miércoles, 10 de noviembre de 2021

UN EXTRAÑO EN MI VIDA

 


El galardonado arquitecto Larry Coe (Kirk Douglas), casado y con dos hijos, vive un convencional matrimonio junto a su esposa Eve (Barbara Rush). Margaret 'Maggie' Gault (Kim Novak), es una bella rubia sexualmente desatendida por su esposo Ken (John Bryant) que vive en el mismo barrio que el arquitecto, una zona residencial del extrarradio. El hijo de Margaret es compañero de colegio del hijo menor de Larry. Éste se siente atraído por Maggie desde el momento en que la ve en la parada del autobús escolar y ella, que admira a Larry desde que, tras conocerle, vio en una revista la casa por la que le dieron un premio, también se siente atraída por él. La primera cita es un paseo hasta el terreno en que se levantará la casa que Larry está proyectando para el exitoso escritor Roger Altar (Ernie Kovacs) en la cima de una colina. Allí comenzará su historia de amor, pero cuando su despreciable vecino Felix Anders (Walter Matthau) descubre su aventura, tienen que decidir entre la lealtad y el respeto a su familia o el amor.


El guión de Evan Hunter, se basa en su propia novela del mismo título, que narra el romance adúltero entre Larry, un arquitecto de éxito pero que no se siente realizado, y Margaret, un ama de casa aburrida y frustrada sentimentalmente. Una aventura en la que Larry busca las nuevas emociones que no encuentra en la perfecta ama de casa de manual que es su esposa y Margaret la pasión y el deseo que su marido le niega y que ya ha buscado de manera mecánica en otros hombres. Pero las apariencias, en una sociedad cerrada en la que todos se conocen, no pueden mantenerse eternamente. Un pequeño mundo de mentirosa fachada, en el que también habitan el cínico y chismoso carnicero que interpreta Walter Matthau, envidioso de la vida aparentemente maravillosa de Larry y su bella esposa, detonante de que el secreto de los amantes se revele; y el escritor superventas al que da vida el gran secundario Ernie Kovacs, quien encarga a Larry la construcción de una lujosa casa, un edificio único. A este proyecto, el primero en el que podrá volcar todo su talento con total libertad, se aferrará Larry para encontrar nuevos desafíos en su vida profesional, paralelamente a los que le ofrece Margaret en su vida sentimental. Ambas, la casa del escritor y Margaret, serán para él dos vías por las que escapar de una vida que ha caído en la monotonía.


De como hacer, a partir de una situación que puede ser cotidiana, una gran película. No es que esto nos ocurra a todos, pero nos podría ocurrir a cualquiera, que encuentres a tu verdadero amor cuando ya es demasiado tarde, cuando tu vida está hecha y encauzada, con una familia detrás. Sólo hay dos soluciones, o romper con el pasado, o romper con lo nuevo y quedarse con lo que tienes, porque una relación clandestina, probablemente es insostenible en el tiempo a más de insatisfactoria.
Con un sólido guión y unos diálogos muy bien escritos, la tensión sexual que la pareja ofrece al espectador, está resuelta de una forma elegantísima, logrando transmitir toda su fuerza sin necesidad de acudir a escenas mínimamente escabrosas. Y es que el segundo gran fuerte de la película son las interpretaciones, con una pareja protagonista rayando a gran nivel y unos secundarios maravillosos. Kim Novak guapa y elegante y Kirk Douglas dándole la réplica perfecta, incluso con anécdota incluída, cuando Maggie le pregunta cómo se afeita el hoyuelo del mentón que, como todo amante del cine clásico conoce, es un rasgo distintivo del rostro de Douglas. Él, entre bromas y veras, le da la respuesta. 
La historia es algo triste, pues desearíamos que los dos enamorados pudieran seguir juntos, pero, por otro lado, también nos apena la situación de sus familias, sobre todo de Eve, la enamorada esposa de Larry que quiere a toda costa salvar su matrimonio. La verdad es que todas estas cosas, estos sentimientos contrapuestos, la insatisfacción, las frustraciones, así como la hipocresía con que deben disfrazar sus sentimientos los personajes, están muy bien retratados.
Una de esas películas que no suelen figurar en las listas de las más recomendadas sin que uno sepa muy bien cuál es la explicación, como tantas cosas en el cine y en la vida misma. Un film para disfrutar de grandes actores, de una puesta en escena cargada de simbolismo y elegancia y de una historia muy bien contada.




6 comentarios:

  1. Me parece una película magnífica, lo curioso es que es de Richard Quine, especialista en comedias, pero parece un melodrama de Douglas Sirk.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto, porque bajo una apariencia de comedia, en efecto el film es todo un melodrama.

      Eliminar
  2. Recuerdo que la vi en la Filmoteca, un domingo por la tarde (la copia, por cierto, estaba rayadísima). A pesar de todo, el tema que aborda no dejaba de ser un atrevimiento para la época.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En efecto, eso llama la atención y en ese sentido parece más moderna de lo que es.

      Eliminar
  3. Hola Trecce!
    Poco que añadir a tu estupenda lectura, la película me encanta. Yo hubiera vendido mi alma al diablo por Novak... La elección de Matthau para ese papel provoca un curioso efecto, no estamos acostumbrados a este tipo de personajes, la verdad que el tipo como bien dices es despreciable.
    Lo dicho, una pelicula extraordinaria.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  4. Como hacen los grandes intérpretes, Matthau demuestra que puede hacer cualquier cosa y estar igual de bien.

    ResponderEliminar