miércoles, 17 de noviembre de 2021

LA BODA DE MURIEL

 


Muriel (Toni Collette) es una chica con sobrepeso que vive en un mundo de fantasía, canciones de ABBA y catálogos nupciales. Sueña con un príncipe azul que algún día la liberará de su odiosa familia y de sus burlonas amigas. El problema es que Muriel jamás ha tenido una cita y cansada de esperar al chico de sus sueños, decide ir en su busca. Se apropia del dinero que su padre le ha dado para comprar productos de belleza para vender a domicilio y lo emplea para irse de vacaciones al trópico y pone su mundo patas arriba.


Aunque sea recurriendo a métodos poco habituales (robando dinero, vamos, aunque sea el de su padre, un bravucón cuya carrera se ha basado en la corrupción y el soborno), Muriel consigue escapar de su opresivo hogar, la ciudad en que vive y que se le queda pequeña y un entorno social tóxico y aprovechar de forma valiente y decidida la oportunidad que se le brinda. 
Ya desde la primera escena, la protagonista se nos presenta como un ser adorable, algo ingenua (por no decir sencillamente tontorrona), divertida y amable. Está en la boda de su amiga con sus labios y uñas de rojo chillón y su minivestido imitando piel de leopardo, evidentemente demasiado ajustado para su enorme corpachón. Está claro que se halla fuera de lugar en un entorno que prohíbe su rareza y su coraje.
Será el encuentro con Rhonda (Rachel Griffiths), una antigua compañera de instituto, el que le abra los ojos a un nuevo mundo alejado de sus cursis y egoístas amigas y en el que trate de buscar su propio lugar siendo ella misma.


La boda de Muriel es mucho más que una simple comedia romántica mezcla de humor y desgarro o un conmovedor relato de la amistad femenina, que también es todo eso, porque entre tontería y tontería, nos va planteando una serie de reflexiones sobre el maltrato de género, las diferencias sociales, las dificultades de los discapacitados, el abuso y la corrupción y aunque lo haga con ese envoltorio de humor que tiene todo el film, no dejan de ser asuntos muy serios que, de este modo, aparentemente distendido, consiguen llegar al espectador. Así que, aunque sea una película muy divertida, no todo son risas, hay mucho más contenido del que pueda aparentar.




8 comentarios:

  1. Divertida pero emocionante. El final me encanta. Y es una de mis películas favoritas.

    Saludos.

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  2. Que tal Trecce!
    Pues creo que desde su estreno no volví a verla, tengo muy buen recuerdo, igual no es mal momento para revisarla de nuevo.
    Saludos!

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  3. Estoy totalmente de acuerdo con tu reseña. Poco más que añadir.
    Un saludo!

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  4. Hola.
    Vi la peli cuando se estrenó y no estaría mal una revisión. Soy muy fan de Toni Collette y estoy muy de acuerdo con todo lo qu edices en la reseña.
    Muy feliz día.

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