En Viena, en la primavera de 1900, el soldado Franz (Serge Reggiani) conoce a Leocadia (Simone Signoret), una prostituta, pero acaba liándose con una criada, que pronto pasa a manos del señorito Alfred (Daniel Gélin), el cual mantiene también un affaire con Emma (Danielle Darrieux), una mujer casada, cuyo millonario marido se entretiene con una modista que está enamorada del poeta Robert (Jean-Louis Barrault), amante de una gran actriz encaprichada con un joven teniente de dragones.
Adaptación de la polémica obra teatral escrita por el austriaco Arthur Schnitzler, compuesta de diez piezas dramáticas de un solo acto, cada una de las cuales está protagonizada por una pareja de amantes, de tal forma que uno de los integrantes de la pareja se repite en dos escenas sucesivas, en una especie de «ronda» de los emparejamientos sexuales.
Los amantes, que se caracterizan por pertenecer a diferentes clases sociales y recorrer todo el espectro social, ponen de manifiesto la similitud de las mentiras asociadas a análogas traiciones que transciende las barreras y convenciones de la sociedad burguesa.
La película de Max Ophüls, ganó un premio BAFTA y tuvo dos nominaciones al Óscar. El enigmático maestro de ceremonias que nos guía a través de esta serie de encuentros amorosos en la Viena de 1900 interpretado por Anton Walbrook, es una figura que no aparece en la obra original.
Ironía, romanticismo, humor ácido, incluso fragmentos de pura filosofía de la vida, todo ello se concita en esta película en la que Ophüls, con su habitual elegancia y maestría nos ofrece variedad de planos técnicamente perfectos y de gran nivel artístico (planos largos, planos-secuencia, barridos, movimientos circulares, encuadres torcidos, tomas a través de cortinas o de barrotes, escaleras desde arriba o desde abajo...), muy bien concebidos y planificados que dan como resultado una de esas películas que da gusto contemplar y disfrutar.
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