Antología de seis capítulos, cada uno enfocado desde una perspectiva distinta con respecto a la frontera norteamericana y a los peculiares personajes que habitan en sus alrededores. Cada parte cuenta una historia distinta basada en las convenciones del Lejano Oeste de los Estados Unidos. Seguimos a un pistolero que canta, un ladrón de bancos, un empresario viajero, un anciano buscador de oro, una caravana y una perversa pareja de cazarrecompensas.
Primera escena con Monument Valley como paisaje de fondo, último relato que se desarrolla en una diligencia. La evocación fordiana no puede ser más explícita en un film que se mueve entre la parodia y el homenaje a los clásicos del western, una especie de compendio de los estereotipos de estos relatos de frontera en los que vemos desfilar el desierto, pero también el verde y recóndito valle no hollado por el hombre, con su riachuelo atravesándolo; los indios; la caravana; el banco que va a ser atracado; el saloon; el prostíbulo; el empresario que recorre con su espectáculo, que cabe en una carreta, los distintos lugares de este mundo lejano e inhóspito; la horca; la interminable pradera...
Dicen que los productores o la distribuidora (no lo se, ni me consta), querían hacer una serie televisiva con estos relatos y hay críticos que señalan que la diversidad de las historias hacen de la película un producto desigual. Bueno, no dejan de ser opiniones, como la de aquellos que, en base a sus legítimos gustos, ensalzan unos relatos y dicen de otros que son peores o que no les gustan. Yo disiento en general de estas opiniones, para mí la película está bien como está y los relatos son todos de gran nivel, unos más largos, otros más concisos, pero todos ellos, pequeñas maravillas cinematográficas, con esplendorosa fotografía y un humor negro y cáustico tan propio de los Coen.
Historias con el nexo común de la muerte, algo que, con el nacimiento, es lo único que nos hace iguales a todos, de la que saben reírse o reflexionar los de Mineápolis con ese retrato del Oeste que nos lleva a los clásicos en un tono de respeto y cariño adornado con divertimento y sonrisa, pero también emotivo y evocador.
¡Hola!
ResponderEliminarAdoro el cine de los hermanos Coen. No he visto esta serie, pero me has creado una necesidad. La veré y comprobaré si esos relatos me parecen desiguales o no, y si me gusta así o no.
Gracias por la reseña y feliz día.
Espero que te guste si ves la película.
EliminarLos hermanos Coen, en ocasiones sorprenden y otras decepcionan un poquito. Este filme es de la primera opción, sin duda alguna.
ResponderEliminarSaludos!
Tienes razón.
EliminarLa vi este verano, aunque no llegué a comentarla en el blog. En algunos momentos me pareció más una película de Tarantino que de los coen.
EliminarBueno, puede ser, ya sabes que a veces, unas películas, o su estilo, recuerdan a otras.
EliminarMe gustó mucho. Creo que es de lo mejor que han hecho los hermanos Coen.
ResponderEliminarSaludos.
A mí me gusta mucho esta película.
EliminarHola Trecce!
ResponderEliminarSoy ferviente admirador de los Coen, tengo que volver a verla, en su momento si bien me gusto hubo algún detalle que no me convenció. De todas las historias la del perro fue la que mas me sorprendió.
Saludos!
A mi me gustaron todas las historias, cada una tiene su aquel, pero en efecto, la del perro es sorprendente.
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