jueves, 9 de septiembre de 2021

THE ASSISTANT

 

Jane (Julia Garner) es una recién graduada universitaria y aspirante a productora de cine que hace cinco semanas ha conseguido un empleo, aparentemente ideal, como asistente de un poderoso ejecutivo de la industria del entretenimiento. Su día a día es muy similar al de cualquier otro asistente: preparar café, abrir el correo, cambiar el papel en la fotocopiadora, ordenar el almuerzo, reservar vuelos, organizar reuniones, fotocopiar guiones o recibir mensajes telefónicos, es decir, tareas poco agradecidas; pero también le toca adecentar el despacho del jefe cada mañana, lo que significa limpiar las manchas en el sofá que dejan las sesiones de 'casting' y recoger del suelo algún pendiente perdido en espera de que su avergonzada propietaria acuda a recuperarlo. Y es ella quien le coge el teléfono a la esposa burlada, y aguanta sus ataques de ira mientras el marido probablemente está ocupado con una de las mujeres a las que ha prometido una carrera a cambio de sexo. Pero a medida que Jane sigue su rutina diaria, es cada vez más conscientes del abuso que rodea insidiosamente cada aspecto de su jornada laboral, una acumulación de degradaciones contra las cuales Jane decide adoptar una posición, quizás solo para descubrir la verdadera profundidad del sistema del que ella ya forma parte.


La película transcurre durante una jornada laboral de la protagonista, comienza cuando aún no ha amanecido y las calles están vacías y termina bien entrada la noche, con las calles, de nuevo, sin apenas gente. Esto ya nos da una idea de una de las facetas del trabajo de Jane: una jornada agotadora. 
Por lo que ve y oye en el despacho de su jefe, por los comentarios inconvenientes y subidos de tono de otros ejecutivos o de sus propios compañeros asistentes, por las llamadas de la esposa, Jane presupone con bastante fundamento lo que ocurre en la empresa y de qué pasta está hecho este tipo, al que coloca en el botiquín, entre otras cosas, unas cuantas cajas de "Alprostadil", unas inyecciones para combatir la disfunción erectil. 
Es claro que el primer largometraje de ficción de la realizadora, guionista y editora Kitty Green es fácil de enlazar con el movimiento #MeToo y el tristemente famoso caso de abusos sexuales de Harvey Weinstein. Sin embargo, al mandamás de Miramax no se le nombra ni una sola vez, es más, al jefe de Jane ni le vemos, solo oímos sus gritos y sus salidas de tono a través de la línea telefónica. Y es que la realizadora australiana, autora también del guión, no quiere circunscribir el asunto a una persona aislada, como si el caso de Weinstein fuera un hecho aislado en el mundo de la industria audiovisual, muy al contrario, lo que trata es de darle un enfoque universal por medio de esa ausencia visual del personaje, puede ser cualquiera, porque fueron (y seguro que aún sigue habiéndolo) muchos a lo largo de la historia, no solo del cine, sino del teatro o de otro tipo de espectáculos (en España, por ejemplo, estaba muy vinculado este tipo de abusos al mundo de la llamada revista teatral).


El film trascurre de manera pausada, deteniéndose mucho en los detalles, algo que puede resultar aburrido a algunos, pero con ello, la realizadora, pretende hacernos llegar lo poco agradecido del trabajo de Jane y subrayar también que no sólo es intolerable el comportamiento de su jefe, sino que algunos de sus compañeros, dejan bastante qué desear, tratándola de modo altanero y abusando de que están, quizá y en el mejor de los casos, tan solo un escalón por encima de ella en el organigrama: Dejan las tazas usadas de cualquier manera, para que Jane las enjuague o, sencillamente, la ignoran, como si fuera un elemento más del mobiliario de la oficina. 
Lo que decide a Jane a acudir al servicio de personal de la empresa es que una chica que viene de un pueblo, cuyo trabajo anterior era de camarera, ha sido contratada como asistente, tras pasar una noche en el hotel en el que, "casualmente", está alojado el jefe. Jane sabe que esa chica no tiene preparación alguna y que es bastante guapa (ella fue la encargada de acompañarla al hotel) y, como se dice por aquí: blanco y en botella... Qué hace quien la recibe (no sabemos si es un simple empleado, un ejecutivo, un psicólogo o qué), pues nada, sencillamente dejar caer a Jane que si quiere conservar el trabajo y seguir aspirando a llegar algún día a ser productora, deje las cosas como están y añadir un comentario totalmente fuera de lugar, pero que deja claro que sabe de sobra lo que está ocurriendo: No deberías estar preocupada, no eres su tipo
El film no muestra nada, sugiere, para que sea el espectador quien saque sus conclusiones sobre lo que ocurre y deja en el aire, aunque lo suponemos, qué es lo que hará Jane en el futuro. Un acierto de la película a mi juicio es conseguir transmitir al espectador ese ambiente tóxico a través de esos pequeños detalles que comentaba más arriba, que ponen de relieve la corrupción y un cierto tipo de maltrato camuflado bajo la apariencia de exigencias laborales y poner al espectador en la tesitura en la que se hallan tantas personas: ¿Denunciar sin saber si va servir de algo o seguir mirando para otro lado y conservar lo que uno tiene? 
Gran trabajo de Julia Garner, presente en todas y cada una de las secuencias de la película, con una actuación contenida y, para algunos críticos, desaprovechada por la falta de diálogos y el exceso de silencios.




6 comentarios:

  1. ¡Hola!
    Pues aunque a algunos críticos les parezca desaprovechada la actuación de Julia Garner me apetece mcuho verla. Esos ambientes tóxicos, opresivos y enrarecidos no son fáciles de conseguir, y cuando se logra hay que aprovechar y disfrutarlos.
    Muy feliz tarde y gracias por la reseña.

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  2. A mí me ha parecido una buena película.

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  3. Hola Trecce!
    Tendré que verla. Aprovechando que todavía me quedan unos días de vacaciones estoy tratando de ponerme al día con películas pendientes.
    Saludos!

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