ERIN BROCKOVICH

 

Erin Brockovich (Julia Roberts), una madre soltera y con tres hijos pequeños, busca un empleo desesperadamente y para mayor dificultad tiene un accidente de tráfico al ser arrollado su auto por otro coche, perdiendo la demanda judicial por los prejuicios del juez y el jurado encargados del caso. El abogado que había presentado la demanda se ve obligado a ofrecer un trabajo a Erin para ayudarla a salir de su situación. Su personalidad poco convencional hará que sus comienzos no sean demasiado alentadores, pero todo cambiará cuando decida investigar el extraño caso de unos clientes que padecen una sospechosa enfermedad.

El guión se inspira en la historia real de Erin Brockovich-Ellis que trabajaba organizando los documentos en un bufete de abogados, entre los que descubrió que algunos de ellos se referían a habitantes de la localidad de Hinkley que estaban enfermos. Su investigación desembocó en el juicio millonario de un numeroso grupo de afectados por contaminación de las aguas contra la compañía Pacific Gas and Electric en 1996. La empresa de servicios públicos fue declarada responsable de verter cromo hexavalente (también conocido como cromo-6), un elemento cancerígeno utilizado para suprimir la formación de óxido en la estación de compresores de gas de Hinkley, en un estanque sin revestimiento en los años 1950 y 1960. El producto químico se filtró en las aguas subterráneas de la ciudad y perjudicó severamente a la población. La empresa ocultó el asunto y engañó a la comunidad sobre los efectos de ese tipo específico de cromo y su posible conexión con los problemas de salud de la ciudad.

He de señalar que no todo el mundo opina por igual de este fil, algunos seguramente un poco hartos de esto tan del cine norteamericano de traernos sus historias judiciales tan peculiares en que el hombre de la calle se enfrenta a una gran corporación llevando todas las de perder y saliendo airoso al final. 

Quizá lo más interesante del film es que pone voz a este tipo de injusticias de las que vete a saber cuántas estamos soportando aún sin saberlo con certeza. Buena parte del entretenimiento y la empatía que despierta la historia en el espectador la tiene la interpretación de Julia Roberts (seguramente en uno de sus mejores papeles) y la química que destila con su partenaire masculino Albert Finney. Bien dirigida por Steven Soderbergh, en el guión decidieron suavizar un poco la historia para que no resultara tan melodramática la situación de la protagonista, que también padeció las secuelas del envenenamiento, algo que en la película no se muestra, y que resultara de este modo más amable para el público, además, al personaje le dieron ese aire choni que, en algunos momentos sirve para construír alguna escena en tono de humor. 

Al final, el film resulta entretenido y la historia se sigue con interés.