jueves, 19 de diciembre de 2013

POESÍA COMPLETA. JORGE MANRIQUE

Miembro de la alta nobleza castellana, Jorge Manrique es uno de esos personajes que encarna a la perfección el ideal de caballero. Soldado y poeta, la espada y la pluma se conjugan en este alma dotada para la fiereza del combate y la delicadeza del verso.
No se sabe dónde nació, principalmente dos lugares bien alejados uno del otro, se disputan el honor de ser su cuna: Paredes de Nava (Palencia), donde nació, por cierto, Alonso Berruguete, y Segura de la Sierra (Jaen), cabeza de la encomienda que administraba su padre.
Jorge Manrique murió en combate, en el cerco al castillo de Garcimuñoz y está enterrado en el monasterio de Uclés.
Su obra no es muy extensa y entre sus versos encontramos, sobre todo, poesía amorosa, que sigue la tradición trovadoresca en la que el amor a una dama proporciona al enamorado satisfacción y, a la vez, desengaño y poemas satíricos en los que Manrique explota principalmente el humor que desprende lo cotidiano.
Sin embargo Jorge Manrique es conocido por encima de otras cosas, por haber compuesto una de las obras cumbres de la poesía castellana de todos los tiempos, la Coplas a la muerte de su padre, una elegía en versos de pie quebrado, a la memoria de su padre, don Rodrigo Manrique de Lara, en la que el autor reflexiona sobre la brevedad de la existencia terrena y la banalidad de lo mundano.
Manrique emplea un lenguaje sencillo, sin metáforas complicadas y las referencias suelen ser bíblicas o tomadas de personajes o hechos históricos muy conocidos, por lo que su lectura resulta amena y muy agradable.
Pocas veces como en este poema, se ha conseguido la belleza y limpieza de estilo que estos versos tienen para referirse a un tema tan trascendente y triste como es la muerte de un ser querido. En la memoria de todos resuenan fragmentos de sus logradas estrofas, las que comienzan con aquello de :

Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiere tiempo passado
fue mejor.

y con pasajes tan conocidos e imitados como este otro:

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu'es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.

Lecturamente altamente recomendable, amena y delicada.




6 comentarios:

  1. Precioso, francamente precioso. Gracias por traernos a este personaje.

    Saludos Trecce.

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  2. No soy de poesía y me fastidia mucho, pero no me va. De todas maneras envidio a quien le gusta y la disfruta.

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    1. Yo tampoco soy especialmente dado a leer poesía, pero algunas son tan sublimes que uno no puede menos que emocionarse.

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  3. Bellos poemas; me gustan. De vez en cuando leo poesía china y japonesa, como ya habréis visto en mi blog. A Manrique nunca le he hecho caso. Quizá ahora cambie de actitud. Gracias por acercárnoslo Trecce.

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    1. Las Coplas a la muerte de su parte, son una auténtica joya.

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