jueves, 30 de noviembre de 2017

TIERRA Y LIBERTAD

A la muerte de David Carr (Ian Hart), su nieta Kim (Suzanne Maddock), encuentra dentro de una maleta, algunos recuerdos de su abuelo (recortes de periódicos; un pañuelo rojo con tierra, presumiblemente española envuelta en él; añejas fotografías...). A partir de ahí, la película narra la historia del propio David Carr, un joven inglés en paro que decide dejar su Liverpool natal y acudir como voluntario antifascista a la España de 1936 en plena guerra civil. Lógicamente combatirá del lado de la república, ya que está afiliado al partido comunista de Inglaterra. Luchará al lado de otros muchos voluntarios procedentes de países vecinos (Italia, Alemania, Francia...) y de Norteamérica que, como él, llegaban para combatir contra el fascismo en España.
David es destinado al frente de Aragón, allí conocerá a Blanca (Rosana Pastor), una atractiva española, militante del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). David y Blanca están convencidos de luchar por la defensa de la libertad. La igualdad entre las personas y el compartir tierra y bienes, sin existencia de clases sociales son los ideales que defienden. Pero a veces el enemigo no solo está en las filas del bando adversario, sino que aquellos que parecen luchar por sus mismos o parecidos ideales, pueden acabar convertidos, por razones de interés político, en sus enemigos más peligrosos.


Con guión del propio Ken Loach (realizador del film) y de Jim Allen en base al visionado de numerosos documentales (nada de ficción) y de leer textos básicos de protagonistas directosHomenaje a Cataluña (George Orwell) o Cuaderno rojo español (Mary Low y Juan Breá), es una coproducción española, alemana y británica.


En Tierra y libertad no hay sitio para el romanticismo, aunque haya una historia de amor dentro de ella, porque, como asegura su realizador, "la guerra civil española nunca fue una historia romántica". No aparecen los románticos escritores o poetas que la literatura se ha encargado de mostrar. Es la clase obrera la que lucha en las barricadas. "La misma idea de que la guerra tenga algo de romántica también sirve a una función política y oscurece o tapa lo que ocurrió de verdad". Lo que de verdad atrajo a Loach es lo que para él era la historia de una gran esperanza, uno de los pocos momentos en la historia de la humanidad en los que se ve que la gente toma el control de su propia vida.


La película nos acerca a uno de los episodios más vergonzantes y olvidados de la Guerra Civil Española: El aniquilamiento del POUM acusado de formar parte de una pretendida conspiración internacional contra el comunismo y la Unión Soviética, deteniendo a sus dirigentes y disolviendo sus milicias en el frente. El partido trotskysta se había convertido en una molestia para las autoridades de la República acuciadas por los comunistas y la necesidad de que Stalin siguiera vendiendo armas y suministros a los republicanos españoles hizo que el partido de Nin y Maurín, descabezado y proscrito, pasara a la clandestinidad.
Todo esto, los intentos de colectivización de la tierra, llevados a cabo por poumistas y anarquistas en Aragón y Cataluña, se ve reflejado en la película, si bien es cierto que, bajo mi punto de vista, quien no conozca la historia, puede que encuentre la narración algo embarullada.
Rodada con no muchos medios, en algunas escenas, como la del debate y posterior votación para decidir si se colectiviza o no la tierra, interviene gente de los lugares donde fue rodada, incluso con frases de guión, como si fueran uno más de los actores del film, lo que, en algunos pasajes le da un cierto aire de frescura y de documental.
En cualquier caso, es una película muy interesante que deja al descubierto algunas de las vergüenzas del bando republicano y los manejos del todopoderoso PCE, convenientemente aleccionado por los asesores soviéticos enviados por Stalin.
Es verdad que la película da algunas pinceladas sobre los debates entre si primero era ganar la guerra y después vendría la revolución y los que defendían que ambas cosas iban unidad; el papel de la mujer, que fue cambiando a lo largo del conflicto; el propio enfrentamiento entre los republicanos o la intervención de los voluntarios extranjeros, sin entrar en mayores detalles, como la importancia que para la CNT tenía el edificio barcelonés de telefónica o la represión, tortura y asesinato de los miembros del POUM, que se ve reflejada someramente, pero lo que sí logra el film es poner de actualidad estos hechos medio escondidos por la historia y despertar el interés de quienes quieran profundizar en otras fuentes sobre aquellos acontecimientos.




miércoles, 29 de noviembre de 2017

EL CORAZÓN DE LA TIERRA

España, finales del siglo XIX. Una poderosa compañía inglesa obtiene una concesión para explotar durante 30 años las minas de Riotinto, en Huelva. Blanca Bosco (Catalina Sandino Moreno), una niña de nueve años, y su inseparable amiga inglesa Kathleen (Sienna Guillory), sobrina del director británico, son testigos de las miserables condiciones de vida de los trabajadores, entre los que abundan niños, y de la terrible contaminación atmosférica. Cosechas, ganado, árboles, ríos, pero sobre todo la población, desde la sierra de Sevilla hasta el sur de Portugal, sufren la agresión de los humos tóxicos. La llegada al pueblo de Maximiliano Tornet (Pablo Durán), un revolucionario anarquista llegado desde Cuba, de quien se enamora la madre de Blanca, representa una esperanza para todos. Mineros, agricultores y miles de personas venidas de toda Huelva, lo siguen el 4 de Febrero de 1888 en una manifestación pacífica: la primera protesta ecológica de la Historia. Exigen la mejora de las condiciones de trabajo y que se ponga fin a la emisión de los gases tóxicos, que ha sido prohibida por el Parlamento Británico desde hace 30 años. Pero la influyente compañía no está dispuesta a reducir sus beneficios económicos. Medio centenar de soldados, enviados por el Gobernador, hombre muy dócil a los dictados de los ingleses, toman posiciones dispuestos a abrir fuego en la Plaza de Riotinto.


