Estamos en 1945, un hombre al que falta un brazo, llega al desolado pueblo de Black Rock. Es John MacReedy (Spencer Tracy) y busca a Joe Komaco, un granjero japonés cuyo hijo le salvó la vida durante la guerra. El comportamiento de los vecinos es extrañamente hostil y grosero (en el hotel le niega una habitación, el taller mecánico local se niega a alquilarle un coche y el sheriff es un borracho inútil), y las preguntas de MacReedy sobre Komaco no reciben respuesta. Es evidente que ocultan algo, lo que despierta la curiosidad del forastero, que no está dispuesto a irse antes de averiguar el terrible secreto que esconden.
Lee Marvin, Ernest Borgnine, Walter Brennan, Anne Francis y Robert Ryan, forman parte del elenco de este film dirigido por John Sturges y estrenado en 1955.
Además de varios prestigiosos premios y nominaciones (entre ellas 3 al Oscar), una década después de su estreno, el guionista Millard Kaufman fue premiado por el gobierno japonés por tratar a su pueblo con una dignidad excepcional. Aunque se da la curiosa circunstancia de que no aparece un solo japonés en la película, Kaufman, como él mismo declaró, "Sabía lo que querían decir".
El guion adapta el relato corto "Bad Time at Honda", del novelista y guionista de radio estadounidense Howard Breslin publicado en The American Magazine en enero de 1947, con ilustraciones a todo color de Robert Fawcett.
Unos espléndidos travellings sobre un tren en marcha, nos introducen en esta absorbente historia en la que John Sturges dosifica el misterio que envuelve a un pueblo de un puñado de edificaciones colocado en medio del desierto en el que un cacique, apoyado por un par de matones que tienen amedrentada a la escasa población, decide que el visitante desconocido que se ha apeado de un tren que hacía cuatro años que no se detenía allí, es un personaje peligroso para sus oscuros intereses.
Un film de acción contenida con un desarrollo que tiene momentos apasionantes y un reparto que responde a las expectativas.