lunes, 21 de febrero de 2011

TOMA EL DINERO Y CORRE

Para mucha gente esta es la primera película como director de Woody Allen, algunos por desconocimiento de su anterior trabajo y otros porque consideran que es la primera ocasión ocasión en la que puede trabajar sin trabas o imposiciones externas.
El caso es que, tras el experimento de "¿Qué tal, Pussycat?", es cierto que "Toma el dinero y corre" o "Robó, huyó y lo pescaron", como también ha sido traducido, puede ser considerada como la ópera prima del director de "Annie Hall"
Y aquí sí que empezamos ya a vislumbrar al Woody Allen que será, el que tomará su lugar en la historia del cine para irse asentando, con sus altibajos, en su puesto entre los mejores.
Y, añado, para ser su debut, no está nada mal, ya quisiera más de uno haber debutado con la mitad, pues aunque resulte evidente que todavía está aprendiendo, desembarca con una propuesta con la que marca territorio y que nos hace atisbar que estamos ante alguien que, como mínimo, apunta maneras y de qué forma.


Aunque hay ya algunos diálogos y frases ingeniosas, el film se asienta más en los gags que en la palabra, pues aunque esta tiene su parte, no cobra la importancia que tendrá en algunos de sus trabajos posteriores, con esos monólogos largos y llenos de ingenio y de citas cultas.


El planteamiento también resulta novedoso, por su remedo de documental, como si en un programa tipo informe televisivo, se nos narrase la vida de este atracador, en el que ya vemos dibujado el personaje alter ego del propio Allen, frágil, fracasado, inútil y un tanto patético, que a pesar de todo ello tiene éxito con las mujeres. En definitiva, Virgil es el antihéroe que tantas veces veremos retratado en posteriores trabajos.


Una película entretenida, divertida y con un ritmo que en algunos pasajes parece tomado de las pelis mudas, a las que hace constantes guiños.
Por quedarme con una secuencia de las muchas que podría entresacar, tomo precisamente una que parece un homenaje a Chaplin, cuando tras colocar con esmero los platos de cartón y las servilletas de papel sobre la mesa de un merendero vacio, al lado del mar, saca del billetero una loncha de mortadela que parte en dos, para compartirla con su esposa. Una escena de esas made in Charlot que mostraban esa especie de dignidad que algunos conservan en medio de la más absoluta pobreza.



8 comentarios:

  1. Grande como cineasta y como escritor. A Woody Allen lo tengo entre mis preferidos. No comparto esa indiferencia y desprecio por su obra por parte de gente que no lo ha leido ni ha visto sus películas. Se fueron Fellini, Kubrick, Huston. Coppola está mising...Me queda viejecito Eastwood. A W. Allen le he perdonado el engendro rodado en Barcelona.
    "Lamentablemente, nuestros hombres políticos o son incompetentes, o son corruptos. Y a veces las dos cosas el mismo día. El gobierno permanece insensible ante las necesidades de los humildes. Después de las cinco, es rarísimo que nuestro hombre en el Congreso se ponga al teléfono" (Side effects) Tusquets. Humor, ironía... un tipo excepcional y una divertidísima película Trecce. Un saludo

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  2. Esta hace muchos años que la vi pero si la recuerdo y me pareció entretenida. Saludos. Trecce.

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  3. Indudablemente Woody Allen ha llegado a ser todo un clásico del cine, aunque tiene muchos detractores. A mi me gusta hasta cuando toca el Saxofón.

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  4. Es muy divertida, para quien aprecie el humor de Allen. Saludos, Rafa.

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  5. José Luis, es normal que tenga detractores, todos los tenemos, pero es indudable que pese a quién pese, como tú dices, es ya un clásico.

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  6. A mi me gusta, por que efectivamente tiene momentos muy chaplinianos y apunta todo lo que será la trayectoria de Allen.
    Una no puede sino cogerle cariño a Virgil.
    La pistola de jabón y la lluvia es el colmo de la mala suerte...

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  7. Yo creo que es muy importante la introducción sobre la infancia de Virgil, la película podría haber empezado perfectamente con la escena de la fuga y la pistola de jabón que comentas, pero como antes hemos visto al pobrecillo Virgil ya de niño perdedor, Allen logra identificarnos con el personaje y que le cojamos cariño.

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