martes, 11 de febrero de 2025

STONER

 

Una historia sencilla, incluso vulgar, si se quiere, que narra la vida de William Stoner, nacido en 1891 en una pequeña granja cerca del pueblo de Booneville en Missouri central a unas 40 millas de Columbia a cuya Universidad sus padres, con el poco dinero que tienen y un crédito, le mandarán a estudiar ingeniería agrícola para que, al finalizar sus estudios, de vuelta a la granja, ponga en práctica los conocimientos adquiridos; pero Stoner descubrirá, gracias a uno de sus profesores, la llamada de la literatura inglesa y, sin decir nada a sus padres, se graduará en Filosofía y se quedará en la Facultad al aceptar un puesto como profesor. Debido a sus escasos medios económicos, durante su época de estudiante, Stoner se hospeda en la granja de los Foote, primos de su padre, en la que trabaja a cambio de alojamiento y comida. 
Es una novela bien escrita que se lee con complacencia, en ella vemos retratado el mundo de la docencia en una pequeña universidad, las luchas internas de cada profesor a la hora de evaluar el trabajo de sus alumnos y decir sobre un suspenso o un aprobado que puede condicionar la vida futura de los afectados. También estamos ante un cambio de época, en el mundo y en la sociedad norteamericana, con dos guerras mundiales de por medio y el cambio de paradigmas en una sociedad que evoluciona hacia parámetros de modernidad. 
Stoner en un ser apocado, quizá por su procedencia humilde en una familia donde se ve que no obtuvo demasiado afecto. Una constante de su vida será el estoicismo con que acepta lo que la vida le depara, un matrimonio fracasado, con una esposa que acaba entrometiéndose en la relación de complicidad y afecto que mantiene con su hija Grace y la renuncia a escapar hacia una vida más feliz cuando mantiene una apasionada relación sentimental con Katherine Driscoll, profesora asociada de la universidad que acude como oyente al seminario de Stoner. Una alumna brillante a cuyo amor renuncia cuando, desde la universidad, se le amenaza con tomar medidas por conducta inapropiada. 
Para escapar de la mediocridad de su existencia y de los sinsabores que la vida le depara, el protagonista se refugia en el ejercicio intelectual que, al menos, le proporciona la satisfacción del progreso de alguno de sus alumnos. 
John Williams maneja con maestría el arte de la escritura y sabe contar la historia de tal manera que el lector siente simpatía o animadversión, según el caso, por cada uno de los personajes gracias a los conseguidos retratos que de los mismos hace el autor. En el caso de William Stoner, bajo la aparente capa de sencillez del personaje, descubrimos a una persona que, por encima de todo, ama la lingüística de la época medieval y la profesión docente que le permite intentar transmitir su entusiasmo a las generaciones más jóvenes, lamentando varias veces a lo largo de la novela, no haber logrado ser aún mejor profesor.



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