miércoles, 8 de septiembre de 2021

HUD: EL MÁS SALVAJE ENTRE MIL

 


Homer Bannon (Melvyn Douglas), un viejo ganadero del Oeste, no quiere saber nada de la nueva industria petrolera que poco a poco ha ido cambiando el paisaje de la región y ha supuesto una enorme riqueza para todos, y mantiene serias discusiones con su hijo Hud (Paul Newman), un joven bebedor, arrogante y mujeriego que vive una vida egocéntrica e indolente, es un irresponsable que necesita mucho dinero para poder mantener su lujoso tren de vida, dinero que no produce la cría de ganado. Entre padre e hijo se encuentra Lonnie (Brandon de Wilde), nieto del primero y sobrino del segundo, que siente un gran cariño por su abuelo, al tiempo, parece sentir cierta admiración por su tío. En medio de este choque de intereses, algo comienza a sucederle al ganado.


El guión se basa en una novela de Larry McMurtry ("Horseman, pass by!"), publicada en 1961, en la que se escenifica el conflicto entre los valores del viejo Oeste y los de una nueva generación materialista y sin escrúpulos. Homer Bannon, anciano ganadero que encarna los nobles principios de honestidad y decencia de la Frontera, tiene que enfrentarse a la arrogancia y egoísmo de su hijo Hud. Lonnie, su nieto, nos va contando todo cuanto observa en el rancho familiar. 
Una especie de abrasador western para adultos que abrió camino en su descripción de un oeste poco glamouroso y en la naturaleza decididamente anti-heroica de su protagonista. La película estuvo nominada a siete premios de la Academia, de los que se llevó tres: Actriz (Patricia Neal), actor secundario (Melvyn Douglas) y fotografía (James Wong Howe).


Una historia dura de desencuentros familiares y, en su eje, un tipo de lo más controvertido por el que resulta extremadamente complicado sentir algún tipo de simpatía. Por más que algunos quieran ver justificaciones en un pasado falto de cariño, las actitudes y comportamientos de Hud Bannon parecen tener un único objetivo: su propio interés y la satisfacción de sus caprichos, sin que en su cabeza entre cualquier idea de sacrificio o entrega hacia los demás, ni siquiera se siente obligado a ello y acaba resultando tóxico para quienes con él se relacionan. 
Paul Newman dibuja un papel de esos que consagran a un actor, consiguiendo una interpretación sublime, perfectamente acompañado por un grupo de secundarios que no le van a la zaga, todos ellos magníficamente dirigidos por Martin Ritt y para remate la excelsa fotografía en blanco y negro que supone toda una delicia para el espectador. 
Resulta curioso cómo Hud (el personaje), retratado como un réprobo sin complejos de principio a fin, se convierte de antihéroe en héroe de culto, tanto para la crítica, como para el público. Hasta el propio Newman, manifestó más de una vez su sorpresa, porque, según él, lo había interpretado como un villano absoluto, pero pienso que estas cosas inesperadas tanto para intérpretes, realizadores o guionistas, como para los propios productores, son las que hacen grandes a ciertas películas que se escapan de las manos de quienes las hacen para entrar en una esfera en la que es el público quien se adueña de ellas o de alguno de sus personajes como es el caso.




5 comentarios:

  1. Supongo que esta película es merecedora de aquella etiqueta tan trillada de "wéstern crepuscular".

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    1. Si la consideramos un western, en todo caso, sería peculiar.

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  2. Hola Trecce!
    Me parece una película extraordinaria. Has hecho una estupenda lectura, no puedo estar mas de acuerdo. Le dedique una entrada: http://elcinesingafas.blogspot.com/2017/04/hud-hud-el-mas-salvaje-entre-mil-1963.html
    Lo de Newman y su personaje es tremendo, me quedo prendado con Patricia Neal.
    Saludos!

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    1. Todos están a gran nivel y Patricia Neal en particular, no menos.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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