LA RULETA DE LA MUERTE (LA CANCIÓN DE LOS ACUSADOS)

 

Phil Brant (Bruce Cowling) y Janet Thayar (Jayne Meadows), piden ayuda a Nick (William Powell) y Nora Charles (Myrna Loy) después de que el director de un grupo musical, Tommy Drake (Phillip Reed), resulte asesinado en un baile de sociedad al que también asistieron Nick y Nora. La policía busca a Brant como sospechoso del asesinato y, aunque él afirma que es inocente, Nick lo entrega a las autoridades, convencido de que estará más seguro en la cárcel. Mientras investigan el caso, Nick y Nora descubren que Drake tenía más de un enemigo, en realidad, hay varias personas que se beneficiaron de su muerte. Nick organiza otra fiesta en el mismo barco en la que Nora nota algo bastante peculiar en una de las joyas de los invitados.

El guion desarrolla una historia original de Stanley Roberts, para la que toma prestados, como protagonistas, al matrimonio formado por Nick y Nora, creados por Dashiell Hammett.

Última de la serie de seis películas alrededor de las figuras del peculiar matrimonio interpretado en la pantalla por los carismáticos William Powell y Myrna Loy. Quizá fuera el momento adecuado para dejarlo todo después de haber explotado, con mayor o menor fortuna, las aventuras protagonizadas por una de las parejas más recordadas de la historia del cine.

UN MARIDO RICO

 

El matrimonio de Gerry (Claudette Colbert) y Tom Jeffers (Joel McCrea) atraviesa por una situación complicada. Tom es arquitecto y se dedica a idear diseños innovadores, sin encontrar inversores que le respalden. Están a punto de ser expulsados de su apartamento cuando Gerry conoce por casualidad a un rico hombre que se dedica al negocio de las salchichas y que visita el apartamento como posible comprador del mismo, aunque Gerry y Tom aún no han sido desalojados, y al enterarse de la situación de la joven, le da 700 dólares para que se ponga al día con sus deudas. Cuando se lo cuenta a Tom, se niega a creer su historia y se pelean. Gerry decide que su matrimonio ha terminado y se dirige a Palm Beach para obtener un divorcio rápido. En el viaje conoce a John D. Hackensacker III (Rudy Vallee), heredero de una de las mayores fortunas del país, que se enamora de Gerry, pero Tom tiene planes para hacer fracasar la aventura de la que aún es su esposa.

Con guion y dirección de Preston Sturges, es tenida por una de las mejores comedias del género conocido como screwball. La película acude a algunos de los estereotipos del género: caídas, persecuciones alocadas, situaciones equívocas, frases de doble sentido y, cómo no, diálogos ingeniosos y punzantes.

Pero también rompe con algunos de esos estereotipos, aquí, por ejemplo, los protagonistas no son un matrimonio rico, sino una pareja de clase media con dificultades económicas, aunque ello no impide que la acción se desarrolle en un ambiente de sofisticación y prosperidad y en entornos que expresan tal situación debido a las personas que conocen y a que la esposa tratará de sacar partido de tales amistades. 

Precisamente la resistencia del marido a tales manejos desagrada a Gerry, que no ve inconveniente en aprovechar la debilidad de los hombres y no pone reparos en utilizar sus encantos para tratar de ayudar a su marido en sus propósitos consiguiendo financiación para sus proyectos, aunque a cambio haya de soportar a los "moscones" a su alrededor. Se pone en cuestión lo relativo a los géneros, ya que los personajes femeninos llevan la voz cantante y dan la impresión de ser mucho más desenvueltos y decididos que sus partenaires masculinos. 

Bajo el aspecto cómico de la historia, está presente una despiadada crítica a las clases altas, poniendo de relieve sus manías y caprichos y ridiculizando su afán por parecer siempre por encima de los menos afortunados. 

Momentos divertidos para un film en el que todo gira alrededor del personaje de Claudette Colbert, toda una estrella en aquellos años y a cuya mayor gloria Sturges concibió esta disparatada comedia.

