de 2025

REBELIÓN (SAMURAI REBELLION)

 


Descontento con una de sus amantes, el daimyo (una especie de señor feudal) ordena a uno de sus samuráis que se case con ella. La familia protesta, pero cede; porque hay que obedecer las órdenes. Sin embargo, en lugar de ser una mujer problemática, como esperaba su nueva familia, Ichi (Yôko Tsukasa) demuestra ser, no solo una esposa amorosa, sino una mujer muy agradable, trabajadora y entregada a la familia. Cuando muere el primogénito del daimyo, este la exige de vuelta, ya que antes de expulsarla de su lado, le había dado un hijo que se convierte así en el nuevo heredero, pero ahora Isaburo (Toshirô Mifune), el cabeza de familia, protesta. Una cosa es el deber, y otra muy distinta seguir ciegamente los caprichos de un amo que no muestra respeto ni comprensión por quienes le sirven. Pero este desafío a las leyes del clan, tendrá consecuencias.


El guion adapta una novela del japonés Yasuhiko Takiguchi
Además de protagonizarla, Toshirô Mifune es también productor de la película.


Isaburo Sasahara ha pasado su vida sometido a una mujer autoritaria y caprichosa y a cumplir sus deberes como miembro de una distinguida familia, con lealtad ciega a su señor. El amor que se profesan su hijo Yogoro (Gô Katô) e Ichi, le hace abrir los ojos a otra realidad y, como él dice, se siente vivo por primera vez, así que cuando su despótico jefe decide separar a la pareja y llevarse de nuevo a Ichi a su castillo, se rebela, prefiere la muerte, como la prefieren Yogoro y su esposa, a mantener el estatus de la familia y plantarán cara al señor y a quienes les presionan para que se sometan a la voluntad del mismo. 
La película de Masaki Kobayashi es sobre todo un canto a la dignidad ante los atropellos de los poderosos, con una narración sobria y sencilla, magníficamente planificada, cuyo desarrollo va in crescendo a medida que avanza. Aunque en el último tramo se desata la violencia y asistimos a los típicos combates, no es este el principal valor del film, aunque, sobre todo a los amantes de las artes marciales, pero también a cualquier otro espectador, les recomiendo que no se pierdan el duelo entre Toshiro Mifune y Tatsuya Nakadai, artísticamente coreografiado y con un desenlace muy emotivo.




viernes, 13 de junio de 2025

ONIBABA

 


En el Japón medieval, la madre y la esposa de un guerrero esperan su vuelta del frente. Sobreviven engañando a los soldados perdidos en los campos, a los que asesinan para luego vender sus pertenencias.


Cuando su vecino Hachi (Kei Satô) deserta de la guerra y regresa a casa, se enteran de que su hijo y esposo murió apaleado por los agricultores cuando robaba provisiones para sobrevivir. Pronto, Hachi seduce a la joven viuda, quien se escapa de su choza todas las noches para tener relaciones sexuales con él. Cuando la mujer mayor descubre la infidelidad de su nuera, le ruega a Hachi que la deje con ella, ya que no podría matar a los guerreros sin su ayuda. Sin embargo él ignora su petición y continúa viéndose con la joven. Cuando un samurái con una máscara de demonio se topa con la mujer mayor en su choza pidiéndole que lo guíe fuera del campo, ella lo atrae y él cae en el pozo donde ella arroja los cuerpos de sus víctimas. La mujer baja por el agujero para tomar sus posesiones y su máscara, y descubre que es un hombre desfigurado. Entonces ella utilizará la máscara de demonio para atormentar a su nuera y mantenerla alejada de Hachi. Sin embargo, cuando decide quitársela, se lleva una sorpresa.