El realizador y guionista Antonio Cuadri (Trigueros, Huelva, 1960), adapta la novela homónima de otro paisano, el riotinteño Juan Cobos Wilkins, en la que narra los acontecimientos del llamado “El año de los tiros”. El 4 de febrero de 1888, cuando mineros, agricultores y miles de personas venidas de toda Huelva, se manifiestan de forma pacífica en Riotinto. Exigían mejorar las condiciones de trabajo y que se terminara la emisión de los gases tóxicos, prohibidos por el Parlamento Británico desde hacía 30 años, pero que las compañías inglesas seguían utilizando en sus "colonias" (en este caso, en España). Este sistema consistía en la extracción del mineral en “teleras”, método de calcinación al aire libre. La contaminación atmosférica afectó a las cosechas, ganado, árboles, ríos, pero sobre todo a la población humana, que venía sufriendo sus consecuencias desde 1873, cuando la Rio Tinto Company se hizo con la concesión minera.
BlancaKathleen vivieron estos acontecimiento siendo niñas y quince años después, convertidas ya en jóvenes, reciben en un acto festivo en la estación de ferrocarril al nuevo director de la mina y a su apuesto guardaespaldas venidos de Estados Unidos, una dolorosa cicatriz perdura silenciosa y profunda en el corazón de todos.


Película de impecable factura técnica y de gran belleza formal, estupendamente ambientada, con escenas de auténtica postal destacando las tomas de las minas con gran angular y el empleo de grúas para los planos aéreos.
Las críticas, sin embargo, son, por lo general, demoledoras con la forma de narrar la historia a la que tachan de falta de garra, de no saber retratar en condiciones el conflicto y refugiarse en la parte de la historia sentimental de sus protagonistas y de deficiente dirección de los actores.
Mi sensación es que, por momentos, parece todo muy artificial, los actores con falta de garra en sus interpretaciones y los movimientos de masas poco conseguidos y faltos de una cierta épica que le vendría bien para enganchar más al espectador.
Sin embargo, hay que saber apreciar el esfuerzo de aproximarnos a un acontecimiento prácticamente desconocido de nuestra historia reciente, aunque sea con este aire de telenovela que quizá desluce un poco el resultado final del relato de esta lucha desigual que mantuvieron nuestros paisanos andaluces con la todopoderosa empresa inglesa que blandía como argumento principal que les daba de comer aunque fuera a cambio de hacer irrespirable el aire.




martes, 28 de noviembre de 2017

EN BUSCA DE APRIL

April Latimer, es amiga de la hija de Quirke, Phoebe, y Phoebe teme que April esté muerta, por lo que decide pedir ayuda a su padre, para ver si logra enterarse de qué es lo que le ha podido pasar a su amiga para que desaparezca sin despedirse de nadie. La búsqueda de Quirke lo lleva rápidamente a un conflicto con la familia de la chica, con muchas y buenas conexiones en Dublín, un clan que sabe que el poder hace lo que quiere, que la ley tiene un precio, y que cuenta con un antepasado que es toda una leyenda de la independencia irlandesa. Quirke, persistente, recurre a la ayuda de un amigo policía, el inspector Hackett y ambos se enfrentarán al muro familiar que no quiere que el asunto se remueva.
La escritura tiene una elegancia y una ligereza que supera a la sencilla trama que, casi, pasa a ser lo de menos. Black evoca el Dublín que conoce con un amor que destila cierta amargura. La sensación es que Black le debe mucho a Ross Macdonald, Raymond Chandler o Georges Simenon, grandes escritores de misterio del período en el que John Banville ha elegido colocar sus propias incursiones en el género.
El libro está impregnado de cierto pesimismo temático al que da brillo la escritura y las descripciones que parece que iluminan la densa niebla dublinesa.



lunes, 27 de noviembre de 2017

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA

Florentino Ariza (Javier Bardem), un joven que trabaja como telegrafista, se enamora locamente de Fermina Daza (Giovanna Mezzogiorno), una joven que pertenece a una familia acaudalada. Comienza entre ellos una apasionada correspondencia epistolar que se verá abruptamente interrumpida cuando el padre de ella, tras descubrir el idilio, decide llevársela lejos de su amante.
Para garantizar que Fermina permanence lejos de Florentino, Lorenzo Daza (John Leguizamo) la somete a un penoso viaje para llevarla a vivir con unos parientes en una zona rural alejada pero Fermina y Florentino encuentran una forma de enviarse telegramas secretos, continuando así su romance personal. Pero la promesa de una vida juntos se desvanece cuando Fermina vuelve a Cartagena hecha toda una mujer y descubre que el sueño de su amor es muy diferente en la realidad.
Ella acabará casándose con Juvenal Urbino (Benjamin Bratt), un médico culto, mientras Ariza buscará consuelo en los brazos de cientos de mujeres en un intento desesperado de sanar su corazón roto, pero jamás encontrará el amor en ninguna.
Tras cincuenta años de matrimonio, Urbino cae accidentalmente de un árbol y como consecuencia de ello, fallece. Ariza acude al funeral e inmediatamente retoma el cortejo a su antigua novia que ha seguido siendo durante todos esos años el gran amor de su vida.
El guión se basa en la conocida novela del Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, inspirada en la historia de amor de sus propios padres


