CON LA VIDA HICIERON FUEGO

 

Quico Carola (Jorge Rigaud) regresa a su pueblo natal tras quince años de ausencia, después de haber sido laureado durante la Guerra Civil en la que sirvió en la marina y de haber ganado una fortuna en Latinoamérica. Allí rememora con nostalgia, junto a sus viejos amigos, el tiempo pasado, recordando a Beatriz, su novia, fusilada en 1936 por espionaje a favor de las tropas sublevadas, mientras se reencuentra con Armandina (Ana Mariscal), viuda que lleva veinte años llorando la memoria de su marido, también fusilado el Málaga, pero por su labor política a las órdenes del gobierno de la República.

Protagonizada y dirigida por Ana Mariscal, coautora también del guión, la película adapta la novela homónima de Jesús Evaristo Casariego, que también participa en el guión del film. 

Casariego, catedrático y periodista, fue uno de los nombres claves del tradicionalismo asturiano, fundador del Tercio de Requetés Nuestra Señora de Covadonga, participó en la defensa de Oviedo y llegó a ostentar el grado de teniente provisional del ejército. El libro traza una apología moral sobre la reconciliación de los bandos contendientes en el Guerra Civil. 

Los exteriores se localizan en parajes de Luarca, Oviedo, Gijón, El Ferrol, Cadavedo, Cudillero, Astilleros Gondan (Puerto de Figueras, en Castropol), Mohías, Puerto de Vega, San Esteban de Pravia y Tapia de Casariego.

Historia que tiene bastante de folletín, con ese mensaje de reconciliación que convence poco, pues se basa en el perdón de los unos y la resignación de los otros que el relato se encarga de subrayar que estaban equivocados, dejando claro quienes eran los buenos y quienes los malos. 

Lo más destacable de la película es su valor como testimonio gráfico de unos parajes y unas costumbres que se han visto modificados por el paso del tiempo y que ayuda a comparar el antes con el ahora de estos y otros lugares semejantes.