viernes, 25 de mayo de 2012

CUENTO DE NAVIDAD

A Christmas Carol, es la popular novela corta de Dickens que se ha traducido al castellano como Cuento de Navidad o Canción de Navidad. Trata temas como las diferencias entre pobres y ricos y por sus páginas desfilan una variedad de personajes que van desde la burguesía a las capas más denigradas (obreros explotados, niños maltratados, prostitutas, mendigos...) vistos con la mirada naturalista del autor. Lo malo es que hoy Dickens podría escribir un relato similar.
Ebenezer Scrooge es uno de los personajes más representativo de Dickens. Los personajes son arquetípicos, lo que acerca la obra a la parábola y ofrece una versión maniquea de la realidad, aunque sin alejarnos de ella en exceso. La transformación que sufre el protagonista es posible gracias a un examen de su vida, la visión del futuro desolador que le espera, le hace dar un vuelco a su vida.
Este cuento de final feliz y optimista está marcado por una combinación de realismo y elementos de novela gótica, unido al lirismo descriptivo de Dickens. Cuento de Navidad, como muchas otras historias de Charles Dickens es un relato humano, cálido y vibrante, donde el hombre busca el espíritu del amor y encuentra el fuego del hogar. Es una magnífica parábola sobre el egoísmo y hace uso de la fantasía para enseñarnos el camino correcto siguiendo el precepto de Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.



jueves, 24 de mayo de 2012

J. EDGAR

J. Edgar Hoover, es nombrado director del F.B.I. en 1924, cuando tan sólo contaba 29 años, permanecerá en el cargo hasta su apacible muerte en 1972. En todo ese tiempo, nada menos que 48 años, toda una vida, Hoover no sólo cambia la institución, sino que de hecho se le considera su fundador, pues la dota del carácter que ahora tiene, introduciendo novedosos e incluso revolucionarios cambios, sobre todo en lo relativo a la nueva ciencia forense.
Además de eso, Hoover intervino en los más famosos casos que tuvieron lugar durante tan dilatada trayectoria (el secuestro del hijo de Lindbergh, los asesinatos del presidente Kennedy o de Luther King, etc.). La información que manejaba llegó a dotarle de un poder casi absoluto sobre una serie de importantes personalidades, siendo la figura más cercana a un dictador que han tenido los EE.UU. Además el film nos acerca a algunos aspectos de su vida privada: La relación con su madre, su supuesta homosexualidad...


La película ha sido recibida con bastante frialdad por la crítica, cuando no directamente rechazada. Eastwood se enfrentaba a una tarea nada fácil, pero era su elección y lo que distingue a los grandes maestros es llegar allí donde las dificultades te lo ponen complicado. Él ya tenía experiencia con este tipo de películas (biopics creo que las llaman) biográficas, llevó a la pantalla la biografía de Charlie Parker (uno de sus ídolos) cuando rodó Bird, pero creo que aquí no llega al resultado que logró en aquella ocasión.


El guión del film se centra en algunos aspectos de la vida del personaje, en realidad su carrera fue tan dilatada que resultaba difícil abarcar todo, para ello se basa en muchos pasajes del libro "Oficial y confidencial", de Anthony Summers. En este libro y por ende en la película, se dan por hechas una serie de cosas que no están probadas por más que se tengan fundadas sospechas sobre ellas, así que hay que acogerlas con las reservas que cada cual considere oportunas.


En el fondo, el realizador se decanta más por el personaje y sus fantasmas que por su obra en sí. Eastwood trata de comprender a su protagonista, algo realmente difícil de conseguir y, sin destruír el mito, tampoco renuncia a la crítica en sus actuaciones tan criticadas como criticables, no en vano fue uno de los mayores manipuladores que uno pueda echarse a la cara.
Las actuaciones están bien, pero sin duda, la sorpresa, agradable sorpresa, es la actuación de Armie Hammer, sus miradas de enamorado hacia Hoover, las escenas íntimas, estremecen.
Maravillosa ambientación y tremenda labor de montaje dada la estructura aleatoria de la película. Mucho se ha hablado del maquillaje de Di Caprio y de Hammer, yo lo único que digo, a título personal, es que el resultado, sobre todo con éste último, no me gustó.


J. Edgar tiene la calidad estética y técnica que carateriza a Eastwood, pero fuera de eso, no logra captar la atención (a veces, incluso se hace aburrida) y, al final, el asunto de la homosexualidad, acaba siendo el eje del film.
Como alguien dijo, las pelis de Eastwood se dividen (salvo un par de ellas, que son directamente malas), en obras maestras y buenas películas, esta no es una obra maestra, desde luego le falta brillantez.



miércoles, 23 de mayo de 2012

CASA DESOLADA

Escrita entre 1852 y 1853, narra una historia donde aparece con excepcional intensidad la visión teñida de pesimismo que el gran novelista inglés tenía de la sociedad de su tiempo. En Casa Desolada (Bleak House) hay un elenco de hipócritas, desde instituciones, como el Tribunal de Chancillería, hasta individuales, como el señor Skimpole, la familia Smallwed, los políticos a los que Dickens jocosamente pone nombres rimados... Sin embargo no deja de haber un punto de optimismo, reflejado en los personajes que cambian a lo largo de la historia (el detective Bucket o Sir Leicester Dedlock) o aquellos a los que se trata con cierta admiración, como los hermanos Rouncewell, el mayor de ellos, el metalúrgico, es un empresario capitalista, pero Dickens no tiene nada en contra de él, su empresa está con los tiempos, no practica una explotación desalmada... Lo malo es lo que no funciona, los abusos desaforados. Esos abusos constituyen otro de los temas recurrentes de Dickens y en Casa Desolada figuran en primerísimo plano, así como sus principales víctimas (el pobre Jo, el señor Gridley, la señorita Flite...)
La novela también tiene mucho sentimentalismo, sobre todo centrado en el personaje de Esther que ha veces resulta hasta un tanto gazmoño. Asimismo, el libro, tiene una cierta complejidad, numerosos personajes van apareciendo y desarrollándose, hay algunos cabos sueltos e incluso alguna contradicción.
Para enfrentarse a la estupidez, la hipocresía, la mezquindad o la incompetencia, una de las armas que utiliza el autor es el humor, sobre todo la ironía y algunos personajes son de inmesa comicidad no exenta de crueldad.
Pero Casa Desolada no es solamente una sátira o un cuadro social, sino una reflexión novelada sobre la condición humana. Dickens nos trae su experiencia de una vida difícil, vemos a un hombre excepcionalmente inteligente, compasivo, a un escritor genial que mira con simpar agudeza los desvaríos humanos.



martes, 22 de mayo de 2012

EL CASO FAREWELL

Moscú, a principios de los 80, en plena Guerra Fría. El coronel del KGB Sergueï Grigoriev (Emir Kusturica) se siente defraudado por el régimen de su país y se propone derrocar el sistema. Se pone en contacto con un joven ingeniero francés destacado en Moscú, de nombre Pierre Froment (Guillaume Canet). Las informaciones altamente confidenciales que éste le suministra no tardan en despertar el interés de los servicios secretos occidentales. La información le llega al propio Mitterrand quién decide alertar al presidente Reagan acerca de la existencia de una gigantesca red de espionaje con la que los soviéticos logran ponerse al corriente, hasta con el más mínimo detalle, de las investigaciones científicas, industriales y militares de los países occidentales. Los dos presidentes deciden entonces aprovechar los datos ultrasensibles que reciben de esa misteriosa fuente moscovita que los franceses han dado en llamar "Farewell". Pierre Froment, hombre sin complicaciones hasta entonces, se verá de pronto implicado en uno de los asuntos de espionaje más espectaculares del siglo XX. Asunto que sobrepasa su capacidad y que pone en juego su propia vida y la de toda su familia.


Interesante película francesa que intenta ver desde otra vertiente ese mundo del espionaje que fue fuente de inspiración para tantos buenos relatos y entretenidos films durante la época de la confrontación entre la URSS y los EE.UU.


Lejos de aquellos thrillers de acción estilo James Bond, tampoco se le puede comparar con otro tipo de historias que estarían más cercanas, como sería el caso de El tercer hombre, pues el argumento va tomando de aquí y de allá tratando, como comentábamos, de encontrar un enfoque original que, a mi juicio, no acaba de transmitir del todo al espectador, sobre todo en alguno de los aspectos tratados, como son las relaciones de los protagonistas con cada una de sus familias.


Lo que sí consigue es ofrecernos unos personajes tremendamente cercanos, estos no son superespías, ni tenemos mujeres fatales de por medio. Son gente normal y corriente, con miedos, problemas y preocupaciones como los que podamos tener cualquiera de nosotros. Entre los dos protagonistas se establece una relación que al espectador se le hace entrañable.


La recreación de la URSS de los años 80 está muy bien conseguida y las actuaciones están a un buen nivel. No sólo las de los dos protagonistas (curiosamente dos realizadores cinematográficos), sino también las de los secundarios. Es muy curiosa y resulta llamativa e incluso graciosa, la caricatura que hace de los dos mandatarios estatales, Mitterrand y Reagan.



Aunque la acción no se vuelve realmente vibrante hasta el tramo final, cuando los dos protagonistas son descubiertos, y hasta ese momento el film se toma todo el tiempo del mundo en presentarnos a los protagonistas y en ofrecernos una amplia semblanza de lo que son sus vidas familiares, en ningún instante se hace pesada o aburrida, logrando captar nuestro interés por ver qué es lo que va suceder y cómo se resolverá el asunto. Al final nos encontramos con un buen drama, una buena peli de acción, aunque esta sea sui generis y, sobre todo, con un mensaje final, claro, directo y escalofriante.


Para finalizar, comentar que El caso Farewell reconstruye el caso del ingeniero ruso Vladimir Vetrov. Conocido como el General Gregoriev dentro de la KGB en la Rusia de 1981, Vetrov decidió, decepcionado por el rumbo que había tomado el sistema comunista bajo Leónidas Breznev, contactar con un ingeniero francés que trabajaba para Thomson en Moscú y pasarle documentos, en su mayor parte en torno a Estados Unidos, con información relativa a la que sería la mayor operación de espionaje de la Guerra Fría. El presidente François Mitterrand verificaría personalmente los documentos suministrados por aquella fuente de Moscú, a la que el Servicio Secreto francés puso el nombre en clave de Farewell.




sábado, 19 de mayo de 2012

ELEPHANT AND CASTLE























Elephant and castle (elefante y castillo) es un importante cruce de caminos en el sur de Londres, situado en el distrito de Southwark. El nombre proviene de una posada que hubo allí hace siglos y que llevaba ese nombre. Anteriormente, el lugar de la posada fue ocupado por un herrero y cuchillero y el escudo del gremio de cuchilleros muestra un elefante con un castillo, probable referencia a la utilización del marfil de los elefantes en los mangos de los cuchillos.
El sitio siempre ha sido muy conocido en Londres, pues antes de la llegada del ferrocarril, de allí salían muchas diligencias con diversos destinos.
El lugar del edificio se reconstruyó en 1816 y nuevamente en 1898. Ya convertido en pub, el Elefant & Castle, en el cruce de New Kent Road y Newington Causeway, formó parte del plan integral de remodelación que se llevó a cabo en 1960, pues la zona fue una de las más afectadas por los bombardeos sobre Londres durante la II Guerra Mundial.
Hay una especie de leyenda urbana, al parecer sin fundamento alguno que dice que el nombre viene de la corrupción de la frase "La Infanta de Castilla" en su acepción francesa ("L'Infante de Castille"), referida a cualquiera de las princesas españolas vinculadas a la historia de Inglaterra.
En la actualidad, en el centro de esta intersección de vías está el Michael Faraday Memorial, una gran caja de acero inoxidable construida en honor de Michael Faraday que nació cerca de allí. Quienes también nacieron y crecieron en la zona, fueron Charles Chaplin y Michael Caine.



viernes, 18 de mayo de 2012

MIDNIGHT IN PARIS

Un escritor norteamericano que trabaja como guionista en Hollywood con cierto éxito (Owen Wilson), viaja junto a su novia (Rachel McAdams) y los padres de ella a París. Como dice ella, su padre ha ido a cerrar una operación de negocios y ellos gorronean, en realidad, están preparando su próxima boda y han ido a París a echar un vistazo para ver si compran algo.
Pero el novio sufre una suerte de obsesión por la cultura de la década de los felices 20 y se dedica a deambular en la noche parisina. Cuando el reloj señala la medianoche, siempre en el mismo lugar, es trasladado a un mundo de fantasía en el que se codea con numerosos personajes de la época en la que la ciudad de las luces era el centro de la cultura universal y que jamás hubiera imaginado llegar a conocer.


Si el periplo europeo de Woody Allen se estaba saldando con más pena que gloria, por fortuna, el genio de Manhattan vuelve a remontar el vuelo y sin que podamos estar hablando de un gran film, sí que es una obra digna de su firma.



Ya en las imágenes que sirven de prólogo uno comienza a reconciliarse con nuestro entrañable realizador, pues aunque aparentemente se trata tan sólo de una colección de postales parisinas, ya notamos, en algo tan simple como es una sucesión de imágenes con la cámara fija, la mano de alguien que se preocupa por el detalle y que pone un toque diferente allí donde es difícil diferenciarse de lo puramente rutinario.


Permítanme que me extienda en algo tan aparentemente nimio, pero es que a estas alturas, o haces un gran film, o si la peli es "simplemente" buena, como es el caso, muchas veces son estos pequeños detalles lo que la diferencian de un film del montón. Y es que, para quien tenga un poco de manejo con la cámara, nada más fácil que ofrecernos imágenes bonitas en una ciudad como París. Sin embargo, además de la maestría en los encuadres, en los tonos, en la luz, nos transmite el alma de la ciudad en este repaso en imágenes de lo que sería un día en París, cuyo recorrido iniciamos al alba y concluímos con las luces artificiales en la Place Vendome o la Tour Eiffel. La lluvia, el sol, la gente, los cafetines con sus terrazas.... y la suave melodia de jazz que acompaña los planos... sublime París.


Opino que el guión es muy sólido, con elementos originales y con muchos toques propios del director que había perdido en sus últimos films. Aquí recupera buena parte de la sorna para criticar a la sociedad americana, en este caso a sus conocimientos culturales, poniendo en solfa el provincianismo, por un lado y la pedantería, por otro.


Buena parte del gancho de los gags, descansa sobre unos sobreentendidos conocimientos culturales del espectador, sin esos conocimientos, algunas de las escenas pierden su impacto, pero también hay que señalar que Allen no se regodea en ellos, cuenta la anécdota, pero sin retorcerse en la compejidad de sus visiones.


Una notable actuación de Owen Wilson, interpretando el papel que en otras épocas hubiera representado el propio realizador sin mayores problemas, rodeado de un elenco de secundarios (algunos de lujo, como Adrien Brody, Kathy Bates, la excelente Marion Cotillard o la anecdótica Carla Bruni) que están muy bien y una magnífica dirección artística, sobre todo en algunas escenas en las que intervienen multitud de personajes.


Además de todo, no se nos olvide que el film es una coproducción española, en la que Roures y su Mediapro, pueden sentirse bien satisfechos de haber apoyado un proyecto exitoso.
Una peli en la que la sonrisa se te dibuja en el rostro con las primeras escenas y no te abandona hasta el final.




jueves, 17 de mayo de 2012

LA CONSPIRACIÓN DE LA PÓLVORA




















Corrían los primeros años del siglo XVII y los católicos ingleses estaban muy descontentos con las severas medidas adoptadas contra ellos que llegaron a prohibirles la celebración de cultos y la asistencia obligatoria a los de la Iglesia Anglicana. Un grupo de estas personas, que se reunían en el pub Duck & Drakes, urdieron un complot para acabar con el rey durante la ceremonia de apertura del Parlamento, para lo cual alquilaron un local en los sótanos del edificio, donde poco a poco, fueron almacenando barriles de pólvora. La ceremonia, prevista para principios del mes de octubre, se pospuso hasta el 5 de noviembre, debido a una epidemia de cólera. Además, los conspiradores, enviaron una carta anónima a un noble católico advirtiéndole del peligro de su asistencia a la ceremonia. Es probable que el contraespionaje de la corona funcionara, el caso es que el día 4 de noviembre, el jefe de seguridad recibió orden de registrar el edificio del Parlamento. En los sótanos encontraron a Guy Fawkes con 36 barriles de pólvora preparados para estallar, él era el encargado de encender la mecha. Fawkes era un experto que trabajaba con los conspiradores, un hombre que incluso había luchado en los Paises Bajos con un regimiento de exiliados católicos ingleses, bajo bandera española. Algunos conspiradores fueron capturados y ejecutados en el acto, otros, entre ellos el propio Fawkes, fueron sometidos a juicio. El 30 de enero de 1606, fueron ajusticiados en el mismo lugar que habían planeado hacer saltar por los aires, frente a Westminster, siguiendo el viejo rito que se aplicaba a los traidores: Colgados del cuello, sin dejarles morir, seccionándoles los genitales, echándolos al fuego ante sus propios ojos y, hallándose aún vivos, destripándoles y arrancándoles el corazón antes de decapitarles y despedazarles.
Los ingleses, amigos de las tradiciones, conservan varias desde aquel episodio. Por ejemplo, desde aquel 5 de noviembre de 1605, la guardia del Parlamento, ha seguido registrando el edificio todos los años como preámbulo a la ceremonia de apertura por el monarca.
A nivel popular, cada año se celebraba el episodio quemando efigies de Guy Fawkes para dar gracias a Dios por proteger a su pueblo -los anglicanos- de la conspiración romano-católica. El 5 de noviembre fue declarado fiesta perpetua. Así fue hasta mediados del siglo XVIII en que degeneró en actos de vandalismo y pillaje, a la gente le dio por arrancar maderas de las casas y vallas para arrojarlas al fuego. A mediados del XIX, Guy Fawkes había perdido su significado patriotico y, sobre todo, anticatólico, de manera que el Parlamento decidió retirar la fiesta del calendario oficial, aunque siguió como festejo popular, quemándose efigies de personajes odiados y dependiendo del año y de la época, se quemaron efigies de Hitler, del Papa de Roma, del Zar de Rusia, hasta de Margaret Tatcher y, en 2004, de Tony Blair.
En la actualidad ha perdido todo su valor histórico y detrás de la celebración está la hostelería, el comercio y... los juerguistas.
Otra de las consecuencias del endurecimiento de las condiciones de vida de los católicos, fue la supresión de su derecho al sugfragio, hasta 1829, más de 200 años después, los católicos no recuperaron el derecho al voto.



miércoles, 16 de mayo de 2012

NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS

La película nos situa en el Madrid de los primeros años de este siglo. Un día, el inspector de policía Santos Trinidad (José Coronado), volviendo a casa muy borracho, se ve involucrado en un triple asesinato. Pero hay un testigo que consigue escapar y que podría incriminarlo. Santos Trinidad emprende una investigación destinada a localizar y a eliminar al testigo. Mientras tanto, la juez Chacón (Helena Miquel), encargada de la investigación del triple crimen, avanza meticulosamente en la búsqueda del asesino. Lo que en principio parece un ajuste de cuentas entre mafias dedicadas al tráfico de drogas, se va desvelando como algo mucho más complejo, un asunto en el que está implicado un grupo yihadista se destapa ante los ojos de la juez y del policía cuando, cada cual por motivos diferentes, avanzan en la investigación.


Por más que estas cosas las vemos muchas veces, no deja de sorprenderme la diversidad de críticas que acompañaron (y acompañan aún) a la película en su día. Desde quien la celebra como un film que da cierto prestigio al cine patrio, hasta quien ve en ella una peli normalita e incluso deficiente. Lo curioso es que cada cual tiene su parte de razón.


Yo no sé lo que habría sido este film si su realizador hubiera contado con los medios que tiene la industria americana, pero esa pregunta nos la hacemos muchas veces con muchos filmes europeos y no tiene respuesta, pues hablamos de algo que no es. Sí sabemos que Enrique Urbizu, que además es coguionista del film, tuvo que retocar una parte del mismo para que se ajustase al presupuesto del que iba a poder disponer en el mejor de los casos, así que se dedicó a pulir (y no hablo de mejorar, sino de suprimir) una parte de lo que había escrito y esas páginas, al parecer, eran las relativas al grupo yihadista, centrándose en el personaje de Santos Trinidad. Urbizu no es un recién llegado y sabe de sobra de qué va esto, sólo hay que repasar su filmografía (me encantó La caja 507), así que si algo ha salido bien en el film, no ha sido una casualidad y si algunas cosas no acaban de convencer, habrá que seguir esperando a que un buen día nos de lo mejor de sí, porque yo espero todavía de este hombre grandes cosas. Veremos.


El film tiene un comienzo arrollador y un final que está bastante bien. En el medio, en el largo intermedio entre inicio y fin, es donde está el verdadero quiz de la cuestión, porque ahí caben muchas interpretaciones dependiendo de lo que uno vea, de lo que seamos capaces de leer entre líneas y de lo magnánimos que podamos ser con el realizador a la hora de darnos por satisfechos con lo que nos apunta pero no acaba de contarnos de manera clara.


Porque ese es uno de los puntos en el que yo creo que la película no sabe transmitirnos todo lo que en realidad plantea: La crítica a las instituciones, sobre todo policiales, pero también otras del entramado estatal; la crónica de la sociedad española, concretamente de la madrileña, con su compulsiva vida nocturna; la droga que, se introduce en Europa a través de nuestro país (como dice uno de sus personajes, somos un coladero); la crisis económica; la telebasura...


La película descansa en el personaje de José Coronado, hasta el punto de que cuando acabamos de verla, nos da la impresión de que los demás, pasaban por allí o sencillamente hacen de coro de este único solista. Quizá la excepción sea la de Helena Miquel, un agradable descubrimiento. El papel de Coronado, parece escrito para él, como si lo único que hubiera tenido que hacer es dejarse crecer el pelo y mostrarse un poco desaliñado, en lo demás, parece que se interpreta a sí mismo. Por supuesto no es así, esa naturalidad que transmite en todo, en esos andares tambaleantes de borracho, son fruto de un gran trabajo interpretativo.


La película está bastante bien ambientada y creo que el trabajo de montaje está muy bien hecho. Otra cosa es el desarrollo de la historia, yo creo que un tanto confuso, incluso detalles como la propia vida de Santos Trinidad, quedan mal explicados en un intento fallido de dotar al personaje de cierta aureola de misterio. Partes de la trama quedan un tanto desaprovechadas o poco desarrolladas, pero eso, como dije al principio, nunca sabremos si son fallos del guión o situaciones forzadas por la necesidad de recortar el metraje para ajustarse al presupuesto.


Se le podrán hacer todas las críticas que se quieran, seguramente fundadas, pero el film resulta ser un trabajo muy digno, con una gran actuación de Coronado (afortunadamente no todo reposa en Banderas o Bardem) y, en general, la película es estretenida.




martes, 15 de mayo de 2012

EL ORFANATO DE TOOTING



















En 1849, la escuela para niños pobres que Mr. Drouet tenía en Tooting, a ocho millas al suroeste de Londres, se convirtió en el centro de un escándalo, cuando alrededor de 180 niños murieron víctimas de una epidemia de cólera que se desató en ese establecimiento. En el orfanato de Tooting, a los niños allí internados, se les proporcionaba educación en un grado muy modesto, pero fuera del horario escolar, los niños fueron empleados en tareas laborales, como trabajos domésticos, recolección agrícola, y trabajos poco cualificados en incipientes industrias de la zona. Se sospechaba que el orfanato se dedicaba a vender o ceder niños y de seguir aplicando la llamada Ley Hanway, que había sido derogada en 1844 y que estipulaba que ningún niño podía permanecer en un asilo para pobres más de tres semanas; pasado ese plazo o bien se debía proporcionar a la madre ayuda suficiente para poder criar a sus hijos en casa, o debían ser colocados como aprendices, preferentemente en el campo. Algunas de las investigaciones realizadas, llegaron a la conclusión de que las víctimas, fallecieron a causa del cólera agravada por la falta de alimentos, ropa de abrigo, hacinamiento y mala ventilación. Varios testigos revelaron que los niños estaban desnutridos y recibían alimentos de mala calidad. Uno de los miembros de los llamados Guardianes de Holborn, el señor W. Winch, prestó declaración sobre su visita a la escuela el año anterior: Los niños estaban en la cena todos de pie, creo que nunca se sientan en las comidas. Corté más de cien patatas, estaban negras y podridas, ninguna estaba en condiciones para comer, pero fueron servidas a los niños... Preguntamos a los niños si tenían alguna queja con la comida y unos treinta levantaron la mano... Drouet se puso muy violento y llamó a los niños mentirosos y sinvergüenzas. Las conclusiones de la investigación fueron que Drouet era culpable de la muerte de los niños (sin premeditación, se aclaraba) y que los Guardianes de Holborn habían actuado de forma negligente en las inspecciones al establecimiento. Como resultado de estas conclusiones de la investigación, Drouet se enfrentó a un juicio penal por homicidio. El procedimiento se inició ante el Tribunal Central de lo Penal el 26 de febrero de 1849. A pesar del aparente peso de la evidencia que demostraba el trato negligente de Drouet para con los niños a su cuidado, la defensa argumentó, con éxito, que no había ninguna prueba absoluta de que alguno de los niños se hubiera recuperado de no haber sido por la actuación negligente de Drouet. El 16 de abril, siguiendo las instrucciones del juez, en el sentido de que no había ningún delito del qué responder, el jurado emitió un veredicto de no culpable.
Un indignado por la manera en que se resolvió aquel asunto, fue Charles Dickens, que publicó una serie de artículos muy críticos en el Examiner. Entre otras cosas, decía que todo aquello había sido una vergüenza para la comunidad cristiana y una mancha en un país civilizado.



lunes, 14 de mayo de 2012

LOS ELEGIDOS

Los hermanos McManus, Connor (Sean Patrick Flanery) y Murphy (Norman Reedus), de origen irlandés, y que viven y trabajan en Boston, se ven involucrados en una pelea con dos matones de la mafia rusa que intentan extorsionar al dueño del bar irlandés al que asisten; los rusos, al día siguiente, intentan dar un escarmiento a los hermanos, pero terminan muertos. Tras presentarse a la policía y confesar los hechos, los hermanos quedan en libertad sin cargos, pues se considera que han obrado en defensa propia. Salen de la comisaría convertidos en una especie de héroes, unos "santos" a los ojos de muchas personas del barrio.
Por su parte, los McManus, creen que Dios los ha elgido como sus justicieros y deciden eliminar a toda la escoria de la ciudad. La policía, y especialmente el agente Paul Smecker (Willem Dafoe) del FBI, les sigue la pista aunque reconoce que los chicos están haciendo lo que él siempre ha deseado que pasara.


Ópera prima cinematográfica del productor musical Troy Duffy fue un éxito en Estados Unidos, creando una legión de fans en todo aquel país. En Europa, sin embargo, la película no es muy conocida en comparación a ese éxito, y se ha convertido en una especie de film de culto. Su éxito dio como resultado una secuela que tiene como principal (y a mi jucio gran) inconveniente, la ausencia en el reparto de Willem Dafoe.


Y es que el bueno de Dafoe, nos regala aquí una excelente actuación que soporta buena parte del peso de la película, al menos del contrapunto humorístico, por así decirlo. Su papel, el de un detective homosexual, el único que adivina el modus operandi de los asesinos de delincuentes, le permite lucirse, algunas veces con un histrionismo calculado, pero sacando, al final, una interpretación bastante redonda.


Película con algún altibajo, con un arranque que promete más de lo que después vemos, pero que mantiene cierto tono en la narración, con un guión ágil que consigue equilibrar bien humor y violencia y una banda sonora muy interesante.




sábado, 12 de mayo de 2012

WAT TYLER

Walter Tyler, del que nada sabemos aparte de su participación en los hechos que vamos a relatar sucintamente, permanece vivo en la memoria colectiva de los ingleses junto a otros líderes de las revueltas campesinas de 1381. Estamos en plena Guerra de los Cien Años, cuando una epidemia de peste asola Inglaterra llevándose por delante a un tercio de la población. Una de las consecuencias fue la escasez de mano de obra, con el consiguiente aumento de los salarios y la posibilidad de la movilidad de los campesinos que, recordemos, estaban atados a la tierra por los derechos de señorío. La nobleza estaba molesta con esta situación que consideraban un menoscabo de sus derechos, me los estoy imaginando vituperando a estos incultos campesinos, desagradecidos, que en vez de respetar y reverenciar a su señor y mantenerse con él a cambio de un mendrugo de pan, osaban cambiar de territorio y encima cobrar un salario. ¿A que os parece vergonzoso e intolerable? 
El caso es que 1351 el Parlamento aprobó una especie de Estatuto de los Trabajadores para mantener bajos los salarios, cosa que, de hecho, resultaba imposible, porque los dueños de la tierra ansiaban que alguien recogiera sus cosechas y pagaban lo que fuera menester para no perderlas, pero el asunto despertó el resentimiento de los campesinos. Si a ese estado de cabreo, unimos la propaganda de los llamados predicadores itinerantes o lolardos, unos clérigos que predicaban doctrinas igualitarias (para lo que era la época, claro, no vayais a pensar en la revolución marxista ni nada de eso), la cosa estaba calentita.
 En 1380, subieron los impuestos (esto me da que pensar que nuestros gobernantes actuales no son nada originales, siguen igual que en el siglo XIV), lo que provocó el estallido de las revueltas, primero en Essex y después en Kent, los indignados, perdón, quiero decir los rebeldes (en qué estaría yo pensando), toman Canterbury y desde allí se dirigen a Londres. En el camino se les unen miles de personas y cuando llegan a las puertas de la capital, se cree que había 100.000. El rey, Ricardo II, apenas un niño de catorce o quince años, va a su encuentro a bordo de una barca por el Támesis, pero al ver aquella concentración de gente, literalmente se acojona y manda dar la vuelta. 
Ante la imposibilidad de reunirse con el rey, los levantiscos entran en la ciudad, incendian palacios de nobles, la cárcel de Newgate y toman la Torre de Londres. Por fin consiguen reunirse con el rey y este firma todo lo firmable: Abolición de la servidumbre, del servicio feudal, de los monopolios y de la restricción de ventas, además del indulto para Wat Tyler y sus seguidores. Sin embargo pide una nueva entrevista para el día siguiente, ya saben, sería como ahora, para hablar de los "flecos". Tyler, después de lo fácil que le había resultado tomar Londres, va a parlamentar confiado, pero aquello es una trampa, le provocan y en la refriega que se produce, el Lord Mayor (el alcalde de Londres, para entendernos), le mata. El Rey consigue entretener a los seguidores de Tyler con buenas palabras (se ve que el crío aprendía deprisa), hasta que el Lord Mayor llega con refuerzos. Aquello fue el final de la revueltas campesinas. El rey abolió todas las concesiones (perdón me he equivocado, diría, o algo así) y procedió a una feroz rrepresión.



viernes, 11 de mayo de 2012

INTOCABLE

Philippe (François Cluzet) millonario, tetrapléjico, vive en un lujoso barrio parisino y busca asistente. A la entrevista de trabajo acude Driss (Omar Sy) de origen senegalés, que vive en un barrio marginal del extrarradio de la capital y está más preocupado por sellar la cartilla y poder seguir cobrando el subsidio del paro, que por alcanzar el puesto ofertado. Driss no tiene preparación pero Philippe ve algo en él que le cautiva y piensa que puede ser la persona que busca para que no le trate con conmiseración. La película arranca con una secuencia a gran velocidad que rápidamente nos atrapa por su desenlace.


Algo tiene que tener un film, cuando la mayoría de la gente que va a verlo (por no decir toda) sale de la sala satisfecha. La película no tiene un planteamiento demasiado original o rompedor y como ocurre tantas veces la diferencia está en la manera de hacer y de contar, porque en el cine ya está casi todo inventado y es difícil hacer algo original. El guión, de los inseparables Olivier Nakache y Eric Toledano, está pensado al milímetro y, aunque pueda parecer un contrasentido, a pesar de no ser muy original, es tremendamente fresco.


La comedia (que eso es, al fin y al cabo) está plagada de situaciones hilarantes, con mucho humor negro, pero sin renunciar a los recursos dramáticos en el sentido literal de la palabra, eso sí, con el acierto de no ser exagerados y sí convincentes, a veces de forma sutil, a través de simples miradas entre los protagonistas. La intención de Nakache y Toledano, no es sólo hacernos reír, sino que pensemos en lo que de verdad importa. Un buen ejemplo es la escena del principio, planteada en forma de flashforward, que nos parece divertidísima, pero cuando la volvemos a ver en su espacio temporal, ya no es tan divertida, el drama se hace presente.


Gran parte del peso del film recae sobre los dos protagonistas, sencillamente espléndidos. Desde luego Omar Say es un auténtico animal escénico, llena absolutamente la pantalla y buena parte de la sensación de optimismo que transmite la peli, es porque él nos hace llegar esa sensación. Si a ello añadimos un buen complemento en los secundarios (quiero mencionar a Anne Le Ny, que me encantó) y una banda sonora que no toma protagonismo, pero que está ahí y es bastante buena, tenemos ingredientes para que resulte un buen film.
Pero tras esta fachada, como señalaba antes, hay otra intención en el guión, no es exactamente la amistad, sino lo que podríamos llamar "la importancia del otro": Driss aporta tanto a Philippe, como este al primero. Uno está impedido físicamente, el otro emocinalmente.


No estamos hablando de humor inteligente, sino de un pasatiempo bien llevado y filmado de manera elegante que nos obliga a prescindir de criterios puramente cinematográficos para rendirnos a la presencia de una obra que emociona, divierte y transmite optimismo y buen rollo.




jueves, 10 de mayo de 2012

POEMAS EN PROSA

Titulado en algunas ediciones  Pequeños poemas en prosa, también se le conoce como El spleen de París y es una colección de 50 poemas escritos en prosa poética por Charles Baudelaire y publicados tras el fallecimiento del poeta. El tratamiento que da al poema en prosa es considerado como el nacimiento del lirismo moderno, su afán por romper con los moldes poéticos románticos lleva a que se considere a Baudelaire el iniciador del género.
Es un reflejo de la vida parisina, tan fecunda en asuntos poéticos, con temas recurrentes como la melancolía, el miedo al paso del tiempo, el deseo del infinito, la crítica corrosiva contra la religión y la moral, la burla contra los ideales que mueven a las personas y una enorme aversión contra la sociedad y la hipocresía que la domina. El tono de los poemas es un tanto melancólico y la estructura independiente de cada texto invita a que puedan ser leídos de forma totalmente aleatoria.