martes, 30 de abril de 2019

HISTORIA (AMMIANO MARCELINO)

Ammiano Marcelino, nacido en Antioquía hacia el año 330 de nuestra era, fue oficial de Constancio II, hijo de Constantino y de Juliano el Apóstata, y luchó en Oriente y Occidente. En el año 363 se retiró de la vida militar y se propuso continuar la Historia del Imperio Romano partiendo del punto en que la había dejado Tácito y siguiendo su estilo y método de escritura. Gran parte de esta obra se ha perdido, pero afortunadamente se conservan los libros que narran los sucesos contemporáneos en los que el autor tuvo parte activa, lo que les da un gran valor de documento histórico. A pesar de ser griego escribía en latín, con un estilo bastante pulcro y tiende a imitar a Cicerón y a Saluntio y, sobre todo, como queda dicho, a Tácito.
Su narración tiene gran vivacidad y sabe recoger los detalles significativos, demostrando grandes dotes de observador, sabiendo captar la psicología de los personajes.
Detalles que incluyen acciones tácticas, como cuando, junto a una turma de jinetes huía de un enemigo mucho más numeroso que les estaba dando alcance, sin posibilidad alguna de escapatoria, al estar atravesando una gran llanura poblada de hierba rala y, aunque de noche, había luna llena. El asunto se resolvió así: En este apuro se imaginó atar una antorcha encendida en el lomo de un caballo y abandonarlo, después de dirigirlo hacia la izquierda, mientras nosotros nos dirigíamos, por la derecha, a las montañas.
O cuando relata detalles geográficos, etnográficos o de historia natural, como cuando incendiaron un amplio territorio entre el Éufrates y el Tigris para dejar tierra quemada al enemigo y nos dice: En aquel incendio perecieron multitud de fieras, en especial leones, que en aquel país son extraordinariamente feroces.
Amiano escribió su obra con el título de Res gestae, que abarcaba la historia de Roma imperial, desde el ascenso de Nerva (96 d.C.) hasta la muerte de Valente en la batalla de Adrianópolis contra los godos (378 d.C.). dividida en 31 libros, de los que se han perdido los 13 primeros.
La obra de Amiano ha perdurado a través del tiempo, influyendo en autores posteriores en aspectos varios, entre ellos la visión favorable que ofrece del emperador Juliano, sobre cuya figura se han escrito novelas, poemas y dramas (el de Ibsen, titulado Emperador y Galileo) en distintas épocas, hasta llegar a nuestros tiempo con la que quizá sea la obra más conocida, la novela histórica Juliano el Apóstata, del norteamericano Gore Vidal.
De Juliano dice: Por la prudencia se le ha comparado con Tito; por sus triunfales expediciones, con Trajano y por la clemencia, con Antonino. Perseverante tendencia a la perfección ideal, le haría semejante a Marco Aurelio...
...el sello más sensible del alivio que su presencia llevó a las extraordinarias miserias de la Galia es que, a su llegada, el tributo medio era de veinticinco monedas de oro por cabeza, y cuando abandonó el país, no se pagaban más que siete por todo impuesto. Así el pueblo, en alegre entusiasmo, le comparaba con un astro benéfico que se le había aparecido en medio de las nieblas más densas.



lunes, 29 de abril de 2019

SORRY TO BOTHER YOU

Cassius Green (LaKeith Stanfield) o, como le llaman coloquialmente, “Cash”, es un joven negro sin dinero, que gracias a los consejos de un veterano vendedor profesional, descubre una clave mágica para el éxito en su trabajo, que consiste en utilizar lo que llaman “voz de blanco”, que hace que su voz cambie por completo y tome otra actitud a la hora de vender, lo que le impulsa a un universo macabro de vendedor telefónico de gran éxito, que le transporta a la gloria material.
Pero el ascenso en la carrera de Cassius provoca serios enfrentamientos con su novia Detroit (Tessa Thompson), una artista de performance y luchadora en pro de un salario digno, que forma parte de un colectivo activista. Mientras, sus amigos y compañeros de trabajo se organizan, creando un sindicato en protesta por la opresión corporativa y como medio para combatir sus malas condiciones laborales. Pero Cassius cae bajo el hechizo del CEO de su compañía, Steve Lift (Armie Hammer), quien le ofrece un salario más allá de sus sueños más optimistas y más para una persona que vive en el garaje de su tío al que debe dinero de la renta y que recurrió a inventar una historia para conseguir su actual trabajo de teleoperador.
No obstante, pronto empezará a plantearse si moralmente la compensa todo el dinero que está ganando a cambio de perder otras cosas en la vida.


Ambientada en Oakland, dotando a la ciudad de un cierto aire de distopía, más evidente en el último tramo del film.
Los asuntos en que se centra la historia son el racismo y el capitalismo salvaje, envueltos en un tono humorístico que tiene algo de negro.
El primero, pone en evidencia que en esta época del post-racismo, no todo está superado y que el modelo de la cultura blanca es el que sigue imperando si se quiere tener cierto éxito en las culturas multirraciales de occidente.
En cuanto al segundo, queda caricaturizada al extremo la forma de actuar de las compañías multinacionales, la deslocalización y el afán de superar los dividendos anteriores al precio que sea, aunque sea humillando a los empleados bajo la excusa de la optimización del trabajo.


