jueves, 30 de diciembre de 2021

ÚLTIMA NOCHE EN EL SOHO

 


Eloise (Thomasin McKenzie), una joven apasionada por la moda que sueña con ser diseñadora, tiene la misteriosa capacidad de trasladarse a los años 60 y conocer a Sandie (Anya Taylor-Joy), una deslumbrante aspirante a cantante a la que ve en sus sueños. Pero el Londres de la época y su glamour no es lo que parece y el tiempo y los sueños del pasado parecen desmoronarse con oscuras consecuencias.


Con dos actrices que me ha parecido desarrollan un gran trabajo (a Thomasin McKenzie la sigo desde sus apariciones en Leave No Trace y Jojo Rabbit, además de su última interpretación en El poder del perro y me parece una gran intérprete), ambas acompañadas de Diana Rigg, cuyo nombre nada dice a los espectadores más jóvenes, pero a la que algunos recordamos como la inolvidable Emma Peel de la serie televisiva Los vengadores, allá en los lejanos 60, que la convirtió en una especie de heroína pop y símbolo feminista. 
El realizador y guionista británico Edgar Wright, nos demuestra, como ya ha hecho en otras de sus películas, su total desenvoltura a la hora de manejarse en la mezcla de géneros, para ofrecernos algo más que un thriller psicológico o una película de terror, en una historia que apunta también algunos problemas que cobran cierta actualidad como el abuso sobre las mujeres.
 

Sin embargo, aunque es cierto que el relato tiene originalidad, me ha parecido que hay cosas en el guión que no me acaban de encajar demasiado y ciertamente no es la historia en sí lo que más me ha llamado la atención de la película. Y es que pienso que donde realmente el director echa el resto es en el apartado visual, manejando de manera llamativa la iluminación y sus tonalidades, con esos juegos que encadenan imágenes del presente y del pasado a través de reflejos en los espejos y de combinar la realidad en dos planos temporales diferentes.
Todo ello, con otro apartado absolutamente brillante, la maravillosa banda sonora del film, como siempre, pieza clave en las películas de Wright y que, en esta ocasión, se convierte en todo un homenaje a unos idealizados años 60, sirviendo además para definir en buena parte al personaje de Eloise.
Sobresaliente recreación del Londres de los 60 para una película que podrá gustar más o menos pero que opino que se ve con interés y que nunca aburre.
Hay una curiosa anécdota relacionada con las imágenes que aparecen en los créditos finales del film a modo de flashes, en que se ve el centro de Londres absolutamente vacío. Son imágenes reales tomadas durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19.




4 comentarios:

  1. Es una película irregular pero efervescente.

    Saludos.

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  2. No puedo opinar porque no la he visto todavía. Ahora, eso sí, aunque no venga muy a cuento, a mí me resulta inevitable oír "Eloise" y no pensar en Tino Casal.

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    Respuestas
    1. Tú lo has dicho es inevitable.
      Lo mismo me ocurrió con "Marionetas en la cuerda" y Sandie Shaw.

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