miércoles, 31 de agosto de 2011

EL GRITO DE JAYUYA
























Los norteamericanos siempre han sido muy dados a "ayudar" en pro de la libertad y si de por medio está España (Spain), mejor. Nos pasó en Cuba, igual en Filipinas y otro tanto en Puerto Rico. Es cierto que todos estos pueblos deseaban emanciparse de la metrópoli, que incluso estaban en guerra por su independencia y que cuando aparecieron los yankees, en alguna ocasión, o por alguno de los sectores de la población, se vio con buenos ojos su ayuda.
Pero ellos nunca van por las buenas y en plan altruísta, buscan algo, normalmente pasta e influencia.
En Puerto Rico, siempre ha habido contestación de una parte de la población a los manejos que allí han implantado los estadounidenses, con el eufemismo ese del estado libre asociado. Lo cierto es que el apoyo que tienen las opciones independentistas son menores ahora que hace años, hay que decirlo, aunque sigue presente el sentimiento de orgullo por su propia identidad, al tiempo de una conciencia de que son tratados como una pseudocolonia.

























A lo que vamos, el 30 de octubre de 1950, se produjo un levantamiento en Puerto Rico, conocido como El Grito de Jayuya, pues fue en esta población (aunque se levantaron de manera simultánea en las ciudades de Ponce, Mayagüez, Naranjito, Arecibo, Utuado y San Juan, además de Jayuya), donde alcanzaron mayor éxito, logrando adueñarse de la población durante 3 días y proclamar la República Independiente de Puerto Rico.
La revuelta fue reprimida con bombardeos aéreos, disparos de artillería y la intervención de la Guardia Nacional. Los líderes, detenidos y condenados a elevadas penas de cárcel, entre otros, Pedro Albizu Campos y Blanca Canales.
A los dos días del levantamiento, el 1 de noviembre, Griselio Torresola y Oscar Collazo, atentaron, en territorio estadounidense, contra el presidente Harry S. Truman, atacando la conocida como Casa Blair, donde estaba alojado el mandatario. Torresola y el agente de la policía, Leslie Coffelt, perdieron la vida. Oscar Collazo fue detenido y condenado a muerte, pena que le sería conmutada.
El 1 de marzo de 1954, con el propósito de llamar la atención mundial sobre la situación colonial de Puerto Rico, los nacionalistas portorriqueños Lolita Lebrón, Irving Flores, Rafael Cancel Miranda y Andrés Figueroa Cordero, penetraron en el Congreso de los Estados Unidos de América, donde desplegaron una bandera de Puerto Rico y dispararon al aire.
Los hechos ocurridos durante el Grito de Jayuya, fueron silenciados y ocultados a la opinión pública internacional.
Lolita Lebrón, que falleció hace poco más de un año, declaró en 2000, ante un Comité Internacional sobre Violaciones de Derechos Humanos en Puerto Rico y Vieques y, entre otras cosas, dijo:

Tuve el honor de dirigir el acto contra el Congreso de los Estados Unidos el 1 de marzo de 1954, cuando nosotros demandamos la libertad para Puerto Rico y le manifestamos al mundo que nosotros somos una nación invadida, ocupada y abusada por los Estados Unidos de Norteamérica. Me siento muy orgullosa de haber actuado ese día, de haber contestado el llamado de mi Patria




martes, 30 de agosto de 2011

ENEMIGO A LAS PUERTAS

En 1942, el desarrollo de la II Guerra Mundial, toma un sesgo que va a resultar definitivo como se demostró posteriormente.
Las tropas alemanas que, hasta ese momento, habían avanzado de manera imparable allá donde pusieron el punto de mira (excepto en las Islas Británicas), se encuentran embarcadas en una operación que supondrá el inicio de la derrota: La invasión de Rusia.
Una vez roto el acuerdo Ribbentrop-Molotov debido al comienzo de la llamada Operación Barbarroja, Alemania pone en marcha su rodillo bélico y se adentra en territorio soviético, hasta llegar a las puertas de Stalingrado, a orillas del Volga, ciudad que algunos generales germanos proponían pasar de largo, una vez reducida a escombros por los bombardeos. Pero Stalin y Hitler hicieron bandera de la urbe a la que consideraban un símbolo y se empeñaron en una batalla, la más sangrienta del conflicto, de la que el mundo estuvo pendiente, sabiendo lo que en ella se jugaba, algo más que una simple victoria parcial.

Un film bélico que no se ajusta al esquema clásico, por así decirlo, sino que busca el desarrollo de una historia particular sin renunciar al entorno.

Un gran comienzo, que refleja el caos que debió ser para las tropas rusas, mal equipadas, peor entrenadas y sometidas a la constante presión de los temibles comisarios políticos, que no dudaban en disparar contra todo el que se diera la vuelta en primera línea, aún ante un enemigo que a ciencia cierta iba a machacarles, sin que hubiera la más mínima posibilidad de salvación en algunos de los ataques suicidas que les eran ordenados.

