Antoine Doinel (Jean-Pierre Léaud), tras ser expulsado del ejército, visita a su antigua novia, Christine (Claude Jade), cuyo padre le encuentra un trabajo temporal como vigilante nocturno de un hotel. Sin embargo, por culpa de un detective privado, pierde el empleo el primer día. Para compensarlo, el detective le ofrece trabajo en la agencia en la que está empleado. Después de encargarse de asuntos menores, recibe la misión de averiguar por qué todas las empleadas de una zapatería odian a su jefe. En la tienda, Antoine conoce a Fabienne (Delphine Seyrig), la esposa del propietario.
François Truffaut recupera a Antoine Doinel tras Los cuatrocientos golpes y un corto ("Antoine et Colette") que forma parte de El amor a los veinte años, un personaje que está considerado como una especie de alter ego del maestro francés a través del cual, no solo plasma sus propias vivencias y recuerdos, sino también la evolución de la sociedad francesa.
En clave de comedia ligera, seguimos a este joven tímido, inseguro y algo romántico con dificultades para adaptarse a los varios trabajos que va teniendo y también en las relaciones sentimentales que se le ofrecen. Las mujeres ejercen en el protagonista una especie de mágica fascinación aunque siempre parece preocupado porque no acaba de comprenderlas.
Son películas en las que Truffaut pone mucho de sus propias experiencias, en esta en concreto, parece como si la narración estuviera descuidada, algo que le proporciona realismo, porque nos plantea unos personajes cercanos, gente a la que podemos encontrar en nuestras propias vidas.
Con momentos de fantasía, incluso surrealistas, el humor está presente a través de personajes y situaciones pintorescos, como el propio protagonista con su contradictorio comportamiento. Con todo ello, se mantiene la atención del espectador, con momentos de cierta brillantez y otros quizá no tan conseguidos.
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