jueves, 18 de octubre de 2018

SING STREET

En el Dublín de 1985, la recesión económica hace que Conor Lalor (Ferdia Walsh-Peelo), un adolescente de quince años, cuyos padres atraviesan una crisis matrimonial, se vea obligado por estos, para tratar de aliviar la maltrecha situación financiera de la familia, a cambiar la comodidad de la escuela privada en la que estudiaba por un centro público regido por los Hermanos Cristianos, donde el clima es más tenso y en el que el exigente y rudo sacerdote que lo dirige, parece haberla tomado con él desde el principio. Por si esto fuera poco, el matón del colegio, se dedica a intimidarlo.
Su hermano mayor Brendan (Jack Reynor) es su apoyo, mentor y consejero, al tiempo que una especie de enciclopedia musical. Juntos ven los videoclips de Duran Duran, y escuchan a The Cure. Brendan se encuentra atrapado en una Irlanda que no ofrece demasiadas oportunidades a los jóvenes, sin embargo impulsa a su hermano pequeño a perseguir sus sueños y le ayuda a reforzar su identidad, a crear y a creer en sí mismo.
El panorama personal de Conor, parece cambiar cuando conoce a Raphina (Lucy Boynton), una bella chica un año mayor que él, que usualmente se sienta frente al colegio y aspira a ser modelo. Conor se ve deslumbrado por ella y para impresionarla, le propone protagonizar el próximo vídeo musical de su banda, y ella, no sin cierta duda, acepta. El chico está feliz, aunque existe un pequeño inconveniente, Conor no tiene banda, por lo que tendrá que formarla a toda velocidad.
Su amigo Darren (Ben Carolan), le lleva a conocer a Eamon (Mark McKenna), un muchacho que es capaz de tocar cualquier instrumento, pero se conforma con tocar el bajo. Luego reclutan a Ngig (Percy Chamburuka) para tocar el teclado, además de contar con Larry (Conor Hamilton) y Garry (Karl Rice), para completar la banda. Deciden llamarse "Sing Street" y comienzan tocando una versión de "Rio", de Duran Duran, pero Brendan, alienta a Conor a escribir sus propias canciones hasta alcanzar su propio estilo.


Con la música como hilo conductor, es la película más reciente del irlandés John Carney. Un film en el que demuestra, una vez más, su amor por la música y lo bien que sabe llevar a la pantalla estas historias personales y las sutiles historias de amor que encierran, lo cierto es que su buen hacer le ha situado como uno de los directores indie del momento.
La película narra las peripecias de un grupo de adolescentes que durante los años 80 decide montar un grupo de música. Es un repaso a la música de la época, un grito de rebeldía y una dulce historia de amor. Parece un asunto propicio para que la película nos suene a más de lo mismo, sin embargo, como he leído en alguna crítica, el director sabe lo que quiere contar y, lo más complicado, sabe cómo hacerlo para que la película tenga frescura.
Resulta muy interesante la historia de amor fraternal entre el protagonista y su hermano mayor, un papel en el que Jack Reynor, consigue una portentosa actuación como secundario.
La banda sonora, tan importante en el film, incluye canciones creadas para la misma por el propio realizador, dentro del estilo pop rock alternativo, con letras pegadizas y bien interpretadas por los jóvenes actores y, junto a ellas, escucharemos fragmentos de algunos temas de grupos tan conocidos como The Cure, Duran Duran, The Clash o Motörhead, o de cantantes como Adam Levine, que colabora de nuevo con Carney.


Un film que se ve con mucho agrado, con algunos momentos divertidos, en el que no se ahonda demasiado en los problemas que plantea, aunque queden claramente apuntados y con un mensaje positivo y optimista, tan típico como el de luchar por conseguir los sueños y un final que, a pesar de que a muchos les resulta excesivamente edulcorado, el director explica que, simplemente ha querido reflejar en él, el final de un capítulo de la vida de los protagonistas, lo que no quiere decir que vayan a seguir juntos para siempre, de hecho, para quienes la vean, que juzguen si dan un duro por la continuidad de la pareja más allá del tiempo en que les dure el despertar al amor, sobre todo del joven Conor.




2 comentarios:

  1. Recuerdo que me gustó muchísimo cuando la vi, no sólo por cómo recrea los gustos musicales de los ochenta, sino por la forma tan entrañable que tiene de abordar lo que significa ser adolescente.

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