Quizá el mensaje, aunque es cierto que nos llega, queda un poco desdibujado por el exceso y en algunos momentos parece como si el guión no se mostrara capaz de resolver de forma más clara y convincente el avance de la narración.
De cualquier modo es de agradecer el intento de buscar fórmulas originales, aunque no nos resulten novedosas y el riesgo que toma el film en algunos de sus pasajes en esa búsqueda de algo diferente.




viernes, 26 de abril de 2019

WILDLIFE (INCENDIOS)

Joe (Ed Oxenbould) es un joven adolescente que se mudó con sus padres a una pequeña ciudad de Montana en 1.960. Su vida está algo por encima de la pobreza que bordea a la clase media, viviendo de un cheque mensual a otro, hasta que ese cheque falta al perder el padre su trabajo como asistente en el club de golf.  Esta situación lleva a que se rompa la autoestima de Jerry (Jake Gyllenhaal), hasta el punto de que parece no querer encontrar un nuevo trabajo, hasta que acepta uno mal pagado y muy peligroso, para intervenir en la lucha contra los incendios forestales en las colinas.
Será el momento que marque el comienzo del naufragio del matrimonio. El trabajo de Jerry le obliga a vivir fuera hasta que lleguen las primeras nieves que extingan por completo los incendios, el muchacho echa de menos a su padre y no acaba de entender muy bien qué es lo que le ocurre a su madre, una mujer luchadora y alegre que consigue un trabajo como instructora de natación, en la que se opera un cambio al que asistimos junto a Joe, pasando de ser la respetable esposa y madre que está acostumbrado a ver en casa, a la joven sensual y rebelde de quien originalmente su padre se enamoró que comienza a sopesar lo que implica aceptar los avances de un vendedor de autos rico, de buen humor y veterano de guerra, cuya propia esposa lo ha abandonado.
Joe seguirá, con una mezcla de miedo y dolor, los acontecimientos que deparan esta especie de divorcio de hecho en el matrimonio y la actitud cada vez más errática de su madre.


El guión, del propio realizador del film, Paul Dano y de su pareja, Zoe Kazan, adapta la novela del mismo título de Richard Ford.
Aunque debutante en la dirección, Paul Dano tiene una larga experiencia como actor, es el jovencito al que vimos en Pequeña Miss Sunshine o, un año más tarde, en Pozos de ambición, por citar alguno de los más de treinta films en que ha participado.


No hay nada extraordinario en esta película y la sencillez de su historia, cómo está contada, la cercanía de sus circunstancia, en la que reconocemos a personas de carne y hueso y las buenas actuaciones de los personajes principales, son su mayor atractivo.
Bastante bien ambientada, la narración transcurre bajo el punto de vista del muchacho, un joven de apenas catorce años al que ha afectado en cierto modo el traslado de domicilio de la familia, que se encuentra sin amigos en su nuevo entorno, buen estudiante, trabajando como aprendiz con un fotógrafo en sus horas libres para ayudar a la maltrecha economía familiar y que, de buenas a primeras se ve obligado a madurar al contemplar cómo los adultos más cercanos, sus propios padres, se comportan como verdaderos niños irresponsable.
La metáfora del incendio permanente en las colinas, como la amenaza que acecha, o los diálogos con su madre, que le trata como un adulto, ante la perplejidad, en algunos momentos, del joven y la sutileza con que está rodada, con algunos planos realmente brillantes, hacen de ella, una película que merece la pena ver.




jueves, 25 de abril de 2019

GRAVITY

La tripulación del Space Shuttle Explorer está trabajando en la misión STS-157. El comandante de la misión Matt Kowalski (George Clooney), la ingeniero médico Dra. Ryan Stone (Sandra Bullock), que se encuentra en su primera misión espacial, y el ingeniero de vuelo Shariff Dasari (Phaldut Sharma) realizan una caminata espacial cuando son alertados desde el control de Houston, que acaba de ocurrir una explosión en un satélite ruso. Antes de que la tripulación pueda hacer algo al respecto, los escombros de la explosión se precipitan hacia el Explorer, dañando irreparablemente el transbordador y la estación, matando inmediatamente a toda la tripulación excepto a Kowalski y a Stone, y eliminando al menos las comunicaciones entrantes con el control de Houston, aunque no tienen idea si hay aún comunicación saliente.
Los dos se quedan en una posición precaria, ya que Stone se descolgó de los elementos que la unían a la nave y el oxígeno va disminuyendo rápidamente, lo que significa que Kowalski tiene que recuperarla rápidamente si quiere tener alguna posibilidad de supervivencia. Incluso si él puede recuperarla y conseguirle algo de oxígeno, tienen la difícil tarea de tratar de llegar a otro satélite para servirse de cualquier equipo que tenga a mano, y de ahí en última instancia volver a la Tierra. A lo largo del proceso, a menudo están solos, sin que el otro pueda reparar el sentimiento extremo de aislamiento, lo que les obliga a ir tomando decisiones individuales pensando en lo que es mejor para cada uno de ellos y para su compañero.


Multipremiada película de Alfonso Cuarón, coautor también del guión junto a su hijo Jonás.
Film que para muchos ha sido sobrevalorado, su historia es bastante simple y tampoco es que haga despertar demasiada empatía con el espectador, con unos giros bastante previsibles y, quizá, demasiado vulgares.
Su calidad técnica es, sin duda, lo más destacable, con un trabajo de edición que se extendió, nada menos, que a lo largo de más de cuatro años..
Muy comentada la escena final, con una Sandra Bullock emergiendo del agua como una reencarnación del origen de la vida sobre la tierra, cual si de los primeros reptiles se tratara, que tampoco tiene demasiado de llamativo.


Que la película sea mejor o peor queda al gusto de cada cual, pero más que una historia, es toda una experiencia visual que para apreciar en todo su esplendo, es casi obligado ver en 3D.




miércoles, 24 de abril de 2019

DAMSEL

La historia es protagonizada por Samuel Alabaster (Robert Pattinson), un próspero hombre de negocios que se aventura a cruzar el territorio estadounidense para casarse con el amor de su vida, Penélope (Mia Wasikowska). Samuel atravesará el salvaje oeste con un borrachín metido a predicador llamado Parson Henry (David Zellner) y un pequeño caballo llamado Butterscotch (Mantequilla). Lo que parecía un simple viaje, se tornará en una historia traicionera que borrará los límites entre héroe, villano y damisela.
Damsel es un hombre civilizado y parece totalmente fuera de lugar en su nuevo entorno y cuando se ve obligado a asumir el papel de pistolero, no tiene ni idea de cómo hacerlo, ni posee ninguna de las características que tradicionalmente se asocian a ello.
Por otro lado, su Penelope no necesita ser salvada de ningún secuestro y el ministro que le acompaña tampoco es lo que parece. La enamorada de este relato sólo existe en la cabeza del falso protagonista inicial, que se la ha apropiado. Su punto de vista es el predominante, el único verdadero, hasta que ella por fin puede tomar la palabra.
A partir de aquí descubrimos que Penélope no es precisamente la de Homero, destruyendo por completo el punto de vista elaborado hasta ese momento —aunque lo fuera de forma un tanto patética— e impone el suyo en la narración.


