jueves, 11 de abril de 2024

TEMPESTAD EN LA CUMBRE

 


Valerie Carns (Ann Blyth), una reclusa condenada por asesinato es trasladada a Norwich para ser ejecutada. Debido a una inundación todos tendrán que refugiarse en un convento. Allí una monja, la hermana Mary (Claudette Colbert), enfermera en el hospital que se halla en el propio convento, se convence de la inocencia de Valerie y tratará de descubrir al verdadero criminal.


El guion adapta la pieza teatral "Bonaventure" de la británica Charlotte Hastings, en un film en el que la temática religiosa va de la mano de la intriga y el melodrama, con una puesta en escena que se desarrolla primordialmente en el convento-hospital.
Sobria realización de Douglas Sirk en una historia en que la monja siente simpatía por Valerie y, pese a las advertencias para que desista de la madre superiora y de los agentes que acompañan a la convicta, tratará de ayudarla al tiempo que, de este modo, exorciza sus propios fantasmas de un pasado en el que perdió a su hermana en trágicas circunstancias.


Una conseguida iluminación, elemento clave en un film que se desarrolla primordialmente en interiores y de noche, algo que contribuye a recrear un ambiente de misterio muy conseguido, siempre presente y que se convierte en uno de los alicientes de este film en el que muchos ven antecedentes de algunas películas de Hitchcock, el más evidente la escena del campanario similar al final de Vértigo, pero hay algunas concomitancias más y no solo en las escenas, sino en esa especie de desprecio por la coherencia de la trama, algo que parece importar poco con tal de mantener el misterio.
Quizá al guion le falte algo de ingenio, pero queda compensado con la atractiva puesta en escena y los muchos detalles que muestran la maestría en la planificación y algunos planos de esos que dan para todo un tratado cinematográfico.




2 comentarios:

  1. Las similitudes que esta película pueda tener con "Vértigo" y otros títulos de Hitchcock proceden, en última instancia, del expresionismo alemán. No en vano, Douglas Sirk (nacido Hans Detlef Sierck) procedía de dicho país.

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