miércoles, 26 de junio de 2019

LOS PERROS DE LA GUERRA

Jamie Shannon (Christopher Walken), un joven mercenario taciturno y aparentemente duro, se retira, junto a sus hombres de una guerra centroamericana que claramente han perdido.
De regreso a Europa, es contratado por un grupo empresarial no identificado para llevar a cabo un golpe militar en la pequeña, y casi desconocida, república del África Occidental de Zangaro, dirigida desde hace años con mano de hierro por el dictador Olu Kimba (Ilario Bisi-Pedro).
Los empresarios están dispuestos a invertir cientos de millones de dólares, pero antes, quieren tener información detallada sobre la estabilidad del régimen, por lo que envían a Shanon al país camuflado como fotógrafo de una revista sobre naturaleza. Allí se encuentra con una ex colonia pequeña, sórdida y oprimida dirigida por un dictador invisible que no duda en eliminar a cualquiera que piense que puede hacerle oposición.
Shanon es detenido y torturado por la policía estatal, por lo que, cuando regresa a la civilización, tiene, aparte de los beneficios económicos que le pueda reportar, una razón personal para llevar a efecto el golpe de estado.
Para llevarlo adelante, traza un detallado plan y contrata para la operación a algunos de sus antiguos camaradas que le ayudarán a preparar la infraestructura necesaria para conseguir su objetivo a pesar de las muchas dificultades que van encontrando por el camino.


El título de la película hace referencia a una frase del drama de William Shakespeare "Julio César": "Llora '¡Havoc!', Y deja escapar a los perros de la guerra", que como puede verse en el cartel del comienzo de la entrada, fue utilizada literalmente para promocionar el film.
Debut cinematográfico de su director, John Irvin, que había trabajado en un equipo de noticias de televisión en Vietnam durante la década de 1960, y que manifestaba que "A diferencia de la mayoría de los directores de cine jóvenes, he estado en la batalla. A lo largo de los años 60 fui a varias zonas de guerra y me encontré con numerosos mercenarios en Argelia y el sudeste asiático, así que tuve mis propios instrumentos para dibujar el film"
El guión se basa en la novela del mismo nombre del británico Frederick Forsyth.


Un film de calidad aceptable, con muchos efectos especiales a base de explosiones y todas esas cosas que acompañan a las películas de guerra y en las que quizá se les va un poco la mano, sobre todo en la escena de apertura del film.
Actuaciones correctas, con un Christopher Walken que da la imagen de tipo frío y metódico.
Con respecto a la novela cambian algunas cosas, por ejemplo, elimina buena parte de la preparación del golpe de estado, sobre todo en lo que respecta al aspecto de financiación a través de un entramado de bancos y paraísos fiscales, tratando de borrar el rastro de las operaciones monetarias. De esto, apenas se habla en el film que se centra más en la preparación puramente material, aunque también muy recortada con respecto a la novela y dedica buena parte a la culminación de la operación en lo que quizá son las mejores escenas de la película.
A pesar de todo, el mensaje central de la novela de Forsyth queda bastante bien recogido por la película que también aprovecha el giro final del libro para trasladarlo a la pantalla.
Una película entretenida y bastante bien hecha, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de un realizador debutante en la gran pantalla.
Como curiosidad, el embarque de algunas armas y del propio Shannon en la nave que les llevará hasta África Occidental, tiene lugar en el puerto de Valencia, aunque no se rodó allí. Los policías españoles que aparecen, están interpretados por el uruguayo Martín LaSalle y por el norteamericano de origen hispano Ángel Ramírez Jr., lo que me lleva a pensar que, como casi todas las escenas que se desarrollan en el imaginario Zangaro y las del principio, en una desconocida república sudamericana, fueron rodadas en Belice.




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