viernes, 27 de marzo de 2020

SAMURÁI I (MUSASHI MIYAMOTO)

Dos jóvenes amigos, Takezo (Toshirô Mifune) y Matahachi (Rentarô Mikuni), dejan su pueblo para combatir en la batalla de Sekigahara.
Tras la derrota en el frente, con Matahachi gravemente herido, huyen de las represalias del ejército vencedor y se cobijan en casa de Oko (Mitsuko Mito), una viuda que vive con su hija Akemi (Mariko Okada). Ambas mujeres intentan seducir a Takezo pero son rechazadas. La viuda le dice entonces a Matahachi que Takezo trató de abusar de ella y le convence para que les acompañe a modo de escolta junto a su hija, hasta Kioto. Matahachi, que es muy diferente a Takezo, pronto se deja seducir por Oko y, a pesar de su compromiso con una chica de su aldea, Otsu (Kaoru Yachigusa), decide trasladarse a Kyoto.
Con Takezo pensando que su amigo lo ha abandonado, regresa a su pueblo, donde la madre de Matahachi no creerá su historia y comienza a desarrollar un odio hacia su persona que derivará en una persecución de toda la aldea. Pero Takezo, al que acusan de traidor, es demasiado “salvaje” para que los aldeanos consigan su apresamiento.
Mientras, Otsu, enamorada de Takezo, le ayudará en su huida, en tanto el monje Takuan Soho (Kurôemon Onoe) intentará enderezar y controlar a Takezo.


Primera entrega de la Trilogía Samurái dirigida por Hiroshi Inagaki. Se basa en la novela épica Musashi de Eiji Yoshikawa, que consta de 7 partes. Esta película cubre la primera de ellas, que es poco más del 10% de toda la epopeya.
La película muestra la batalla de Sekigahara en 1600, que marcó el comienzo del shogunato Tokugawa y una nueva era de paz y prosperidad para Japón. El clan Tokogawa sería el último shogunato en gobernar Japón, durante el período Edo de 1603 a 1868, con una duración de 265 años. Si bien Japón tuvo un Emperador durante este tiempo, los Shogunes fueron los verdaderos gobernantes del país durante casi 700 años.
El joven Takezo (que más tarde adoptaría el nombre de Musashi Miyamoto) participó en la batalla de Sekigahara formando parte del bando perdedor de Hideyoshi. En esta batalla se estima que perdieron la vida 70.000 guerreros, aparte de que todos los supervivientes del bando perdedor fueron implacablemente perseguidos posteriormente.
La película ganó un premio honorífico de la Academia de Hollywood, como Mejor Película en lengua extranjera de 1955.


Si nos hablan de una película japonesa, de samuráis, con Toshirô Mifune de protagonista, seguro que cualquiera de nosotros piensa que vamos a ver un film de Akira Kurosawa. No es así en este caso, bueno, ni en este caso, ni en muchos otros. Hiroshi Inagaki fue un realizador japonés especializado, en cierta medida, en el cine sobre la temática samurái, asunto sobre el que realizó docenas de films y, en muchos de ellos, aparece Toshirô Mifune como protagonista o como secundario con un papel relevante.
En este film, vemos a un joven que vive en una aldea, Takezo, de carácter visceral, muy impulsivo, incluso agresivo en algunas circunstancias, pero con un sentido innato de la lealtad y la justicia. El monje Takuan Soho será el encargado de reconducir esos impulsos para convertir a Takezo en un gran samurái.
Con algunas escenas en las que se nos muestran paisajes naturales de gran belleza y una ambientación muy lograda, con secuencias de gran plasticidad en las que contemplamos escenas cotidianas, hermoso vestuario de época y unas breves escenas de combate entre el protagonista y sus perseguidores, estamos ante una película bien construída, con un montaje muy dinámico y entretenida de ver.




2 comentarios:

  1. Me interesa, pues el mundo de los samurais, todavía es algo misterioso para mí

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    1. Tampoco es que se detenga en muchos detalles, pero está bien.

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