El clásico film que se ven con ojos distintos quienes han leído el libro y quienes no lo han hecho.
Para estos últimos, quienes todavía no se han asomado a las páginas de la novela de García Márquez, pienso que puede ser una película, cuando menos, entretenida, si no emotiva y muy agradable de ver, con una bella fotografía que saca partido de los paisajes colombianos en que se rodó el film y un buen trabajo de Javier Bardem en su papel de peculiar y constante enamorado. Una historia de amor hermosa y diferente, tratada con sensibilidad y que acaba enamorando al espectador.
Los que leyeron la novela, en su mayoría, dejan ver que el film les decepciona y es que trasladar la magia del autor colombiano a la pantalla es una tarea tan complicada que, hasta ahora, las adaptaciones que se han hecho de las novelas de García Márquez para el cine, no es solo que salgan perdiendo, es que son bastante malas comparadas con la excelsa prosa del Premio Nobel.




viernes, 24 de noviembre de 2017

CHUECATOWN

Leo (Pepón Nieto) y Rey (Carlos Fuentes) son una pareja de gays que viven en el barrio madrileño de Chueca. Son un tanto atípicos, no tienen gusto para la moda, les gusta el fútbol, no tienen un duro y están pasando por una crisis de pareja, pero dentro de lo que cabe, viven felices.
Al mismo tiempo, en el barrio se están produciendo extraños crímenes de ancianas. El asesino, Víctor (Pablo Puyol), es el dueño de una inmobiliaria cuya máxima aspiración es convertir Chueca en un barrio modelo donde todos sus habitantes sean jóvenes, modernos y guapos viviendo en casas de lujo reformadas. Para ello se dedica a asesinar a todas aquellas ancianas que no quieren venderle el piso
Víctor mata a la vecina de Leo y Rey que, sin que ellos lo supieran, había testado en favor de la pareja dejándoles el piso. Rey le regala el piso a Antonia (Concha Velasco), su madre, una mujer mayor, fumadora, desvergonzada, contestona, que odia a Leo a muerte. Víctor, al ver que el piso ha sido ocupado por una nueva anciana se dedicará a partir de ese momento a intentar deshacerse de la nueva inquilina. Pero Antonia es un hueso duro de roer.
Víctor, en su afán de conseguir el piso y de cargarse a la vieja, algo que ya se ha convertido para él en algo personal, se acercará poco a poco a Leo, seduciéndolo y engañándolo, haciendo que su ya maltrecha relación con Rey empeore aún más.


El guión se basa en la serie de comics del mismo título de Rafael Martínez Castellano, aunque en palabras del propio Rafael, la película no tiene absolutamente nada que ver con el cómic.


Es una lástima que los productores se empeñaran en hacer una película tipo "Torrente", cuando la idea de los comics, creo que da para hacer una comedia bastante más imaginativa que esta.
Aunque los protagonista son una pareja gay y se desarrolla en el barrio de Chueca, el centro de la película son los asesinatos de ancianas y la resolución de los mismos, con una cierta crítica de fondo al problema inmobiliario, así que los protagonistas podrían haber sido otros cualesquiera.
Creo que a la película le falta mucha fuerza, se va hacia lo vulgar, incluso chabacano y trillado a la hora de busca el punto humorístico y eso hace que acabe por hacer poca gracia, para colmo, la resolución final está muy poco conseguida.




jueves, 23 de noviembre de 2017

EL VIENTO QUE AGITA LA CEBADA

Irlanda, 1920. La Irlanda rural es el cruel escenario de la batalla que libran las fuerzas de seguridad británicas y la población unionista irlandesa que se opone a ellos. Unos campesinos se unen para formar un ejército de guerrilleros voluntarios y enfrentarse a los despiadados Black and Tans (Negro y Caqui, por el color de sus uniformes), tropas británicas que habían sido enviadas para sofocar las aspiraciones independentistas de Irlanda. Llevado por un profundo sentido del deber y por el amor hacia su país, Damien (Cillian Murphy) abandona su prometedora carrera de médico y se reúne con su hermano, Teddy (Padraic Delaney) para formar parte del IRA local, en una peligrosa y violenta lucha por la libertad. Cuando la lucha de los insurgentes lleva a los británicos a un punto crítico, las dos partes firman un tratado para poner fin al derramamiento de sangre. Pero, a pesar de la aparente victoria, estalla la guerra civil, y las familias que habían estado luchando hombro con hombro se ven desgarradas, y sus miembros convertidos en enemigos.
Mientras Teddy, adopta una actitud más pragmática, Damian se une a la facción secesionista.


Ken Loach, revisa parte del proceso de independencia de Irlanda, su guerra contra Inglaterra y el posterior enfrentamiento civil, a través de las vicisitudes de dos hermanos de futuro, en principio, divergente, cuyo destino se une en la lucha contra el dominio extranjero, separados y enfrentados más tarde por una distinta toma de posición en el conflicto.
El film fue premiado con la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2006.
La película va etiquetada como "cine español", porque, aunque algunos lo desconozcan, la empresa española Tornasol Films, S.A., es coproductora de la misma.