Ya nos va poniendo en situación el preámbulo en la parada de diligencia situada en medio de la nada, entre Parson y un tipo que dice ser predicador, pero que está desengañado y le regala toda su ropa y su Biblia.
A continuación vemos llegar a Samuel a un pueblo del oeste, cargado con su guitarra, su rifle y la pequeña yegua enana "Mantequilla", con la que ha llegado por mar a bordo de un bote. Dice que es un regalo para su prometida.
El caso es que todo nos parece fuera de lugar.


Desde siempre, pero más en las últimas décadas, se ha buscado introducir algo de originalidad en el western que revitalice algo el género que pasa por largos periodos en los que se le da por finiquitado, hasta que de cuando en cuando llega alguna película que lo pone en el candelero de nuevo.
En este caso, los hermanos David y Nathan Zellner, son quienes están al frente de esta especie de deconstrucción de las películas del oeste, en la que además de realizadores, son autores del guión y tienen sendos papeles en el film.


El caso es que pocos espectadores han quedado satisfechos con esta película en la que el papel interpretado por Mia Wasikowska, es de lo poco salvable y si tenemos en cuenta que ella no aparece hasta la mitad de la película, ya que, hasta ese momento, todo lo que sabemos de la chica es por boca de Samuel y se demuestra que es una ficción que se ha montado en su imaginación, pues apaga y vámonos.
La crítica la tachó de bufonada, pseudo-western o farsa sin pies ni cabeza. Y la verdad es que la historia no cuaja y si pretendía ser graciosa, sus chistes no tienen demasiada gracia.




martes, 23 de abril de 2019

JOSÉ ANTONIO: REALIDAD Y MITO

El mallorquín Joan Maria Thomàs, profesor de la Universidad Rovira i Virgili, doctor en historia, investigador del ICREA y miembro de la Real Academia de la Historia, pretende acercarnos a la figura de uno de los personajes de la historia contemporánea española, que ha despertado desde siempre la curiosidad de los historiadores profesionales.
Divide su estudio en cinco grandes capítulos: El primero trata de la familia Primo de Rivera, con el dictador en primer plano. Un tiempo que fue germen de lo que será el futuro devenir del fundador de la Falange. En el segundo, vemos emerger la figura de José Antonio con esa dualidad que supone, por un lado, ser hijo del dictador y, por otro, buscar su propio camino, ya que era consciente de que la Dictadura había fracasado por una serie de razones y había que buscar nuevos senderos. En el tercero asistimos a la búsqueda de su ambición política en su camino hasta el poder total a que aspiraba. En el cuarto, explica el ideario fascista de José Antonio y en el último, tras el fusilamiento del protagonista de este trabajo, contemplamos el nacimiento y consolidación del mito creado por el franquismo de forma interesada; el culto más importante después del dedicado a Franco.
El autor quiere hacer un trabajo objetivo, sobre un personaje del que, en sus propias palabras: ni siento animadversión ni siento ninguna empatía. Básicamente se trata de desmontar el mito y reencontrarse con el personaje real, un hombre que no fue tan importante en su momento como se nos ha querido hacer creer y sólo hay que mirar los resultados que obtuvo en la elecciones a que se presentó y en las que solo consiguió su propia acta de diputado cuando se presentó bajo el paraguas de candidaturas conservadoras, con un resultado desastroso cuando Falange Española presentó sus propias candidaturas por separado.
Otra cosa distinta es la repercusión e importancia que tanto su persona, como el partido por él creado tuvieron durante el franquismo, pero ni era el verdadero José Antonio el que construyó el Régimen, ni el partido (FET y de las JONS), era el mismo que diseñó José Antonio, sino un invento del propio Régimen que acomodó a sus intereses.
Está claro que la verdad que nos cuenta el libro es la del propio autor, la que constata, por un lado, es decir, José Antonio fue un líder fascista, pero también la que deduce, porque lo que pudo ser y no fue, debido a su temprana muerte a manos de un pelotón de fusilamiento, son suposiciones, aunque estén fundamentadas.
Un intento, muy bien documentado, por otra parte, de deconstruír el mito, para encontrar a la persona tras la imagen que, durante una parte de su vida y después de su muerte, se creó sobre esa persona. Un trabajo interesante, quizá un tanto académico, lo que es posible que dificulte que lectores de tipo medio o menos interesados en el tema, puedan acercarse a la lectura del mismo como divertimento histórico.
Además, tampoco aporta nada que no se sepa ya, incluso desde hace muchos años, pues deducciones como las que hace el autor, podían hacerse perfectamente a la luz de las Obras Completas de José Antonio, o de algunos de los libros sobre su figura publicados en pleno franquismo a poco espíritu crítico que se tuviera, aunque hubieran pasado por el tamiz de la censura.
Innumerables y largas citas de obras del protagonista y de otros, algunos sin saber muy bien a qué vienen y reiteración de los mismos argumentos una y otra vez, hacen el libro un poco pesado y difícil de digerir para el gran público, incluso a los que estén interesados en el tema, se les puede hacer difícil de acabar por su falta de aportaciones novedosas.



lunes, 22 de abril de 2019

ASSASSINATION NATION (NACIÓN SALVAJE)

