lunes, 14 de noviembre de 2011

LA DAMA DE SHANGAI

Un solitario marinero irlandés, Michael O'Hara (Orson Welles), que luchó en la Guerra Civil Española contra los fascistas, mientras pasea en la noche neoyorkina, conoce por casualidad a una hermosa y misteriosa mujer. Ella, Elsa Bannister (Rita Hayworth, desaparecida su pelirroja melena, recortada y convertida en pelo rubio hielo), se encuentra atrapada en un matrimonio infeliz con un hombre mayor (Everett Sloane, fantástico, alternativamente siniestro y divertido). Su marido, es un rico abogado, brillante criminalista, tiene algún tipo de control sobre ella y, al parecer, la ha chantajeado para contraer matrimonio. Ella cree que está en peligro y busca la protección de O'Hara, mientras que al mismo tiempo, trata de seducirlo.
Al principio se resiste a sus avances luego se ve inducido a enrolarse como marinero en el yate (revelador el nombre: Circe) en el que ella y su marido están navegando desde Nueva York hasta San Francisco en viaje de placer.

Pronto no sólo es su protector, sino su amante. Para conseguir dinero para huir con ella, él se muestra conforme en participar en un plan totalmente increíble propuesto por el socio del marido (Glenn Anders, quien con su actuación extravagante logra algunas buenas escenas) que implica a O'Hara para que le ayude a fingir su asesinato. Por supuesto, nada en la situación es lo que parece: El verdadero propósito del plan es completamente diferente de lo que a O'Hara se le ha dicho. De Elsa no sabemos claramente si es una oportunista manipuladora o una víctima indefensa, mientras que de O'Hara, pronto sabemos que es un chivo expiatorio y un juguete en manos perversas.

Se me ocurren un montón de símiles deportivos para catalogar esta película. Como un encuentro de fútbol aburrido en el que las jugadas a balón parado son magistrales; una carrera de Fómula 1 en la que toda la emoción está es los pasos por el pit stop; o un partido de tenis con juego soporifero y en el que los jugadores nos deleitan sólo en los tie-break.
¿Merece la pena soportar 90 minutos de fútbol en el centro del campo, para ver cuatro lanzamientos magistrales?
Pues lo mismo pueden trasladar a este film, algunos dirán que sí y otros no estarán dispuestos, con la salvedad de que los momentos magistrales son más de cuatro.

Y es que La dama de Sanghai es una historia convencional, con un guión por momentos enmarañado, incluso incoherente en su conjunto, pero que contiene escenas del mejor cine que puede verse.

El guión, del propio Welles, toma como base una novela mediocre de Sherwood King, titulada If i die Before i Wake. Añadir que que Welles además, participó en la producción del film, fue el director y el protagonista.

Como ocurre tantas veces en el cine de Welles, hay que rascar el barniz para encontrar la película. Porque aquí, lo de menos es la historia que aparentemente se nos narra, como ya he dicho, un relato convencional. ¿Pero qué hay debajo?
Pues escondido en un envoltorio de simbolismo, está el verdadero mensaje, en este casos, mensajes en plural.

Crítica sin comtemplaciones al modo de vida de la clase acomodada, a su infelicidad a pesar del estatus económico, al desprecio y el aire de superioridad con el que tratan a quienes trabajan para ellos, como si el dinero que reciben por sus servicios fuera una dádiva magnánima y no una contraprestación.
Crítica al sistema legal, con esa prevención que el protagonista demuestra hacia la policía y la más explícita y abierta crítica contra el mundo judicial.
Dos abogados despreciables, capaces, a pesar del presitigio de su bufete, de burlar a la justicia a base de artimañas y argucias ignominiosas.
Las escenas del juicio son aleccionadoras, con el fiscal y el defensor como dos fieras violentas; el esperpéntico autointerrogatorio de un Arthur Bannister prepotente y pagado de sí mismo; y, una de las mejores escenas simbólicas: El juez, que aparece como una sombra reflejada en la ventana, jugando consigo mismo al ajedrez mientras espera la sentencia, moviendo las fichas cuyo destino está en sus manos.