EL REGRESO DE AQUEL HOMBRE

 

Nick (William Powell) y Nora (Myrna Loy) se dirigen a Sycamore Springs, la ciudad natal de Nick, para pasar un tiempo con sus padres. Su padre, un destacado médico local, siempre estuvo un poco decepcionado con la elección de profesión de Nick en particular y su estilo de vida en general. Con su llegada, la gente del pueblo, incluidos varios elementos criminales locales, están convencidos de que debe haber ido para resolver un caso, a pesar de sus protestas de que solo está allí para descansar y relajarse. Sin embargo, cuando alguien es asesinado a tiros en la puerta de su casa, Nick se encuentra trabajando, lo quiera o no.

Aunque la historia es original para la película, el guion introduce en ella, como protagonistas, a la pareja creada por Dashiell Hammett para su novela The Thin Man (El hombre delgado).

Más de lo mismo en esta nueva entrega en la que el famoso matrimonio da muestras de su ingenio en los diálogos cargados de fino humor. La narración incluye elementos costumbristas que dan idea de situaciones que se daban en la vida diaria del país en aquellos años, en plena Guerra Mundial.

La historia policiaca mantiene la intriga, pero la verdad es que su resolución resulta un tanto rebuscada.

LA SOMBRA DE LOS ACUSADOS

 

Las esperanzas de Nick (William Powell) y Nora (Myrna Loy) de pasar una tarde agradable en el hipódromo local se desvanecen cuando encuentran a un jockey muerto a tiros en el vestuario. El amigo de Nick, el teniente Abrams (Sam Levene), quiere que lo ayude, pero Nick disfruta demasiado de la buena vida como para involucrarse. Sin embargo, los acontecimientos adquieren un nuevo giro cuando la pareja va a presenciar una velada de lucha precisamente el día en que se comete otro asesinato.

El guion toma prestados a los personajes de Nick y Nora Charles creados por Dashiell Hammett para su novela The Thin Man (El hombre delgado).

El film supuso el debut cinematográfico de Ava Gardner que aparece fugazmente en la película.

El argumento policiaco aquí sí que cobra un papel absolutamente secundario, incluso diría yo que se llega a hacer un poco pesado, con tantas idas y venidas, giros no demasiado logrados y un final que parece para salir del paso. Todo lo contrario que las interpretaciones de los dos protagonistas y los ingeniosos diálogos que inciden en la guerra de sexos, con esas "cariñosas" puyas que se lanza la pareja, cargadas de ironía y algunas secuencias realmente divertidas, aunque un poco por debajo del nivel de alguna de las otras películas de la saga.

OTRA REUNIÓN DE ACUSADOS

 

El coronel MacFay (C. Aubrey Smith), invita al matrimonio Charles a pasar un fin de semana en su casa de campo y les manifiesta la sospecha de que quieren asesinarle. Desgraciadamente, su temor se hace realidad y Nick (William Powell) está entre los sospechosos, pero Nora (Myrna Loy) tiene sus propias ideas sobre el caso y se escabulle dentro de un club para buscar pistas.

El guion adapta el relato de Dashiell Hammett, "El crimen de Farewell" ("The Farewell Murder"), publicado por primera vez en la revista pulp Black Mask. La película, no obstante, cambia al protagonista, que pasa de ser un detective que trabaja para la agencia de detectives Continental, al matrimonio formado por Nick y Nora.

Humor cargado de sarcasmo, un crimen con diversos sospechosos y pistas que nos hacen dudar de quién pueda ser el asesino, una narración ágil y dinámica, secundarios que interpretan correctamente sus papeles y la presencia de la pareja protagonista, aseguran el entretenimiento para el espectador. Quizá lo menos logrado sea el desenlace, explicado de forma un tanto embarullada y con fundamentos interesados.

Atención al baile que se marcan los rumberos cubanos René & Stella a ritmo del “Siboney” de Ernesto Lecuona (entonces en Estados Unidos no se hablaba de "Son", se hablaba de "Rumba", generalizando bajo esa palabra todo lo que sonara cubano, aunque en esencia, distara mucho de los patrones rítmicos y esenciales de ese género maravilloso surgido en los barrios empobrecidos de La Habana y Matanzas).

