viernes, 22 de agosto de 2025

EL VIENTO NOS LLEVARÁ

 


Un equipo de rodaje llega a la pequeña localidad kurdo-iraní de Siah Dareh para rodar un documental. Aunque al principio no sabemos de qué se trata, poco a poco iremos descubriendo el tema de la filmación que pretenden llevar a cabo.


Abbas Kiarostami tuvo siempre una profunda preocupación relativa a la interacción de clases en su cine y cuando filmó en los pueblos remotos de su país la vida de la gente sencilla incorporó lúdicamente esa distancia entre quien filma y es filmado. Aquí, un cineasta urbanita que visita una aldea rural, se verá atrapado poco a poco por la manera de ser y las costumbres de los habitantes, cambiando su actitud.


Nada sencilla de saborear por el gran público, estamos ante otra manera de hacer cine, con un equipo de rodaje al que no vemos y algunos personajes más que siempre están fuera de plano o con los rostros ocultos. El maestro iraní enfrenta la manera urbana de entender la vida, con la forma de vivir de la zona rural que sirve de marco a la narración. Trabajos duros, vida sin comodidades, es cierto, pero un sosiego, una interrelación entre los habitantes, que son impensables en cualquier gran ciudad. 
El protagonista, un hombre que por momentos se nos hace un tanto desagradable, irá asumiendo que la paz que se vive en el lugar, el paisaje que nos muestra Kiarostami con delectación y la sabiduría popular de estas gentes casi iletradas, es vida de verdad. 
El final, es una muestra del respeto que ha llegado a sentir por aquellos a los que no digamos despreciaba, pero sí sobre los que se sentía superior.
Un film pleno de encanto y lirismo para quien sepa apreciarlo.
 



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