¿Y si las tropas griegas vencedoras en Maratón enviaron a más de un heraldo para anunciar la victoria a sus conciudadanos atenienses?
Este es el punto de partida que toma el exitoso autor italiano (“Jerusalén”, “300 guerreros”) para desarrollar en forma de novela los acontecimientos vividos en torno a la famosa batalla. Un proyecto arriesgado el de escribir sobre un tema tan recurrente, bien en forma de novelas, cual es el caso, o de estudios, digamos, más serios.
Y sin embargo, bien pudo haberse dado tal cual plantea Frediani, el miedo a que el portador de la noticia fuera interceptado o sufriera algún tipo de percance, pudo haber sido solventado enviando a más de un corredor para asegurarse de que la noticia llegaba a su destino, evitando que cundiera el desánimo en los atenienses y dándoles fuerzas para resistir un potencial cerco de las tropas persas, en tanto llegaba el ejército vencedor en Maratón para ayudarles frente al enemigo.
Como señala el autor, se da por hecho que la guerra de Troya fue contada de forma legendaria, pero el lector actual, muchas veces no sospecha que el mismo tratamiento se le pudo dar a la batalla de Maratón, el primer gran enfrentamiento entre griegos y persas. La propia campaña, sus tiempos y estrategias son más bien confusas en los informes de los historiadores.
Así que el autor, recrea lo que pudo ser, sin salirse de una cierta lógica y sin estridencias que resulten desconsideradas con nuestros conocimientos, bien como simples aficionados o como entendidos en la materia.
Las fuentes antiguas no están de acuerdo sobre quién fue el hombre que corrió aquellos casi cuarenta kilómetros. Hay quien le da el nombre de Eucles, quien de Tersipo y otros atribuyen la empresa a Filípides, a quien la tradición ya reconocía como autor de la hazaña de haber recorrido el camino mucho más largo hasta Esparta, antes de la batalla. Frediani, lo que hace es tomar estos nombres como si fueran tres personajes distintos, tres jóvenes guerreros, amigos entre sí, que se disputan el amor de una mujer: Ismene.
En realidad, a lo largo del relato, iremos viendo que, más que estar enamorados, ven a Ismene como un trofeo, y aquí ya se nos plantea una de las características de la sociedad helena: El espíritu de competición. Algo que vemos reflejado durante toda la obra y que los tres protagonistas trasladan a todos los ámbitos de su vida, desde su entrenamiento militar durante el efebato, a las competiciones deportivas o a la misma batalla y, como queda dicho, a la propia misión que se les encomienda, convirtiendo aquello en una prueba, al final de la cual, el vencedor se llevará el premio, en vez de una corona de olivo, la mujer que desean.
Los capítulos están divididos en dos partes, primero se nos narra la batalla, sus prolegómenos, desarrollo, alternativas y desenlace. En la segunda mitad, la carrera, que sirve, al tiempo, para adentrarnos en los pensamientos del narrador (habitualmente Eucles) que nos traslada sus recuerdos de cómo fue la vida pasada de los protagonistas, sus desencuentros y afinidades. Hacia el tercio final de la novela, cada capítulo añade una especie de tercera parte y es, en esta ocasión, el famoso dramaturgo Esquilo (que como se sabe participó en la batalla), el que nos narra sus recuerdos de la misma, proporcionando al autor el recurso de mostrarnos lo que ocurre en una de las alas del frente griego, donde combate Esquilo, mientras los otros tres lo hacen en el centro. Esquilo es la persona a la que Ismene está narrando todo lo que leemos cuando ha ido a su encuentro, mientras espera, junto a otros compatriotas noticias de lo que está ocurriendo en las Termópilas, diez años después de la batalla de Maratón.
Apenas transcurridas las primeras páginas, el autor consigue que dejemos de lado la prevención y un cierto escepticismo con el que uno puede tomarse la lectura de este tipo de novelas y consigue irte atrapando poco a poco. Brillantes descripciones, tanto de los enfrentamientos armados, como de la preparación militar de los jóvenes. La carrera nos sumerge en el esfuerzo que debió suponer para quien lo llevó a cabo, pero ya antes, cuando nos está relatando una de las competiciones deportivas en las que se enfrentan los jóvenes, asistimos a una de las más sugestivas narraciones de lo que supone el esfuerzo físico llevado al límite.
Está muy bien desarrollado el cambio que estaban sufriendo, tanto la sociedad como el propio ejército griegos, pasando de esa concepción homérica que buscaba la gloria a través de enfrentamientos y desafíos individuales, ese concepto representado en héroes como Aquiles o Teseo, hacia ese otro concepto en el que la fuerza de la colectividad está por encima de lo individual, representado por los ejércitos hoplitas en los que el factor importante era proteger al compañero y no romper la línea jamás.
La novela está bien escrita, bien documentada, con un dinámico ritmo narrativo, pero lamentablemente la traducción es penosa. Expresiones como “A tres estadios para la final, se dio cuenta de que probablemente sería correcto esforzarse en el espasmo” o “Esquilo, a quien había conocido después del efebato por trámite de su hermano mayor Cinégiro”, abundan hasta hacerse ofensivas.
Salvando este inconveniente, el libro es atractivo, quien domine el tema, encontrará muchas referencias y situaciones que le harán rememorar sus conocimientos y el lector que se acerque a ella sin demasiados conocimientos sobre los hechos y la época en la que se enmarca, hallará una forma amena y entretenida de tomar contacto con un entorno que se remonta 2.500 años atrás pero que sigue despertando toda la curiosidad de quienes estamos apasionados por la Historia y sus circunstancias. Y quien busque simplemente entretenimiento, tendrá en sus manos una historia de amistades, envidias, desengaños, héroes y traidores, muy bien llevada, con una cierta dosis de intriga y cierto suspense.
(Esta reseña fue publicada en su día en HISLIBRIS)
Toda la época clásica de Grecia está contaminada literariamente por la Iliada y la Odisea, y es difícil discernir donde termina la leyenda y empieza la historia. Pero leyendas o historias, son una narraciones muy atrayentes
ResponderEliminarLa prueba es que el interés por ellas sigue vigente.
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