UN PEZ LLAMADO WANDA

 

Georges Thomason (Tom Georgeson), su seductora novia estadounidense, Wanda Gershwitz (Jamie Lee Curtis) y su socio Ken Pile (Michael Palin) están planeando un robo de diamantes que debería reportarles 13 millones de libras esterlinas. Planean salir de Inglaterra con la mercancía después del atraco. Por recomendación de Wanda, solicitan la ayuda de su hermano Otto West (Kevin Kline), experto en armas, para este atraco. En realidad, Otto no es el hermano de Wanda, sino su último amante, un tonto egocéntrico que se se cree intelectual porque lee a Nietzsche y no tolera que nadie le llame estúpido. Wanda tiene debilidad por los hombres que hablan otro idioma y es por eso que Otto logró convertirla en su amante hablando italiano para seducirla. Wanda y Otto planean traicionar a Georges haciendo que lo arresten, mientras ellos se fugan con las joyas. Wanda planea además traicionar a Otto eliminándolo después de que ella tenga las joyas. Logran su propósito de que arresten a Georges, pero una vez en la cárcel, descubren que él ha protegido su inversión cambiando las joyas de su ubicación acordada a un lugar que solo él conoce. Wanda tiene su propio plan para alcanzar su objetivo final: seducir al abogado defensor de George, Archie Leach (John Cleese), y descubrir el secreto de George sobre el escondite de las joyas. Archie puede ser presa fácil para Wanda, ya que su esposa Wendy (Maria Aitken) le presta poca atención. Otto podría arruinar los planes de Wanda si descubre lo que está maquinando.

Aunque el grupo ya se había disuelto, aquí estaba alguno de sus miembros y esta película parece como si fuera uno de los últimos coletazos de los Monty Phyton.

Una divertida comedia de crímenes, robos y enredos en la que lo de menos es el argumento que puede pasar por una mera disculpa para hacer avanzar la historia, con algunos gags, situaciones y diálogos realmente conseguidos, alguno de los cuales te lleva a la carcajada.

ATRAPADO EN EL TIEMPO

 

Phil (Bill Murray), el hombre del tiempo de una cadena de televisión, acude un año más a Punxstawnwey, para cubrir la información del festival del Día de la Marmota. En el viaje de regreso, Phil y su equipo se ven sorprendidos por una tormenta que los obliga a regresar a la pequeña ciudad. A la mañana siguiente, al despertarse, comprueba atónito que comienza otra vez el Día de la Marmota.

La película se basa en una historia del dramaturgo y guionista estadounidense Danny Rubin. Él mismo y el realizador del film Harold Ramis (que también tiene un pequeño papel en la película), son los responsables del guion que adapta el relato original.

Hay una frase que repiten como un mantra famosos o personas de cierto relieve, esos que suelen ser entrevistados en los medios de comunicación, que siempre me ha hecho mucha "gracia": "No me arrepiento de nada de lo que he hecho en mi vida" ¡Caramba!, hay que estar muy seguro de uno mismo para afirmar tal cosa. Cuando la oigo o la leo (muy a menudo lo repiten), me lleva a pensar que o bien se trata de una fórmula de autoafirmación, o es que realmente están convencidos de ser tan perfectos o que la falta de humildad es uno de los rasgos de su personalidad, porque yo sí que me arrepiento de muchas cosas, quizá decir que todos los días me arrepiento de algo sería exagerado, pero es cierto que hay cosas de las que he hecho (o dejado de hacer) o formas de actuar que he tenido en determinado momento que, con la experiencia que uno va teniendo, haría de otro modo, eso no quiere decir que el resultado fuera para mejor o para peor, pero sí que no estoy conforme con la forma de actuar que tuve en su momento. Quizá es que soy raro, algo que tampoco descarto. 

El protagonista de la película se arrepiente de unas cuantas cosas y la situación que vive, repetir un día y otro las mismas situaciones, le permite cambiar aquello que hizo y con lo que no estaba conforme o cambiar su forma de actuar con relación a quienes le rodean y eso le hace mejor. Mejor persona, por un lado, pero también más valorado por aquellos que conviven con él y más a gusto con su propia forma de ser. También le lleva a cometer locuras, de esas que no nos hemos atrevido a hacer por la educación recibida o porque nos da vergüenza tener ciertos comportamientos en público, aunque nos hubiera apetecido un montón ser algo transgresores en ciertas circunstancias. Este es el gran mensaje del film en el que guion y realización han sabido conjugarlo con un humor muy conseguido que lo convierte en una de esas películas que no se te olvidan por lo bien que lo has pasado viéndola. 

Film muy divertido, con un mensaje mucho mucho más profundo de lo que la fachada de comedia (tan lograda que a veces te hace olvidar lo que hay detrás) puede sugerir si solo te quedas en eso.