El alcalde de la pequeña ciudad de Salem (Massachussetts), Bartlett (Cullen Moss), es víctima de un ataque cibernético, y se revelan imágenes en las que se le descubre participando en una fiesta con scorts masculinos y vistiendo ropa de mujer, lo que tiene mayores consecuencias, si tenemos en cuenta que su candidatura se basó en premisas anti-gays y de apoyo a la familia tradicional.
El alcalde queda tan marcado que se presenta en una conferencia, saca una pistola y se suicida disparándose en la boca.
El director de la escuela, Turrell (Colman Domingo), ve pirateado su teléfono en el que tiene fotografías de su hija menor cuando esta contaba seis años, algunas están hechas en la bañera y la niña está desnuda, pero no deja de ser su hija y ese tipo de fotos las ha tomado todo el mundo alguna vez, sin embargo, rápidamente, desde las redes sociales, se le acusa de pedófilo. Aparece ante un grupo de personas que piensan va a presentar su dimisión, pero en su lugar, Turrel se defiende, declarando que se preocupa por los niños y que no renunciará. La multitud no deja de gritar, de forma amenazadora, pidiéndole que renuncie a su puesto..
Más ciudadanos comienzan a sufrir hackeos en sus aparatos informáticos y gran número de fotografías y datos de vecinos del lugar comienzan a ser filtrados y a hacerse públicos.
Esto hace que la gente pierda la cabeza y se desencadene una verdadera ola de violencia que termina arrastrando a cuatro jovencitas, Lily (Odessa Young), Em (Abra), Sarah (Suki Waterhouse) y Bex (Hari Nef), acusadas de estar tras los robos cibernéticos y perseguidas como si fueran brujas de nuestro de nuestro tiempo.


Al principio, nos da la impresión de que estamos ante una de esas películas con adolescentes un poco pijillas, con looks muy "in", las chicas monas del instituto con una pátina de chicas liberadas y apuntadas al carro del nuevo papel de la mujer en la sociedad.
Imágenes que se suceden sin solución de continuidad, buscando que no tengamos demasiado tiempo para asimilar lo que estamos viendo, música acorde con lo trepidante del ritmo narrativo y mucha pantalla dividida en dos o tres.


Sin embargo, aquello cambia radicalmente cuando Lily Coulson es acusada de estar tras el hackeo multitudinario a los vecinos de Salem y la moderna caza de brujas comienza. Se desata la ira del populacho en esas imágenes que tanto nos recuerdan a los linchamientos del oeste o a las bandas de ciudadanos vengadores, apoyadas por algunos policías o con estos mirando para otro lado. El arsenal de armas que cada vecino tiene en casa (también muy típico), sale a relucir y están deseando darle gusto al gatillo. Las chicas no saben qué pasa y mucho menos, qué hacer ante tanta violencia desatada. Lo ciudadanos han señalado a los culpables que, en realidad, son ellos mismos, pero eso no lo van a reconocer y una vez hallada la víctima propiciatoria, ella (ellas en este caso), será quien pague para calmar conciencias.


Se ha dicho que la sociedad norteamericana es pervertida en la intimidad y puritana en lo público y es cierto que esa actitud es una de las se critican en el film, aunque también se ponen en evidencia muchas más cosas, estas otras extrapolables a cualquier comunidad de la civilización occidental.
Seguramente, la generación llamada milenial entienda mejor algunas de las situaciones que se plantean en mundo en que uno se relaciona con cientos o miles de desconocidos y vean con naturalidad estos comportamientos.
Quizá la película se ve desbordada por el exceso a que llega y por la cantidad de temas que aborda (la homofobia, la transfobia, el machismo, la hipocresía de la sociedad...) y se hace un tanto esclava de su pretendida militancia feminista, apostando por unas chicas que se defienden cual nuevas valkyrias, siempre con fondo de comedia gamberra, aunque no lo sea.
Una película que es más de lo que se ve, aunque algunos, dado el formato elegido, se pierdan por el camino, sí es cierto, sin embargo, que te va atrapando hasta que te obliga a acabar de ver en qué y cómo acaba todo aquel pandemonium.




viernes, 19 de abril de 2019

SEARCHING

Tras la desaparición de una niña de 16 años, hija de David Kim (John Cho), la policía abre una investigación asignando el caso a la detective Rosemary Vick (Debra Messing).
Pero tras 37 horas sin que aparezca ningún indicio, David decide buscar en el único lugar en el que nadie ha mirado todavía: el ordenador portátil de su hija. Deberá seguir el rastro digital que su hija ha ido dejando, antes de que desaparezca para siempre.
A través de la pantalla del ordenador, seguimos la vida cotidiana de la familia por medio de los vídeos caseros y las secuencias de video chat. Su vida familiar, aparentemente idílica, cambia radicalmente con la misteriosa desaparición de Margot (Michelle La).
Desde su casa de San José, California, David Kim mira fotografías y videos antiguos de su hija y su difunta esposa Pamela (Sara Sohn), quien murió de linfoma casi dos años antes, después de lo cual David y Margot se distanciaron. Esa fatídica noche, Margot se fue a casa de un amigo de su grupo de estudio. A la mañana siguiente, David no puede localizarla, pero supone que se ha levantado temprano para ir a la escuela. Más tarde, llama a la profesora de piano de Margot, pero se le informa que la chica había cancelado sus clases hace seis meses. David descubre que Margot se había estado guardando el dinero de las lecciones antes de transferir repentinamente 2.500 dólares a una cuenta eliminada de Venmo.
También logra acceder al Facebook de Margot y habla con sus contactos solo para descubrir que su hija no ha tenido amigos cercanos desde la muerte de Pamela.


Todas la imágenes de la película se nos muestran como vistas a través de la pantalla del ordenador, de cámaras de vigilancia, o de dispositivos móviles y, aunque el film se rodó en apenas trece días, sin embargo, entre la preparación, la animación, el montaje y la edición, transcurrieron dos años, pues, si bien la película muestra sistemas operativos de uso diario que conocemos de sobra o de los que hemos oído hablar, la gran mayoría de las páginas webs que aparecen, fueron creadas partiendo de cero y animadas por ordenador.
A pesar de que aparecen muchos personajes, la mayoría de ellos, apenas lo hace durante unos breves instantes.
El atractivo que pueda ofrecer la propia historia, se ve reforzado por una extraordinaria labor de montaje, un gran trabajo en este aspecto del film.