Loach nos ofrece un inteligente film, bellamente fotografiado, sacando mucho partido al paisaje en que se desarrolla la historia, en la que reflexiona sobre la amargura y la furia de la guerra civil en Irlanda tras la proclamación del llamado Estado Libre Irlandés de 1922.
Desde algunos ámbitos se ha criticado la representación con excesiva crueldad de los Black and Tans, aunque lo cierto es que el realizador británico no ahorra detalles para referirse a los métodos del IRA y su forma expeditiva de actuar en determinadas circunstancias, la escena en la liquidan de un tiro en la cabeza al joven mozo de granja que proporcionó a la policía detalles de su escondite, sin atender a razones de las circunstancias en que se produce esta delación, es suficientemente cruda para dejar en evidencia que los independentistas tampoco se andaban por las ramas a la hora de recurrir a procedimientos radicales.
Es cierto que las afinidades de Ken Loach quedan claras, en el film se sabe de parte de quien está, al fin y al cabo su ideología es la que es y no renuncia a su pensamiento socialista (recordemos su pasada militancia ligada al trotskismo) y, desde luego, creo que la película no mantienen la equidistancia, aunque tampoco imagino que lo pretendiera.
Es un tema delicado, hubo mucha sangre de por medio y mucho odio que salió a la luz. Loach nos ofrece un magnífico retrato de una época y un conflicto que aún está vigente (Irlanda del Norte forma parte del Reino Unido), una película muy poderosa, en la que el enfrentamiento entre los dos hermanos es una magnífica parábola del conflicto civil que enfrentó a quienes habían combatido codo a codo.
Otra cosa es que alguno se pregunte si nos está contando algo nuevo y si es una lección de historia ¿cuál es esa lección en nuestros días?




miércoles, 22 de noviembre de 2017

BAJO LAS ESTRELLAS

Benito Lacunza (Alberto San Juan), el típico vividor de treinta y muchos años, que tiene una existencia desastrosa, y que trata de sobrevivir como camarero ocasional y como trompetista de jazz, un holgazán que en realidad se dedica a vivir la vida sin preocuparse excesivamente de lo que pueda ocurrir maña, regresa por unos días a su pueblo natal, Estella, en Navarra, tras enterarse de que su padre está a punto de morir. Allí se reencuentra con su hermano Lalo (Julián Villagrán), un buenazo al que apodan ‘el Hierros’, por la afición que llena sus días, pues se dedica a construir estrambóticas esculturas metálicas con chatarra.
Benito descubre, no sin sorpresa, que su hermano se ha echado novia. Benito la conoce de sus juergas adolescentes: es Nines (Emma Suárez), una madre soltera castigada por la vida y sin muchos horizontes vitales. Benito se propone impedir que Lalo caiga en semejante trampa, ya que planean casarse, pero sus planes se derrumban cuando conoce a la hija de Nines, Ainara (Violeta Rodríguez), una niña introvertida, rebelde y fumadora precoz, con quien Benito entabla una insólita amistad, estableciendo una relación casi paternofilial que, en cierta medida, le hace evolucionar como persona.


Adaptación de la novela ‘El trompetista del Utopía’, de Fernando Aramburu, que, en su momento se llevó un buen número de premios en el Festival de Málaga, y de los más importantes.


El film incluye algunos pasajes de costumbrismo rural y el mundo que nos pinta es el de una Navarra de paisajes bellos y luminosos, pero no idílicos, pues los mezcla con edificios industriales y aguas contaminadas, dando la imagen de una tierra que forja hombres y caracteres duros.
Estupenda actuación de Alberto San Juan que sabe sacar  partido a su papel, el de un pícaro bastante impresentable, pero que cae simpático.
Es una película de personajes estrafalarios, que viven fuera de lugar y que parece que necesitan apoyarse en alguien para salir adelante, aunque resultan bastante insufribles.
Digna de mención la parte técnica en la que Viscarret nos muestra, por un lado, conocimiento y cierto dominio y, por otro, aporta frescura al relato, si bien es cierto que en ocasiones puede dar la sensación de que abusa de algunos movimientos de cámara o de los intencionados desenfoques. La aparente falta de planificación es un recurso del director para acercarnos a los personajes.
Sabemos cual es el pensamiento de Aramburu respecto del llamado conflicto vasco y la película recoge este sentir de forma tangencial, sin profundizar en él. En un par de escenas queda reflejada la sinrazón del mismo, cuando a Benito, borracho, se le ocurre despotricar contra la violencia terrorista, algo que en una determinada época (no sé cómo estarán las cosas ahora), era jugársela cuando lo hacías, como él, en una tasca navarra, durante las fiestas del pueblo y ante una pandilla de mozos. Por supuesto, estos pueblerinos, que es lo que son, en el peor sentido del término, le arrean una buena zurra al insensato.
La trama no es muy original que digamos, pero la película se hace entrañable y destila una prometedora calidad para ser una ópera prima.