Así que, las balas alemanas por delante y las de sus propios camaradas por detrás, ofrecían, ante una muerte segura, la única disyuntiva de hacerlo a manos de unos u otros.
La escena de la travesía del Volga es dantesca y refleja muy bien ese descontrol y esa carnicería que debieron sufrir los rusos, bombardeados sin piedad, hundidas las barcazas, con los hombres muriendo como conejos, sin posibilidad de escapatoria en medio del inmenso cauce de agua, sin armamento y, encima, los que presa del pánico buscan la única vía de escape que es lanzarse al agua, son masacrados por los comisarios del ejército rojo, que al tiempo que suenan los disparos y caen heridos y muertos los soldados, les arengan sobre la obligación de dar la vida por la madre patria. Surrealista y penoso al tiempo.

El film, que dirige el francés Jean-Jacques Annaud, está basado en un hecho real, pero nada más que eso, a partir de la idea inicial, el guión desarrolla una historia con muchos elementos de ficción y además introduce una historia de amor entre el protagonista (Jude Law) y una combatiente del ejército rojo (Rachel Weisz).

Lo que más peso tiene y lo que centra toda la acción de la película es el duelo entre los dos francotiradores, el ruso, un pastor al que su abuelo enseñó a cazar furtivamente y el alemán, un oficial, un caballero prusiano. La propaganda soviética les convierte en paradigma del rico y el pobre y, de paso, para aumentar la moral de sus tropas, cuya situación penosa ya hemos descrito, crea un mito con un hijo del pueblo que mata oficiales enemigos para mayor gloria del socialismo.

El film es, al tiempo, una demoledora crítica contra el comunismo, la declaración final del comisario que exaltó a la categoría de héroe al francotirador Vasili Zaitsev, un tal Danilov (Joseph Fiennes), es paradigmática: Con lo que hemos luchado para implantar la igualdad de clases, porque nadie tuviera que envidiar nada a nadie. Pero siempre hay algo que envidiar, una sonrisa, un beso...
Unido a los disparos a mansalva sobre los que se daban la vuelta, presos del miedo ante los alemanes y a la imagen implacable y antipática que se da de Nikita Khrushchev. Lo dicho, la imagen de los comunistas queda bastante mal parada.

Un film que mantiene un buen ritmo general, aunque algo irregular, que va ganando, incluso, a medida que se desarrolla la acción. A pesar de algunas incorrecciones y de ciertos altibajos, es una película muy entretenida, con un duelo entre los dos francotiradores, en el que Ed Harris, hace una gran interpretación, lo mejor de toda la película. Si le unimos la magnífica banda sonora, nos encontramos un film bastante entretenido y que sin llegar a ser redondo, sólo por ver a Harris, ya merece la pena.







lunes, 29 de agosto de 2011

LAS DOS ECONOMÍAS (O TRES)

Nuestros igeniosos dirigentes, esos que con tres tardes se ponían al día en economía, nos siguen dando lecciones cada día y echándole la culpa al vecino (léase oposición, países ricos, mercados...) del mal trago que estamos pasando.
Esto va a peor y durante estos meses de campaña vamos a hartarnos de oír sandeces, como que hay que invertir más en I+D+I (como si eso diera resultados en dos días, cuando hay que esperar tiempo para empezar a ver los frutos, algo que jamás harán nuestros incompetentes políticos), que hay que incentivar la producción (la producción de qué, si no tenemos tejido industrial), etc., etc. Brindis al sol.
Ahora, algunos, tratando de consolarse y de consolarnos a los demás, dicen aquello de que estamos como los norteamericanos, porque ellos también tienen problemas con su deuda.
El problemón que tenemos es que, al contrario de lo que dijo el ínclito ese de la champions league de la economía, nosotros no estamos en 1ª, estamos en 2ª y teniendo en cuenta que no hay mucho más (como mucho 3ª), somos pobres (o "probes", como quieran) y encima debemos dinero. ¿Qué le ocurre al pobre que debe dinero al banco? Ya lo saben, se queda en la p**a calle o se muere de asco, porque le van a sacar hasta los hígados.
¿Qué le ocurre al rico que debe pasta? Nada.
Algo así es lo que está ocurriendo con los llamados países periféricos de la U.E. y la pasta que le debemos a Alemania (sobre todo), de momento nos van dando carrete, sobre todo a Grecia, porque tienen comprada mucha deuda de ese país, pero llegará el día, como la cosa siga así que nos van a pedir que dejemos a los viejos morirse, que suprimamos las becas de estudio y que aquí no se jubila nadie. Al tiempo y si no miren, de momento España va a cambiar la Constitución cuando Frau Merkel lo ha dicho.
Qué le ocurre a EE.UU. con su deuda que compran, sobre todo, los chinos. Pues nada, que cuando estos pobres insensatos han pedido a los americanos que se moderen, ellos les han mirado como diciendo: ¿Que nos moderemos?, y un huevo, vamos a gastar todavía más y llegará el día en el que los chinitos se darán cuenta de que han comprado una deuda que no saben si se les va a devolver.
Como se ha dicho toda la vida: Si le debes 100 € al banco, tienes un problema; si le debes 100 millones de euros, el problema lo tiene el banco.