Por un lado, asistimos a un thriller convencional, en el sentido de que sigue, más o menos, las pautas del género, si bien lo hace de manera original, aunque no novedosa, pues el asunto del apoyo que ofrece la informática actual, ya ha sido empleado en otros films, en esta ocasión, el debutante Aneesh Chaganty, realizador y coguionista del film, dota a su trabajo de personalidad propia, ofreciendo una historia bien hilvanada, sin cabos sueltos y en el que todo va encajando para que el final nos resulte más o menos, bastante creíble o, al menos, posible en la vida real.
Por otra parte, queda patente lo expuestos que estamos en nuestro mundo a que cualquiera se pueda meter en nuestras vidas, con la cantidad de información personal que circula por la Red y el peligro que corren los jóvenes (y todos en general), de ser engañados, atraídos, estafados o algo peor, por personajes ficticios a los que creemos reales y que nos van a llevar a su terreno sin que seamos conscientes hasta que sea demasiado tarde.
Y, aunque tratado como de pasada, también queda clara la crítica hacia esas mismas redes sociales en las que todo tipo de personas se ponen a opinar, o peor aún, lanzar dictámenes, sin tener ni idea de lo que está ocurriendo realmente o de las circunstancias de los afectados. Vemos en uno de los momentos de la película, como en uno de los foros que consulta el padre, se le acusa de ser el culpable de la desaparición y posible muerte de su hija y una de esas personas, cuando se va conociendo toda la verdad, de la manera más hipócrita, pero convencida de lo que hace, le ofrece sus oraciones por él y por la niña.


Lo que en principio parece que va a ser una película sobre el drama que vive una familia al perder a la madre víctima del cáncer, pronto da un giro inesperado, para llevarnos por el camino de una intriga bien construída en torno a la desaparición de una joven y el drama que vive su padre en su inasequible esfuerzo por encontrarla a pesar de los innumerables obstáculos que ha de sortear.
Además de las controversias sobre las redes sociales y los personajes que las pueblan, surgen las preguntas típicas sobre hasta qué punto conocemos a nuestros hijos adolescentes.
Muy entretenida, como hemos repetido, bastante bien construída y con unos cuantos giros, bien llevados y que revitalizan, en cada momento, el pulso de la narración en la que nos vemos atrapados desde el inicio.




jueves, 18 de abril de 2019

SOLO DIOS PERDONA

Diez años atrás, Julian (Ryan Gosling), coemtió un crimen y tuvo que huír de los Estados Unidos. Ahora dirige un club de boxeo tailandés que, en realidad, sirve de tapadera para el tráfico de drogas.
Respetado por el inframundo criminal, en el fondo, se siente vacío.
Cuando Billy (Tom Burke) el hermano de Julian, viola y mata de manera salvaje a una prostituta de 16 años, entra en acción Chang (Vithaya Pansringarm), un extraño policía jubilado muy respetado por sus compañeros y conocido como El ángel vengador.
Chang permite al padre de la niña, matar al asesino de la chica, para luego restaurar el orden cortando la mano derecha del hombre.
Crystal (Kristin Scott Thomas), la madre de Julian, jefa de una poderosa organización criminal, llega desde Estados Unidos, para repatriar el cuerpo de su hijo muerto, llena de odio y deseo de venganza, exige a Julian la cabeza de los asesinos, aunque tenga que descender a los infiernos.
Cada vez más obsesionado con Chang, Julian le desafía a una pelea de boxeo con la esperanza de derrotarle y encontrar su liberación espiritual, pero Chang, mejor luchador, finalmente, consigue la victoria.
Una furiosa Crystal, planea la venganza, el escenario está listo para un viaje sangriento a través del odio y la traición que conducen a una confrontación final y la posibilidad de redención.


El sonoro abucheo con que fue despedida cuando se proyectó en el Festival de Cannes, nos da una pista de las reacciones que puede provocar en el público esta cinta de innegable calidad visual.
Desde acendrados defensores que culpan a aquellos a quienes no gusta, de no entender el mensaje de Nicolas Winfing Refn, hasta quienes la clasifican, sin tapujos, de pretenciosa.
El propio realizador y guionista del film, explicó que tuvo la idea de la película mientras su esposa estaba embarazada de su segunda hija. Se sentía muy existencialista y sentía que tenía mucha rabia y violencia en él, pero no sabía cómo dejarlo salir. De repente, tuvo la idea de que la persona definitiva para tener todas las respuestas a las preguntas existenciales y los problemas de la vida era Dios y se imaginaba que tenía una pelea física con Dios.
Con un Ryan Gosling más hierático que nunca, seguramente por exigencia del director, al parecer se sometió a un riguroso entrenamiento de Muay Thai durante dos horas al día, cuatro días a la semana con el maestro de Muay ThaiKiu Puk, y una dieta tradicional tailandesa para entrenar para este papel, sobre todo la escena de la pelea, uno de los momentos que pretenden ser claves en el film. Yo creo que podía haberse evitado tan encomiable como engorroso trabajo, pues en el combate con Chang, no consigue propinarle ni un solo golpe.
Los personajes, sobre todo el policía y el protagonista, se mueven como si un pie pidiera permiso al otro para caminar, volviéndose de una lentitud exasperante por no decir cómica.
La actuación de Kristin Scott Thomas, ampliamente alabada, si acaso llama la atención porque la actriz demuestra su capacidad camaleónica, saliéndose de los papeles a los que nos tiene acostumbrados, pero también resulta excesivamente caricaturesca a mi parecer.
Otro aspecto destacable del film (digo destacable, no que esté bien o mal, que para eso están los gustos de cada cual), es la carga de violencia sádica, con esa larga escena de tortura en tiempo real, no apta para estómagos delicados por lo cruel y explícita.