martes, 21 de noviembre de 2017

EL OTRO NOMBRE DE LAURA

Quirke recibe la llamada de un antiguo compañero de Universidad que le ruega que trate de evitar la autopsia preceptiva al cadáver de su joven y bella esposa que se sucidó arrojándose al mar desnuda desde un muelle de la bahía de Dublín. Tras examinar el cuerpo, Quirke sospecha que aquello no es un suicidio, sino que alguien arrojó el cadáver al agua.
En esta novela, el autor se escapa de la convención de que el lector siga la historia desde la perspectiva de quien investiga, trazando una historia paralela desde la perspectiva de la víctima que nos va relatando sus recuerdos íntimos.
En esta melancólica segunda narración, Deirdre Hunt emerge como una chica inteligente y ambiciosa, desesperada por convertirse en dueña de su propio destino. Su imaginación fue despertada por un falso sanador espiritual, abriéndose paso, como a tientas, desde las zonas marginales en que vive, para montar su propio negocio junto a un llamativo socio comercial. Se trata de un salón de belleza para el que adopta el nombre comercial de Laura Swan. El aire de superioridad de su socio, Leslie White, es tan falso, como sus modales estudiados y su línea transparente de seducción, que le permiten un asombroso éxito con toda clase de mujeres, la hija rebelde de Quirke, Phoebe, entre ellas.
En la novela tenemos a unas cuantas mujeres un tanto desnortadas, insatisfechas con su vida, sobre todo con las esperanzas que pudieron haber puesto en sus parejas y que, por el tratamiento que les da el autor, de mujeres que caen bajo los falsos hechizos de esta suerte de gigoló, convierte a sus personajes, que pudieron haber sido bastante más interesantes en mujeres un tanto idiotas.
Por otro lado, se ve atrapado por algunos de los personajes que vienen de su anterior novela, algunos de ellos, personajes fascinantes, es cierto, pero que están un poco metidos con calzador en esta nueva entrega.
A pesar de todo ello, Black despliega ese estilo seductor que tiene y nos lleva por el oscuro y represor mundo del Dublín de posguerra, moralmente claustrofóbico en el que reflexiona sobre el mal y el pecado.



lunes, 20 de noviembre de 2017

EL LÁPIZ DEL CARPINTERO

Febrero de 1936. El medico Daniel Da Barca (Tristán Ulloa) es un conocido intelectual socialista, famoso por sus lecciones de medicina y sus discursos políticos. La novia de Daniel es Marisa Mallo (María Adánez), hija de un contrabandista de ideas fascistas y que se opone a la relación de Marisa con el "políticamente peligroso" Daniel Da Barca.
Poco antes de que estalle la Guerra Civil, el sargento Landesa (Carlos Sobera) ordena seguir y espiar a varios activistas de izquierdas. El cabo de la Guardia Civil Herbal (Luis Tosar) solicita que le encarguen el informe sobre Daniel Da Barca porque, según dice, lo conoce bien. Así comienza la obsesiva persecución de Herbal, que se convierte en la sombra de Daniel Da Barca y de su novia.
Cuando estalla la Guerra Civil, Daniel es brutalmente detenido y trasladado a la prisión de A Falcona, en Santiago de Compostela. Allí, los presos tratan de superar la angustia de su encierro relatándose historias unos a otros mientras Herbal, que ha solicitado su traslado para trabajar en la prisión, vigila sin descanso espiando a los presos, sus palabras y sus acciones.
Mientras Daniel esta en prisión, Benito Mallo (Manuel Manquiña) intenta que su hija Marisa se olvide de él y le presenta a Alejandro (Monti Castiñeiras), un militar franquista a quien Benito considera el marido idóneo. Pero Marisa se niega a renunciar a su amor por Daniel y comienza una lucha desesperada por liberarle, aunque eso la ponga a ella misma en grave peligro.


El guión se basa en la novela del mismo nombre del escritor gallego Manuel Rivas.


Un tanto decepcionante adaptación de la novela de Rivas que tiene un cierto tono poético que aquí, en parte, se pierde.
La verdad es que me resultó sospechoso que en el reparto estuvieran actores que en aquel entonces gozaban de pleno éxito televisivo (algunos siguen estando en el candelero), por participar en series o presentar programas a los que el público seguía mayoritariamente, como el caso de Carlos Sobera, Anne Igartiburu o María Adánez (Aquí no hay quien viva), no porque sean buenos o malos actores (que en general son gente respetada en la profesión), sino porque eso da cierto tufillo a buscar éxito fácil.
A mí no me ha gustado la adaptación, todo un poco artificial, los actores recitando sus textos como si no los vivieran y algunas de las secuencias, como si estuvieran planificadas para que el encuadre quede bien para la foto y otras un tanto penosas, como la de los presos cantando al son de las maracas.
Antón Reixa, el realizador del film, dice que leyó 78 veces la novela, no le quito mérito, ni pongo en duda que se enamorara del texto de su paisano, pero a la película le falta sentimiento.
Buen trabajo de Luis Tosar que es lo mejor de la película.




viernes, 17 de noviembre de 2017

ATLAS DE GEOGRAFÍA HUMANA

Fran (Rosa Vila), jefa del grupo y más vulnerable y femenina de lo que parece; Rosa (Montse Germán), atractiva, casada y con hijos, y en mitad de una crisis de mediana edad; Ana (Cuca Escribano), similar a Rosa (guapa y con éxito entre los hombres), pero también en mitad de un momento crucial de su vida y Marisa (María Bouzas), la menos agraciada de las cuatro, desgraciada en el amor; trabajan en el Departamento de Obras de Consulta de la Editorial "Comillas". Durante varios meses tienen que realizar en equipo un Atlas de Geografía que se venderá en fascículos. Cuando están a punto de comenzar su preparación, se enteran de que otra editorial va sacar también un atlas en fascículos, por lo que le añaden lo de Humana para diferenciarlo. En ese tiempo surgen algunos problemas propios del trabajo en equipo, pero lo que verdaderamente importa es que las cuatro, cada una a su manera y en circunstancias muy distintas, están redefiniendo sus vidas.
El guión adapta la novela del mismo nombre de la madrileña Almudena Grandes, un libro que, al igual que la película, reflexiona sobre la crisis existencial de estas cuatro mujeres, diferentes pero, en el fondo, parecidas entre sí.