Ambientada en el siglo XIV, un período brutal de la historia del país nipón, devastado por la guerra civil entre shogunatos rivales, los samuráis, cansados del combate, se ven atraídos hacia los campos de hierba susuki de altura superior a la de un hombre erguido, para esconderse y descansar.
El film está impregnado de emociones primarias, un erotismo oscuro, una frenética banda sonora de Hikaru Hayashi e imágenes impactantes, líricas y macabras a la vez. El pozo al que tiran los cadáveres, es una metáfora del agujero negro que se esconde tras lo que conocemos como sociedad civilizada.
Kaneto Shindô, uno de los directores más prolíficos de Japón, obtuvo su mayor éxito internacional con el estreno de Onibaba en 1964. Su representación de la violencia y la sexualidad gráfica no tenía precedentes en el momento del estreno, Shindô logró, a través de su propia productora, sortear las estrictas normas de la industria cinematográfica japonesa.




jueves, 12 de junio de 2025

CUENTOS DE LA LUNA PÁLIDA

 


Durante la guerra civil que asola Japón en el siglo XVI, los aldeanos Genjurô (Masayuki Mori) y Tôbei (Eitarô Ozawa) pretenden hacer fortuna: Genjuro como alfarero y Tobei como samurai. Ambos dejan a sus esposas abandonadas para cumplir con sus ambiciosos sueños. La misteriosa Lady Wakasa (Machiko Kyô), otra víctima de la guerra, se cruzará en el camino de Genjuro.


Conforme rezan los títulos de crédito, el guion se inspira en cuentos del autor japonés Ueda Akinari, que vivió a caballo entre los siglos XVIII y XIX (concretamente dos cuentos incluídos en su libro Cuentos de lluvia y de luna). 
"Ugetsu Monogatari", de Kenji Mizoguchi, se considera su obra maestra por su profundidad temática, su maestría visual y su resonancia cultural. La estructura de la película es episódica, reflejando la tradición narrativa de los monogatari (relatos narrativos), pero el maestro japonés unifica los episodios mediante paralelismos temáticos y un retorno cíclico a la aldea, simbolizando el retorno a la humildad y a los valores familiares tras las desafortunadas aventuras de los hombres. La película combina realismo histórico con elementos sobrenaturales, explorando temas como la avaricia, las dificultades de la clase humilde, la devastación de la guerra, la opresión de la mujer y su rol en la sociedad, a la vez que ofrece una conmovedora crítica del orgullo masculino y los valores sociales en el Japón feudal.


Fantasmas y espectros se evocan en escenas imaginarias, y la fantasía y la realidad son inseparables, convirtiendo la estilísticamente soberbia película de Mizoguchi en un poderoso estudio de psicología y una intensa tragedia.
La fotografía del film, utiliza de manera soberbia los claroscuros, las sombras chinescas y el ambiente tenebroso de la niebla en algunas de sus secuencias.
Es un relato con moraleja, pero ¡qué bien se mueve Mizoguchi incluso en el melodrama!, consiguiendo no resultar empalagoso en ningún momento.
Al parecer el final que figuraba en el guion era bastante más cruel y pesimista, seguramente más cercano a la propia naturaleza humana, pero los productores pidieron al realizador que acabara con algo más complaciente y Mizoguchi estuvo de acuerdo, envolviendo las escenas crudas y tristes del desenlace con cierto aire poético y dejando un mensaje de esperanza en el destino futuro.




miércoles, 11 de junio de 2025

EL ROSTRO AJENO

 


Un hombre con el rostro desfigurado en un incendio en un laboratorio, convence a su médico para que le diseñe una máscara realista, inspirada en un completo desconocido, totalmente distinta a su propio rostro. Poco después de confeccionar la máscara, seduce con éxito a su esposa, pero se enfada al verla enamorada de su otro yo, a pesar de que ella le aclara que le había reconocido. Preocupado por su aspecto y por cómo la máscara parece influir en su identidad, empieza a cuestionárselo todo.


El polifacético escritor, guionista, fotógrafo e inventor japonés Kôbô Abe, adapta su propia novela Tanin no Kao (1964), en la que explora la identidad del individuo.


La narración principal corre en paralelo a otra en la que una mujer con el rostro desfigurado, acepta su físico tal como es sin tratar de esconderse tras una máscara como hace el protagonista. Sin embargo, en ambos casos el resultado es bastante pesimista. 
El film es una metáfora sobre la identidad en una sociedad en que ésta se diluye en la masa. Con tintes kafkianos y abstractos, como en otros films de Hiroshi Teshigahara, llama la atención la plasticidad de las escenas y la originalidad de la puesta en escena, así como su habilidad para la composición de llamativos planos, con una magnífica escena final llena de simbolismo.