El realizador danés en lo que para algunos es todo un alarde de pretenciosidad que disfraza el endeble hilo argumental, quiere envolver la historia con un fondo freudiano en el que juega con el complejo edípico del protagonista traumatizado por haber asesinado a su padre y por la dominación a la se ve sometido por su madre.
No entremos ya en detalles discutibles, de esos que a unos encantan y a otros decepcionan por ridículos, como la catana (o similar, que no conozco el nombre exacto del arma), que se saca el expolicía de la espalda cada vez que va a ejecutar una venganza, sin que sepamos muy bien donde la lleva alojada; la mágica desaparición, como si se hubiera esfumado, cuando le está siguiendo Julian, o las canciones que canta Chang en esa especie de karaoke, con los policías como público.
La película es todo un verdadero prodigio estético, pero el resto de sus valores, si los tuviere, serán difíciles de apreciar por el espectador medio.




miércoles, 17 de abril de 2019

BLINDSPOTTING (PUNTO CIEGO)

Collin Hopkins (Daveed Diggs), un hombre negro que trabaja para una compañía de mudanzas, vive los últimos tres días de su libertad condicional de un año, a la que fue condenado tras estar dos meses en la cárcel. Entre las muchas restricciones contenidas dentro de su situación de libertad vigilada, está vivir en una casa de transición que tiene sus propias reglas adicionales, por ejemplo, ha de volver antes de las once de la noche, no puede viajar fuera del Condado de Alameda y no tener ningún enfrentamiento con la policía. Contravenir cualquiera de estos artículos puede ampliar el tiempo de su libertad condicional o peor, enviarle de vuelta a la cárcel. Collin, cuyo delito fue en gran medida una circunstancia inesperada, quiere hacer lo correcto y llevar una vida recta. Haber superado los primeros 362 días, no supone una garantía de que lo logrará hasta el final, debido al entorno en el que vive, que incluye a personas como él, de una posición socioeconómica muy baja. Una de las mayores amenazas es Miles Jones (Rafael Casal), su mejor amigo desde que eran niños y su compañero en el trabajo de mudanzas. Miles, un caucásico, siente que tiene algo que demostrar por ser blanco y vivir en West Oakland, algo que Collin no tiene por qué demostrar por ser negro. Pero lo que podría ser aún mayor amenaza para Collin es haber presenciado cómo un oficial de policía dispara hasta matar, a un hombre negro que estaba huyendo justo la tarde del antepenúltimo día de su libertad condicional. Aparte de todo esto, Collin intenta reconducir su relación con Val (Janina Gavankar), su novia antes de su encarcelamiento, que trabaja como supervisora y recepcionista en la compañía de mudanzas y que fue la que le consiguió el trabajo.


La película se abre de forma llamativa y los títulos de crédito iniciales aparecen sobre una sucesión de imágenes a los sones del Libiamo ne’lieti calici, de La Traviata, quizá la pieza de ópera más reconocida a nivel mundial. A partir de ahí, en muchos momentos del film, la música que le acompaña son ritmos de rap.


Las diferencias raciales y la gentrificación, son los dos asuntos que centran el argumento del film.
Por un lado vemos que, por mucho que se esfuerce, Collin siente sobre sí el miedo a ser tratado diferente por ser negro. Siempre que, junto a su amigo, se mete en algún problema, lo que la gente recuerda es que había un negro peleando, como si Miles no estuviera allí y también hubiera intervenido en el altercado.
En cuanto al entorno, eso que se conoce como gentrificación, un problema que atañe al barrio donde viven ambos y que viene caracterizado por la transformación, a partir de la construcción o rehabilitación de las antiguas viviendas de la zona, que llevan a ella a nuevas clases sociales con mayor capacidad económica. La construcción de nuevos espacios comerciales, acaba con el pequeño comercio y todo este cambio afecta a las personas que vivían antes en el barrio, creando situaciones peculiares y, en ocasiones, conflictivas.


Tal vez, los temas que trata la película, muy interesantes, por otra parte, le vienen un poco grandes y, aunque nos transmite el mensaje que desea, se echa de menos una mayor profundidad y, quizá un mejor acabado en el guión, escrito por los dos protagonistas del film que, hay que señalarlo, me parece que consiguen buenas interpretaciones en sus papeles.
De cualquier modo, la película se ve con agrado y resulta entretenida y aleccionadora.




martes, 16 de abril de 2019

EL ÚLTIMO SOLDADO DE LA II GUERRA MUNDIAL (HIROO ONODA)

El 9 de marzo de 1974, el último soldado de la Segunda Guerra Mundial se rendía en la isla filipina de Luban. Se trataba de un oficial de inteligencia del desaparecido Ejército Imperial, el teniente Hiroo Onoda. Durante treinta años, Onoda se había atrincherado en una serie de cuevas en la impenetrable jungla de la isla. Al inicio, formaba parte de un pelotón integrado por cuatro hombres, pero a la postre se quedó solo. Al teniente Onoda se le había ordenado permanecer en su puesto hasta que fuera relevado; ni la rendición ni el suicidio eran opciones aceptables, habían enfatizado sus superiores. El teniente Onoda subsistió en la isla con frutas, pescado y algún cerdo salvaje que lograba capturar, sorprendentemente en un entorno hostil de mosquitos y fiebres tropicales, solo tuvo que guardar cama en una ocasión.
A pesar de los esfuerzos periódicos que se hicieron por parte de familiares y funcionarios japoneses para convencerles de que la guerra había terminado, los miembros del grupo de soldados, pensaban que se trataba de añagazas del enemigo para obligarles a abandonar sus escondrijos. En 1965 Onoda y su único acompañante, Kinschichi Kozuka, sustrajeron una radio de una granja y lograron sintonizar emisiones procedentes de Australia. Con asombro escucharon los acontecimientos que tenían lugar ese año, pero se convencieron de que aquellas emisiones formaban parte de un plan norteamericano para obligar a los soldados japoneses a revelar sus posiciones.
Kozuka falleció como consecuencia de una escaramuza con la policía filipina y Onoda quedó solo. A principios de 1974, un joven aventurero japonés llamado Norio Suzuki logró dar con Onoda. "¿Qué puedo hacer para persuadirle de que abandone la jungla?", le preguntó. "El comandante Taniguchi es mi superior -respondió Onoda-. No me rendiré hasta que no reciba órdenes directas suyas". Suzuki averiguó que Taniguchi seguía con vida, ambos volaron a Luban y se encontraron con Onoda en un lugar prefijado. Taniguchi saludó a Onoda y le entregó formalmente las órdenes del Cuartel General. Onoda recordaría así la escena: "El comandante desplegó la orden y por primera vez me percaté de que no existía trampa alguna. ¡Realmente perdimos la guerra! ¿Cómo pudieron ser tan inútiles?"
Con cincuenta y dos años, Onoda regresó a Japón, donde le convirtieron en héroe nacional, le agasajaron con banquetes, apariciones en televisión, conferencias de prensa y discursos. Él rechazó el dinero que le ofrecía el gobierno por las pagas acumuladas durante todos esos años. Onoda se mostró abatido por lo que había sucedido con su país. Se encontró un mundo futurista de rascacielos, contaminación, aviones a reacción y amenazas nucleares; su querida patria se había occidentalizado y estaba volcada en producir televisores, aparatos electrónicos y automóviles para su nuevo protector y cliente: Estados Unidos, el acérrimo enemigo del país por el que salió un día a combatir hasta el fin muy lejos de su patria. ¿Para eso había resistido tantos años?
Onoda escribió sus memorias que se convirtieron en un éxito de ventas y con parte de la considerable fortuna que amasó, se trasladó a vivir a Brasil, donde adquirió una parcela rural y se convirtió en granjero. En 1984, regresó a Japón, aunque todos los años pasaba tres meses en Brasil. En 1996 volvió a la isla de Luban, donando 10.000 dólares USA para la escuela local.
El 16 de enero de 2014, fallecía en Tokio a la edad de 91 años.



