jueves, 16 de marzo de 2023

LOS GIRASOLES

 


Al final de la Segunda Guerra Mundial, Giovanna (Sophia Loren), una viuda de guerra que vive cerca de Milán, se niega a aceptar que su marido, Antonio (Marcello Mastroianni), desaparecido en el frente ruso, está muerto. Mediante un flashback asistimos a su breve noviazgo cerca de su ciudad natal de Nápoles, su permiso de 12 días para casarse con ella, él no quiere ir al frente y simula estar loco, pero la farsa acaba siendo descubierta, la última despedida. Algunos años después de la guerra, aún sin noticias de Antonio, Giovanna va a Rusia a buscarlo, comenzando en el pueblo cercano a la batalla en la que desapareció. Su única arma es una fotografía de su marido.


Carlo Ponti en la producción, De Sica en la realización y la pareja más icónica del cine italiano protagonizando el film, todo un repóker de ases en la mano si a ellos unimos al gran Henry Mancini, autor de la magnífica banda sonora del film que estuvo nominada al Oscar en 1970.
Tras un comienzo que es pura comedia, con alguna payasada que otra, aunque resulte divertida, a partir de la marcha hacia el frente de Antonio, comienza el drama y comienza de verdad la película.


Y es que esos primeros minutos, son lo menos logrado del film, aunque sirven para ponernos en contexto y enfrentar la aparente felicidad de la pareja con lo que después habrán de soportar. "La guerra es algo muy malo", dice Antonio en una escena y las consecuencias que puede tener sobre las personas es uno de los motivos de reflexión de la película. El otro, el dilema moral entre un amor que llega, que nos ha salvado la vida y aquello que dejamos atrás y que, aunque sintamos que le debamos lealtad, nos queda tan lejos que parece imposible volver a retomarlo. Antonio y Giovanna se volverán a encontrar muchos años después, pero aunque en ellos quede algo que nunca muere del todo, nada es lo mismo, el alma se les ha llenado de heridas y estas se han ido transformando en cicatrices.
Melodrama realista en que De Sica se interesa por las personas y el sufrimiento provocado por una situación que les es ajena, pero sin entrar en motivaciones políticas. Salpicado de imágenes costumbristas y algunos momentos de humor, destacan las interpretaciones de los dos protagonistas, muy bien secundados por la rusa Lyudmila Savelyeva, la chica de la melancólica mirada. 




6 comentarios:

  1. Aunque no está entre lo mejor de De Sica, es una película muy resultona.

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    1. La segunda parte, que ocupa casi todo el metraje, no está mal.

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  2. Hola Trecce!
    Tengo que volver a verla, la tengo algo olvidada. La presencia de esa pareja ya merece plantarse ante la pantalla.
    Saludos!

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  3. Muy emotiva: De Sica sabía tocar la fibra del espectador.

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