lunes, 13 de octubre de 2025

LIRIOS ROTOS (LA CULPA AJENA)

 


Cheng Huan (Richard Barthelmess) es una especie de misionero cuyo objetivo es llevar las enseñanzas de paz de Buda a los civilizados anglosajones. Al llegar a Inglaterra, se desilusiona rápidamente por la intolerancia y la apatía del país. A través del escaparate de su pequeña tienda, ve a la joven Lucy Burrows (Lillian Gish), cuyo padre, boxeador, la golpea con frecuencia, está desnutrida y viste ropas andrajosas. Incluso en este estado deplorable, Cheng ve su belleza inestimable y se enamora perdidamente de ella. El día que se desmaya frente al comercio, la acoge y la cuida. La viste con sedas y le da de comer. Aún débil, se queda en su tienda esa noche y Cheng la cuida. La paz y la felicidad que ve solo duran hasta que Battling Burrows (Donald Crisp) descubre que su hija está con un extranjero de piel amarilla.


Planificada hasta el detalle para producir angustia en el espectador y manipular sus sentimientos hasta conseguir una absoluta compasión hacia el personaje interpretado por una carismática Lillian Gish. Griffith tuvo que suavizar la historia, una relación entre un hombre de piel amarilla y una niña blanca podía ser considerada delito, así que se inventó un pasado como misionero del hombre y subió la edad de la cría de los 12 que tiene en el cuento en que se basa, a los 15 y en la escena de mayor intimidad entre ellos, cuando está a punto de darle un beso, mueve la cara en el último momento y acaba besándole la manga.


Una historia de amor puro en la que Griffith detalla con precisión y brevedad los personajes y las situaciones que viven. Un film cargado de lirismo que rompe una lanza contra la intolerancia y la xenofobia.




No hay comentarios:

Publicar un comentario