domingo, 15 de agosto de 2021

CÓMO MATAR A LA PROPIA ESPOSA

 


Stanley Ford (Jack Lemmon) lleva una idílica vida de soltero. Es un caricaturista de gran renombre a nivel nacional. Gracias al éxito y los ingresos que le proporciona su serie Bash Brannigan, puede permitirse una casa de lujo y la ayuda de Charles (Terry-Thomas), un misógino mayordomo a tiempo completo. Cuando se despierta a la mañana siguiente de haber asistido a la despedida de soltero de un amigo, descubre que está casado con la bellísima mujer que salió de la tarta típica de estas celebraciones y que no habla ni una palabra de inglés. A pesar de sus protestas iniciales, le empieza a gustar la vida de casado e incluso cambia su personaje de dibujos animados de un súper espía a un marido algo imbécil. Cuando después de varios meses, decide matar a la esposa de Bash en los cómics, su esposa interpreta sus intenciones como un reflejo de que ya no la quiere y desaparece, lo que lleva a la policía a acusarlo de asesinato.


Comedia un tanto disparatada con el reclamo de la presencia de Jack Lemmon y la explosiva actriz italiana Virna Lisi. Las reflexiones sobre la mujer que hace el mayordomo durante las primeras secuencias del film, serían suficientes en la actualidad, para que al día siguiente te encontraras a la policía a la puerta de tu casa con una orden de arresto. El planteamiento aparentemente machista y misógino del film es lo que concita la crítica acerva de muchos de los espectadores que la ven ahora. Sin embargo, hay que señalar que, entre otras cosas, el corolario final y el mensaje moral que deja en su desenlace es absolutamente opuesto a lo que se ve a lo largo de todo el film y no es otro que hasta el más recalcitrante solterón que no quiere saber nada del género femenino y que considera a las mujeres como una especie de castigo divino, acaba rindiéndose con armas y bagajes, cuando en su vida aparece su media naranja.


De cualquier modo, yo pienso que no hay que tomarse las cosas por la tremenda, el tono del film es claramente satírico y bien se encargan, tanto el guión como la realización, de subrayar que están utilizando estereotipos, clichés que rozan en lo absurdo. Hay películas que ponen a los hombres a caer de un burro, o a determinadas profesiones (médicos, abogados, actores, políticos...) y cuando se hace en tono de comedia, a nadie se le ocurre pensar que los hombres, mujeres o profesionales que nos presentan para hacer escarnio de ellos en plan jocoso, son reales, aunque tengan rasgos arrancados de la realidad. El público de los años 60 y 70 estaba educado para saber diferenciar estas cosas, para distinguir entre el chiste y la realidad. ¿Lo está la sociedad actual educada en lo políticamente correcto?




10 comentarios:

  1. Recuerdo que era divertida. En cuanto a lo de la corrección política, es un invento moderno.

    Saludos.

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  2. Recuerdo haber visto una parte, no recuerdo cuándo.

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  3. Ahora mismo lo más nimio es tomado a la tremenda sí o sí. Sin remedio.

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  4. Me da a mí en la nariz que "los educados en lo políticamente correcto" son más de ver series en Netflix que no películas de los sesenta.

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  5. Que tal Trecce!
    La vi hace bastante tiempo pero si, una película similar hoy provocaría un buen revuelo. A mi esto de las correcciones políticas y morales ya me aburre bastante...
    Saludos!

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