domingo, 28 de agosto de 2011

LA ZONA GRIS

Tengo vivo en la memoria el impacto que supuso en la sociedad española el asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA.
Un país acostumbrado, para nuestra desgracia, a las hazañas de pistoleros especialistas en el tiro por la espalda, a la bomba puesta en cualquier lugar donde pudiera hacer daño, sin importar mucho a quién, se echó a la calle con la cara vestida de rabia, de impotencia, de vergüenza..., clamando justicia y deseando envíar un mensaje de consuelo y solidaridad a la familia del fallecido. Hasta quienes consentían con su silencio aquellas barbaridades, se dieron cuenta de que alguien había ido demasiado lejos y vieron peligrar el futuro de sus deseos de independencia si se continuaba por aquel camino. Yo estoy convencido de que alguien con poder sobre los asesinos les ordenó que jamás volvieran a repetir aquella salvajada y que se conformaran con el frío y aséptico asesinato que muchos no hemos comprendido nunca, pero que algunos, desde su mente enferma, consideran como un mal necesario, sobre todo porque siempre afecta a otros.

¿Qué ocurrió para que la sociedad reaccionase de aquella manera? Era un asesinato como tantos otros, el sinsentido era el mismo, la sinrazón era su razón, como otras veces.
Pues lo que ocurrió, sencillamente, es que los carniceros se regodearon con la víctima, la sometieron a la tortura del encierro, de la vejación y le hicieron ver que había alguna posibilidad de salvación, cuando era claro que la decisión estaba tomada y, además, en una última vuelta de tuerca, quisieron hacer ver que la culpa era de otros, cuando la culpa es, siempre, de quien ordena y de quien dispara.
En definitiva, fueron unos sádicos y cuando se traspasan ciertas fronteras, hasta los tuyos, como mínimo, dudan.

La historia que nos narra esta película es la de los sonderkommandos, los prisioneros judíos y no judíos que trabajaban en los crematorios de los campos de exterminio.
Esta gente, sometida a una presión psicológica extrema, era obligada a convencer a quienes iban a ser gaseados, de que se trataba de una ducha desinfectante, si revelaban la verdad eran condenados a una muerte ejemplar: Se les introducía vivos en el horno. Además, una vez muertas las víctimas de las cámaras de gas (en alguna ocasión, alguna sobrevivía y era incinerada viva), se les obligaba a buscar en todos los orificios del cuerpo del cadáver, en busca de joyas y objetos de valor; tenían que introducir los cadáveres en los crematorios y, finalmente acarrear los restos para ser enterrados.

¿Todo eso, a cambio de qué? De buena comida y de unos días más de vida, pues era sabido que los sonderkommandos eran liquidados tras tres o cuatro meses de trabajo y sustituídos por otros, a fin de no dejar testigos de la barbarie.

La película pone los pelos de punta y es por algo similar a lo que exponía al principio. Si hemos visto cientos de películas sobre nazis, si sabemos de sobra lo que hacían, lo que pretendían, las bestialidades que cometieron, ¿cómo es posible que una historia sobre nazis y campos de concentración te remueva la conciencia todavía?
Y es por eso, porque han traspasado una línea roja, porque el sadismo ha llegado al refinamiento. Someter a una persona a la tortura psicológica de meter en el horno el cadaver de su esposa, de sus hijos, de sus padres... Eso es algo que no tiene perdón. Si en determinadas circunstancias, puedes llegar a entender (que no a justificar) que alguien, por miedo, por un pensamiento equivocado debido a un lavado de cerebro, sea capaz de matar de un tiro a un semejante indefenso, hay cosas, como lo que ocurre aquí, que no logras justificar de ningún modo.

Porque la gente tendemos al olvido de las barbaries, porque los malos tienen la habilidad especial de buscar justificaciones donde no las hay para que las nuevas generaciones relativicen aquello que no vivieron, por eso, hay que ver esta película, para que jamás nos olvidemos de lo que ocurrió, de que hay semejantes nuestros que están expuestos a los peores abusos por parte de otros semejantes que, si se dan las condiciones, volverán a hacer lo mismo.
Un final magnífico, acaba por dejar en nuestras mentes el mensaje bien clarito: El polvo gris en que nos acabamos convirtiendo, se pegará a vuestras caras y entrará en vuestros pulmones.
La película es dura, muy dura y lo que es peor, todo aquello ocurrió y es que el hombre tiene la habilidad de superar con sus actos, cualquier ficción