lunes, 15 de abril de 2019

LEAVE NO TRACE (NO DEJES RASTRO)

Will (Ben Foster), un veterano de la guerra de Irak que sufre de trastorno de estrés postraumático, vive con su hija de 13 años, Tom (Thomasin Harcourt McKenzie), ya que es viudo, en una reserva natural en las afueras de Portland, Oregón.
Sus vidas transcurren en un aislamiento casi total, solo acuden a la ciudad en busca de comida y suministros ocasionales. Will consigue el poco dinero que necesitan vendiendo sus analgésicos emitidos por VA (Departamento de asuntos para veteranos) a otros veteranos. Después de que un tipo que practica deporte descubra accidentalmente a Tom en el bosque, la policía se pone sobre su pista y los arrestan, poniéndolos bajo la tutela de los servicios sociales. Se les da comida y una casa en una granja, en una zona rural de Oregón, en la que se cultivan árboles para venderlos en Navidad como adorno hogareño, con la condición de que Will cumpla con las reglas del propietario y los servicios sociales. Will, a regañadientes, comienza a trabajar en el asentamiento empaquetando pinos, mientras que Tom comienza la escuela y se relaciona con niños locales de su edad en un club 4H (una organización juvenil de Estados Unidos, administrada por el Departamento Estadounidense de Agricultura). Will se siente oprimido por la presencia de otros y le dice a Tom que siente la necesidad de regresar al bosque. Ella le sigue a disgusto, ya que en el tiempo en que han estado en su nuevo hogar, se ha desenvuelto bien, y la trabajadora social pronto descubrió que no solo lee mejor que la mayoría de los niños de su edad, sino que Will ha sido un padre cariñoso y responsable a pesar de las circunstancias.


El guión se basa en la novela "My Abandonment" de Peter Rock, inspirada a su vez, por una historia real publicada en la prensa y contada a través de la voz sorprendentemente sincera de una joven narradora, Caroline. El libro es un viaje fascinante hacia la vida en los márgenes de la civilización, una historia de supervivencia y esperanza.


La película nos traslada a un mundo marginal, más habitual de lo que pudiera parecer en la sociedad estadounidense, poblado por gentes que, por motivos diversos, están desencantados de la vida que se les invita a vivir. No son personas a las que la sociedad haya marginado, sino que ellas mismas lo han hecho, sobre todo para huír del consumismo exacerbado, pero también asqueados de las líneas de conducta que deben seguir para vivir sin ser señalados.


En esta ocasión, la historia nos lleva a la reflexión de hasta qué punto, estas personas, heridas en su interior, tienen derecho a obligar a otras a seguir su camino de automarginación. Tom está bien con su padre, pero llega a una edad, la de la adolescencia, en que su yo, le pide otra cosa y cuando descubre la sociedad de la que su padre la ha tenido apartada, comprueba que quizá su futuro esté allí y no aislada de los demás.
Está empezando su camino de aprendizaje hacia la madurez y ese aprendizaje incluye comprender qué pasa realmente con su padre y qué significa verdaderamente vivir en sociedad.
Lo primero lo intuye y acaba entendiendo, más o menos, que su padre ha sido herido por esa sociedad en la que estaba y es incapaz de volver a ella. Lo segundo, tan solo lo ha comprobado brevemente y debe seguir profundizando en ello, para lo cual, solo le queda una opción: seguir su propio camino y dejar que su padre, continúe sólo por el suyo.


Buenas interpretaciones de los dos protagonista, en esta crónica llena de momentos en la que los sonidos de la naturaleza y el silencio de los personajes nos dejan claro los cambios que cada uno de ellos comienzan a sufrir conforme su historia sigue un cauce que nunca imaginaron.




viernes, 12 de abril de 2019

PRIVATE LIFE

Rachel Biegler (Kathryn Hahn) y Richard Grimes (Paul Giamatti), son dos intelectuales ya entrados en los cuarenta, que viven en el East Village neoyorkino. Tienen un matrimonio bastante armónico que, a pesar de ello, entra en una crisis cada vez más profunda a medida que se agudiza su deseo de ser padres que acaba convirtiéndose en una verdadera obsesión.
El paso del tiempo, la infertilidad, las varias propuestas para probar diferentes tratamientos médicos, todos ellos carísimos y practicados por profesionales que no dudan en aprovecharse de la desesperación de sus pacientes en su afán de ser padres, las contradicciones y las inevitables decepciones posteriores a los tratamientos infructuosos.
Todas estas peripecias constituyen el argumento de la película que trata y describe la situación con inteligencia, profundidad y sensibilidad, sin dejarse llevar por la demagogia.
El film, sin perder en ningún momento su visión humanista de la situación, no tiene piedad alguna a la hora de describir el sistema de salud privado y las crecientes heridas que van sufriendo quienes deambulan por él.
La pareja se ve envuelta en un mundo poblado por horas y horas en salas de espera, reuniones con médicos oportunistas y manipuladores, junto a verdaderos maratones de pinchazos y pastillas.
Una búsqueda estresante de la paternidad que ocasiona desencuentros con amigos y familiares.