LAS TRES NOCHES DE EVA

 

Al regreso de su estancia de un año en la selva amazónica estudiando las serpientes, el adinerado y nada sofisticado Charles Pike (Henry Fonda), heredero de la fortuna de la empresa familiar, conoce en el barco a Jean Harrington (Barbara Stanwyck), una jugadora profesional que, junto a su padre, se dedica a hacer trampas con las cartas. Ambos se enamoran, pero un malentendido provoca que se separen en términos nada amistosos. Para vengarse de él, Jean se hace pasar por una dama inglesa que se hace llamar Lady Eve Sidwich. Cuando Charlie conoce en una fiesta a Lady Eve, queda sorprendido de su parecido con Jean, mientras ésta se dedica a atormentarlo y burlarse de él.

 

El guion se basa en la historia "Two Bad Hats", del dramaturgo y actor irlandés Monckton Hoffe. El vestuario, en el que se incluyen la variedad de exquisitos modelos que luce la protagonista, corrió a cargo de la sin par Edith Head.

 

Preston Sturges, un realizador seguramente menos valorado de lo que merece su trayectoria, se mueve como pez en el agua en esta comedia romántica que bajo el paraguas del humor contiene grandes dosis de crítica social, poniendo en evidencia la hipocresía de la clase alta neoyorkina y sus estereotipos de egoísmo y comportamientos snobs. Con una gran carga erótica amparada en el humor para poder pasar el filtro del estricto código ético de Hollywood, las tres escenas de seducción resultan adelantadísimas para su tiempo, pero es que la primera de ellas, contiene momentos de alto voltaje que aún no se explica uno cómo pudieron eludir la censura y es que parecen un manual de sensualidad y erotismo. Resulta también muy llamativo el cambio de roles, con un pusilánime, torpe e inexperto protagonista masculino y una mujer que toma la iniciativa y da la imagen de tener mucho más mundo que su partenaire. 

Diálogos ingeniosos, malos entendidos, situaciones que recurren al humor alocado y un reparto que se desenvuelve de manera brillante alrededor de la verdadera protagonista en torno a la cual gira toda la acción y es que Stanwyck está soberbia y arrebatadora.

ELLA, ÉL Y ASTA

 

Es fin de año, y Nick (William Powell) y Nora Charles (Myrna Loy) han regresado a la costa Oeste, a San Francisco, tras pasar sus vacaciones de Navidad en Nueva York. El matrimonio está invitado a cenar con la muy aristocrática tía de Nora, Katherine (Jessie Ralph), que adora a su sobrina, pero detesta a Nick, debido a su origen plebeyo. Allí descubren que Robert (Alan Marshall), el marido de la prima Selma (Elissa Landi), lleva tres días desaparecido y Nick accede a regañadientes a buscarlo, descubriendo que ha estado teniendo una aventura con la artista de cabaret Polly (Penny Singleton). Pero el caso da un giro cuando le disparan a Robert y acusan a Selma de asesinato.

El guion se basa en los personajes de Nick y Nora Charles, creados por Dashiell Hammett para su novela The Thin Man (El hombre delgado). Aunque Hammett nunca escribió una continuación de este libro, la pareja protagonista daría lugar a una exitosa serie de seis película, de la que esta es la segunda.

El misterio y las complicaciones de la trama juegan un papel secundario frente a los diálogos y las brillantes interpretaciones de Powell y Loy, magníficamente secundados, entre otros, por un jovencito James Stewart, todos ellos a la altura, aunque esto no impide que las pistas falsas resulten interesantes de seguir, envolviendo al espectador hasta llegar a conocer al verdadero culpable de los diversos asesinatos que se cometen. Atención a la pequeña historia de infidelidad de la que es víctima Asta, el perrito de los protagonistas, uno de los más ingeniosos y divertidos gags que se han visto en el cine. La película es puro deleite para los amantes del cine del Hollywood clásico.

SE ARMÓ LA GORDA

 

Colección de sketches en formato cinematográfico, recopilados del famoso show televisivo "Flying Circus". 

La película incluye algunos de los episodios clásicos de las dos primeras temporadas del famoso programa que los Monty Python tuvieron en la BBC británica.