sábado, 27 de agosto de 2011

ADMINISTRAR EL TERRITORIO

Vaya por delante que mi idea de los asuntos políticos deja bastante que desear, vamos que no estoy muy puesto que digamos.
Estos días ha saltado a la palestra un asunto, el las diputaciones provinciales. Ya sabéis, que si hay que suprimirlas, que si no, porque juegan un papel muy importante...
Las diputaciones, esa especie de parlamentos provinciales, en los que el ciudadano, directamente, ni pincha ni corta, porque los concejales que participan en el asunto, son elegidos por los partidos. Sí, ya sé que depende de los votos obtenidos en las elecciones locales, pero nosotros no elegimos, que es a lo que vamos.
El follón que se ha montado viene a demostrar, una vez más (¿cuántas van?) que los partidos piensan primero en ellos y luego, ni se sabe en qué, porque los argumentos que emplean para defender o atacar la pervivencia de estos organismos son de lo más egoísta. El PSOE canta las alabanzas y loas del ahorro que supondría su eliminación, pero lo hace justo cuando acaba de perder por goleada la representación que tenía en ellas. Sospechoso.
El PP, emplea como argumento principal para defenderlas que el PSOE quiere quitarlas porque ahora casi todas están en manos del partido de Mariano.
Vamos que lo que menos les importa es si sirven o no al común, lo que de verdad les importa es la tajada que pueden sacar de ellas.
Mientras, el ciudadano de a pie, lo que sí ve es que esto no tiene píes ni cabeza, que estamos tan atomizados que el país no es eficiente en su gestión, bueno, ellos también lo ven, pero se tapan los ojos, porque colocan a mucha gente de su cuerda con el dinero de todos. Los colocados les deben obediciencia y sumisión y a los partidos les sale gratis.
Hace unos años se hizo una encuesta en Madrid y un porcentaje escandaloso de madrileños no tenía ni repajolera idea de qué Administración les prestaba cada servicio ni dónde tenían que pedir cada cosa. Entre Comunidad, Ayuntamiento y Ministerios se hacían la pi**a un lío.
Desde mi desconocimiento, sólo sé que el ciudadano difícilmente puede soportar este cúmulo de adminsitraciones superpuestas: Estado central, autonomías, provincias, diputaciones y entidades locales y, por si fuera poco, en algunos lugares hay entes comarcales.
Déjense de diputaciones y metan la tijera a todo esto, porque aquí sobran muchas cosas, mucha sopa boba y mucho espabilado tomando esa sopa.
¿Pero, cuánto cuesta esto? Y, sobre todo y más importante ¿para qué sirve?



viernes, 26 de agosto de 2011

LA SOLUCIÓN FINAL

Una película de HBO para televisión, que narra la reunión que tuvo lugar en Wannsee, en la afueras de Berlín, a la que estaban convocadas quince personalidades de alto rango en el régimen nazi, bajo la presidencia del general de las SS Reinhard Heydrich y en la que se decidió de manera fría y calculada el destino de millones de judíos europeos.
La reunión apenas está documentada, la aparición, mucho tiempo después, de la única copia de lo allí tratado, en el archivo del Ministerio de Justicia alemán, sirvió de base para el guión de este telefilme.
Como dice el organizador del encuentro, el coronel SS Adolf Eichman, en uno de los pasajes: Esta reunión no está convocada.
Pero lo estuvo y 6.000.000 de judíos pagaron con su vida las consecuencias de lo que allí se acordó.

El film recuerda a otros de similar factura en cuanto a la concepción (12 hombres sin piedad, La soga...), una puesta en escena prácticamente teatral en donde lo más importante van a ser los diálogos, lo que se nos narra, el trabajo de los actores y lo de menos la parte puramente visual . A pesar de ello y como suele ser habitual en las producciones de HBO, los detalles están cuidados al máximo y nos encontramos con que los detalles de atrezzo son exquisitos, los uniformes de los allí reunidos reflejan exactamente los que debían lucir sus homónimos en la realidad, al igual que los trajes que llevan los civiles. Todo el mobiliario y otros pequeños detalles (estilográficas, encendedores, automóviles que transportan a los reunidos hasta allí, etc.) son reproducidos tras haberse documentado ampliamente.

Como decimos, la base del film es el trabajo de los actores y todos ellos, encabezados por el director (Frank Pierson), pueden estar satisfechos, desde los dos que llevan el mayor peso, Stanley Tucci y Kenneth Branagh, que están fantásticos, hasta el último de ellos, icluyendo al oscarizado Colin Firth.
El trabajo de dirección, sin artificios innecesarios y ciñéndose a lo que podríamos llamar los cánones clásicos, es efectivo apoyándose en el buen guión que sirve de base a la historia.

