viernes, 11 de febrero de 2011

LAS PROFECÍAS DE LOS HOPI

Un día del verano de 1958, un pastor evangélico que conducía su automóvil a través del desierto, cerca de Taos (Nuevo México), bajo un sol abrasador, se detuvo para recoger a un anciano pensando en lo penoso que le debía resultar caminar en circunstancias tan adversas.
El anciano, aceptó la invitación, subió al coche y le dijo que era Pluma Blanca, un indio Hopi, relatándole su tristeza porque ya no quedaba por allí nadie de su pueblo a quien transmitir y recitar la antigua sabiduría de los Hopi, todos se habían marchado a otros lugares.
Le habló de cosas extrañas, entre otras las antiguas profecías de su pueblo, que pronosticaban el fin de su mundo, concretamente nueve y que darían paso a un quinto mundo (según su tradición estamos en el cuarto) Muchas de ellas ya se habían cumplido.
Estas eran las profecías:
1ª Llegará el falso hermano blanco que les arrebatará las tierras y les combatirá con truenos (armas de fuego)
2ª Las tierras serán ocupadas por ruedas de madera (los carromatos de los colonos)
3ª Bestias con cuernos ocuparan las tierras (el ganado del hombre blanco)
4ª La tierra será atravesada por serpientes de acero (ferrocarril)
5ª El cielo será cubierto por una telaraña (tendido eléctrico y telefónico)
6ª La tierra será invadida por ríos de piedra que formarán imágenes a la luz del sol (carreteras)
7ª El mar se volverá negro (mareas negras por vertidos de petroleo)
8ª Jóvenes con pelo largo aprenderán y seguirán nuestro modo de vida (hippies)
9ª Una morada en el cielo caerá sobre la Tierra con todas sus fuerzas.
Sobre esta última profecía, algunos la relacionan con las bombas atómicas de 1945, otros con la caída del Skylab en 1979, cuyos restos se diseminaron sobre Australia y algunos otros se inclinan por pensar que aún está por cumplirse, lo mismo que la 7ª, que para algunos aún no se ha cumplido.
Hay quien opina que se trata de un anuncio sobre el fin del mundo de los Hopi exclusivamente.
De todas maneras no se necesitan profecías para saber que estamos acabando con el mundo, al menos tal cual lo conocemos.
La filosofía de los Hopi predica eso que ahora se llama economía sostenible y que traducido a nuestro lenguaje de la calle es que debemos saber convivir con el planeta, respetarlo y no esquilmarlo.
Estamos sometiendo a nuestro mundo a una sobreexplotación que no hay por donde cogerla, somos como un virus y ya sabemos lo que hacen los virus con el organismo que los soporta, se lo comen.
Al fin y al cabo, la raza humana es para el planeta Tierra como una plaga de pulgas y no quita que en cualquier instante, esta se sacuda y nos mande a todos al carajo. Quizá ese sea el final, si no para todos, para muchos, una manera de restablecer cierto equilibrio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario