Al comienzo de la II Guerra Mundial, el capitán de la marina mercante George Eastwood Ericsson (Jack Hawkins), es movilizado por la Armada Británica y puesto al frente del HMS Compass Rose, una corbeta de la Royal Navy que tiene por misión escoltar convoyes a través de la peligrosa ruta del Atlántico Norte.
La tripulación del barco está compuesta en su mayoría por gente inexperta, casi ningún profesional de la navegación viajará a bordo y los oficiales son personal voluntario sin relación alguna con el mar, que han sido instruídos en cursos acelerados de breve duración.
Entre ellos se encuentra el periodista en la vida civil, Lockhart (Donald Sinden), que es nombrado primer oficial después de que el titular, un hombre con el que no congeniaban bien el resto de los mandos del buque, haya tenido que ser ingresado en el hospital y se enfrente a una larga recuperación.
La bisoña tripulación del barco, habrá de enfrentarse a los U-boote, los sumergibles alemanes que, al principio, suponen un peligro relativo, debido a que no son demasiados y a que atacan de formar descoordinada, pero a medida que avanza la guerra, ganan en número, experiencia y eficacia y la vida en una nave aliada está en constante peligro. El barco de Ericsson rara vez es capaz de contraatacar cuando alguno de los convoyes que escolta es alcanzado por los alemanes, con lo que la mayoría de las veces su labor se ve limitada al rescate de supervivientes, una tarea muy arriesgada, pues las embravecidas aguas del Atlántico son un peligro más a añadir al hecho de tener que estar parados durante el rescate que, en ocasiones se prolonga durante horas, dando ventaja a las naves enemigas para que ataquen un blanco sumamente fácil y desprotegido.
El guión está basado en una novela del mismo nombre del escritor, periodista, militar y diplomático británico Nicholas Monsarrat. El libro fue todo un best seller en su época y llegó a vender más de siete millones de ejemplares.
Monsarrat había sido oficial de la Royal Navy durante le Guerra y llegó a comandar una fragata, aunque la mayor parte de los seis años que estuvo sirviendo en la Marina Real, lo hizo como oficial de una corbeta antisubmarinos, con lo que está claro que la novela narra, en gran medida, sus propias experiencias.
La película no hace grandes alardes, las escenas de combate son sencillas, incluso breves, aunque no escasean, pero todo está contado con gran realismo, huyendo de acciones espectaculares y heroicas para narrar la vida diaria en una nave de guerra de unos personajes que se nos hacen cercanos y creíbles y las relaciones entre ellos, unas veces tirantes, otras de camaradería y siempre de lealtad entre compañeros.
Al capitán Ericsson le hunden un barco y él, a lo largo de la guerra, consigue mandar a pique dos submarinos, como se ve, no está mal, aunque tampoco es como para tirar cohetes, pero seguramente se acerca más a la realidad de la gran mayoría de buques que combatieron, alejados de las cifras de los grandes campeones en hundimientos.
Un film que se hace entretenido y no carente de emoción, que nos traslada al interior del barco y a su vida cotidiana, mediante una ambientación sencilla, pero bien conseguida y de unas buenas interpretaciones. No hay héroes, solo personajes que resultan humanos y esa es la virtud del film.
La película es de las grandes del género. Muy bien retratada la vida de abordo y la lucha contra los elementos (el enemigo y la mar, otro enemigo más). La novela es también muy recomendable.
ResponderEliminarTú, mejor que nadie, sabrá valorar hasta qué punto la película (y antes el libro), reflejan la vida a bordo.
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