Una película digna de verse, que no recurre al sentimentalismo fácil, sino que nos presenta a unos hombres normales y corrientes, que ocupan puestos de relevancia en el aparato del partido, la mitad de ellos abogados, y que tratan la cuestión que se les plantea como un problema puramente logístico en el que lo más importante son dos cosas: Conseguir el objetivo y hacerlo de la manera más eficiente.
Lo que ocurre es que el problema que el general Heydrich les ha planteado es el exterminio de los judíos.
Y es precisamente por la frialdad con la que tratan la vida o la muerte de tantos semejantes cual si de ganado se tratase, lo que hace que la denuncia del film sea contundente y nos resulte más inexplicable y más difícil de entender o perdonar lo que los alemanes, los cultos y refinados alemanes de hace poco más de 50 años, hicieron con unos semejantes por el hecho de pertener a un pueblo al que decidieron colgar la culpa de todos los males de la humanidad.






jueves, 25 de agosto de 2011

OPERACIÓN MINCEMEAT

Es conocida la historia de esta operación urdida por la División de Inteligencia Naval del Almirantazgo, para engañar a los alemanes sobre los planes de desembarco aliado en Europa durante la II Guerra Mundial.
La operación consistía en resumidas cuentas en dejar a la deriva, cerca de las playas onubenses, un cadaver al que se le había dotado de una falsa identidad y que llevaba, esposado a su muñeca, un maletín con información confidencial sobre el desembarco que se preveía llevar a cabo, según los documentos contenidos en el maletín, en las costas de Cerdeña y en las playas de Kalamata, en Grecia.
El maletín fue abierto, las cartas que contenía, también y se fotografió su contenido que daba detalles del desembarco, todo ello fue cuidadosamente dejado en su lugar, de nuevo y el cadaver se devolvió a los ingleses que enseguida supieron que había existido manipulación tanto en el maletín como en los sobres y estuvieron seguros de que los alemanes se tragarían el anzuelo, ya que daban por hecho que las autoridades españolas pondrían sus hallazgos a disposición de los nazis.
El posterior movimiento de tropas hacia Córcega y Cerdeña y el envío de algunos de los vehículos acorazados de Rommel a Grecia, lo confirmaron.
¿Por qué Huelva?  En Huelva se encontraba el espía alemán con más fama y credibilidad en el sur de Europa: Adolf Clauss. Clauss había trabajado en plantaciones de café en la Guinea española y en ese momento era jefe de la Abwehr (una organización de inteligencia alemana) en Huelva, ciudad en la que su padre era cónsul de Alemania y tenía contactos con altas personalidades militares del régimen en Madrid.
La biografía del ahogado, a quien se dio el nombre de William Martin, fue preparada hasta sus detalles mínimos y en su cartera se incluía una foto de su novia, llamada Pamela. El retrato correspondía a una chica que trabajaba en el Almirantazgo. Para ella había comprado Martin un anillo de prometida, según podía comprobarse en un recibo en el que constaban su importe en libras esterlinas. Unas entradas al teatro para ver la "Strike a New Note" en el Teatro Príncipe de Gales de Londres indicaban que había estado con Pamela en la representación el día 22 de abril de 1943, víspera de su fatal viaje.
Lo que no es tan conocido es que el cadaver del presunto agente británico fue llevado a tierra y trasladado con posterioridad a Huelva, donde se le practicó la autopsia en eldepósito del cementerio de Nuestra Señora de la Soledad el día 1 de Mayo de 1943, por el forense titular, Eduardo Fernández del Torno. En su informe concluía que Martín había fallecido aproximadamente entre cinco y diez días atrás. Señaló el hecho de que no tenía las típicas mordeduras de peces. Familiarizado con este tipo de informes por los efectuados a otros marineros ahogados, manifestó su extrañeza ante estas anomalías. Sin embargo, los espías alemanes no prestaron atención a estos datos. De haberlos tenido en cuenta, habrían asociado que Martin no pudo estar en el teatro la noche del 22 de abril, porque en esa fecha llevaría varios días muerto.
Es posible que los alemanes no creyeran en la profesionalidad de un médico español. Ese pequeño detalle, ignorados por petulancia, les impidió descubrir el engaño y con eso, la pérdida de Sicilia con todas sus consecuencias. Mientras ellos centraban su atención en los documentos, la clave estaba en el cadaver, el cuerpo del mensajero encerraba el único fallo que cometieron los británicos y que los germanos fueron incapaces de percibir, como cuando un ilusionista desvía nuestra atención hacia el lugar que a él le interesa para que no descubramos el truco. Sólo que en esta ocasión, el truco les salió de pura chiripa.


miércoles, 24 de agosto de 2011

BLACK HAWK DERRIBADO

Resulta curioso comprobar cómo ha ido cambiando el mundo, la sociedad, cómo cosas que antes (no hace tanto), eran contempladas sin que a casi nadie se le ocurriera buscarle segundas, terceras y hasta cuartas lecturas, son ahora diseccionadas hasta hallar en ellas mensajes que, yo estoy convencido, sorprenden incluso al propio autor que, de repente, descubre que ha dicho cosas que ni siquiera se le pasaron por la imaginación.
Estas reflexiones se me vienen a la cabeza, así, a bote pronto, cuando leo algunas de las cosas que se dicen sobre esta película de Ridley Scott. O yo soy muy pardillo (seguramente) y no sé buscarle los tres pies al gato, o es que hay mucho arqueólogo del celuloide, de esos que saben escarbar hasta hallar vestigios de lo que a los simples humanos se nos oculta.

