LA LEY DEL SILENCIO

 

Johnny Friendly (Lee J. Cobb), el jefe del sindicato portuario, utiliza métodos mafiosos para controlar y explotar a los estibadores de los muelles neoyorquinos. Terry Malloy (Marlon Brando), un boxeador fracasado que trabaja para él, se ha visto involuntariamente implicado en uno de sus crímenes. Cuando Malloy conoce a Edie Doyle (Eva Marie Saint), la hermana de la víctima, se produce en él una profunda transformación moral que lo lleva a arrepentirse de su vida pasada. A través de Edie conoce al padre Barrie (Karl Malden), que trata de animarlo para que acuda a los tribunales y cuente todo lo que sabe.

El guion se basa en una serie de 24 artículos del periodista de investigación Malcolm Johnson que, bajo el título de Crime on the Waterfront, fueron publicados en el New York Sun. Por este trabajo fue galardonado con el Premio Pulitzer de Periodismo Local en 1949. 

Poco después del estreno de la película, la Federación Estadounidense del Trabajo (AFL-CIO), expulsó al sindicato de estibadores de la Costa Este por estar dirigido por la Mafia.

El film obtuvo 8 Oscar, incluídos los de Mejor película, director (Elia Kazan), guion (Budd Schulberg), actor (Brando) y actriz secundaria (Saint).

Para su desgracia, esta película siempre llevará el sambenito de que su realizador y su guionista la utilizaron como una especie de justificación a sus declaraciones ante el Comité de Actividades Antiamericanas señalando a algunos de sus compañeros, aunque Kazan siempre mantuvo que la idea del proyecto era anterior a su citación ante el mencionado Comité, lo cierto es que lo que algunos consideraron una felonía, le costó que su hasta entonces amigo Arthur Miller se negara rotundamente a escribir el guion de la película. 

Cuestiones ideológicas aparte, lo cierto es que Kazan nos ofrece un film de gran nivel, un enfrentamiento entre halcones y palomas, cuya metáfora queda sugerida durante la película que es, a su vez, una justificación de la delación como medio de corregir abusos e injusticias. El tono violento de algunos tramos de la narración, queda compensado por el lirismo en que lo envuelve la manera de contar la historia, en la que descuella la aplaudida interpretación de Brando, secundado por un llamativo plantel, tres de cuyos integrantes (Coob, Maldem y Rod Steiger), estuvieron nominados al Oscar por este film, eso por no mencionar a Martin Balsam, que tiene un pequeño papel. 

Con unas cuantas escenas memorables, el film recrea a la perfección el ambiente portuario y los personajes que lo pueblan, quizá con exceso de moralina representado por el personaje del sacerdote, el film pasa por ser un clásico del cine de todos los tiempos.