lunes, 9 de agosto de 2021

SIERVOS

 


La Iglesia Católica atraviesa un momento complicado en Checoslovaquia a principios de los años 80. El régimen comunista amenaza con destruir la institución y la somete a un estricto control, por lo que se ve obligada a aceptar ciertas restricciones relacionadas con la libertad de creencias y de expresión. El clero está dividido entre la "iglesia de las catacumbas", que mantiene el contacto con el Vaticano y con la prensa occidental, y la "jerarquía eclesiástica", que coopera con las fuerzas del poder y está representada por sacerdotes pertenecientes a la asociación "Pacem in Terris", cuya vida se extendió en el país desde 1971 hasta 1989. Este es el contexto en el que los jóvenes seminaristas Michal (Samuel Polakovic) y Juraj (Samuel Skyva) tienen que decidir si mantenerse fieles a su vocación e idealismo o arrodillarse ante las presiones de la policía secreta.


Película de ritmo pausado, demasiado en todo el tramo central y con algunas tomas arriesgadas que se repiten hasta hacer perder el interés por ellas, aunque imagino que pretenden tener algo de simbólico (planos aéreos sobre uno de los patios del seminario y otras, también muy llamativas), con actuaciones correctas y una destacada banda sonora firmada por Cristian Lolea y Miroslav Toth. Los personajes son presentados como gente relativamente normal, aunque algunos de ellos sean verdaderos héroes anónimos de esos que cuando los conflictos sociopolíticos fenecen, son olvidados en cuanto a individuos. Todos ellos tienen sus conflictos personales de índole moral e incluso de salud o de otro tipo que los humaniza, convirtiéndolos en seres cotidianos. El conflicto se plantea de forma fría, incluso lejana en cierto modo, sin entrar en detalles escabrosos como sí lo hace en esa cotidianeidad de las personas, deteniéndose la cámara en situaciones que no hacen sino remarcar esto con un tono artísticos en el que se cuidan tomas, composiciones y colocación de la cámara.


Cine de autor que recuerda en su tono a los grandes maestros europeos del existencialismo, sin que llegue los estadios que aquellos consiguieron. Un drama relativamente reciente que mantuvo a la población de la antigua Checoeslovaquia atenazada tras los aires de libertad que parecía alumbrar la Primavera de Praga y que se manifestaba en todos los aspectos de la vida diaria convirtiendo en cómplices a todos los ciudadanos mediante la incentivación del sistema de denuncias que, en el film se muestra, obligan a los sacerdotes a incumplir incluso el secreto de confesión si no quieren pagar con torturas, incluso con su vida, su falta de colaboración. Un sistema insano y denigrante en el que algunos optaron por el sacrificio y muchos otros por la colaboración obligada sin que ahora, desde la comodidad de nuestras vidas, seamos quienes para juzgarlos.




2 comentarios:

  1. Por lo que describes, debe de ser una cinta muy en la línea de la polaca "Ida" (2013).

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    1. No he visto "Ida", aunque creo que la acción de la misma es anterior a 1968 y esta otra está muy condicionada por aquellos sucesos y la posterior reacción del régimen comunista.

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