jueves, 23 de diciembre de 2021

SOLDADO AZUL

 


Un pelotón de soldados de caballería cae en una emboscada de los indios y resulta masacrado, quedando únicamente dos supervivientes: Honus (Peter Strauss), un joven e ingenuo soldado, y Cresta (Candice Bergen), una joven que ha vivido dos años con los Cheyenne y cuyas simpatías están más con ellos que con los EE. UU. y su gobierno. Juntos deben intentar llegar a Fuerte Reunión, base principal de la caballería. A medida que avanzan, Honus se debate entre su creciente afecto por Cresta y su disgusto por sus convicciones antigubernamentales. La llegada al campamento se produce justo en vísperas de un ataque a una aldea Cheyenne, en el que Honus conocerá realmente, cual de las dos partes enfrentadas tiene la razón.


El guión adapta la novela Arrow in the Sun, de Theodore V. Olsen y cuenta con una conmovedora partitura de Roy Budd y un gran reparto de secundarios.


La película relata en clave cinematográfica la masacre de Sand Creek, uno de los episodios más infames en la historia de la frontera estadounidense, en el que una fuerza de 700 hombres de la milicia del Territorio de Colorado, bajo el mando del coronel John M. Chivington masacró un pueblo indefenso de indios Cheyenne y Arapaho en las llanuras orientales de Colorado. Se estima que murieron entre 70 y 163 pacíficos nativos americanos, aproximadamente dos tercios de los cuales eran mujeres, niños y bebés.


La película tiene dos partes, la primera, que ocupa la mayor parte del metraje, se centra en el viaje y en la relación, que deviene en romántica, de los dos protagonistas y, la segunda narra, cambiando algunos personajes y nombres, el terrible episodio de Sand Creek. Esa primera parte, que algunos califican de romance convencional, para mí no lo es tal, sino que presenta una relación muy original y medio siglo adelantada a las actuales modas de mujeres empoderadas. El viaje tiene muchas gotas de humor, de hecho, está escrito en clave de tal y, en algunos momentos, casi nos arranca una carcajada por lo patoso que se muestra Honus y algunas de las reacciones de Cresta. La chica, es una mujer con determinación, que tiene iniciativa y que, merced a su duro pasado y a los dos años de convivencia con los cheyenne, sabe desenvolverse en un medio tan hostil como hermoso, cual es el entorno natural que les rodea, por cierto, maravillosamente fotografiado. Ella toma decisiones, se muestra desinhibida y lleva la iniciativa en todo momento, es la que sabe y al final, salvará la vida de Honus
La segunda mitad, que puede parecer, por algunas de las escenas, cine cercano al gore, no lo es tal, la realidad fue así de cruenta y desagradable y eso que, según parece, algunas de las tomas fueron cortadas de manera definitiva. Aún así, vemos decapitaciones, senos de mujer cortados, cabezas clavadas en la punta de las lanzas de la caballería norteamericana, mujeres y niños masacrados en la hondonada donde se han refugiado, o al coronel Iverson (John Anderson), alter ego de John M. Chivington, disparando desde su silla de campaña, cómodamente sentado, a un niño al que le falta una pierna, al tiempo que dice: vamos a hacer una obra de caridad.


Una película, cuyas dos partes, son totalmente diferentes, divertida y con una bonita historia la primera y muy dura la segunda, de lo más horrendo, cruel y desagradable que uno haya visto en el cine y que algunos enmarcan dentro de la corriente de contestación a la Guerra del Vietnam que se vivió en EE. UU. a finales de los sesenta y comienzos de lo setenta, como una especie de metáfora de lo que estaba ocurriendo en el sudeste asiático.
Todo ello acompañado de una emotiva banda sonora en la que destaca la canción que lleva el título de la película, interpretada por Buffy Sainte Marie, una cantante canadiense de origen amerindio, de la tribu Cree y la arrolladora presencia de una bellísima y sugerente Candice Bergen, verdadera protagonista del film. 




6 comentarios:

  1. Un western revisionista que me gustó mucho en su momento.

    Saludos.

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  2. En muchos aspectos, tiene más de antiwéstern que no de película del Oeste al uso.

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  3. Que tal Trecce!
    Recuerdo con ciertas lagunas cuando la vi en el cine, eso si, la sala estaba abarrotada. Hoy puede sonar ridículo pero en aquel momento el poster llamaba mucho la atención. Volví a verla no hace mucho y todavía me mantiene atento a la pantalla
    Saludos!

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    Respuestas
    1. En efecto, Fran, el poster despertaba el morbo en aquella época de público reprimido.

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