La película está estructurada para contarnos las cuatro historias por separado, uniéndolas a base de que las cuatro coinciden y se reúnen por motivos de trabajo y de alguna otra pequeña coincidencia en sus vidas privadas.
Las historias son un tanto estereotipadas, si bien es cierto que intenta huir de alguno de los tópicos, sobre todo en lo referido a los varones, pero tienen algo de irreal, como de relato inventado que las aleja de lo cotidiano, quizá la única más sencilla y más cercana y entrañable es la de Marisa.
Los entendidos achacan al film una deficiente realización, pero aquí no puedo entrar porque mis conocimientos no dan para tanto. A pesar de todo, la película resulta muy agradable de ver, entretenida y con algunas buenas reflexiones que, sin duda, se apoyan en el texto original de la novela.
Con algunos momentos divertidos, pero sin ser, ni mucho menos, una película de humor, el film es ameno e interesante y las cuatro protagonistas consiguen buenas interpetaciones.




jueves, 16 de noviembre de 2017

DUNKERQUE

Seis soldados británicos están caminando por las calles desoladas de Dunkerque. Están buscando en las casas abandonadas suministros cuando son disparados por soldados alemanes ocultos. Mueren todos excepto uno, Tommy (Fionn Whitehead). Se escapa de los disparos y llega a la playa donde miles de soldados británicos están diseminados a lo largo de la arena esperando ser evacuados.
Tommy y el soldado Gibson (Aneurin Barnard), recurren a todo tipo de subterfugios para intentar escapar de aquel infierno a costa de lo que fuere, de hacerse pasar por sanitarios incluso, para obtener una de las codiciadas y escasas plazas en los barcos de rescate que les llevarán de vuelta a casa.
La Royal Navy comienza a utilizar barcos privados en un esfuerzo por rescatar a los soldados varados en las playas. Un marino llamado Mr. Dawson (Mark Rylance) va con su propio barco y con su hijo adolescente Peter (Tom Glyne-Carney) en lugar de permitir que los profesionales de la armada vayan a bordo. A los dos se les une su joven ayudante George (Barry Keoghan), quien asegura al señor Dawson que puede ser de gran utilidad para ellos.
En el aire, los pilotos de los aviones Spitfire vuelan sobre el mar para proporcionar apoyo aéreo a las tropas a pesar de tener problemas con el combustible.


La película está narrada desde tres puntos de vista, por otra parte clásicos en las guerras: Tierra, mar y aire. En la playa, está la infantería; en el mar, la evacuación por la marina y un hecho que no deja de ser un contrasentido, cual es el de los civiles, con sus pequeñas embarcaciones, rescatando a los militares y, por último, los combates aéreos. En tierra, algunos permanecieron una semana atrapados en la playa; en el agua, los acontecimientos duraron un día como máximo y en el aire, los spitfire británicos llevaban combustible para estar una hora sobre Dunkerque.
En el plano histórico, cada cual tendrá su opinión, pues no es una película que se atenga a los cánones, pero ténicamente es de sobresaliente, con una banda sonora que es una apoyatura fundamental para las imágenes y unos efectos de sonido que son no menos fundamentales en un film que tiene pocos diálogos y cuyo principal soporte narrativo son las imágenes y esos sonidos precisamente. De hecho, Nolan revisó algunas cintas de la época muda, sobre todo para estudiar rostros y movimientos humanos con los que expresar la tensión del momento.
No quiero dejar de lado la estupenda labor de montaje llevada a cabo, algo nada sencillo cuando un film narra historias diferentes aunque se entrecrucen (o quizá por esto mismo).


Ya queda dicho que no es un film que responda al estereotipo del film bélico o histórico, incluso, a pesar del cuidado y el trabajo de documentación previo, es como si a Nolan no le importara dejar de ser demasiado exquisito con algunos detalles en el sentido de ser fiel a lo ocurrido (que a grandes rasgos lo es), sino que él busca otra cosa, es un film en el que lo importante no es el heroísmo, sino reflejar la lucha por la supervivencia. No creo que pase a la posteridad como un film de referencia (esto es una opinión muy personal, probablemente equivocada), pero es una buena película.




miércoles, 15 de noviembre de 2017

SALVADOR (PUIG ANTICH)

