viernes, 31 de octubre de 2025

EN NOMBRE DE LA LEY

 


Un joven juez es enviado al pequeño pueblo siciliano de Capodarso. Guido Schiavi (Massimo Girotti), quiere revertir el estado de abandono que se ha apoderado del lugar, sin embargo, pronto tropezará con la corrupción y la falta de colaboración por parte de los vecinos. En su lucha contra el jefe mafioso Turi Passalacqua (Charles Vanel) y el barón Lo Vasto (Camillo Mastrocinque), dueño de la mina clausurada que condena a doscientas familias locales a la hambruna, solo puede contar con la lealtad del jefe de los Carabineros, Grifò (Saro Urzì); de Paolino (Bernardo Indelicato), un joven campesino y de la baronesa Teresa Lo Vasto (Jone Salinas), por quien siente una atracción inmediata (y recíproca).


La película es una adaptación de Piccola pretura (1920), novela autobiográfica del magistrado de Palermo Giuseppe Guido Loschiavo y la primera obra literaria que se adentra en el tema de la mafia. El guion, del propio realizador Pietro Germi y de Federico Fellini, junto a Giuseppe Mangione, Mario Monicelli y Tullio Pinelli, es muy cercano al texto original, pero trasladando la acción a los años inmediatos al final de la II Guerra Mundial. 
Rodada con un estilo que podríamos llamar americanizante, con la cámara recorriendo interminables llanuras y colinas áridas, con mafiosos que aparecen a caballo recortados en el horizonte, le valió el calificativo de "primer western italiano", lo que llevó a algunos críticos a confundir lo que no deja de ser una mera exploración formal, con una mitificación de los bandidos y de la criminalidad. Nada más lejos de la realidad.


Una película de ritmo rápido que revela en toda su crueldad el miedo y la corrupción del poder judicial, la impotencia de los funcionarios enviados a un laberinto sin salida, los mecanismos mafiosos de control de la tierra y explotación laboral, la represión de las luchas campesinas y el atraso moral y material al que están condenados los más vulnerables, sin protección de nadie. 
¿Qué ley, magistrado? Una pregunta que se repite varias veces y por varios personajes a lo largo del film cuando se habla de imponer la ley. En dos secuencias diferentes, Schiavi ofrece dos respuestas que reflejan sus convicciones: "Solo hay una cosa que debo y quiero hacer a cualquier precio: administrar justicia para el bien de todos y, si es necesario, contra todos, conforme a la ley" / "La única ley que nos permite vivir juntos, sin matarnos como fieras".




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