miércoles, 24 de octubre de 2018

CARAVANA DE PAZ

Un grupo de mormones organiza una caravana que les llevará hacia su tierra prometida a orillas del río San Juan, en territorio de Utah. Tienen que atravesar un terreno que les resulta desconocido y saben que van a enfrentarse a múltiples dificultades en el camino, entre ellas, la travesía de un desierto seco y sin posibilidad de abastecerse de agua.
Proponen a dos jóvenes tratantes de caballos, Travis Blue (Ben Johnson) y Sandy (Harry Carey Jr.), que se pongan al frente de la caravana para guiarles. Tras algunas vacilaciones, ambos aceptan la oferta y el grupo se pone en camino en busca de la tierra fértil del San Juan.
En medio de las dificultades del viaje se encuentran con un trío de artistas ambulantes que siguen su mismo camino: se trata de una pareja madura y la joven Denver (Joanne Dru), de quien Travis se enamora. Pero su encuentro con Shiloh Clegg (Charles Kemper) y sus hijos que componen un grupo de forajidos a los que persigue la justicia, los pondrá en graves apuros, ya que estos se unen a la caravana que consideran es un camuflaje perfecto que les ayudará a huir de los perseguidores que les pisan los talones, al estar reclamados por la justicia para responder de sus númerosos crímenes.
En un encuentro con los indios navajos, estos les invitan a su campamento, pero después de que uno de los muchachos Clegg reciba una tanda de latigazos como castigo por atacar a una de las mujeres navajo, el tío Shiloh planea su venganza.


Poblada de personajes típicos del oeste (forajidos, familias con sus carromatos, vaqueros, actores ambulantes, indios...), es una película con poca acción si por tal entendemos persecuciones, tiroteos, peleas y todas esas cosas que imaginamos cuando de películas de acción se habla. Tiros hay los justos para presentarnos a los Clegg y que con un par de planos, tengamos claro quienes son, de qué van y su catadura moral y más adelante para resolver su situación en la caravana, también con una escena de breve duración.
Aquí la acción es el devenir de la caravana, su día a día, aparentemente tranquilo, pero que no lo es en realidad, porque las incomodidades y los peligros del camino convierten aquel monótono peregrinaje en toda una odisea. También las relaciones personales entre sus integrantes, sus disputas y sus celebraciones, pero sobre todo, los pequeños detalles.


Como dijo alguien, en la película la gente se limita a vivir y nosotros los observamos.
Lo que ocurre es que Ford, nos cuenta todo esto con tal sencillez, con tamaña maestría que parece que nada ocurre y nada más lejos de la realidad. El film está plagado de escenas magistrales: la travesía del río por las carretas o las galopadas de Ben Johnson perseguido por los navajos, lo son. Pero repito, Ford filma aquello sin despeinarse y la sensación que nos da es de total naturalidad, no somos conscientes de lo que planificar cada una de esas escenas para que salga tal como la vemos, supone, desde la colocación de la cámara, hasta la captación de lo que quiere que veamos (el polvo, los primeros y primerísimos planos de los rostros, de los caballos, incluso de sus patas...) para que acabemos teniendo la sensación de que estamos viendo más un documental de cómo debieron ser las afanosas tareas de aquellos pioneros, que una película del oeste americano.


Pero quizá, el de estas películas sencillas, con argumentos fáciles de entender, sin una estrella de relumbrón, pero con un montón de actores, entre protagonistas y secundarios (indios incluidos) que saben interpretar muy bien lo que se les pide, es el Ford más genuino, el que disfruta haciendo cine, aunque al final, estas películas sean consideradas menores en su filmografía.
No en vano Ford decía que de todas sus películas del oeste esta fue la que más se acercó a lo que quería conseguir. Se trata del "western más sencillo y más puro que he hecho".




2 comentarios:

  1. En efecto, este es el Ford más puro, el más genuino, bien dicho. Con toda su compañía de excelentes actores secundarios (como si fuera una troupe de teatro). Una película clásica, pero moderna a la vez, donde aparentemente no sucede nada (como en La legión invencible).
    Lo siento, pero tengo que decirlo de nuevo: obra maestra.

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