El film es tan minucioso y desgarrador que llega a tornarse incómodo, aunque jamás pierde su dimensión humana y se adereza con algunos toques de humor que lo convierte en una exploración llena de empatía sobre los sacrificios que es capaz de soportar una pareja en la búsqueda de ser padre y madre.


El humor del que hablábamos, que trata de suavizar un tanto el drama que vive la pareja, se torna en ocasiones sombrío, casi negro, ello, junto a la actitud de quienes rodean a la pareja, aunque alguno de sus amigos les apoya, otros se muestran poco comprensivos, cuando no crueles.
También se aborda, a través del personaje que interpreta muy bien Kayli Carter, el sacrificio que soportan las donantes de óvulos, algo no tan sencillo como sería extraer de su cuerpo esa semilla que, como dice ella, al final será desechada por el propio organismo, pues han de someterse a pruebas, test psicológicos, ingesta de fármacos, inyecciones...
Todo esto es pura actualidad, ya que la sociedad en que vivimos propicia que cada vez más parejas, lleguen a una edad en la que resulta problemática la concepción y sin embargo, algunas de ellas querrían ser padres.
El negocio montado alrededor de esto, el entorno que les rodea y la inasequible búsqueda del embarazo, son los asuntos sobre los que reflexiona esta interesante película.




jueves, 11 de abril de 2019

THE TALE

La anciana madre de Jennifer (Laura Dern), Nettie (Ellen Burstyn) la llama, angustiada después de encontrar un ensayo escolar de la década de 1970 que Jennifer escribió cuando tenía trece años (a esa edad está interpretada por Isabelle Nélisse). El ensayo trata sobre una "relación" que tuvo en aquella época, y que califica de molesta porque su novio era "mayor". Jennifer va recordando y redescubriendo lo que le ocurrió en aquel tiempo, presentándose a sí misma una historia que ve como profundamente nostálgica y un dulce romance en el que pudo encontrarse como una joven confiada. Ella imagina la década de 1970 casi como una brillante película casera y parece encontrarla mucho más atractiva que su propia vida adulta. Se imagina a sí misma como una persona más mayor y sofisticada de lo que era en realidad, tan solo una niña, mientras vuelve a leer el ensayo, pero se sorprende de lo pequeña e infantil que se ve en las fotos. Al volver a pensar en ese momento, ahora se ve como una niña tímida e incómoda cuyos padres a menudo discuten y la ignoran. La relación de Jennifer comenzó un verano cuando fue a un misterioso campo de entrenamiento de caballos con otras tres chicas. Allí vivía con la bella y enigmática Sra. G. (Elizabeth Debiki), también estaba Iris (Madison David), además de las tres chicas y el entrenador profesional Bill Allens (Jason Ritter), que tenía unos cuarenta años. Bill a menudo trata a las chicas como un pequeño grupo de élite, logrando que se refieran a él por el apodo inexplicable "Naga".
En busca de reconstruír su propio pasado, Jennifer decide ponerse en contacto con una de las otras chicas del campamento, una adolescente obesa llamada Franny (Tina Parker), que ahora es una mujer adulta que maneja su propia granja de caballos. Sorprendentemente, Franny se ha mantenido muy cercana a la ahora frágil y muy anciana Sra. G., quien revela que su esposo está muy enfermo y que su hijo pequeño, un chico con gafas a quien Jennifer quería, David (Brett Justin Koppel ) falleció a una edad temprana. Jennifer piensa preguntarle a la Sra. G. sobre su infancia, pero no puede hacerlo teniendo en cuenta las circunstancias trágicas que se han planteado. Mientras tanto, la Sra. G. hace algunos comentarios extraños sobre su propia familia, incluyendo que su madre "prefería los perros a ella". Se revela que cuando era niña en Gran Bretaña, pudo haber sido descuidada y abusada sexualmente.


Basada en las propias experiencias de la directora del film, Jennifer Fox, la película comienza presentándola, en el personaje interpretado por Laura Dern, mientras realiza un documental sobre mujeres y niñas, que han sido acosadas y agredidas sexualmente.
Con un planteamiento que huye de estridencias y morbo, pero con absoluto realismo y crudeza, el film nos adentra en el escabroso mundo del abuso infantil, desde la actitud de negación de la niña, que se ve como protagonista más que como víctima, hasta la falta de escrúpulos del acosador, pasando por la falta de apoyo del entorno, que no es capaz de analizar las señales inequívocas de lo que está sucediendo o, lo que es peor, prestando una colaboración necesaria, por acción u omisión al adulto manipulador.


El film huye del morbo y nos muestra únicamente lo necesario, suficiente para que nos sintamos incómodos y desasosegados en nuestra butaca con lo que estamos presenciando, porque esta plaga de los abusos a niños, es de lo peor que uno puede imaginar. Observamos cómo el adulto acosador va tejiendo su tela y manipulando los sentimientos de la niña hasta lograr su asqueroso y denigrante objetivo, mientras la pobre muchacha pasa de verse como el centro de una historia en que es poco menos que la princesa de un cuento, a la que el abusador trata como una adulta inteligente, a darse cuenta de todo lo que está ocurriendo y comenzar la fase de negación. Todo ello contado a través de numerosos flashbacks, en los que el personaje de Laura Dern, va recordando y viendo desde otro punto de vista, diferente al que había construído en su imaginación, su propia historia. Flashbacks muy bien construídos mediante un gran trabajo de montaje que, al contrario de lo que ocurre algunas veces con este recurso, en nada entorpecen el discurrir de la narración.
Historia dura, realista y todo un aviso a padres y educadores, para que estén alerta de las posibles señales que vayan recibiendo sobre comportamientos que delaten un posible abuso.