Cada cual puede sacar las consecuencias que quiera de la película, que pueden ser variadas, y yo considero, contra lo que se dice en algunos foros, que esa es (al menos en este caso) una virtud del director que se nos muestra todo un maestro de la ambigüedad, pero es que esa ambigüedad es buscada, no casual.

Pienso (lo pienso yo, sin que nada me avale) que Scott no desea tomar partido y, creo que, en general, en el conjunto de la acción, no lo toma, sencillamente narra. Y la narración es, a tenor de lo que han ido contando quienes allí estuvieron, bastante aproximada a lo que ocurrió.

Otro asunto diferente es la forma en la que envuelve esa narración. Que no tome partido no quiere decir que no tenga su opinión sobre los hechos y, de vez en cuando, como soltándolo con cuentagotas, el realizador nos va dejando detalles de lo que opina a través de cosas puntuales. Me hace gracia oír y leer ciertas críticas que se le han hecho sobre cosas que debería decir y no dice y al revés y, al final, me da la impresión de que yo he visto otra película.

Por ejemplo, se acusa a Scott de desmedido patriotismo, de hacernos ver que los americanos son los buenos y los "flacuchos" (como llaman ellos a los somalíes), los malos. No lo tengo tan claro. Al principio del film, nos presenta a unos Delta Force y a unos Rangers (las tropas que tomaron parte en la misión), bastante prepotentes, chulillos, picados entre sí y que cuando van a partir, alguno de ellos desprecia llevar la cantimplora, el antibalas o las gafas de visión nocturna, porque aquello es como una excursión. Además de dar la imagen de que estos chicos son lo que deben ser en realidad, unos muchachos jóvenes, poco más o menos con un nivel parecidos a los nuestros de la E.S.O., ya sabéis... Otra cosa es que su nivel de adiestramiento para la acción sea elevado, pero el intelectual, no va muy allá que digamos.

Enfrente tenemos a los somalíes, a quienes algunos (muchos) ven representados como gente despiadada, poco menos que asesinos sanguinarios, los malos, vamos.
Tampoco lo acabo de ver tan claro.
En primer lugar, quienes atacan a los yankees son los habitantes de un barrio concreto de Mogadiscio, el mercado de Bakara, donde vive el hombre a por el que van los expedicionarios, un señor de la guerra llamado Aidid. Y esta gente, seguramente era así cuando se las ve con los americanos o con cualquier fuerza extranjera en general, porque sus ánimos han sido exacerbados para que actúen así contra quienes pueden acabar con el estatus que tienen sus jefes.
Scott tiene cuidado de irnos dejando esos detalles a los que hacíamos alusión, por ejemplo, cuando se ve al anciano con el niño muerto en sus brazos que cruza ante la caravana de soldados de la ONU, o cuando se ve a los ciudadanos de otros barrios que aclaman a las tropas extranjeras, al fin y al cabo, gente como Aidid, tampoco les va a sacar de la miseria en que viven.
Además algunos de los diálogos, como el que se produce entre el piloto Michael Durant y uno de sus captores, tratan de poner en su lugar la verdadera dimensión del pensamiento de los nativos (de algunos de ellos, al menos): No desean la injerencia de foráneos, son mal recibidos.

La película, como obra cinematográfica, es una maravilla, para mi gusto, claro. El espectáculo de los black haws sobrevolando Mogadiscio a escasos metros de las azoteas y aterrizando en sus calles; los grandes angulares; los contrapicados; los numerosos efectos especiales; las imágenes en verde recreando la visión nocturna...

La banda sonora, de Hans Zimmer, incluye alguna canción muy conocida de Elvis Presley o Steve Ray Vaughan, así como música árabe. Pero casi forman parte de ella los silencios, las voces, los ruidos de las aspas de los helicópteros, los disparos de la gran variedad de armas que se nos muestras, el tránsito de los humvees, los famosos HMMWV (High Mobility Multipurpose Wheeled Vehicle)...

Es un film, en cierto modo, coral, en lo que a actuaciones se refiere, salvo Josh Hartnett, que tiene más minutos de aparición en pantalla, las actuaciones del resto están concebidas para resaltar la acción colectiva y, como mucho, relatarnos algún hecho puntual, que los hubo y destacables y a pesar de que muchos de ellos son nombre conocidos (Eric Bana, Ewan McGregor, Tom Sizemore, William Fichtner, Sam Shepard...) no se puede decir que cobren especial protagonismo.

