En 1949, durante el sexenio del presidente Miguel Alemán, el corrupto alcalde de San Pedro de los Saguaros, un pueblo del interior mexicano de apenas cien familias, es linchado y decapitado por los indígenas que habitan el lugar, cuando intentaba huír con el dinero del presupuesto municipal y lo recaudado con las corruptelas.
Corren tiempos electorales y el gobernador no está dispuesto a ver peligrar su posición por un escándalo político, por lo que ordena a su secretario particular, el licenciado López (Pedro Armendáriz Jr.), que nombre un nuevo alcalde para San Pedro. López decide que el más indicado es Juan Vargas (Damián Alcázar), el encargado de un vertedero, un inofensivo, antiguo y fiel miembro del partido, al que tienen por medio pendejo y que seguramente no será tan corrupto como su antecesor.
Aunque intenta llevar el lema del partido gobernante a la ciudad (modernidad y justicia social), pronto Vargas se da cuenta de que no hay nada que hacer contra la corrupción, excepto volverse corrupto. Paso a paso, apoyándose en su pistola, va dictando sus propias leyes hasta convertirse en el peor regidor de la historia del pueblo, descubriendo los beneficios de la impunidad y la plenitud del "pinche" poder.
Aunque los lugares, nombres y situaciones del guion eran ficticios, Luis Estrada, realizador, co-guionista y co-autor de la historia, se inspiró en la trágica situación política del país para construirla.
El Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) puso trabas para su estreno, argumentando que perturbaba la tranquilidad de la población y desarrollaba una temática de tipo subversivo. Los asistentes al Festival de Cine Francés, organizado por Unifrance en el balneario del Estado de Guerrero, en Acapulco, en noviembre de 1999, acusaron de censura al gobierno de México. A regañadientes, el Instituto permitió su exhibición un día después del previsto inicialmente, ante una sala completamente llena. Al final de la función hubo una ovación con el público puesto en pie, que se prolongó por varios minutos. La actriz española Victoria Abril puso fin a la gala con una contundente declaración: “Censurar el cine es censurar los sueños y también es lo más estúpido que puede pasar”.
Convertida en la máxima crítica a los gobiernos priístas (la primera película que se atrevió a nombrar al poder por su nombre: el PRI) y con la publicidad gratuíta adquirida por por el intento de censura por parte del Estado, La ley de Herodes finalmente se estrenó en salas mexicanas el 18 de febrero de 2000, tres meses después del último intento de censura del PRI en el poder. El slogan adoptado por la campaña publicitaria resultó perfecto: “¿Por qué no quieren que la veas?”
La película es una sátira política sobre la corrupción del poder, pero también reparte a otros estamentos en las figuras del cura y el médico, este último, miembro del PAN (Partido de Acción Nacional), principal partido de la oposición que, a la postre, sería el que consiguió desalojar al PRI en 2000, tras más de setenta años en el poder.
Humor negro de gran nivel, el que hay que tener para tratar desde esa perspectiva una tragedia como la que narra la película, que no es, por desgracia, sino la realidad de un país donde la corrupción forma parte del engranaje de las instituciones. Todo esto tomado a broma, como hace el pueblo de méxico, porque de no ser así, se hubieran muerto todos de vergüenza hace mucho y que, en algunos aspectos es extrapolable a muchos otros lugares del planeta, cada cual con sus características.
Con muchas escenas muy divertidas (es genial como trata el asunto de las relaciones con sus vecinos del norte, los gringos) y unas actuaciones que están a la altura, Estrada nos acerca su pesimista visión de un país que, como dice uno de los personajes, no tiene solución, pero en buena parte porque quienes pueden intentar cambiar las cosas, parece que no están demasiado interesados por el momento.
Por cierto, ¿saben en qué consiste la Ley de Herodes?
El escritor mejicano Jorge Ibargüengoitia (1928-1983) publicó en 1967 un libro de relatos que también se titula "La ley de Herodes". Aunque, por lo que leo en IMDb, parece que no hay relación con esta película.
ResponderEliminarNo conozco el libro, así pues, no puedo opinar.
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