En descarga del pobre resultado general de la peli, que fue un fracaso de crítica y público, decir que Welles se las tuvo tiesas con la productora (Columbia), que le hizo reescribir parte del guión porque quería que las cosas estuvieran más claras, mejor explicadas para el espectador. Resultado: Metió la voz en off (la del propio Welles) que a veces resulta ya cansina de tanta explicación. La escena final, en el parque de atracciones, con la memorable escena de los espejos, iba a ser mucho más larga, pero la peli fue reducida en, al menos, una hora de metraje. No sabemos cómo hubiera sido la peli que Welles tenía en su cabeza.
La música fue despreciada, de modo que quien figura en los créditos (Heinz Roemheld) actuó más como arreglista de los temas que ya había preparado uno de los músicos en nómina de la Columbia, que como compositor.
El propio Welles, hace un comentario al respecto, y dice que no mereció la pena rodar escenas enteras a bordo de un barco para que parecieran meras transparencias, ya que se hubiera agradecido algún efecto sonoro, aunque fuera el soplo del viento o la caricia de las olas contra el casco.

Interpretaciones correctas y una buena fotografía de Charles Lawton Jr., con algunos primeros planos de la Hayworth y, sobre todo, un plano picado con ella tumbada en la cubierta del barco, maravillosos.
Una peli hecha de momentos, con poca claridad y una buena dosis de confusión. Una hermosa confusión.



10 comentarios:

  1. Hola Trece: pues algunos críticos de cine y algún que otro profesor estadounidenses,la consideran una de las mejores de Wells y la enmarcaron en un cine surrealista americano.
    Tuvo que haber problemas en su rodaje ,Rita casada con Wells se separaron un año después.
    A mi me gustó esta peli y creo que Rita hace un buen papel, digno de destacar.Saludos Trece!.
    ah! ¿sabes de quien era ese barco? de Errol Flynn.

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  2. La peli es de esas que decimos que ha ganado con el tiempo, hoy no se ve igual que cuando se estrenó porque se descubren en ella nuevos valores. El propio Welles no la tenía en mucho aprecio porque no le dejaron hacer lo que quería.
    Rita y Orson llevaban un par de años sin convivir cuando comenzó la peli.

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  3. Un película fallida en su conjunto, en parte por un guión endeble y por unas actuaciones realmente artificiosas y carentes de emociones verdaderas.
    A diferencia de lo que apunta Baelo, "La Dama de Shnagay" es sin duda, la peor película de Welles -de la que el mismo renegó en numerosas ocasiones-, y por supuesto, alejada de esa Trinidad magistral que son "Ciudadano Kane", "Sed de Mal" y "Campanadas a Medianoche".

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  4. De cualquier modo, Natalia, ya sabes que cada cual tenemos nuestros gustos.

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  5. Yo ,tal vez no me expresé bien,para mi no es la mejor de Wells, pero en EEUU ahora revisándola sí les parece muy buena,enmarcándola en un surrealismo americano. A mi sí me gustó, me gusta Wells, me gustó siempre.Por supuesto, cada cual a gustos...esto es siempre libre.Saludos.

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  6. La dama de Shangai sufrió : una huelga de la Columbia, el precario estado de salud de Rita y del propio Welles en las navidades del 46, precaria situación económica del gran director. Harry Cohn no entendia la historia "rara, oblicua, extraña", Orson no quería una historia de intriga más.Quería evitar el cliché. En aquellos años todas las películas se parecían.
    Para ir más allá en la comprensión de esta compleja peli, recomiendo leer a Bertolt Brecht un ensayo sobre el teatro chino. Que es lo que hizo Welles.
    tomen nota; Alienation Effects in Chinese Acting. Brecht on Theatre. Efectos de distanciación en el arte dramático chino. Welles era un tipo muy inteligente. Se había parado a leer a Víctor Sklovski, otro teórico formalista sobre el extrañamiento en el arte...Todo esto es complejo para un comentario que no quiere ser pedante, pero que si puede serlo . Perdón. Un saludo

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  7. Menuda panzada de cine negro te estás metiendo entre pecho y espalda (de buen cine negro, por lo que veo). De esta peli (que cada vez me gusta más) hay una extensa colección de anécdotas a cada cual más jugosa (entre ellas la de las peleas de Welles con Hayworth que se saldaron con un corte de pelo y un rubio teñido; o aquella en la que los productores le dijeron que para cuándo la nueva peli y de qué trataba, Welles que estaba al lado de un quiosco cogió la primera novela que tenía a mano y ahí nació La Dama de Shanghai, ¿es verdad?)

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  8. Te has expresado claramente, Claudia. Y a mí también me gustó la peli.

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  9. Nunca es pedante quien es didáctico. Gracias Manuel.

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  10. También he leído esas anécdotas, Ethan. Desde luego, si lo de la novela es cierto, Welles era más genio de lo que pensamos. Sacarse de la manga ese guión, aunque sea enrevesado, de una novelita de las que se venden en los quioscos como literatura barata.

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