Una peli de acción trepidante, bien narrada en el sentido de que a pesar del batiburrilo de acciones paralelas, sabes en cada instante dónde te hallas.
Una de sus facetas más interesantes es que nos hace abandonar el concepto que tenemos del cine bélico típico de la II Guerra Mundial y nos muestra cómo es la guerra moderna, cómo son los conflictos que ahora se viven. Las fuerzas de la ONU, multinacionales por propia definición, y los conflictos que pueden surgir en su seno en cuanto a la ocultación de acciones de unos a otros o a la hora de tomar decisiones (aquí se nos muestra entre los norteamericanos, que ocultan lo que van a hacer a los Pakistaníes, que están allí con ellos). La tecnificación de las actuaciones, con el uso de tecnología punta, lo que tiene sus ventajas, pero el inconveniente de que cuando falla, el soldado anda perdido y los mandos, que siguen las operaciones en directo a través de pantalla, al tiempo están alejados de lo que el soldado siente en sus botas al pisar el terreno.
En ese aspecto, ya digo, me parece de lo más interesante.
En cuanto al mensaje o mensajes que algunos quieren ver, yo creo que Scott deja claro que estas actuaciones son parches que trata de poner occidente, que no valen de mucho, que el soldado norteamericano que está allí, se hace un montón de preguntas, sin acabar de entender el porqué de muchas de ellas y que buena parte se resume en lo que dice uno de los soldados: Al final todo consiste en lo que haces por el hombre de al lado.







martes, 23 de agosto de 2011

CHUCHES

Que los asuntos de la economía están jo***os, está fuera de toda duda. Que van a estar peor, salvo algún devoto que aún comulga con ruedas de molino, lo tenemos todos asumido casi con resignación. Sin embargo, siempre hay alguien que se salva de la quema. Si hacemos caso a la consultora DBK, el sector de dulces y golosinas, crecerá este año entre un 2% y 3%, hasta alcanzar casi los 1.300 millones de euros.
El sector incluye a 650 fabricantes e importadores y unos 43.000 distribuidores mayoristas. La distribución minorista, a pesar del desarrollo de nuevas cadenas, está muy atomizada.
Y es que, en este caso, por fortuna, a nadie le amarga un dulce.

lunes, 22 de agosto de 2011

SAVIOR

Un tipo que trabaja en la embajada de los EE.UU. en París, se supone que en asuntos relacionados con la defensa, ve impotente cómo su esposa e hijo mueren en un atentado perpetrado por un grupo islamista radical en una cafetería de la capital francesa.
Al hombre se le cruzan los cables y mientras su familia está de cuerpo presente en la embajada, se dirige a una mezquita próxima y la emprende a tiros con quienes allí están orando, matando a todo lo que se mueve.
Busca refugio en la Legión Extranjera y más tarde como soldado de fortuna. A continuación le vemos enrolado en el ejército servio durante la guerra de los Balcanes.
A fuerza de matar buscará su particular venganza hasta que, en un intercambio de prisioneros, se cruza en su vida una mujer llamada Vera, que ha sido violada y que dará a luz una niña. Su manera de ver el mundo irá cambiando.

Predrag Antonijevic, dirigió este film producido por Oliver Stone, con Dennis Quaid y Natasa Ninkovic en los papeles protagonistas, pues aunque en los créditos figura también Nastassja Kinski, apenas hace una breve aparición al comienzo.
Una banda sonora muy bonita, con canciones populares balcánicas, sobre todo Ninna Nanna, una canción estremecedora por las circunstancias en las que la entona la protagonista femenina.
La peli está filmada en un formato que recuerda a los telefilmes y siendo buena la historia que cuenta, no acaba de ser un trabajo redondo ni de lejos, de forma que cinematográficamente no resulta, aunque llegue al corazón por así decirlo.
Dennis Quaid, el protagonista, da verdadera pena y no interpreta como es debido la evolución psicológica del personaje.

Con todo lo dicho, la peli ¿puede o debe verse? Yo creo que sí, más que nada porque habla de un conflicto poco tratado en el cine (y en general, parece que es algo que debe olvidarse), que aunque lleno de tópicos, sí que refleja bastante bien la brutalidad y el salvajismo que se desencadenó en los Balcanes cuando estalló el conflicto, la sinrazón, el descontrol, la proliferación de auténticos carniceros que sometieron a la población a todo tipo de desmanes y humillaciones caracterizadas por el sadismo con que eran llevadas a efecto, al menos, sobre todo eso, a pesar de todos los fallos y libertades sobre la realidad que se toma, sí logra el film que reflexionemos.





