ANIMALES NOCTURNOS

 

Susan (Amy Adams) es una galerista afincada en Los Ángeles que comparte una vida llena de lujos, aunque vacía, con Hutton Morrow (Armie Hammer), su segundo marido. Un día Susan recibe el borrador de una novela escrita por su exmarido Edward Sheffield (Jake Gyllenhaal), del que lleva años sin tener noticias. En una nota le pide que lea la novela inédita y que se ponga en contacto con él, pues se quedará unos días en la ciudad. Esa noche Susan, sola en la cama, empieza a leer, y es la historia de un matrimonio con una hija que, conduciendo por Texas una noche, son perseguidos por otro vehículo.

El film narra una historia dentro de otra historia, la que cuenta la novela que recibe la protagonista, titulada Animales nocturnos, de ahí el título de la película, que narra la peripecias de un hombre cuyas vacaciones familiares, de repente se tornan violentas y mortales. También es la historia de Susan, quien recuerda su primer matrimonio y se enfrenta a oscuras verdades sobre sí misma. 

El guion, del propio realizador, Tom Ford, adapta la novela Tony and Susan (publicada en España como Tres noches), del norteamericano Austin Wright.

Antes de nada, señalar que la historia que narra la novela escrita por el exmarido de la protagonista, logra concitar la atención del espectador. Dicho lo cual, el verdadero alma del film está en la conjugación de las dos historia que se entremezclan en la narración, ya que ambas, desde perspectivas diferentes, establecen un símil, casi siempre en forma críptica, sobre el que el espectador debe ir reflexionando y descubriendo los paralelismos, quizá el más obvio el de la venganza, pero hay otros menos evidentes y sujetos a la interpretación de cada cual. 

De estética muy cuidada, esta compleja película, nos habla, sobre todo, de la influencia que el arte (una pintura, una melodía o, cual es el caso, una novela), puede tener en nuestras propias vidas en un momento determinado.