A principios de los años setenta, el Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), un grupo vinculado al anarquismo, formado por un puñado de militantes españoles y franceses muy jóvenes, pone en jaque a la policía al cometer varios atracos en Cataluña con el objetivo de conseguir dinero para apoyar a los sectores más combativos del movimiento obrero. En un primer momento, el éxito de sus acciones espectaculares, provocadoras e irreverentes proporciona a los jóvenes del MIL una sensación de invulnerabilidad que termina bruscamente en septiembre de 1973, cuando efectivos de la Brigada Político Social tienden una trampa a dos de sus militantes. En el transcurso de su detención se produce un confuso tiroteo en el que muere un joven inspector de policía. Salvador Puig Antich (Daniel Brühl) resulta gravemente herido y, tras pasar por el hospital, ingresa en la cárcel Modelo de Barcelona a la espera de un consejo de guerra. A partir de ese momento, tanto sus hermanas como sus abogados inician, ante la indiferencia general, una carrera contrarreloj para salvar la vida del joven activista. Pero el 20 de diciembre de 1973 se produce el atentado de ETA contra el presidente del Gobierno Franquista, el almirante Carrero Blanco, y Salvador Puig Antich se convertirá en el chivo expiatorio que un sector del Régimen Franquista reclama. El Consejo de Guerra contra Puig Antich es una farsa y el joven Salvador es condenado a muerte. Todos los intentos por salvarlo, incluso una improbable y rocambolesca fuga, resultarán inútiles y el 2 de marzo de 1974 Puig Antich es ejecutado mediante el "garrote vil".


La película, dirigida por Manuel Huerga, se inspira en el libro "Cuenta atrás. La historia de Salvador Puig Antich", del escritor y periodista Francesc Escribano Royo.


Manuel Huerga consigue interesarnos en esta historia a base de una primera mitad trepidante, en que los acontecimientos se suceden con dinamismo y una segunda mitad que lleva la espectador hacia caminos que quizá a algunos le puedan parecer incluso sensibleros, pues es cierto que la historia con el carcelero es un poco interesada para darnos una imagen concreta del protagonista. Es posible que sin haberse detenido tanto en los pormenores de esta segunda mitad del film, la película hubiera tenido algo más de garra por sí misma, sin tener que echar mano de recursos que toquen la vena sensible del espectador tan descaradamente, aunque hay que añadir que casi todo lo que se cuenta ocurrió tal cual, otra cosa es cómo se cuente o el sesgo que se le de y ahí es donde radica el problema de estas películas.
Estamos hablando de la historia de una persona que usaba armas de fuego y cuyo grupo fue responsable, al menos, de la muerte de una persona inocente, un empleado de uno de los bancos que atracaron. Nada se profundiza en esta película de la muerte de este hombre, ni de si a su familia le ha hecho "gracia" el film; es tratado como un simple fardo, un daño colateral, como se dice ahora, muerto a manos de unos tipos que no eran precisamente Robin Hood y que tenían vínculos con E.T.A.
Dicho lo cual, quede bien clara mi oposición absoluta a la pena de muerte y a los manejos interesados de la justicia que, en definitiva, es el asunto central de la película, que pierde algo cuando se aleja de ese planteamiento para entrar en el caso particular de Salvador, cuya muerte tampoco es que arreglara demasiado, sino añadir el dolor de una familia, la suya, a los que el hubiera podido ocasionar a otras.




martes, 14 de noviembre de 2017

EL SECRETO DE CHRISTINE

El Doctor Quirke, un patólogo forense en un hospital de Dublín, descubre, por casualidad, que una tal Christine Falls, no ha muerto de embolia pulmonar, como reza el parte de defunción firmado por su propio cuñado, sino por una hemorragia post parto.
Esto le lleva a interesarse por el asunto y descubrirá todo un mundo de falsedades y verdades ocultas del que mueven los hilos los miembros de una sociedad llamada los Caballeros de St. Patrick, gente socialmente reconocida que tiene montado un tinglado mediante el que trasladan niños nacidos en Irlanda de familias pobres o madres solteras, hasta un orfanato de Boston (EE.UU.), que los coloca en familias humildes hasta que alcancen cierta edad y sean llevados a colegios o seminarios donde los convertirán en candidatos al sacerdocio o a profesar como religiosas, para abastecer de ministros a la comunidad católica norteamericana que ya comienza a escasear de ellos.
Benjamin Black (seudónimo de John Banville), nos conduce con mano maestra por esta intriga con tintes de novela negra, en la que no faltan los estereotipos del género, necesarios y bien manejados por el autor, para que las piezas vayan encajando a medida que los huecos que ha ido dejando en el relato, se vayan llenando.
Black nos habla de cosas reales (bebés robados, mujeres maltratadas, funcionarios corruptos...) que se desarrollan en un mundo ficticio, lo que le permite resolver aquellas cosas que en nuestra realidad cotidiana, muchas veces quedan ocultas para siempre.
Entretenida novela, muy bien escrita y en la que la calidad literaria no hurta la atención que la intriga despierta en el lector.



lunes, 13 de noviembre de 2017

LOS AIRES DIFÍCILES

Juan Olmedo (José Luis García Pérez), a sus cuarenta años, es el superviviente de un desastre, del que sólo ha podido rescatar a su sobrina y a su hermano deficiente mental. Atrás ha dejado un pasado en otra ciudad, dramático y caprichoso como los vientos que azotan la costa atlántica gaditana que ha elegido para huir de sus recuerdos. En este apartado rincón del mundo, Juan, con la inesperada colaboración de Maribel (Cuca Escribano), su asistenta, y Sara (Carmen Elías), una "extraña" recién llegada como él, volverá a enfrentarse con estos recuerdos que le torturan y persiguen: un amor secreto e imposible con su cuñada, y el misterio de la muerte de su hermano más querido y más odiado a la vez: Damián (Roberto Enríquez).
Por su parte, Sara, hija de padres menesterosos, que vivió una singular infancia de vida prestada con su madrina en el barrio de Salamanca, sufre el estigma de quien lo tuvo todo y luego lo perdió.
Además de compartir asistenta y el cuidado de los niños, ambos intercambian confidencias al abrigo de esta especie de nueva familia no impuesta, sino elegida por ellos, buscando encauzar a su favor, esos aires difíciles que parecen moverse al dictado de un destino inhóspito.