domingo, 21 de agosto de 2011

FELIZ CUMPLEAÑOS

Hay cosas que están tan arraigadas en nuestra sociedad que ni siquiera se nos ocurre pensar que no siempre fueron así y que han sufrido mil y un avatares hasta llegar a ser lo que conocemos.
Una de ellas es la celebración de los cumpleaños, nuestros propios aniversarios.
Esta costumbre se remonta, como tantas, al origen de los tiempos y a la creencia, en algunas culturas antiguas, de que cuando nacemos hay alguna especie de fuerza o espítiru que nace con nosotros y que nos protege durante toda nuestra existencia. Algo que también ha sido adoptado por nuestra civilización judeo cristiana en la figura del ángel de la guarda.
Los egipcios celebraban los cumpleaños, pero sólo de sus faraones. Y en el mundo griego y, posteriormente, en Roma, se hacía algo que ha llegado hasta nosotros: Encender lamparitas sobre una especie de pastelillos que eran sopladas, en la creencia de que el humo que desprenden al ser apagadas, asciende hasta la divinidad y le transmite el deseo que hemos formulado de manera íntima.
Durante siglos, la Iglesia veía mal estas celebraciones, pues eran de tradición pagana, y más si tenemos en cuenta que, según la doctrina entrábamos en el mundo manchados por el pecado original, así que no había nada que celebrar. Hasta que en el siglo IV, la Iglesia empezó a modificar su actitud respecto a las celebraciones de los cumpleaños, a lo que ayudó, sin duda, el inicio de serios estudios para determinar la fecha del nacimiento de Cristo. Con la celebración de la natividad de Jesús, el mundo occidental recuperó la celebración de los cumpleaños, si bien quienes lo celebraban eran reyes y gentes principales, no creo que las clases humildes tuvieran demasiado que celebrar, quizá de ahí provenga la costumbre de colocar coronas en la cabeza del niño agasajado.
La costumbre del pastel, resurgió entre los campesinos alemanes en la Edad Media, a través de un nuevo tipo de celebración, una Kinderfeste, ofrecida específicamente a un niño o niña (Kind). Es de estos festejos de donde viene, practicamente, toda la parafernalia que rodea ahora a los cumpleaños, pues en ellos se encendía una vela por cada año del niño (más una que representaba toda la vida), se le hacía al niño la comida que más le gustaba, se le entregaban regalos y, al final de la celebración, justo antes de dar cuenta del pastel, se soplaban todas las velas mientras formulaba un deseo.




sábado, 20 de agosto de 2011

SALVAR AL SOLDADO RYAN

A pesar de la fama innegable del film, no deja de tener sus detractores, si no al conjunto, si a alguno o a muchos de los detalles y situaciones que a lo largo de la película se nos plantean.
A pesar de todo ello, a pesar de que haya cosas que puedan no gustar o no acabar de convencer, hay otras que ya, a estas alturas, con un cierto tiempo transcurrido desde su estreno, resultan innegables.
Entre ellas que forma parte del elenco de películas bélicas que tienen un lugar destacado en la historia del cine y que si logramos abstraernos del mensaje o de los mensajes que Spielberg nos transmite, es un magnífico film, en el que cada detalle está cuidado y planificado casi con mimo.

Una de las críticas que se hacen sobre ella es el exagerado patriotismo que destila. Estoy de acuerdo, es así, pero el director no engaña a nadie, el mensaje no es subliminal, sino directo y sin subterfugios. Que la primera imagen que veamos sea una bandera estadounidense, desplegada, con un superfoco detrás de modo que apenas se aprecian los colores de la misma por el exceso de iluminación. Si eso no es una declaración de intenciones, al espectador que no se entere sólo falta que le hable directamente Spielberg al oído y le susurre: Quiero dotar a la peli de un cierto espíritu patriotico.

Cada uno de los personajes representa un estereotipo de persona, de soldado de cualquier guerra y de las diversas reacciones que se pueden esperar de un hombre sometido a la tensión y las situaciones que la guerra provoca. Y todos ellos bastante bien interpretados, de manera que ni siquiera destacaría a Tom Hanks, porque todo el coro de actores que se reparten los papeles de secundarios de primera, lo hacen muy bien.

Una buena banda sonora que, a veces tiene caracteres de himno y un escenario y una ambientación sin desperdicio, sobre todo en las escenas, ya casi míticas, del desembarco.

A algunos les puede decepcionar el excesivo sentimentalismo, esas escenas que tocan la fibra sensible, las del cementerio, al principio y, sobre todo, al final, para muchos muy al estilo Hollywood, demasiado comerciales. O ese toque patriotico al que hemos hecho alusión, con los aviones llegando al final, cual moderno 7º de caballería, librando a los buenos de los malvados.
Pero no es menos cierto que el retrato que hace de las tensiones bélicas, de la camaradería, de la obediencia al mando y, sobre todo, las imágenes del desembarco y los sonidos de los proyectiles, nunca tan bien conseguidos, que a veces te hacen agacharte para que la bala no te atraviese como lo hace con los soldados cuando bajan el portón de las lanchas de desembarco, eso, esas cosas, esos detalles tan magníficamente tratados, valen para olvidar cualquier otra cosa.

Una película para todos, pero imprescindible para quienes gusten del género bélico, principalmente por su alto valor documental, no tanto histórico, como fiel reflejo de las las condiciones de la guerra.