miércoles, 24 de julio de 2019

LA BELLA MAGGIE

Mactaggart (Alex Mackenzie) es el capitán, un tanto pícaro, de The Maggie, un barco de carga endeble y oxidado que transporta carga, sobre todo carbón, a lo largo de la costa occidental de Escocia y sus islas. Aunque la Maggie es propiedad de su hermana, él solo se las arregla para ganarse la vida con el poco trabajo que le va saliendo, mientras se mantiene un paso por delante de sus acreedores en su amado barco.
En una oficina de embarque en Glasgow , escucha por casualidad al señor Pusey (Hubert Gregg) que intenta organizar el transporte de algunos muebles personales para su jefe, el estadounidense Calvin B. Marshall (Paul Douglas), con destino a su nueva casa en una de las islas periféricas. La gran compañía naviera de renombre no tiene nada disponible de inmediato, por lo que MacTaggart consigue el trabajo cuando Pusey cree erróneamente que trabaja para la compañía y que la embarcación más moderna atracada junto a la Maggie es la de MacTaggart. El trato se cierra por un importe de 300 libras, una suma que podría usarse para algunas reparaciones tan necesarias en el barco para que pueda mantenerse en unas mínimas condiciones de navegación y para que le devuelvan el permiso de transporte.
Cuando Marshall se entera de que su valiosa carga está en riesgo en un barco que no es apto para navegar, hace todo lo que está a su alcance para abortar el contrato y transferir su preciado cargamento a un barco más fiable. Para lo que Marshall no está preparado es para las astutas tácticas dilatorias de Mactaggart y sus ingeniosas maquinaciones.


El guión desarrolla una historia del propio director del film, Alexander Mackendrick.


Esta es la historia, contada en tono amable y en plan de comedia, de uno de esos tipos que en la vida real, deben ser bastante desquiciantes para quien se la haya de ver con ellos.
Mactaggart es un bribón, un pícaro en toda regla que, contra lo que su grumete Dougie (Tommy Kearins) piensa, tampoco es que sea un marino muy fiable.
Dougie, el personaje más entrañable de la película, se muestra como el único sensato de toda la tripulación, quizá porque aún es un niño.
Paralelamente, el film reflexiona sobre ese tema tan debatido de si el dinero da o no la felicidad mediante la figura de Calvin B. Marshall, el ricachón americano que poco a poco, se ve superado por la peculiar forma de desenvolverse en la vida de Mactaggart. No es que le subyuguen los métodos del viejo lobo de mar, sino que se da cuenta de que nada puede cambiar su modo de ser, su afición a la bebida y su filosofía de que primero es la libertad entendida a su manera y después todo lo demás, incluído el trabajo y el cumplimiento de los compromisos adquiridos.
El momento culmen de la película en cuanto a esta reflexión de qué es lo que debe importarnos en la vida, es la conversación entre el Sr. Marshall y la joven escocesa que va a casarse y ha de elegir entre sus dos pretendientes. Sus razones para elegir al que va a ser su esposo, abren los ojos de Marshall para tratar de arreglar su vida personal.
Una película entretenida, sin grandes alardes, correcta en su realización, aunque tampoco es que sea especialmente destacable.




2 comentarios:

  1. Sin embargo, a mi me pareció tan buena que decidí incluirla entre las 70 mejores de tema naval.

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    1. Con toda seguridad, tu criterio tiene más valor que el mío.

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