Adaptación de la novela del mismo título de Almudena Grandes, la película fue premiada con la Biznaga de Oro a la mejor película en la edición de 2006 del Festival de Málaga.


Muy digna película, que sabe mezclar con acierto los innumerables flashbacks que nos van contando el pasado de los protagonistas, sin que resulte embarullada por ello.
Se echa en falta en esta adaptación, no obstante, que el personaje que interpreta Carmen Elías quede mejor perfilado, como si se nos hurtase algo que en la película se atisba, pero que no nos deja ver la verdadera importancia de esta mujer, algo que en la novela queda mucho más patente.
Probablemente, el final sea algo decepcionante para lo que esperamos ver, pero en general resulta entretenida, con momentos de bastante profundidad en sus reflexiones y con un personaje, el de Cuca Escribano, que nos cuenta mucho sobre una mujer, de no mucha cultura, pero que tiene muy claro cual es su destino y se ve dueña de su futuro, sin necesidad de echar mano de los clásico estereotipos de género.
Lo mejor del film, las interpretaciones, excepto las de los niños que son bastante mediocres.




viernes, 10 de noviembre de 2017

LA FIESTA DEL CHIVO

Santo Domingo (República Dominicana), 1992. Urania Cabral (Isabella Rossellini) regresa a su ciudad natal. Apenas reconoce al viejo calvo que tiene la mirada perdida, mudo e inmóvil, casi inerte. Es su padre, Agustín Cabral (Paul Freeman), alias "Cerebrito", Presidente del Senado y mano derecha del dictador Trujillo durante muchos, muchos años. Hasta que cayó en desgracia. Pero de aquello ha pasado mucho tiempo. Todo ello lo recuerda Urania 30 años después. Se lo cuenta a su tía y a sus primas, que no entienden por qué ha estado tanto tiempo sin venir a verlos, a ellas y a su propio padre. Finalmente, ella confesará el terrible secreto que la llevó a alejarse para siempre de su hogar y su familia, un secreto que destrozó su vida para siempre. La historia es también la de unos hombres que dieron su vida para acabar con una de las tiranías más sangrientas de la historia reciente de América Latina. Su epopeya y la de Urania se entrelazan en un intenso caleidoscopio de amor, odio, muerte y violencia.
El film se adentra en este periodo oscuro de la historia dominicana en el que Rafael Leonidas Trujillo Molina (Tomas Milian), el benefactor, el generalísimo, o el doctor, encabezó el gobierno dominicano por más de tres décadas (en algunas ocasiones algún pelele ocupaba el cargo ornamental de presidente de la república siendo él, el poder tras el trono). Gobernó de una manera déspota y con mano rígida, y la mayoría de veces cruel e inhumana. Todos a su alrededor actuaban de manera servil ante la imponente figura de Trujillo, que más que respeto provocaba miedo, un miedo visceral y al que pocos podían sostenerle la mirada. Testigos mudos de este terror son los cientos de muertos y desaparecidos bajo sus órdenes. Jhonny Abbes (Shawn Elliott), jefe del servicio de inteligencia militar es su mano derecha y su más cruel miembro para impartir una sucia "justicia".


Coproducción hispano-británica, cuyo guión se basa en la novela homónima de Mario Vargas Llosa. El film está dirigido por Luis Llosa, primo del novelista.


La adaptación se centra en explicarnos los motivos por los que cada uno de los conjurados se comprometen en intentar asesinar al dictador. Amadito García Guerrero (Juan Diego Botto), militar muy cercano al presidente, al que un día el dictador obliga a abandonar a su prometida porque su hermano es desafecto al régimen; Antonio de la Maza (David Zayas), que ve cómo a su hermano Tavito (José Guillermo Cortines), acérrimo trujillista, le sacrifican montándole un falso suicidio, para salvar la cara del dictador frente al gobierno norteamericano; el almirante Viñas (Steven Bauer), a quien Trujillo humilla en público, anunciando en una comida de las fuerzas armadas que se tira a su esposa... Y así todos. Y en medio, o al mismo tiempo, la tragedia que soporta Uranita (Stephanie Leonidas), de la que nunca en la vida se recupera.
Se pierden muchos matices, entre otros, las relaciones de amor/odio de Trujillo con los distintos gobiernos norteamericanos o la profunda sensación de miedo, de terror incluso, que viven los que caen en desgracia frente al presidente. Pero para quien no haya leído la espléndida novela de Vargas Llosa, queda bastante clara la inmoralidad de este personaje que, como tantos otros dictadores que en el mundo han sido y son, se creen por encima de cualquier ley divina o humana, imbuídos de un mesianismo que les lleva a convencerse de que el fin justifica los medios, cuando esos medios dependen tanto de ese fin que no es otro que salvar a la patria y, no lo olvidemos, la patria son ellos y sus locuras megalómanas y mesiánicas cuyo fruto no es otro que destrozar vidas y familias y segar vidas humanas.