A pesar de su reconocible sello y de que los admiradores de su particular humor podrán disfrutar de las parodias de estos genios del absurdo, creo que el film no llega a la altura de sus grandes obras para la gran pantalla, resultando una especie de refrito de algunos sketches que también pierden algo de lo que pudimos ver en su programa televisivo.

LOS CABALLEROS DE LA MESA CUADRADA Y SUS LOCOS SEGUIDORES

 

En la Inglaterra del siglo X, el rey Arturo (Graham Chapman) viaja por el campo para encontrar caballeros que quieran unirse a él en la Mesa Cuadrada en Camelot. Reunir a los hombres es una historia en sí misma, pero después de una pequeña fiesta en Camelot, muchos deciden irse solo para ser detenidos por Dios, quien los envía en busca del Santo Grial. Después de una serie de aventuras individuales, los caballeros se reencuentran pero deben enfrentarse a un mago llamado Tim el Encantador (John Cleese), conejos asesinos y lecciones sobre el uso de granadas de mano sagradas.

Parodia de la leyenda artúrica bajo el particular prisma de los Monty Python.

Humor absurdo llevado a su máxima expresión, con una serie de escenas a cual más desternillante y que hará las delicias de cualquier aficionado al humor disparatado, particularmente a los fans de estos genios de la comedia extravagante.

PECADO ORIGINAL

Cuando la agente Faith Mitchell se presenta en casa de su madre Evelyn, capitana de la policía de Atlanta ya retirada, para recoger a su bebé, encuentra una huella sangrienta en la entrada y la casa revuelta. Todo indica que su madre ha sido secuestrada.

Encontrarla se convierte en asunto prioritario para Amanda Wagner, amiga íntima de Evelyn y subdirectora del departamento de policía. El compañero de Faith, Will Trent, la ayudará con la investigación paralela. Las sospechas apuntan a los antiguos compañeros de Evelyn de la brigada de narcóticos, todos ellos condenados por corrupción por quedarse con parte del dinero decomisado en las redadas antidroga; sin embargo, una vecina chismosa proporciona una nueva pista que desvía la investigación hacia un hombre que visitaba a Evelyn varias veces por semana.

Mientras la investigación avanza, el romance entre la doctora Linton y Will Trent, se afianza; Faith intenta mantener la compostura ante la terrible situación que está atravesando y Amanda y Will investigan todos los indicios, incluso aquellos que les llevan a los bajos fondos. La prioridad es encontrar a Evelyn y detener a sus secuestradores antes de que sea demasiado tarde.

Se trata de la tercera entrega de la saga creada por la norteamericana Karin Slaughter protagonizada por la doctora Sara Linton, y los policías Will Tren y Faith Mitchell. En ella, la autora recrea con suma crudeza las situaciones violentas y sabe mantener el suspense a través de los diversos giros que va tomando la investigación. Novela entretenida, con un buen número de personajes que, al principio, puede crear cierta confusión, pero que se va aclarando a medida que los conocemos y se sigue sin mayor dificultad.

 

LA VIDA DE BRIAN

 

La historia de Brian (Graham Chapman), nacido el mismo día que Jesús de Nazaret, cuyas vidas toman caminos diferentes que les llevan a la misma conclusión. Brian se une a un movimiento de resistencia política que pretende expulsar a los romanos de Judea, obteniendo una pírrica victoria cuando consigue llenar de lemas políticos un muro entero en la ciudad de Jerusalén. El movimiento no es muy eficaz, pero de alguna manera Brian se convierte en profeta y consigue tener sus propios seguidores. Sin embargo, su destino está sellado y vive una vida muy corta.

La película es algo más que una mera sucesión de gags, la historia adquiere continuidad con la presencia de Brian y la sucesión de desdichas, equívocos, situaciones comprometidas y divertidas que le van sucediendo. Una parodia sobre las religiones en general y los fanatismos en particular, pero también sobre la política y los partidos, sus disputas y divisiones algunas veces sobre diferencias de conceptos tan nimias que vistas desde fuera dan pena más que risa.

Seguramente estamos ante la obra capital de los Monty Python, con sus diálogos y situaciones tan conseguidos y sus sketches a cual más divertido, hasta el punto de que al aficionado le resulta complicado quedarse con uno y que han trascendido hasta a la misma película, pues incluso quien no la haya visto, conoce alguno de ellos.