miércoles, 5 de febrero de 2025

JUEGOS DE VERANO

 


Una bailarina vive una existencia atormentada a causa de su inestabilidad afectiva, dividida entre su actual amor y el recuerdo de su primer novio, fallecido en un accidente. Desde entonces, Marie (Maj-Britt Nilsson) ha construído un muro a su alrededor que afecta a su vida sentimental.


La felicidad y el dolor, la dualidad contrapuesta que plantea la película. Marie recibe un sobre que contiene el diario de Henrik (Birger Malmsten) y a su memoria acuden los recuerdos de aquel verano que compartió con él y en el que fueron felices, hasta que la tragedia truncó para siempre esa felicidad compartida entre dos jóvenes que juntos descubren la pasión amorosa. Una historia aparentemente sencilla, desde luego alejada de las reflexiones, insondables para algunos, de películas posteriores de Ingmar Bergman.


Es en la manera que tiene de contarnos la historia de Marie y aquel verano, en la que el maestro sueco deja su sello diferencial. Nada de un relato romántico al uso, aunque esté lleno de romanticismo, porque también lo está de lirismo y de ternura. Con una espléndida fotografía que se recrea en paisajes naturales y con el telón de fondo del ballet y esos pies torturados que apenas rozan el suelo cuando se deslizan por las tablas del escenario. 
Un film que nos habla de lo tenue que es la línea que separa la felicidad del sufrimiento ("Un instante antes lo tenía entre mis brazos", dice Marie), del desconsuelo ante la desgracia y de lo realmente difícil que resulta superar el duelo. Todo ello impregnado de emotividad alrededor de la vida de esta mujer que nos hace sentir con la misma intensidad su desbordante alegría y la hondura de su pena.




No hay comentarios:

Publicar un comentario